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Guía turística: qué hacer y ver en Zúrich
El lujo como filosofía cotidiana
De día, una de las mayores sedes financieras del mundo; de noche, un paraíso para los amantes de la música electrónica. Ciudad cosmopolita, llena de contrastes, donde opulencia y modernidad viajan juntos de la mano entre paisajes de ensueño. ¡Bienvenido a Zúrich!
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Discoteca T&M
Todo un referente mundial para este estilo de música, donde actúan los mejores DJ's.
Una proposición muy techno
Todo un must para los amantes de la música electrónica y de la fiesta nocturna: la discoteca T&M ha sabido ganarse a pulso su fama como uno de los referentes mundiales del techno y de otras variantes de este estilo. Y es que la propia Zúrich es, en sí misma, un emblema mundial si hablamos de este tipo de música, pues no resulta extraño ver cómo semana sí, semana también, los mejores DJ's planeta hacen parada en la ciudad para encandilar a sus fervientes seguidores que los esperan con los brazos abiertos; sus famosas sesiones nocturnas acaban siendo una experiencia inolvidable. Buena parte de estas actuaciones en vivo tienen lugar en la T&M, que lleva décadas siendo pionera en la programación de este tipo de eventos. Caracterizada por su ambiente joven y cosmopolita, la diversión y el ambiente festivo están garantizados hasta bien entrada la madrugada.
Baden
De aquí proviene el agua mineral más preciada del país, un lugar que te cautivará.
El balnerario alegre
A la época romana se remonta esta sugerente ciudad del cantón de Argovia, situada en la orilla del río Limmat, un lugar del que aún se nutren de los manantiales que proporcionan el agua mineral más preciada del país. De hecho, Baden es conocida históricamente como 'el balneario alegre', y es que en el corazón del subsuelo de esta aldea el agua puede subir hasta los 47 grados. Fascinante, ¿verdad? Lamentablemente, los castillos y fortalezas levantadas por los romanos para defenderse de los ataques vecinos fueron derruidos durante las batallas contra los confederados suizos, allá por los siglos XV y XVIII, pero eso no ha impedido que este pueblecito cautivara a genios de la literatura mundial como Goethe y Nietzsche, que se desplazaban hasta aquí para pasar sus temporadas de descanso. A sólo veinte minutos de Zúrich, será ideal para alejarte del estrés mientras disfrutas de espectaculares paisajes.
Rapperswil-Jona
Es conocida popularmente como 'la ciudad de las rosas'. ¡Te dejará boquiabierto!
Una aldea de cuento
A orillas del lago de Zúrich y a pocos kilómetros de la ciudad, perfectamente comunicado por autobús y tranvía, aparece en el monte, como si estuviera abriéndose camino entre los bosques, la aldea de Rapperswil-Jona: años atrás fueron dos pueblos separados del cantón suizo, pero, como consecuencia de su pequeño tamaño, decidieron unirse; ahora forman una fotografía perfecta de lo que ha sido la civilización suiza, un enclave alrededor de un castillo que sobresale en la parte más elevada de una montaña. Cuenta la historia que de esta manera se defendían los pueblos de la llegada de ejércitos invasores. El pueblecito desciende hasta la orilla del lago, donde aparecen todo tipo de rosas, de cualquier aroma y color que llegues a imaginar; son tantas, que el pueblo es conocido popularmente como 'la ciudad de las rosas'. Aquí se encuentra también el famoso zoológico infantil Knies, que proviene del circo con el mismo nombre.
Zurich West
Sus edificios y su ambiente bohemio lo convierten en un barrio atípico, muy curioso.
Originalidad aplastante
El nuevo barrio de Zúrich West es el ejemplo perfecto de cómo la corriente de la arquitectura industrial tuvo una especial acogida y relevancia en la ciudad. Hasta bien entrado el siglo XIX, este distrito supuso el principal motor industrial de la urbe, aunque más adelante quedó un poco abandonado, convirtiéndose en un lugar poco recomendable hasta las últimas décadas del siglo XX. Sin embargo, las importantes tareas de recuperación y rehabilitación que se llevaron a cabo le han convertido en un lugar diferente y, por supuesto, muy original: aquí se mantuvieron las construcciones industriales, unas instalaciones que actualmente se dedican a galerías de arte, exposiciones de diseñadores, salas de conciertos y teatros y a todo tipo de actividades culturales. También hay tiendas y comercios, así como un buen número de restaurantes en los que degustar tanto la comida tradicional suiza como la cocina de vanguardia de la ciudad.
Winterthur
La segunda ciudad más grande del cantón de Zúrich, ideal para una excursión.
A sólo 28 kilómetros
Winterthur es la segunda ciudad más grande del cantón de Zúrich, después de la capital, localizada a tan sólo 28 kilómetros, una visita obligada para quienes deseen conocer los puntos más importantes de la región. Nació como asentamiento romano durante la dominación imperial, sirviendo de almacén logístico para las tropas del ejército en mitad de los Alpes. Siempre en competición con su hermana mayor, la evolución de esta ciudad ha tenido que ver más con su cualidad de pulmón industrial del cantón, al tiempo que su desarrollo arquitectónico la ha convertido en un precioso enclave en el que destacan sus jardines y cuidados parques públicos, así como un centro urbano que en 1989 recibió el premio Wakker a la ciudad con mejor planificación urbanística. Todo esto, unido a que está situada a orillas del río Eulach, la convierten en una gran elección para aprovechar un día de excursión. ¡Seguro que te encantará!
Conciertos por la noche
Opciones para todos los gustos. Zurich también puede presumir de tener unos estupendos locales de música en directo.
¡Que suene la música!
A pesar de que la música electrónica y las discotecas han permitido a Zúrich ganarse un reputado nombre dentro de la oferta nocturna europea, no son pocos los lugares que esconde la ciudad para disfrutar de un buen espectáculo de música en directo. Para los melómanos que quieran descubrir artistas de la zona, quizá la mejor alternativa sea visitar la conocida sala Hallenstadion, ubicada en el barrio de Oerlikon: el local ofrece un ambiente inmejorable para dejarte caer a primera hora de la noche y tomar una cerveza mientras disfrutas de un agradable concierto. Será una experiencia diferente, un plan nocturno realmente atractivo, pues cada día pasan por aquí los mejores artistas locales para mostrarte en vivo cómo es el folklore de la zona. Por otra parte, si tu perdición es el jazz, recuerda el nombre de Jazz Moods Club, un peculiar restaurante donde podrás cenar mientras los músicos actúan. ¡Todo en directo!
Kaufleuten + Iriquois
Una combinación perfecta para comenzar la noche: cena y ambiente de primera.
¿Vamos abriendo boca?
Si lo que estás buscando tras pasar el día recorriendo la ciudad es salir a cenar y relajarte conociendo la noche zuriquesa, atento a estas dos alternativas que buenamente se pueden complementar: el Kaufleuten es un lugar ideal para saborear la gastronomía suiza, mítico local que siempre ha estado (y sigue) de moda, una agradable combinación de bar y restaurante donde destacan su carta de cócteles y su variada oferta gastronómica, de marcado carácter internacional. La relación calidad-precio es más que asequible para estar en Suiza, ya que las raciones de los platos principales son abundantes; la otra cara de la moneda la representa el Iroquois, con un ambiente mucho más desenfadado, que se convierte en la opción idónea para abrir boca tomando la primera copa. Su cocina es mexicana, realmente exquisita. Ambos restaurantes están en el centro de la ciudad, por lo que no te costará hacerte un hueco y encontrar tu sitio.
Jules Verne Panoramabar
Tanto sus vistas, como su decoración, como su propuesta gastronómica, lo convierten en un local diferente.
Desde el cielo de Zúrich
El restaurante Jules Verne Panoramabar no es un local al uso. Se trata de un lugar cerca del cielo, célebre por contar con las mejores vistas de Zúrich: está ubicado en la undécima planta de un sugerente edificio, y desde aquí tendrás la suerte de contemplar unas panorámicas espectaculares, inolvidables. Y no sólo eso, el Jules Verne destaca por la excelencia en sus cócteles y en su oferta gastronómica, auténticas obras de arte que harán palpiltar a tu paladar. Su ambiente y su decoración minimalista se encargan de hacer el resto, convirtiéndose en un rincón especial para una cena de lo más romántico. Suele estar lleno, por lo que sería recomendable reservar una mesa con antelación para no tener que esperar, algo que puedes hacer desde su página web. Además de este prestiogoso local, en la planta superior del edificio encontrarás el Observatorio Urania y, en la inferior, la Brasserie Lipp, completando así una inmejorable oferta de ocio.
Salir por Zúrich
Su ambiente nocturno está considerado como uno de los mejores de toda Europa.
Un sinfín de opciones
No te dejes engañar por las apariencias: esta apacible y tranquila ciudad se transforma al caer la noche en el enclave inmejorable para una buena fiesta. Quizá sea algo inesperado, pero Zúrich goza de un gran ambiente nocturno; no en vano, está considerado como uno de los más animados de toda Europa gracias a su extenso número de bares, pubs y discotecas. Las zonas más recomendables para comenzar la velada son Niederdorfstrasse y Oberdorfstrasse, calles con interesantes opciones donde cenar y tomar la primera copa. La ciudad esconde muchos rincones concurridos hasta altas horas de la madrugada, pero quizá la mejor alternativa sea pasar por Langstrasse, el antiguamente llamado barrio rojo, que se ha reconvertido en uno de los barrios con más marcha e ideal para saborear la noche suiza. Su ambiente joven es uno de los culpables de que a la ciudad se la conozca como la meca de la música techno.
Casco antiguo de Zúrich
Paseando por el centro descubrirás iglesias, torres, abadías y fachadas de colores.
Una experiencia inolvidable
Posiblemente sea el hecho de estar situada en mitad de Europa lo que le hizo ser lugar de paso y moneda de cambio para todas las civilizaciones. Zúrich muestra en su casco antiguo la heterogeneidad de quien ha visto transitar por sus calles a todo tipo de culturas. Hay tres puntos importantes que marcarán tu visita por el centro: en primer lugar, la catedral, levantada entre los siglos IX y XIII como uno de los caprichos de Carlomagno. Fíjate en la parte superior, sus dos torres gemelas la convierten en única. La abadía de Fraumünster, del siglo IX, y la iglesia de San Pedro, levantada en el XI, son las otras dos construcciones indispensables de la zona histórica. Después, en contraposición, no dejes de recorrer la Augustinergasse para contemplar sus preciosos edificios de piedra y sus fachadas de llamativos colores. Y aún te queda por visitar el barrio de Schipfe, un secreto muy bien guardado.
La relojería suiza
Firmas como Rolex, Montblanc o Piaget se combinan con otras de precio más asequible.
Auténtico emblema del lujo
La relojería es uno de los productos más exclusivos, caros y, al mismo tiempo, populares del país helvético, símbolo de distinción y elegancia que ha conseguido traspasar fronteras. Generalmente asociado con la moda y el lujo, en Zúrich abren sus puertas las mejores tiendas del mundo en este ámbito. Si estás interesado en adquirir una verdadera máquina de precisión, la avenida Bahnhofstrasse será la alternativa más indicada: esta calle del centro es conocida por acoger firmas de primer nivel como Rolex, Beyer, Omega, Piaget o Montblanc, destinadas solamente a los bolsillos más afortunados. Sin embargo, no te preocupes, porque todo tiene solución: existe una interesante oferta de relojes de clase media gracias a marcas como Swatch, M-Watch y Mondaine, que disponen de relojes de gran calidad a precios mucho más asequibles. De este modo, podrás llevarte un valioso recuerdo de la ciudad sin que tu cartera se eche a temblar.
Mercado de Helvetiaplatz
Productos suizos en uno de los mayores crisoles interculturales de Zúrich.
Una cita de lo más tradicional
Alejándonos un poco del lujo y de las marcas exclusivas, llegamos a esta céntrica plaza para descubrir algo muy diferente: el mercado de Helvetiaplatz. Se trata de uno de los más emblemáticos de la ciudad, un lugar en el que básicamente se ofrecen alimentos típicos de la gastronomía de la zona, la gran mayoría de procedencia ecológica, como hortalizas, frutas, vinos, productos de elaboración atesana y quesos. Aquí el queso es el rey. Tiene lugar cada martes y viernes por la mañana, una opción muy especial para que tus sentidos disfruten con la mezcla de aromas, colores y sabores. Este mercado ha crecido tanto durante los últimos años que, a la postre, ha llegado a convertirse en el crisol intercultural de Zúrich, una cita en la que se reúnen numerosas culturas, razas, idiomas, gastronomía y gentes de todo el planeta; un magnífico ejemplo de la reconocida fama cosmopolita que atesora la ciudad.
Los arcos del viaducto
Enclave comercial marcado por su carácter moderno y alternativo.
Una ruta de shopping diferente
El antiguo barrio industrial de Zürich West ahora se ha convertido en un nuevo distrito, moderno y colorido, que disfruta entre sus calles de una animada oferta cultural, de ocio y, por supuesto, también comercial. Las tiendas de últimas tendencias, especialmente en el ámbito de la moda, abren sus puertas bajo los arcos del viaducto que corona el barrio, un moderno centro comercial compuesto por tiendas y exposiciones para todos los gustos: aquí se mezclan las líneas de ropa de diseñadores locales y de otras firmas de corte underground con algunas de las lujosas marcas que encontrarás en la Bahnhofstrasse, sin olvidarnos de locales gourmet con la mejor gastronomía suiza: sus dulces, quesos y otros productos te harán disfrutar a lo grande. Su llamativa decoración, la cuidada vegetación y las innovadoras terrazas de las cafeterías hacen de esta ruta de shopping una experiencia diferente a la que puedes encontrar en otras zonas de la ciudad.
St. Jakobs / Teuscher
Si buscas creaciones delicadas y 100% suizas, busca en estas dos tiendas.
Postres de primera calidad
Si lo que estás buscando son dulces típicamente suizos, de los que sólo puedas encontrar sobre el terreno, atento a estas dos recomendaciones: de un lado, la confitería St. Jackobs, una firma compuesta por cuatro establecimientos ubicados en la calle Kanzlei, 18, otro en la calle Badener, 41 y los otros dos en las calles Puntstrasse, 12 y Im Viadukt, 42. Esta tienda ofrece siempre una gran calidad y, además, emplea a personas con discapacidad. Se dice que la artesanía y delicadeza que tienen sus dulces es igual a la de los famosos chocolates Lindt; por otra parte, la empresa Teuscher tiene tres tiendas ubicadas en la calle Bahnhofstrasse, otra en el centro comercial Jelmoli y una más en la calle Storchengasse. Y ahora presta atención: se dice que las trufas que preparan aquí son las mejores del mundo. Posiblemente sea cuestión de gustos, pero... ¿no resultará emocionante venir a comprobarlo?
Sprüngli
Toda una institución en el dulce suizo: ¡no sabrás qué delicia escoger!
¿Un momento goloso?
Si quieres llevarte un recuerdo gastronómico de la ciudad, te recomendamos que elijas chocolates y dulces suizos. Y no sólo eso: debes visitar las pastelerías y confiterías Sprüngli. Estos establecimientos son una verdadera institución en el mundo del dulce en Zúrich, también en todo el mundo, y eso es algo de lo que no todos pueden presumir. La cadena pertenece a la firma Lindt & Sprüngli, y lleva haciendo los mejores dulces suizos desde el año 1845; tanto es así, que ha abierto tiendas en muchos otros países. La simple visita a uno de sus establecimientos se convierte en una asignatura pendiente durante tu viaje, pues solamente la exposición que cada día llena sus escaparates hará que te sea difícil saber cuál de las delicias escoger. Hay un buen puñado de tiendas repartidas por toda la ciudad, por ejemplo la que está en el número 25 de la calle Bahnhofstrasse, en pleno centro. ¡Endúlzate la tarde!
Löwenstrasse
Muchas más tiendas, y para todos los bolsillos: un distrito de los de toda la vida.
El barrio de las gangas
Es la calle que se encarga de cerrar el triángulo comercial por excelencia en la ciudad, transcurriendo desde la estación central de Zúrich hasta desembocar en la avenida Bahnhofstrasse. De una manera más informal, se levanta todos los días con un sinfín de pequeñas tiendas donde reinan más los negocios familiares que las grandes firmas, característica que le confiere un ambiente más coqueto y acogedor. Esto hace que el ir y venir de gente no cese en toda la jornada. Es habitual venir hasta aquí para visitar los grandes almacenes Migros, uno de los centros más populares del país: en su interior te esperan numerosas tiendas de todo tipo, desde alimentación a moda, pasando por accesorios de electrónica o telefonía; de hecho, es el lugar más adecuado para encontrar relojería o joyería con mejores precios que otras zonas de la ciudad. Esta zona se ha ganado la fama de ser el barrio de las gangas.
Niederdorf
De gran importancia comercial, aunque con opciones mucho más asequibles.
Otra zona muy concurrida
La calle Niederdorf se extiende desde Bellevue hasta el lago Central y conforma, junto a la avenida Bahnhofstrasse, las dos avenidas más famosas en lo que a boutiques, tiendas y shopping se refiere. Zúrich, como ocurre en el resto de Suiza, es un país conocido por su alto nivel de vida, la riqueza de su sociedad y, también, el lujo en sus comercios; aunque Bahnhofstrasse se lleva la palma, la avenida Niederdorf está también repleta de grandes firmas que presentan las últimas tendencias de la moda internacional, los mejores complementos y cualquier ámbito que tenga que ver con el glamour. Sí es cierto que esta calle es más asequible en todos los sentidos: las tiendas no son tan exclusivas, acaban mezclándose con terrazas y restaurantes y también abundan los locales de música o alimentación, lo que le da un aire más popular. Si entra en tus planes salir a comprar por la ciudad, no puedes dejar de visitar esta zona.
Paradeplatz
Has llegado a un punto clave para las finanzas mundiales, símbolo del poder.
La gran sede bancaria
En el centro de la calle Bahnhoftsrasse aparece un imponente foro de piedra llamado Paradeplatz: esta histórica plazoleta fue durante el siglo XVII una antigua feria de ganados, y en la actualidad todas las entidades bancarias han trasladado sus sedes a este lugar. Es la viva imagen del poder. Se dice que si un banco quiere tener verdadero peso e importancia en el ámbito financiero debe encontrarse en este lugar, hasta el punto de que desde aquí se toman gran parte de las decisiones económicas y financieras que mueven el mundo cada día. No obstante, la plaza mantiene un ambiente de tranquilidad y de sosiego que contrasta con el gentío que la llena, también sus tiendas, para convertirse en un reducto de paz. Como curiosidad, te recomendamos que pares a observar la estación de tranvías, una de las más grandes de la ciudad de Zúrich.
La navaja suiza
Su gran éxito ha convertido este artilugio en, incluso, piezas de coleccionista.
Un gran emblema del país
Estos curiosos y pequeños artilugios son una de las piezas más significativas y simbólicas del país; no en vano, su creación y fabricación le ayudaron a salir de una profunda crisis en la que estaba sumergido allá por la segunda mitad del siglo XIX. Y es que con este invento se creó la navaja suiza tipo oficial Victorinox, un lujo que cabe en la palma de tu mano: en realidad, en un principio lo que aportaba era un montón de herramientas sumadas al acero del cuchillo, pero su éxito hizo que, además de formar parte del armamento del ejército, fuera también parte de equipamiento de trasbordadores espaciales. En la actualidad hay incluso auténticos coleccionistas de esta herramienta. Es habitual encontrarlas en todo tipo de tiendas, pero, si es tu intención comprar una de estas navajas como recuerdo, asegúrate de que esté debidamente precintada y consulta que puedas facturarla junto con tu equipaje de vuelta.
Calle Bahnhofstrasse
Boutiques, joyerías y, por supuesto, relojerías… ¡de las mejores del mundo!
La milla de oro
Sí, ya hemos llegado: la Bahnhofstrasse representa la milla de oro de Zúrich, una calle que se extiende desde la estación de tren hasta el lago que corona la ciudad. Y es que a lo largo de esta avenida se encuentran las tiendas más exclusivas, lujosas y caras no solamente del país, podríamos decir que de todo el mundo: la ciudad de los bancos es también reconocida por la relojería más precisa del mundo, la joyería más exclusiva y la moda más sofisticada, de modo que firmas como Cartier y Rolex tienen grandes sucursales aquí. Aficionado o no a la moda y al shopping, merece la pena que atravieses esta zona, ya que todo el distrito esá cubierto por un aroma y un ambiente especial. Incluso puedes acabar la visita mezclándote con las personas que caminan por la calle Niederdorf, que es la otra calle comercial de la ciudad. ¡Bienvenido a la capital del lujo!
Las cataratas del Rin
¿Listo para disfrutar de un ecosistema de naturaleza salvaje?
Espectáculos de la Madre Tierra
Aprovechando tu visita a Suiza, te proponemos un lugar de ésos que nunca se borrará de tu memoria: hablamos de las cataratas del Rin. Aunque se encuentra fuera de Zúrich, no está excesivamente lejos, pues se localiza en la frontera con Alemania, entre los cantones de Zúrich y Schaffhausen. Estas cascadas se formaron hace más de 14.000 años, durante la era glacial, permitiendo las coincidencias naturales que se formara un ecosistema de naturaleza completamente salvaje; por ello, a lo largo de la evolución apenas han cambiado de aspecto, pues el equilibrio entre agua y rocas no permite la erosión del terreno. Eso sí, deberás tener cuidado al acercarte, pues el agua baja con tal fuerza que es empleada para la generación eléctrica de ciudades enteras. En los alrededoers existen diferentes miradores. Y, ya que estás en la zona, no te pierdas el castillo de Worth, desde allí las vistas son incomparables.
Esquiar en Suiza
Qué el esquí sea una asignatura obligatoria lo dice todo. ¡Será inolvidable!
Gran destino para este deporte
Claro está, no puedes irte de Suiza sin aprovechar la oportunidad de esquiar en uno de los mejores destinos invernales del mundo. ¿Sabías que una de las asignaturas de los niños en los colegios suizos es el esquí? Imagínate cómo están de preparados... Las opciones son numerosas, pero, por cuestiones de cercanía con Zúrich, destacan las estaciones de Davos y Klosters, cuya unión ha dado como resultado más de 290 kilómetros esquiables. Ahí es nada. Cuenta con zonas para todos los niveles, y es precisamente en este lugar donde se dice que está la cuna del esquí en el país helvético. Además, puedes aprovechar para hacer un poco de turismo rural por la zona, como en la propia Davos, la ciudad más alta del continente europeo y un precioso rincón por donde dar un paseo después del esquí. Seas primerizo o un gran experto en esto de deslizarte sobre la nieve, es un enclave ideal. ¿Te atreves?
Tonhalle Gesellschaft
Actuaciones musicales en vivo y en un edificio histórico. ¿Quién da más?
Ahora una experiencia musical
Si te gusta la música en directo y quieres conocer uno de los lugares más emblemáticos de Zúrich, aquí tienes un plan diferente para tu noche: te recomendamos que te dejes caer por la calle Claridenstrasse y visites el edificio Tonhalle Gesellschaft. Este espectacular centro fue inaugurado por Johannes Brahms en 1895 y es, por méritos propios, la sede de la Orquesta Tonhalle de Zúrich. Con vistas a la plaza de Bürkliplatz, las actuaciones musicales en este lugar se traducen en momentos únicos, irrepetibles. A pesar de ser un lugar con una programación de lo más exclusivo y con gran reconocimiento internacional, es posible encontrar tickets a precios asequibles si se consulta con el suficiente tiempo o acercándose a la taquilla el propio día de la actuación, ya que resulta habitual que haya cancelaciones de última hora y puedas ver un concierto inolvidable a precios sugerentes.
Seebad Enge
Alucinarás con este spa: mimos y cuidados con unas vistas de película.
Tómate un respiro
Te damos la bienvenida al plan más relajante del que vas a poder disfrutar en tu viaje a Zúrich. ¿Imaginas conseguir aunar en un mismo lugar las prestaciones del mejor spa, pero con el ambiente, las vistas y el entorno de la naturaleza suiza? Sí, estás de suerte, has llegado al lugar indicado. El Seebad Enge es un centro de relajación ubicado en el lago Enge, de ahí su nombre, especialmente recomendable para pasar un día de relajación mientras disfrutas y conoces el encanto de las zonas más alejadas del casco histórico. En este centro de ocio y en la playa del lago encontrarás varios enclaves con actividades, pero quizá las zonas más populares sean aquéllas reservadas con acceso al lago (una de ellas es de uso exclusivamente femenino): desde allí podrás olvidarte del estrés mientras contemplas el agua, los montes y los pueblos cercanos a la ciudad. Una experiencia de lo más atractiva.
Chinese Garden Zurich
Parecerá por momentos que estás en Asia. Su belleza no te dejará indiferente.
Un hermanamiento singular
¿Sabías que la ciudad china de Kunming está hermanada con Zúrich? Esto se debe a que, durante los años ochenta, la ciudad suiza le prestó ayuda e información sobre la potabilidad del agua en un momento en el que la del país asiático sufría numerosas plagas y enfermedades. Para demostrar su agradecimiento, atención, Kunming le obsequió con un parque completo siguiendo la peculiar arquitectura civil del país: se localiza en el lago Seefeld y fue construido por expertos chinos a lo largo de los años noventa, concibiéndose como una auténtica obra de ingeniería y cuidando hasta el más pequeño de los detalles. Todos los motivos del jardín tienen su interpretación oriental, ubicándose en el centro el llamado 'Jardín de los Inmortales', flanqueado por un precioso edificio rojo de tejado amarillo y un pequeño estanque central. Alrededor, innumerables emblemas de la cultura oriental simbolizan la unión entre ambos pueblos. Un precioso lugar para descubrir.
MFO Park
¿Un parque vertical? Contémplalo en la lejanía al caer la noche y lo entenderás.
Francamente curioso
Como podrás comprobar al recorrer Zúrich, la arquitectura industrial tuvo especial relevancia en el desarrollo del centro urbano durante las primeras décadas del siglo XX. Ya en el nuevo milenio, la ciudad se ha propuesto rehabilitar ciertas partes para conseguir más zonas verdes en la urbe, y uno de los mayores éxitos se obtuvo con este MFO Park: está situado en el barrio de Neu-Oerlikon, y combina diferentes estructuras arquitectónicas con enormes zonas verdes; hasta tiene una zona en la que se cultivan vides y otros ábroles frutales. El acceso se hace a través de una curiosa escalera desde la que se puede ver todo el entramado de esta singular estructura metálica, erigiéndose como emblema de una perfecta rehabilitación industrial. De hecho, se ha ganado el título de parque vertical. ¿Quieres saber el motivo? Entonces, al caer la noche, aléjate un poco y contémplalo a unos metros de distancia. ¡Te sorprenderá!
Barrio de Bahnhofstrasse
La fama de Zúrich como ciudad de lujo no es un mito: este barrio hace gala de ello.
Si hablamos de lujo...
Por todo el mundo es conocida la fama de Suiza como país del lujo, y Zúrich es un buen ejemplo de esta ostentación y riqueza. Pese a la discreción y educación de la que hacen gala sus vecinos, la ciudad también tiene zonas donde esta fuerza económica y empresarial queda patente: por ejemplo, desde Bürkliplatz, dejando a un lado el lago, comienza la calle que dará nombre al barrio de Bahnhofstrasse en la plaza de Bahnhofplatz; se trata del distrito más lujoso de la ciudad y también uno de los más bellos y mejor cuidados. Para recorrerlo, puedes seguir al tranvía, que te irá marcando el camino a través de la alameda. Así lo hará también la iluminación a lo largo de la enorme calle, que en invierno, mezclándose con la nieve, conforma una de las estampas más bonitas de la zona. Todas las tiendas de marcas conocidas eligen este lugar para establecerse, por algo será.
Uetliberg, el tejado de Zurich
Impresionantes vistas de la ciudad y el entorno desde 871 metros de altura.
Tocando el cielo
La ciudad de Zúrich siempre hace gala de una curiosa mezcla en la que se combinan los avances de una de las urbes más potentes de Europa, sobre todo económicamente hablando, y los reductos del pequeño pueblecito donde comenzó a gestarse hace siglos. A pocos kilómetros del centro urbano puedes encontrar el conocido tejado de Zúrich, el Uetliberg; efectivamente, se trata del punto más alto de la ciudad. Desde los 871 metros de altura de este enclave se contempla su territorio, sus lagos y también los Alpes, con unas panorámicas realmente llamativas. En verano se convierte en una ruta de bicicleta que llega hasta Felsenegg, una estación desde la que observar fácilmente nuestro sistema de estrellas; es por ello que se llama 'el sendero de los planetas' y resulta muy popular entre los visitantes. En invierno, toda esta zona destaca por ser una divertida ruta de trineos. Y durante todo el año es un espectacular mirador.
Lago Zurich
Al sudeste de la ciudad se ubica este espectacular rincón, de visita obligada.
Un lugar idílico
El Lago Zúrich se localiza al sudeste de la ciudad, y se erige orgulloso como uno de los entornos más bellos que podrás encontrar en este destino. No sólo está reconocido como el lago más limpio del país, sino que también es una maravilla natural rodeada de montañas, bosques y de unos paisajes que te dejarán boquiabierto. Se trata de una de las zonas más concurridas en época vacacional y durante los fines de semana, ya que cuenta con numerosos atractivos: playas, jardines públicos, posibilidad de navegación, rutas en barco y muchísimas actividades de ocio y deporte con la naturaleza como elemento común. Se trata de la desembocadura del río Linth y el inicio del poblado y la civilización que terminó siendo Zúrich. Durante la invasión romana fue un lugar estratégico fácilmente defendible; para comprobarlo, no te pierdas las preciosas vistas de la masa de agua y de sus alrededores desde el mirador de Uetliberg.
Zooh! Zurich
Aquí priman las necesidades animales, y eso se nota. Una gran maravilla natural.
Ante todo, los animales
Este interesante zoológico está situado a las afueras de la ciudad, en una zona verde llamada Zurichberg, donde en el año 1929 se encontró un lugar lo suficientemente extenso como para desarrollar este proyecto de reserva animal y natural. El objetivo principal estuvo claro desde el comienzo: de lo que se trataba era de recrear diferentes ecosistemas bajo criterios puramente científicos; por encima de lo turístico primaba la idea de conseguir un lugar en el que proteger diversas especies animales de todo el mundo, amenazadas o en peligro de extinción. Y se consiguió, vaya si se consiguió: en la actualidad, más de trescientas especies distintas y más de cuatro mil ejemplares habitan este lugar, animales que proceden de lugares tan dispares como el Himalaya o África, pero que aquí han conseguido vivir y reproducirse. Y además, ¡puedes verlos! Más que de un zoo, hablamos de un acercamiento de la naturaleza al ser humano.
Suiss Chuchi para probar una fondue
En Suiss Chuchi encontrarás exquisitas fondues a muy buen precio.
Rico y a buen precio
Comer en Suiza puede ser una de las experiencias más exquisitas que puedas tener; para ello, no te vendrán mal algunas nociones que te puedan servir de ayuda. Si bien es cierto que la cocina es exquisita, no lo es menos que los precios suelen ser elevados. En cuanto a platos, la gastronomía nacional se divide fundamentalmente en recetas elaboradas con cerdo y patatas, que provienen de su vertiente alemana y, los quesos, de su rama italiana. Es aquí donde sobresalen las populares fondues. Por ello, te proponemos un restaurante donde puedes probar este riquísimo plato a un precio bastante asequible: se trata de un lugar llamado Suiss Chuchi, ubicado en el número 7 de la Niederdorfstrasse; lo reconocerás fácilmente por la vaca que corona su tejado y por el toldo amarillo que figura a sus pies. En esa calle encontrarás más restaurantes y puestos con comida típica de la ciudad. Guten Appetit!
La comida preparada en Coop y los puestos ambulantes
Platos y bocadillos típicos para llevar como alternativa perfecta.
Bueno, bonito y barato
Si dispones de poco tiempo para visitar la ciudad o sencillamente no quieres gastar mucho dinero en comer (sí, de acuerdo, los precios en ocasiones pueden resultar algo elevados), existen varias opciones para probar la cocina típica y tradicional de otra manera. En primer lugar, y pensando en los que no tienen tiempo que perder, están los puestos callejeros: a lo largo y ancho de la ciudad encontrarás comida para llevar, donde podrás probar las bratwurst, una especie de perrito caliente muy sabroso, los bretzeln, panecillos salados y esponjosos en forma de trenza, o los conocidos mandelfisch, dulces elaborados a partir de almendras y con una popular forma de pescado. Otra de las opciones que más están de moda en Zúrich es comprar comida para llevar en los establecimientos Coop, donde ofrecen comida casera ya preparada, con un amplio abanico donde elegir; existen numerosos locales repartidos por toda la ciudad.
Las populares raclettes
Otro manjar suizo: queso fundido, patatas, embutidos y vino blanco.
¡Más queso!
En el cantón de Valais se elabora un queso diferente y característico por dos cuestiones: por estar elaborado a partir de leche cruda de vaca y por su peculiar forma de rueda. Se trata de un enorme círculo círculo de queso que puede llegar a pesar más de seis kilos y que se suele tomar dejándolo derretir junto a una fuente de calor, de manera que se come fundido y caliente. Es a partir de aquí cuando se han popularizado las raclettes, una especie de parrilla similar a la fondue que resulta muy habitual pedir en bares y restaurantes para compartir entre varias personas; además, normalmente están acompañadas de embutidos, pepinillos y patatas cocidas, creando un plato más que contundente. La tradición comenzó en la región de Valais, pero pronto se popularizó y se extendió al resto del país, y ahora es uno de los platos más típicamente suizos. Acompáñala con un buen vino blanco de la zona.
Calle Niederdorfstrasse
Epicentro comercial y culinario de Zúrich, a unos precios más bien asequibles.
Una gran oferta gastronómica
Justo por la fachada trasera de la iglesia de Grossmünster, siguiendo el rastro de la orilla del río Limmat, baja la calle Niederdorf para perderte en el casco histórico de Zúrich. Ésta es una de las avenidas con mayor actividad de la ciudad: durante el día es la arteria principal para tiendas y compras, pero cuando cae la tarde, al anochecer, la calle rebosa de gente que va llenando las terrazas (en verano) y los locales de la zona, convirtiéndose en el epicentro de la oferta nocturna. Desde el mediodía es un hervidero de gente que acude a cualquiera de sus muchas cafeterías o restaurantes para desayunar, tomar el aperitivo, comer o cenar, conformando la zona más sugerente para alternar en una comida de trabajo o en una cena informal. Además, tiene fama de ser la zona más asequible para hacerlo si nos referimos a precios. ¡Ya sólo te falta elegir dónde deseas pedir mesa!
Comer carne en Lindenhofkeller
Mundialmente reconocido: sus platos de carne valen su peso en oro.
Lo mejor para un capricho
Si estás pensando en darte un capricho y salir a comer o cenar en un lugar especial, aquí va nuestra recomendación personal: el restaurante Lindenhofkeller no es sólo uno de los más afamados de la ciudad de Zúrich, sino que se trata de todo un mito en la región. Lleva abierto desde 1860, y tiene dos cualidades que lo hacen sumamente especial: de un lado, por su impresionante cocina, considerada por gran parte del público y crítica como una de las mejores del mundo. Si buscas algo típico, el lomo de ternera al horno es su especialidad, aunque también sus estofados gozan de un gran renombre; de otro, porque posee una de las mejores bodegas de la ciudad, conservando en su interior más de seiscientas referencias de vinos de primera calidad. Los enólogos y los amantes de los buenos caldos tienen aquí un santuario para consentir a su paladar. Sin duda, un lugar único y especial.
El buen vino suizo
¿Un plan 100% suizo? Acompaña una buena copa con un poco de queso. ¡Delicioso!
Llegó la hora de brindar
A pesar de su pequeña extensión, Suiza tiene grandes e importantes cosechas de vinos, algunas de ellas de tanta calidad que incluso llegan a competir con los caldos franceses y españoles. Es en la zona sur y en la más cercana a la región francófona del país donde más se cultiva la vid, especialmente en los cantones de Vaud y Tesino, y también en la región de Ginebra. Pero Zúrich no se queda atrás, y, a pesar de las duras condiciones del terreno y a la climatología adversa, en sus alrededores también se elaboran buenos vinos: si quieres probar esta bebida autóctona, te recomendamos que al caer la tarde pasees por las calles Oberdorfstrasse o Niederdorfstrasse y te dediques a recorrer sus agradables locales y terrazas, esta última opción sólo si el tiempo acompaña. ¿Quieres conocer un plan 100% suizo? Aprovecha para ir probando estos vinos con tapas de queso. ¡Un maridaje espectacular!
Marchando una de carne
Si eres un carnívoro empedernido, no tendrás problemas para comer en Zúrich.
Bocados de placer
La cocina suiza tiene también una gran tradición en la elaboración de carnes, especialmente debido a la influencia alemana; no obstante, los propios suizos se remontan a épocas prerromanas para explicar que los primeros asentamientos y civilizaciones sobre el terreno ya cazaban y preparaban los alimentos de una determinada forma. Sea como sea, hay unos cuantos platos que no debes dejar de probar: de un lado, las parrilladas de carne con chucrut y patatas, una deliciosa conjunción. De otro, los Züri Gschnätzlets, una de las recetas más populares, basada en un estofado de carne, especias de la zona, nata y vino blanco. Por supuesto, encontrarás también todo tipo de salchichas. A lo largo de la céntrica calle Niederdorf, a orillas del río Limmat, encontrarás numerosos restaurantes y terrazas donde poder probar este tipo de platos con precios para todos los públicos.
El Rösti y las patatas suizas
Está concebido como el plano nacional, por lo que no puedes irte sin probarlo.
Cien por cien suizo
Si nunca probaste el conocido rösti, no encontrarás una oportunidad mejor para hacerlo. Es posible que el origen de este popular plato, puramente suizo, se encuentre en las familias de agricultores de las montañas: estos trabajadores de la tierra preparaban cada día la receta a partir del producto más habitual en la casa, que era la patata. Y es que el rösti es una mezcla de patata cortada en rodajas y frita o cocida junto a grasas animales y todo tipo de ingredientes, para finalmente formar una especie de tortilla. Desde cebollas hasta panceta, quesos o especias de cada zona, variaciones hay muchas. Tradicionalmente ha sido concebido como el plato nacional suizo. Ahora puedes encontrarlo en cualquier local, incluso para llevar. Se dice que originalmente era parte del desayuno y aún hay gente que lo toma de este modo, por lo que te recomendamos que lo pruebes en alguna cafetería del centro de la ciudad.
¿Un poco de queso?
Nuestra recomendación especial: fondue de queso a la luz del tranvía.
No sabrás por cuál decidirte
Sin lugar a dudas, uno de los productos estrella de la cocina suiza son los quesos, presentes en muchos de los platos típicos. Su elaboración e historia se remonta siglos atrás, y la cantidad y variedad de quesos que puedes encontrar en el país es prácticamente inabarcable. Quizá el más popular de la zona de Zúrich sea el conocido 'emmental', con sus populares agujeros; sin embargo, también hay quesos duros, quesos blandos, alpinos y, por supuesto, quesos para fondue, una de las especialidades gastronómicas nacionales. De hecho, se estima que hay casi quinientas variedades diferentes y reconocidas. Si quieres llevarte de recuerdo este tipo de producto, los más habituales son el 'gruyère', el 'sbrinz' o el ya comentado 'emmental'. Y ahora, un plan diferente: ¿que te parecería probar una deliciosa fondue de queso mientras recorres la ciudad en tranvía? Sí, en Zúrich puedes hacerlo. Una forma diferente de hacer turismo, ¿verdad?
El chocolate suizo
Fue en Suiza donde se comenzó a elaborar el chocolate como lo conocemos hoy día.
El gran placer azucarado
Cuenta la historia que la conocida tradición chocolatera suiza comienza precisamente en Zúrich: se dice que fue aquí cuando en 1697 el alcalde de la ciudad, Heinrich Escher, conoció el chocolate en una visita a Bruselas y lo introdujo en el país; eso sí, reservado exclusivamente a las clases más acomodadas de aquella época. Como curiosidad, el chocolate fue repudiado por la sociedad suiza hasta prácticamente entrado el siglo XIX, cuando se le comenzaron a atribuir razones afrodisíacas. Aunque el origen de este alimento no se encuentra aquí, sí lo está la elaboración del mismo, que a la postre sería lo que diese prestigio mundial. El primer paso fue en el año 1850 con Charles Amédée Kohler, que produjo las primeras variantes del chocolate. Y, por supuesto, con Rudolph Lindt, que en 1879 elaboró el primer chocolate tal y como lo conocemos hoy en día. La Fábrica-Museo Lindt se puede visitar en la calle Seestrasse.
Museo Heidi Weber
La esencia Le Corbusier por fuera, la obra Weber por dentro: una alianza insuperable.
¡Que vivan los colores!
Con el lago de Zurich como invitado de excepción, esta construcción multicolor es uno de los museos más curiosos que vas a encontrar no sólo en Suiza, sino en toda Europa: se trata del Museo Heidi Webet, también conocido como Maison de l´Homme. La historia del edificio transcurre durante los años sesenta, cuando se fraguó la amistad entre el afamado arquitecto Le Corbusier y la artista Heidi Weber, ambos suizos. Fueron ellos dos quienes firmaron este proyecto, enraizado bajo una simple idea: una galería en la que exponer la obra de Weber bajo los parámetros del arquitecto. El fallecimiento de Le Corbusier durante la edificación obligó a la artista a tomar las riendas y a cambiar los contratos de la obra para que fuera uno de los ayudantes del maestro quien la terminara en su honor. En la actualidad acoge numerosas exposiciones, aunque solamente por disfrutar del exterior ya merce la pena acercarse hasta aquí.
Museo Haus Konstruktiv
Repaso a la tradición y las mejores obras de esta corriente tan arraigada en Suiza.
¿Un poco de arquitectura industrial?
Antes de diseccionar este museo hay algo que debes saber: la corriente artística de la arquitectura industrial fue una de las más vivas y significativas en la Suiza del siglo XX. Por ello, el Museo Haus Konstruktiv es un centro dedicado por completo al mantenimiento y exposición de esta corriente. Se trata de una institución dedicada al análisis histórico y al arte constructivo, conceptual y concreto; a lo largo de sus múltiples secciones podrás ir acercándote a este movimiento hasta llegar a la parte más importante del lugar, la obra del artista suizo Fritz Glarner y su Rockefeller Dining Room. Pero la visita no termina aquí, pues casi tan importante como la propia muestra es la cafetería del centro, donde se organizan habitualmente exposiciones y debates sobre estas corrientes artísticas. Conocer este museo te ayudará a comprender mejor el resto de la ciudad y a qué se debe la fisonomía de sus edificios.
Mühlerama de Zurich
Adéntrate en la historia de los molinos de una manera didáctica y divertida.
Realmente curioso
Bienvenido a un museo alejado de lo convencional, diferente a lo que has visto hasta ahora: la sede de Mühlerama se encuentra en un antiguo molino que posteriormente se utilizó como fábrica de cerveza. La construcción se llevó a cabo en el año 1913, pero no fue hasta 1989 cuando se reformó siguiendo el estilo de la Belle Epoque. El edificio no engaña, pues su contenido está... dedicado a los propios molinos: aquí podrás visitar la sala de máquinas, que se conserva en funcionamiento para mostrar a los visitantes el proceso del grano hasta llegar a convertirse en harina; también dispone de una sección histórica en la que se muestra la importancia de los molineros en la evolución de la ciudad y en su economía. Mühlerama está construido para el entretenimiento de los visitantes, incluyendo incluso diferentes actividades para los pequeños. También posee un restaurante y un piano bar donde degustar la gastronomía local.
Fundación Colección E.G. Bührle de Zurich
Aquí relucen genios como Monet, Renoir, Van Gogh o Picasso. ¿Te lo vas a perder?
De un valor incalculable
Durante los años 20, el popular industrial Emil Bürhle se trasladó a la ciudad de Zúrich para comenzar a coleccionar creaciones de pintores con tanto renombre como Monet, Courbet y otros grandes artistas impresionistas. Con el paso de los años, esta recopilación de obras dio lugar a la mayor exposición de arte privado de Suiza, que actualmente se encuentra ubicada en su antigua casa al sur de la ciudad y abierta al público. A lo largo de sus tres plantas podremos realizar un recorrido que nos guiará por las numerosas corrientes de la historia del arte: en la planta baja hay obras desde el siglo XVI hasta el XIX, entre las que figura Van Gogh o Renoir; en el primer piso, una importante muestra del siglo XX, con lienzos firmados por Picasso o Derain; ya en la planta alta, asistirás a un auténtico viaje en el tiempo, contemplando obras religiosas desde el siglo XII al XVI. ¡Obligatorio!
Museo de Artes Aplicadas de Zurich
Sus colecciones textiles, de pósters y de diseños acabarán por fascinarte.
Esencia vital
También conocido como Museo Bellerive, es una verdadera institución en el mundo del diseño al mostrar cómo algunas disciplinas como la arquitectura o las artes gráficas se relacionan con las personas y forman parte de su vida cotidiana. Este Museo de Artes Aplicadas se inauguró en el año 1968, y tanto su colección permanente como las diferentes muestras temporales que ha albergado le han servido para ganarse un reputado nombre a nivel internacional. Dispone de extensas colecciones de pósters, gráficos y diseños, aunque quizá la más destacada sea la muestra textil: contiene numerosos trabajos que abarcan desde el siglo IV hasta nuestros días, haciendo especial hincapié en las obras de corte art nouveau y en tapices estadounidenses y japoneses. También alberga llamativos elementos en cristal, madera o cerámica. Sin duda, uno de los centros culturales más sugerentes de la ciudad, seguro que no te deja indiferente.
Museo de Bellas Artes de Suiza
Obras de El Greco, Cezánne o Kandinsky conforman una envidiable colección.
La cumbre del buen gusto
La riqueza de sus fondos lo convierte en uno de los museos más importantes de Suiza y en una cita ineludible para cualquier amante del buen gusto. El Museo de Bellas Artes de Zúrich (Kunsthalle) alberga importantes obras de genios de la pintura como Paul Cezánne, Brueghel el viejo, Canaletto, Munch, Renbrandt, Manet o El Greco, así como una interesante colección de grabados donde tendrás la oportunidad de contemplar grandes creaciones de Alberto Durero, Nic Hess o Salomon Gessner, entre otros. Especialmente llamativas resultan dos de sus colecciones, cuidadas hasta el más mínimo detalle: la de arte moderno, donde Chagall, Kandisnky, Matisse, Giacometti o Picasso se convierten en verdaderos protagonistas, y la de fotografía, con imágenes de Henri Cartier-Bresson o Stieglitz. Fue fundado en el año 1910, y sus enormes dimensiones han provocado que se esté dividido en tres zonas diferentes. ¡No te lo puedes perder!
Jardín Botánico
Paseo por la flora más típica de la región y recreación de climas tropicales y alpinos.
Naturaleza en estado puro
Es una forma excelente de conocer y entender la región desde un punto de vista distinto. Perteneciente a la Universidad de Zúrich, el Jardín Botánico se empezó a construir en 1833, y en 1851 comenzó a tomar forma el invernadero que, actualmente, goza de tanto reconocimiento que está considerado como uno de los monumentos protegidos de la ciudad. Este centro hace un recorrido cronológico y geográfico por el mundo natural, así como una imagen introspectiva de la flora de la región donde se ubica Zúrich, marcada por características propias y diferente a la que se puede encontrar en el resto del país, debido a la orografía. Además, muestra recreaciones naturales de climas tropicales, mediterráneos y alpinos y cuenta con una espectacular zona de plantas acuáticas en la que se dan cita multitud de especies. Se trata de una ocasión visita obligatoria para todos los amantes de la naturaleza, un enclave realmente espectacular.
Cabaret Voltaire
Antes cabaret, ahora centro de exposiciones... ¡Una historia muy curiosa!
La cuna del dadaísmo
Ésta es una de las historias más curiosas de Zúrich. Corría el mes de febrero de 1916 cuando el artista Hugo Ball, uno de los más transgresores de la época, fundó sobre un teatro el Cabaret Voltaire. El centro tenía como finalidad burlarse, a través de parodias, de las obras tradicionales representadas en el teatro inferior; esta práctica se llevaba a cabo ante la necesidad de buscar nuevas corrientes artísticas. Por sorprendente que pueda parecer, estas originales interpretaciones fueron cobrando cada vez más protagonismo y reconocimiento entre el público, y de esta manera tan arbitraria, en este lugar tan extraño, se fundó el movimiento Dadá. También acogió a intelectuales que abrazaron el surrealismo y a una gran cantidad de corrientes alternativas e la época. Ahora puedes visitarlo por dentro y ser partícipe de este mundo paralelo, pues desde 2002 se ha convertido en un centro de exposición del movimiento dadaísta.
Museo Rietberg
Valiosas muestras de arte africano, americano y asiático. De visita obligada.
Multiculturalidad ante todo
¿Habías imaginado alguna vez contemplar bajo un mismo techo obras de arte que definan a todas las culturas del mundo? En ese caso, tus sueños acaban de hacerse realidad: el Museo Rietberg acoge una interesantísima muestra permanente en la que tendrás la oportunidad de presenciar atractivas obras provenientes de Asia, África, América y Oceanía, muchas de ellas de gran valor histórico. Inaugurado en el año 1952, con sede en una preciosa mansión del siglo XIX, en su interior encontrarás importantes elementos de arte precolombino, efigies religiosas hindúes y budistas, ruinas arqueológicas y, sobre todo, una impresionante colección de piezas asiáticas que se remontan hasta los siglos II y III a.C.; no en vano, la exhibición de reliquias japonesas es una de las más importantes del mundo,todo un must durante tu paso por Zúrich. En 2007 se inauguró otro edificio aledaño llamado Smaragd, que alberga nuevas colecciones y se caracteriza por su llamativo diseño en cristal.
Museo Nacional Suizo
Interesante recorrido por la historia del país y grandes obras de Piccaso o Van Gogh.
Sorpredente por fuera y por dentro
Bienvenido al centro por excelencia de la actividad cultural. A lo largo de la historia, Zúrich ha ido absorbiendo todas las corrientes y las influencias de las diferentes culturas que pasaban por su territorio. desde los romanos, primeros dominadores de la zona, hasta las influencias germanas, británicas y francesas. Pues bien, gran parte de este legado artístico se encuentra el Museo Nacional Suizo: este singular edificio se sitúa junto a la Estación Central y lo reconocerás por su curiosa construcción, cuyo diseño bien parece sacado de un cuento de hadas gracias a sus torres curvilíneas y a sus cónicos tejados. En su interior podrás disfrutar de un repaso a la historia del pueblo suizo desde la etapa prehistórica hasta bien entrado el siglo XXI, una visita imprescindible para conocer y entender la trayectoria del país. Además, exhibe una importante colección de otros artistas tan conocidos como Van Gogh o Picasso.
Hauptbahnhof – Estación Central
Importante punto de encuentro para viajeros suizos y de otras partes de Europa.
Un ritmo frenético
Este enorme lugar rompe con la calma habitual que se respira en las calles suizas. La Estación Central de Zúrich (Zurich Hauptbahnhof) es uno de los núcleos de ferrocarril con mayor actividad del mundo: al tratarse de la última parada del gran proyecto que supuso la primera línea de ferrocarriles del país, creada durante el siglo XIX, se convirtió en uno de los ejes y puntos de encuentro para los viajeros de Suiza, Alemania, Austria y otras múltiples procedencias de Europa. Actualmente, sus andenes siguen albergando una frenética actividad durante todo el día, pasando por aquí alrededor de 2.700 trenes cada jornada; y durante la noche, por si fuera poco, tampoco cesa su actividad. Sus imponentes instalaciones bien merecen una visita: te recomendamos que aproveches para tomar un café mientras observas tanto el edificio como el ajetreo de los viajeros, será una experiencia sumamente curiosa.
Bürkliplatz
Ubicada en un lugar estratégico, es famosa por su animado mercado de pulgas.
Del puerto al centro
Esta popular plaza a medio camino entre el puerto y el centro de la ciudad es una de las más transitadas y célebres de Zúrich, y no es para menos: en el siglo XIX se decidió cubrir con tierra el agua que discrurría bajo la zona para construir una zona verde de amplios paseos, convirtiéndose desde entonces en un punto estratégico de atraque para todas las embarcaciones que paseaban alrededor de la ciudad. Su arquitecto fue Arnold Bürkli y, como es habitual, su apellido da nombre al foro. Se encuentra en un punto muy céntrico, a sólo cinco minutos de la conocida calle Bahnhofstrasse. Pero lo que verdaderamente le da vida es el mercado Flohmarkt Bürkliplatz, un curioso mercadillo de pulgas, perfecto si estás buscando ese bonito recuerdo de Zúrich, desde la típica artesanía como el reloj de cuco hasta dulces de la zona. ¡Estás en Bürkliplatz!
Estatua de Alfred Escher
Merecido homenaje al pionero del ferrocarril alpino suizo.
¡Todos al tren!
Alfred Escher fue un político, empresario e ingeniero suizo de gran importancia para el desarrollo de Zúrich durante el siglo XIX. Eso sí, por lo que se le recuerda principalmente es por su proyecto del ferrocarril alpino suizo, que terminó convirtiéndose en el ferrocarril de San Gotardo. Este trazado dio un enorme empujón a la industria de la ciudad y permitió una etapa de gran florecimiento económico. Sin embargo, y a pesar de ser considerado uno de los industriales más destacados de su época, Escher no fue invitado a la inauguración de su propio proyecto en el año 1880 como consecuencia de que, durante su construcción, los problemas con la financiación y plazos de la gran obra le costaron el puesto. La historia ha querido reconocerle en su justa medida con este monumento ubicado en la Bahnhofplatz, diseñado por Richard Kissling e inaugurado en 1889.
Puente Mülesteg
Este puente de madera ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad.
Imágenes inolvidables
Hablamos de uno de los monumentos emblemáticos de Zúrich, un antiguo puente de madera que cruza el río Limmat de orilla a orilla; y es que desde hace años se ha convertido en uno de los lugares más frecuentados por visitantes y vecinos para disfrutar de sugerentes panorámicas. El horizonte es único, pues desde aquí contemplarás toda la ciudad y se convertirá en un lugar ideal para tomar fotos inmejorables. Aunque el Puente Mülesteg ha sido restaurado en numerosas ocasiones desde su construcción en el siglo XIX, aún se mueve en los días de viento, debido a que su peculiar arquitectura no le confiere una disposición extremadamente rígida: esto lo ha convertido en un paso para valientes y ha permitido que surjan todo tipo de historias sobre él. Es tan famoso que deberás cruzar de lado a lado del río al menos una vez durante tu visita. Ahora aguanta la respiración y... ¡adelante!
Iglesia de Fraumunster
Destacan las vidrieras elaboradas por Giacometti y Chagall. ¡Impresionantes!
La tercera en discordia
Esta abadía forma, junto a San Pedro y Grossmünster, el clásico triunvirato de edificios religiosos de la ciudad. Fraumünster nació como convento para mujeres; de hecho, fue Luis el Germánico quien la construyó en el año 853 para una de sus hijas. Desde entonces, fue ganando protagonismo político hasta el punto de que el rey Enrique II, en el siglo XI, le dio poderes para acuñar monedas, cobrar peajes y poseer mercados. Cuenta con una arquitectura un tanto ecléctica en la que no sobresale ningún estilo en especial, ya que está conformada por pinceladas de las diferentes corrientes artísticas que fueron transformando Zurich. Destaca por el color verde que encumbra su gran torre, pero lo que de verdad le otorga fama son sus espléndidas vidrieras, creadas por los genios Augusto Giacometti y Marc Chagall, unas obras que fueron terminadas en el siglo XX y que representan distintos pasajes de la Biblia.
Schanzengraben
Aunque algo a desmano, merece la pena conocer esta preciosa alameda.
Paseos con perspectiva
Situado en uno de los extremos de Zúrich, Schanzengraben está a medio camino entre una alameda, un parque y un barrio. Descubrir esta zona se hace imprescindible si se quiere conocer la historia de la ciudad, ya que sirvió como punto militar de referencia para la defensa del imperio romano frente a los ataques enemigos, núcleo industrial de la región y, en la actualidad, una idílica zona en la que el tiempo parece detenerse. Fue entre los años 1952 y 1984 cuando se llevó a cabo un importante proyecto de rehabilitación que permitió reinaugurarla como una preciosa alameda de la que los vecinos se sienten realmente orgullosos. Es peatonal y discurre junto al río y junto a canales, por lo que se erige en un enclave muy recomendable para pasear y contemplar otra perspectiva del casco antiguo. Suele disfrutar de un animado ambiente en determinadas zonas.
Iglesia de San Pedro
Coronada por una auténtica maravilla: su reloj mural es el más grande de Europa.
La más antigua
La invasión y dominio romanos dejaron una huella imborrable en la ciudad de Zurich. La primera muestra de ello es la iglesia de San Pedro (St. Peterskirche), construida hacia el año 900, que ponía límites a la fortaleza de Lindenhof, también romana. Contemplando el exterior, seguramente lo que más te llame la atención es su torre, que se levantó en el siglo XII siguiendo los cánones románicos y góticos, al igual que ocurrió con la nave central. Y es que la relevancia histórica de este templo no es menor: junto Grossmünster, es el más importante de la ciudad; de hecho, en esta iglesia fue enterrado el primer alcalde de la ciudad de Zurich en 1360. ¿Otra curiosidad? Sí, aquí va: si miras hacia la torre, verás un enorme reloj que la corona. Pues bien, se trata del reloj mural más grande de Europa gracias a sus 8,7 metros de diámetro.
Plaza Lindenhof
Estar en Zúrich y no visitar esta plaza sería delito. Así que... ¡no te olvides!
Núcleo histórico por excelencia
Parece mentira, con la paz y tranquilidad que se respiran actualmente en la Plaza Lindenhof, que este enclave fuera el epicentro de la actividad de la ciudad. Y no sólo eso, también ha sido protagonista de excepción en numerosas contiendas y episodios históricos de Zúrich: ya en el siglo IV fue el lugar elegido para levantar un castillo y defender las fronteras romanas de los ataques alemanes; posteriormente, en el siglo IX, el emperador Carlo Magno decidió erigir aquí la Residencia Real en la que vivió; y, como consecuencia de ello, se convirtió desde entonces en el epicentro de reuniones y manifestaciones de los vecinos. No en vano, en la Plaza Lindenhof se leyó el juramento a la Constitución Helvética en el año 1798. Ahora, flanqueada por la catedral de Zúrich, el río Limmat y la Universidad de la ciudad, se convierte en el emplazamiento perfecto para descansar y contemplar el paisaje.
Opernhaus
Su auditorio es de los mejores del mundo, por aquí han pasado todos los grandes.
Neobarroco y mucho roble
La ciudad de Zúrich se caracteriza por ser una amalgama de diferentes estilos, corrientes y movimientos artísticos y culturales, algo a lo que ha ayudado mucho su enclave geográfico, testigo directo de todos los cambios históricos que se han producido en el viejo continente. Un buen ejemplo de ello es el edificio de la Ópera (Opernhaus), esplendoroso en todas sus líneas y con los bustos de Mozart, Weber y Wagner reinando desde lo más alto: en sus paredes son fácilmente reseñables las formas del estilo neobarroco, habiendo sido construido sobre 1.500 palos de roble. Data de el año 1891. En su interior alberga uno de los auditorios más importantes de Europa, de estilo rococó; su inauguración se ejecutó con la representación de Lohengrin, de Richard Wagner, y desde entonces han pasado por aquí los principales compositores del planeta. Como curiosidad, fue la primera ópera del mundo en disponer de luz eléctrica.
Iglesia de Grossmünster
Estás ante uno de los edificios más importantes de la historia de Zúrich.
Aquí comenzó todo
Llegar a la iglesia de Grossmünster significa echar la vista atrás. La Reforma Protestante del siglo XVI, originada en Alemania, llegó pocos años después a Suiza para cambiar este país para siempre: la crítica a la Iglesia Católica y la reivindicación de una nueva, la protestante, se originó en esta iglesia, pues fue en el altar de Grossmünster desde donde Ultico Zuinglio alzó la voz hacia los fieles para defender el protestantismo. Desde el punto de vista arquitectónico, se trata de un imponente edificio románico con ciertos toques góticos construido entre los siglos XI y XII, aunque se le fueron añadiendo nuevos elementos tras sucesivas reformas posteriores. Destaca especialmente por sus preciosas vidrieras, sus capiteles románicos y por las puertas de bronce diseñadas por Otto Münch a mediados del siglo XX, además de por sus estilizadas torres gemelas que se elevan hacia el cielo, todo un símbolo de la ciudad.
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