Añade planes a tu guía de viaje de Rabat
Pulsa sobre "añadir plan", para ampliar tus opciones de ocio en tu guía de viaje.
Guía turística: qué hacer y ver en Rabat
Seducirá tus sentidos más exquisitos.
La capital del reino de Marruecos es una ciudad llena de historia y cultura en la que, además, podrás relajarte en elegantes rincones. Aprovecha que estás en Rabat para pasear mirando al Atlántico, conoce su historia a través de monumentos históricos como la Torre Hassan, el Mausoleo Mohamed V, o la Necrópolis de Chellah, déjate seducir por su gastronomía, piérdete en sus bazares y zocos, y regálate una de sus típicas alfombras y bisutería. Elige los planes que más te atraigan y, eso sí, no te olvides de visitar sus mezquitas y jardines empapándote de esta exótica cultura.
- Monumentos
- Compras
- Ocio
- Gastronomía
- Aire libre
- Museos
- Monumentos
- Compras
- Ocio
- Gastronomía
- Aire libre
- Museos
Complexe des Potiers
Aunque no quieras comprar, merece la pena conocer desde dentro este antiguo oficio
Alfarería artesanal
Si quieres contribuir con tus compras a que un oficio milenario no se pierda, debes hacer una visita al Complexe des Potiers -Ciudad de los Alfareros- en Oulja, cerca de Salé. Sus caminos de tierras arcillosas y burros que transportan con todo el cuidado el material para hornear hacen que este enclave parezca un universo mágico de artesanos de manos color tierra. Más de 700 alfareros han hecho de Oujla la capital de este tipo de artesanía y parte de ellos se han asociado para sobrevivir y formalizar su importancia como núcleo turístico, asegurarse de que las autoridades colaborarán en no quedarse sin materia prima y solicitar la creación de eventos para dar a conocer su ubicación y obras de arte en cerámica. También reclaman que mejoren sus condiciones de trabajo y los artesanos estarán encantados de venderte alguna pieza y de mostrarte en qué consiste ser alfarero.
Rue Souika
Varios regateos después, seguro que acabas cayendo en la tentación con algún pintoresco artículo
Imposible salir sin una compra
Una de las calles más concurridas y auténticas de la Medina de Rabat, la Rue Souika, es el epicentro del regateo y las compras de los turistas en su visita a la ciudad. Se trata de un colorido zoco en el que los olores de las especias y el cuero se entremezclan con las baratijas, babuchas y cualquier objeto típico que desees comprar. La ventaja de este bazar es que los vendedores no te perseguirán durante metros para que compres en sus tiendas, por lo que el paseo es mucho más relajado. Como siempre, considera hacer una oferta menor del precio inicial que te indiquen y trata de mostrar menos interés del que verdaderamente tengas por los objetos. A veces será imposible resistirse a los encantos de las curiosidades que encuentres bajo los toldos de colores: quizás no pensabas comprar una lámpara de aceite parecida a la de Aladino y acabes con ella en la maleta.
Zoco de las alfombras
Tan solo con ver una muestra, te enamorarás de sus tejidos y colores
Descubre por qué tienen tanta fama las alfombras de Rabat
Las alfombras de Rabat tienen una característica peculiar y es la ausencia de narraciones épicas tejidas -como en otros casos de alfombras árabes-, sustituidas por formas geométricas, florales y coloridas, tradicionalmente conocidas como 'kubba'. El gran zoco de las alfombras de Rabat es uno de los destinos de compras por excelencia, debido a su gran variedad de precios, estilos y tejidos, dependiendo de la zona de la que proceda el trabajo artesanal. En este mercado no encontrarás solo alfombras decorativas, sino también artesanos que ofrecen metros de telas. Puedes comprar también los clásicos tapices de pared que cubren restaurantes y riads restaurados, alfombras en tonos neutros procedentes del Alto Atlas y otro tipo de artesanía bereber que emplea lana virgen para realizar alfombras típicas de los nómadas. No obstante, no olvides el tamaño y peso restringidos en los vuelos de regreso, por lo que si compras este producto típico quizás deberías informarte sobre compañías de mensajería.
Souq as Sebbat (Zoco de las Joyerías)
Pequeñas tiendas artesanales donde, si te dejas, te perderás entre piedras preciosas y joyas
Para un capricho más especial
Las compras en la Medina pueden ser una auténtica locura si no llevas un presupuesto definido y la lista de la compra a mano. En concreto el Souq as Sebbat, también conocido como Zoco de las Joyerías o el Zoco del Oro es un lugar para darse un capricho si lo que te interesan son las piedras preciosas o semi preciosas. Al parecer, incluso las prometidas de Rabat acuden a este zoco para elegir sus alhajas de boda que pagará el futuro marido, en ocasiones a plazos. Las joyerías son más bien tiendas pequeñas de artesanos de la filigrana, que no solo trabajan en oro y plata, y que a veces cobran al peso, sin importar el trabajo de tallado de la joya en cuestión. A pesar de sus precios, siempre serán más baratos que comprar la misma pieza en Europa, pero no olvides que el deporte nacional es el regateo y se debe emplear incluso en este zoco.
Museo Nacional de la Joya
Con colaboración española, la creación de este museo es una muestra más de la pasión por el arte
Recorrido por la orfebrería marroquí
La histórica relación entre Andalucía y Marruecos dio sus frutos en el año 2006 con la colaboración en la inauguración del llamado Museo Nacional de la Joya, que contó con una aportación económica de 150.000 euros de las arcas andaluzas. El objetivo de este museo es dar a conocer la artesanía y orfebrería marroquí, desde la Prehistoria a la actualidad, con una exposición permanente que debe mucho a la tradición morisca exiliada que escapó de Andalucía y volvió a levantar en Rabat sus talleres de joyería. Situado en la Kasbah des Oudaias, el Museo Nacional de la Joya contiene cerca de 300 piezas de extraordinaria belleza que identifican el lujo por etapas históricas: conchas y huesos en ornamentos prehistóricos, collares con cuentas de vidrio de la época romana y colgantes, anillos y monedas de oro correspondientes al Medievo. La riqueza contenida en este museo, incluidos objetos de piedras preciosas, refleja los gustos y costumbres de la alta sociedad marroquí.
Museo de la Moneda Al-Maghrib
Date un paseo por la historia de la moneda de aquí y de allá
Amplia colección de moneda y timbre
El casi desconocido Museo de la Moneda del Banco Al-Maghirb fue inaugurado por el rey Mohammed V en junio de 2002, con una colección que contiene más de 30.000 piezas relativas a moneda y timbre. Curiosamente ha tardado mucho tiempo en ver la luz esta colección, cuyos fondos principales se remontan a 1947. En su interior descubrirás un macro-museo con más de 2.000 metros cuadrados de alta tecnología y modernos diseños arquitectónicos, que combina un aspecto futurista con la historia del Banco Central y su exclusiva colección numismática. La visita representa toda una experiencia audiovisual que se completa con una exposición permanente relativa al mundo de la economía, perteneciente a la colección pictórica atesorada por el Banco Al-Maghrib. Si consultas la web del museo también podrás aprovechar su programación cultural, que va desde conferencias sobre artistas marroquíes a ciclos sobre numismática, pasando por los originales talleres infantiles sobre "cómo diseñar tu propio billete".
Villa des Arts
Aprende a amar las diferentes disciplinas artísticas marroquíes
Arte contemporáneo y actividades culturales
Y por fin Rabat decidió no vivir de la gloria pasada, sino reivindicar sus obras de arte y creadores contemporáneos. La reciente creación de la llamada Villa des Arts, patrocinada por la Fundación cultural ONA y vinculada a la Galería Saatchi, tiene como objetivo dirigir la atención del público a las diferentes disciplinas artísticas en las que se trabaja actualmente. No se escatima en medios y puede sorprender la cantidad de edificios contiguos donde se exhibe arte contemporáneo, incluida una torre de cemento y cristal, escultura Al Borj, que homenajea la solitaria Torre Hassan. La Villa des Arts alberga desde la sala Diwan con exposiciones permanentes y temporales de arte contemporáneo, a la sala Forum donde se realizan simposios e intercambios culturales, recitales de poesía, conciertos e incluso representaciones teatrales. Los estudiantes e investigadores pueden acceder a su amplia Mediateca con fondos documentales siempre relacionados con el mundo del arte, que también se puede consultar online en un Museo Virtual.
Museo Nacional de Servicios Postales y Telecomunicaciones
Curiosísimo museo lleno de artilugios que gustará tanto a mayores como a pequeños
¿Quieres ver el primer fax de la historia?
Inaugurado en los años setenta, el Museo Postal es el lugar preferido por los amantes de la filatelia porque alberga todas las rarezas en forma de sellos y objetos relacionados con las telecomunicaciones. Entre sus tesoros se encuentra el primer sello oficial de Marruecos, que data de 1912 y retrata una mezquita tangerina. Los objetos relacionados con el avance de las telecomunicaciones en el país van desde el teléfono y telégrafo al pintoresco belinógrafo, inventado por Édouard Belin en 1913 y que también se conoce como telefotografía. Este invento podría considerarse el lejano antepasado del actual Internet, ya que se podía enviar imágenes cableadas a través de la red del teléfono. Otro de los objetos curiosos expuestos es el llamado Baudot, un tipo de telégrafo con sistema de impresión, que incluía un código peculiar inventado en 1874 para interpretar las palabras a través de agujeros en el papel, que sería sin duda el antecesor de los teletipos.
Museo de las Artes Marroquíes (antiguo Museo des Oudaias)
Casas, trajes, música y todo al estilo tradicional para aprender algo más sobre esta cultura
Disfruta de la Kashba al completo
El viejo Museo des Oudaias cambió recientemente de nombre por el de Museo de las Artes Marroquíes, pero en cualquier caso donde te alojes sabrán indicarte cómo llegar. Se encuentra en el interior de la Kasbah des Oudaias y es uno de los referentes etnográficos de Rabat, con exposiciones que reúnen historia y belleza a partes iguales desde la Prehistoria a la era islámica. Por un lado, encontrarás salas con instrumentos tradicionales de música árabe, utensilios para preparar los platos típicos de la cocina marroquí, mobiliario de las casas tradicionales y ornamentos. Impresiona también su colección de trajes tradicionales y tapices, por lo que cuando salgas a la calle querrás buscar artesanos que sepan elaborar esta centenaria técnica de elaboradas alfombras. Una de las cosas que aprenderás en este museo es la diferencia entre los tapices bereberes -con influencias orientales- y los tapices magrebíes de lana inspirados en figuras geométricas.
Museo Etnográfico Dar Belghazi
Olvídate de todos los museos que has visitado, porque este será completamente distinto
Un museo lleno de curiosidades
A 17 kilómetros de Salé en la carretera hacia Kenitra se encuentra un museo de origen privado, fundado por el artista Mohamed Abdelillah Belghazi, que reúne objetos tan pintorescos como inesperados en un museo, incluido el Corán más diminuto del mundo, del siglo XVII y que solo se puede leer con una lupa. Entre las curiosidades del museo aprenderás a distinguir a qué tribu pertenecía una mujer en función de las joyas que vistiera. El recorrido continúa por la sala que homenajea uno de los productos-símbolo de Marruecos y estrella de su exportación: el caftán, entre los que destaca una pieza amarilla tejida con hilos de oro en Tetuán en el siglo XVIII. Otros objetos curiosos que alberga este museo son tejidos y bordados de distintos siglos y regiones de Marruecos, manuscritos históricos y los primeros instrumentos árabes de los que se tiene noticia.
Mausoleo de Muhammad V
En la explanada de la Torre Hassan se encuentra este impresionante mausoleo
En honor a uno de los reyes más queridos
Como si fuera un lugar mítico, adentrarse en el Mausoleo de Muhammad V es caminar por varios momentos históricos para Marruecos. Por una parte, el rey Muhammad V fue muy querido por su pueblo por negarse al exterminio nazi del régimen francés de Vichy, salvando así a unos 400.000 judíos marroquíes. Se enfrentó a París en los años cuarenta por defender los movimientos independentistas, tuvo que exiliarse y regresó en 1955 para proclamar la independencia de Marruecos. En la explanada donde rezó la oración de aquel día se levanta ahora el Mausoleo, encargado por su hijo, el príncipe y posterior rey Hassan II. De arquitectura hispano-morisca y elaboración artesanal, el edificio ocupa 6.500 metros cuadrados y en su interior descansan tres miembros de la familia real, custodiados por ocho lectores que se relevan durante 24 horas al día para leer el Corán. La tumba de Muhammad V es un sarcófago de ónice blanco, joya del arte islámico, sobre granito azul oscuro que recuerda el mar.
Mouley Bouselham
En este pequeño pueblo costero encontrarás impresionantes paisajes y descanso del ajetreo de la ciudad
Una buena opción para descansar
La visita al pueblo costero de Mouley Bouselham, a medio camino entre Rabat y Tánger, te sorprenderá por su aspecto de tradicional pueblecito pesquero -barcas de colores incluidas-, y también por su paisaje de dunas y bosque, casas encaladas y delicioso pescado fresco en los chiringuitos. Uno de sus principales atractivos es la Laguna de Merja Zerga, centro de avistamiento de aves autóctonas que fue declarado Lugar de Interés Biológico y Ecológico y recientemente ha ascendido a la categoría de Parque Nacional. Los lugareños han sabido aprovechar esta oportunidad y alquilan sus barcas con prismáticos para dar un tranquilo paseo por la laguna y observar el espectáculo de las aves en su hábitat. Lo más adecuado es acordar el precio antes de subir a la embarcación (precio orientativo: 150 dirhams por dos horas de navegación para seis personas) y después disfrutar del paisaje costero y tratar de distinguir gaviotas, cormoranes y flamencos, entre otras especies.
Bosque de la Maâmora
Te proponemos un día distinto en una colina muy fructífera para la zona
Un oásis verde
La principal fuente de madera de alcornoque de Marruecos es el Bosque de Maâmora, cercano a Rabat, que con sus más de 50.000 hectáreas de extensión supone uno de los mayores pulmones verdes de la región y principal abastecimiento de la industria papelera. Para llegar a este bosque primero deberás llegar al pueblo de Sidi Yaya de Rhab, a media hora de Kenitra, que es la puerta de acceso a la gran extensión de colinas, campos de pastoreo y arboledas de eucaliptos y encinas, y además uno de los núcleos de producción de carbón natural del país. Maâmora significa "fructífero", por lo que da una idea del valor económico y medioambiental de sus especies autóctonas. Este gigantesco alcornocal se ha visto amenazado en ocasiones por la sobreexplotación y los planes de crear un vertedero en su orilla. Si viajas a Rabat merece la pena visitarlo antes de que sufra ningún cambio.
Skhirat
Durante el verano es uno de las visitas imprescindibles de la alta sociedad marroquí
Sol, playa y diversión
Más allá del pueblo de Temara pero sin dejar la línea costera, nos encontramos con la Playa de Skhirat, otro de los rincones más interesantes para visitar a 25 kilómetros de Rabat. Es uno de los pocos lugares donde podrás ver turistas europeas con su piel blanca y bikini compartiendo orilla con las marroquíes vestidas. Su extraordinario clima y playa de aguas tranquilas hacen que sea el lugar escogido para ubicar el palacio de verano del rey, por lo que te puedes hacer una idea del nivel, la exquisitez y las medidas de seguridad que vas a encontrar. La alta sociedad marroquí y los turistas en viaje de negocios también disfrutan de sus días de descanso en esta zona costera, así que los hoteles y restaurantes están preparados para ello. Entre sus atractivos encontrarás la laguna de Skhirat que de noche se ilumina con las barcas de pescadores que parecen luciérnagas sobre el agua.
Mehdiya
Practiques o no el surf, merece la pena una visita a esta zona para ver las acrobacias de los surferos
Una playa con encanto
La visita a la capital marroquí del surf, Mehdiya, te sorprenderá por el particular eclecticismo de la región de Kenitra donde se encuentra, a media hora de Rabat. La playa de Mehdiya se encuentra a siete kilómetros del centro (requiere taxi para llegar) y merece la pena una visita si te interesa el mundo surfista, que a lo largo de todo el año conquista esta playa con sus tablas y acrobacias por las buenas condiciones del mar en esta zona. Por otra parte, el acantilado que verás desde la playa aloja la antigua y pintoresca kasbah-fortaleza de Mehdiya, con impresionantes vistas sobre el estuario del río Sebú y nombrada en origen como Maamora. Al parecer, el nacimiento de la provincia de Kenitra se remonta a los fenicios, después romanos, almohades e incluso conquista española en el siglo XVI para ser finalmente recuperada por los marroquíes. Entre los mejores atractivos de la ciudad están sus restaurantes, terrazas y locales nocturnos.
Salé
Si dispones de días, puedes cruzar el río y seguir enamorándote de esta región
Más tradicional pero igual de encantadora
La mejor forma de pasar un día de excursión entre Rabat y Salé, su ciudad gemela al otro lado del río, es con el pintoresco tranvía que se desliza por el centro de ambas ciudades. La conocida como "Capital de los Corsarios" por su pasado, en origen era conocida como la romana 'Sala Colonia' y fue fundada como capital en el siglo X por una tribu bereber. A pesar de su cercanía a Rabat es más conservadora y tradicional, por lo que las normas de vestimenta y comportamiento son imprescindibles para no ofender a los lugareños. Entre sus atractivos se encuentra el cementerio islámico donde no está permitido el acceso a los no musulmanes, pero sí se puede admirar su arquitectura por fuera. Si te apetece aprovechar la jornada para comprar las esteras de rafia tradicionales o piezas de rústica lana, los zocos de Salé te ofrecerán la mejor artesanía especializada en textil de la región.
Parque Zoológico Nacional
Además de la variedad de especies, te sorprenderá la libertad con la que viven los animales
Un plan diferente para los que viajan con niños
Las 27 hectáreas del zoo (y otras 23 en construcción), situado junto al complejo deportivo Príncipe Moulay Abdellah, mantendrán entretenida a tu familia durante una jornada si viajas con niños. Inaugurado a comienzos de 2012, este zoológico tuvo algunos fallos iniciales en la recreación de los hábitats naturales, por lo que algunos animales -como el hipopótamo y la jirafa- fallecieron de forma prematura. Superadas las dificultades, el zoo intenta mantener cinco ecosistemas africanos: el desierto, la sabana, la región del Atlas, los humedales y la zona subtropical. Entre los animales que causan más sensación entre el público se encuentran los leones del Atlas, descendientes donados por la colección de la familia real alauí. Está diseñado para que el turista observe los animales con las menores distorsiones posibles, por lo que en vez de rejas que parezcan encarcelar a sus inquilinos, los animales caminan por su hábitat separados por mamparas de cristal o dobles fosos.
Jardines Exóticos
Cuando llegues a estos jardines sentirás una brisa fresca que agradecerás
Un oásis en medio del desierto
La excursión a los Jardines Exóticos, también conocidos como Jardines de Bouknadel, a 20 kilómetros de Rabat, te llevará a la ciudad de Kenitra. Su creación es relativamente reciente, obra de un ingeniero horticultor francés -Marcel François-, que en 1952 decidió ganar terreno a la arena y transformar el desierto en marismas y reproducciones exactas de microclimas exóticos. Las semillas procedían de sus viajes por el mundo, desde las Antillas a China, donde se interesaba por la flora autóctona y trató de reproducirla en este rincón marroquí. Lo que fue el oasis personal de este apasionado de la naturaleza se abrió al público tras su restauración por parte de las autoridades a partir del año 2002, aunque algunas especies exóticas no fueron recuperables. El paseo por los laberintos de plantas, puentes colgantes y zonas de descanso con un té junto a las fuentes es una irrepetible experiencia cerca del desierto.
Temara Plages
Si quieres pasar uno o varios días de playa pero acompañarlos con monumentos, este es tu sitio
Pequeño pueblo costero con todo lo necesario para unas vacaciones
El pueblo de Temara sería a Rabat lo mismo que Torrevieja a Madrid, pero con menos chiringuitos y a tan solo 13 kilómetros, por lo que te encontrarás en sus playas a los vecinos de la capital disfrutando de sus diferentes zonas: la playa de El Harhoura destaca por sus arrecifes y bosque; La Falaise es una pequeña cala entre acantilados y la Playa de Val d'Or destaca por su fina arena dorada. La 'Cornisa Temara' ofrece todos los caprichos para unas vacaciones de ocio al aire libre como resorts, centro ecuestre, club de de golf, y puerto deportivo, además de un sin fin de restaurantes con vistas al mar. Pero Temara no solo atrae para pasar un día de arena, relax o surf. El pueblo, que fue fundado en el siglo XII, también ofrece secretos como su kasbah a pequeña escala, mezquita y restos de la ciudad amurallada que fue.
Ciudadela de Chellah
Restos de distintas civilizaciones para teletransportarte en el tiempo en la desembocadura del río Bu Regreg
Antigua necrópolis de diversas civilizaciones
La excursión a la monumental necrópolis de origen romano de Chellah te llevará a experimentar lo más parecido a un viaje en el tiempo a tan solo dos kilómetros de Rabat. Pero no siempre fue un lugar sagrado donde enterrar a los muertos. Primero romanos, después fenicios y cartagineses vivieron en la Ciudadela de Chellah épocas de esplendor en la desembocadura del río Bu Regreg, como se han descubierto en los restos arqueológicos del foro romano. Si tu visita coincide con la primavera, podrás disfrutar de la explosión de olores y colores de los Jardines de Chellah, entre los que se encuentran semienterrados los restos romanos, medievales y benimerines, que en siglo XIV convirtieron las ruinas de la ciudadela en un recinto funerario. También es obra suya la magnífica puerta decorada con caligrafía árabe por la que entrarás en esta nueva dimensión de Rabat y el minarete escondido entre piedras y flores.
Medina
Es diferente a la de otras ciudades, más tranquila y pegada al mar
Menos laberintos pero igual de singular
El casco histórico de Rabat, su Medina, conserva la esencia de las tradiciones y ventas del pueblo marroquí sin el estrés turístico y el agobio que puedes sufrir en otras ciudades como Fez o Marrakech. En el zoco de la Medina, los vendedores te invitarán a comprar su producto antes que el del vecino, pero no te perseguirán varios metros regateando sobre su precio inicial. Los artesanos continúan trabajando como hace siglos frente a sus tiendas, por lo que puedes contemplar la elaboración de los productos en directo. Es un paseo tranquilo y te resultará fácil orientarte, ya que su diseño no es laberíntico y no será necesario que te acompañe un guía. Una recomendación antes de adentrarte en sus recovecos es no dejarte seducir por los zumos de venta en puestos callejeros: son deliciosos, pero un estómago no habituado acabará inevitablemente con problemas gástricos.
Dar Naji
En la Medina, este lugar es visitado tanto por lugareños como por turistas
Buena comida y ambiente marroquí
Una de las pistas que te indican cuándo un restaurante merece la pena es comprobar que los lugareños acuden allí a comer con sus familias. Y esto es lo que sucede en el Dar Naji, con espectaculares vistas a la Medina y decoración como si te encontraras en una jaima bereber. Al llegar, el servicio te llevará fuentes donde poder lavarte las manos y al salir, agua de naranjo te devolverá con las manos limpias a la calle. Su especialidad son los platos magrebíes, con especial atención al tajín de kefta, samosas de pollo y el eterno té que preparan lentamente y lo vierten a cierta altura del vaso. Solo tiene un inconveniente y es que, a medida que avanza la tarde, se quedan sin productos y sin platos, por lo que es recomendable visitarlo para comer y llegar a primera hora: el menú y la ambientación no te decepcionarán.
Samaky
En su carta abundan los pescados frescos pero también platos marroquíes
Pescado fresco con espectáculo de chef incluido
Dicen del Samaky, otro gran ejemplo de cocina especializada en productos del mar, que ofrece más seguridad y garantías a los clientes exigentes porque pueden observar en directo al chef y sus cocineros cómo preparan los platos. En realidad podría considerarse una atracción más en este local de ambientación náutica, con redes que separan ambientes y aparejos de pesca por las paredes, para atraer a los gourmets del marisco y el pescado fresco. El restaurante Samaky se divide en dos ambientes: la zona interior con reservado acogedor y retirado, y la terraza para los que prefieran comer al aire libre. Lo que más te sorprenderá es su excelente relación calidad-precio, que ha conseguido crearse una cartera fija de clientes locales, a pesar de ser un restaurante relativamente nuevo. Entre sus particularidades están los entrantes de cocina típica marroquí, que combinan con los platos elaborados con pescado fresco, casi recién extraído del mar.
Pâtisserie Lina
Pasteles a medida y para todos los gustos que te harán caer en la tentación más de una vez
La parada más dulce
Para los golosos que no puedan pasar un día más sin darse un homenaje de pasteles tradicionales marroquíes con miel y frutos secos, la Pâtisserie Line te ofrece mil y una opciones para endulzarte. Solo por curiosidad merece la pena echar un vistazo a sus tartas rococós para bodas, con una ornamentación que posiblemente ganaría premios en concursos internacionales. También puedes encargar un pastel más pequeño y dedicado si tu viaje coincide con algún aniversario. Pero si simplemente quieres probar la artesanía dulce marroquí, coge aire y elige con cuidado entre la inmensa variedad de productos que proponen en su escaparate: puede que después de un pastel caiga otro, y después otro porque además el ambiente artesanal de esta pastelería invita a quedarse y disfrutar de los sabores. Los hojaldres con miel y pistachos son imprescindibles, así como los dulces recubiertos por finas láminas de coco. También pueden prepararte una selección de pasteles para que resista un viaje y empaquetarla para el vuelo.
Al Marsa
Esta marisquería es uno de los lugares más recomendables tanto por su comida como por sus vistas al río
Comida mediterránea para disfrutar
Lo que hace años fue un restaurante japonés, el restaurante Al Marsa, ahora se ha convertido en una marisquería española con todo lo que eso implica: deliciosas recetas con el mejor marisco y pescado fresco, y platos abundantes que sorprenden a los clientes por la buena relación calidad-precio. Eso sí, conviene ir con hambre para después no desperdiciar los platos: desde los clásicos calamares fritos al pulpo a la gallega, pasando por gambas, pez espada o parrillada de frutos del mar y todo ello acompañado por buen vino. Situada en el puerto deportivo entre Rabat y Salé, merece la pena acercarse y probar su menú en la terraza con vistas al estuario del río Bu Regreg. Los lugareños y turistas confían en que esta zona se convierta en un referente mediterráneo de gastronomía.
Le Ziryab
Un restaurante turístico pero de excelente comida y en plena Medina
No te pierdas el atardecer en su terraza
En el corazón de la Medina, muy cerca a la Rue des Consuls, se encuentra el casi secreto restaurante Le Ziryab, construido en una riad restaurada que parece un palacio. Su anodino exterior, como en toda arquitectura marroquí, esconde un interior de exquisita decoración con arcos de medio punto, columnas que recuerdan la mezquita de Córdoba y rincones que crean distintos ambientes adecuados para el tipo de almuerzo que busques. Puede ser una comida de negocios en un reservado, una cena íntima o un té más relajado en los sofás del patio. Le Ziryab te ofrecerá una auténtica experiencia marroquí, con servicio que viste la ropa tradicional, música en directo de canciones locales, deliciosas recetas típicas y una terraza en la azotea que no te puedes perder al atardecer con vistas a la Medina. No olvides que el restaurante está muy orientado al turismo, por lo que se notará el caché en la factura.
Gusti e Sapori
No podía faltar la visita a un restaurante italiano que te hará sentir como en la mismísima Roma
O sole mio…
Como no podía ser de otra forma en la cocina italiana, sabes cuándo entras en el restaurante Gusti e Sapori, pero no cuándo vas a salir. Primero, porque elegir entre sus delicias de la cocina italiana -hablan maravillas de sus espaguetis con calamares en su tinta, y el menú degustación de marisco fresco- te va a llevar un tiempo. Segundo, porque la carta de vinos italianos posiblemente también te haga enloquecer. Y tercero porque todos los pecados dulces de los postres se dan cita en este restaurante. Por supuesto, encontrarás pizzas deliciosas y platos de embutido que puede que ya eches de menos, pero su carta es tan amplia que seguramente repetirás porque las cantidades son generosas y no escatiman ni en los enormes trozos de mozzarella de la ensalada. La atención, aunque sea ofrecida por camareros locales, también parece influida por ese carácter espontáneo y cálido de los italianos. No te decepcionará.
Ty Potes
Comida para llevar, servicio de tienda o una terraza llena de plantas, tú eliges
Al más puro estilo de un ultramarinos
Si no te apetece comer todos los días de restaurante porque puedes preparar cenas en tu apartamento, no puedes perderte el Ty Potes, situado cerca de la catedral. Sorprendentemente, este restaurante de influencia bretona no solo ofrece una selecta carta de vinos, cerveza de barril, tabla de quesos y patés: además tienen una mini-charcutería en su interior donde encontrarás todos los comestibles que querías comprar en Rabat y no sabías dónde. Al más típico estilo de viejo ultramarinos, la tienda-bar te vende también quesos, panes de centeno o integrales, vinos y aceites, entre otros productos delicatessen. Si solo quieres disfrutar de los platos ya preparados en el restaurante, como sus famosos crêpes dulces o salados, conviene que reserves y solicites un rincón en el jardín trasero. Aunque podría decirse que se les ha ido la mano con las plantas y más bien tendrás la sensación de comer en mitad de la selva.
Caféterie du 7ème Art
Disfruta de un café en su terraza mientras asistes a alguna tertulia sobre cine
Café cultural en Rabat
Ambiente joven, cinéfilo, intelectual y gafapasta. Esto es lo que puedes encontrar en la selecta Caféterie du 7ème Art, que precisamente se encuentra al lado del Centro Cinematográfico Marroquí. Puede ser un interesante plan para pasar una tarde de cine en esta filmoteca, acudir a alguna de sus conferencias o presentaciones y después disfrutar de su terraza ajardinada con un café. El Centro Cinematográfico organiza también series fílmicas en colaboración con las embajadas de otros países en la ciudad, convirtiéndose en foco de intercambio cultural. Las conversaciones que puedes escuchar entre los clientes de la Caféterie du 7ème Art van desde una agitada crítica sobre el último cineasta jordano o iraní a comparativas de los autores noveles de cortometrajes marroquíes. Aunque sea como entretenimiento sociológico merece la pena dejarse caer por allí, ya que en las horas de menos calor se agradece la brisa que refresca entre su vegetación.
Barrio Latino
Siéntete como en casa en el local más original en Rabat, con música latina y tapas
100% Espíritu Latino
Si echas de menos el pachangueo como tal, la música en vivo, las barricas de madera e incluso -y ya por exagerar- un churrasco de cerdo: tienes que acercarte a la taberna Barrio Latino, que se ha convertido en asombroso referente de fiesta y comida. Como su propio nombre indica, parece una república independiente en el corazón de Rabat, con carta de vinos y de cervezas con las que puedes acompañar los platos y tapas españolas. Situado cerca de la estación de tren, en el colmo del delirio celebran los martes y sábados las "Noches de karaoke". Conviene ir con tiempo y paciencia, porque sus precios bajos, la música en vivo y ambiente festivo hacen que sea un local muy popular y pronto no quepa un alma entre sus cuatro paredes. Los viernes directamente conviene reservar porque el espectáculo hace que se llene hasta la bandera hasta por lo menos las dos de la madrugada.
Le Bistrot du Pietri
En este exclusivo local encontrarás comida internacional y el mejor jazz en directo
Música en directo y cocina de fusión
Ubicado en el Hotel du Pietri y con fama de ser el epicentro del jazz y la buena música en vivo de Rabat, Le Bistrot du Pietri es un referente gastronómico y cultural que no te puedes perder. En el lounge del hotel, conocido como 'Los amigos del café literario', se celebra una vez al mes la presentación de algún escritor de moda en su biblioteca. La elegancia del hotel solo es la antesala de la alta cocina de fusión que encontrarás en su restaurante: con influencias europeas, asiáticas y una revisión actualizada de los platos magrebíes, siempre generosos y acompañados por una carta de vinos internacional. Pero además del ambiente exclusivo, Le Bistrot du Pietri también es un clásico de la vida nocturna con propuestas musicales los martes, viernes y sábados, cuando bandas en directo ofrecen las mejores selecciones de jazz del momento en las llamadas 'Sessions du Pietri'.
La Véranda
El local más de moda en Rabat, en los jardines del Instituto Francés
Lo más "in" en Rabat
Si quieres curiosear dónde almuerzan o celebran sus 'afterwork' la gente guapa e intelectual de Rabat debes dirigirte a La Véranda, con acceso a través del Instituto Francés que parece más bien una entrada a un complejo administrativo. Como puedes imaginar, la exclusividad de este rincón te sacará por completo de la dinámica, el tráfico y tradición marroquí para incluirte en un elegante local de estética modernista, con una espectacular terraza ajardinada bajo un manto de palmeras, que por la noche ofrece un ambiente íntimo y romántico. Sorprendentemente, la tabla de quesos franceses ha llegado también a La Veránda. Su cocina se define como "franco-mediterránea" con influencias y fusión de todo tipo: en su carta destacan pescados frescos deliciosamente cocinados, como las truchas con almendras, y entre los postres para tomar a cualquier hora del día -incluso con un café a media tarde- puedes encontrar incluso crema catalana.
Night Clubs
En Le Tour Hassan encontrarás el mejor local nocturno, pero también hay otras opciones más económicas
Si buscas lugares de copas, aquí tienes tres opciones
Si buscas ocio nocturno o pubs de copas en Rabat, no es que sea imposible, pero desde luego no va a ser fácil. La venta de alcohol está muy restringida, las mujeres que viajan solas no deberían acudir sin compañía a un local y tampoco existe demasiada oferta donde elegir. Sin embargo y conscientes de esto, cada vez son más los hoteles europeizados que incluyen junto a su restaurante cierto tipo de clubes nocturnos con venta de cócteles y música que va del jazz al tecno-árabe. Entre estas propuestas destacan el Ambar Bar en el Sofitel Rabat Jardins des Roses, Le Bar XO en Le Diwan Rabat Hotel y el pub-lounge con terraza incluida del Hotel Balima Nightclub. Pero el que seguro te dejará sin respiración y sin tarjeta de crédito será el lujoso Le Tour Hassan, en el hotel del mismo nombre, que dispone de distintos ambientes, jardines, buena música y cómodos butacones para disfrutar de los mejores combinados.
Cosmopolitan
Por un momento no sabrás si estás en París o en Rabat, pero seguro querrás repetir
Alta cocina francesa en el corazón de Rabat
Si tu viaje a Rabat va para largo y tu estómago ya se ha cansado de tajín y cuscús, es momento de hacer un descanso gastronómico en un buen restaurante francés. Como si hubieras cogido un vuelo rápido a París, el Cosmopolitan reúne una decoración exquisita estilo art decó, con una carta no menos elaborada para lograr que en cuanto salgas por la puerta ya pienses en volver. Su menú se actualiza con la estaciones y los productos de temporada, por lo que siempre te va a sorprender a pesar del hilo conductor de la alta cocina francesa. La ambientación incluye una terraza-jardín donde las cenas se pueden convertir en toda una experiencia romántica, chimenea para el invierno y reservados si así lo solicitas previamente. Entre las especialidades del Cosmopolitan no encontrarás solo cocina-fusión francesa, sino también toques italianos y, por supuesto, su revisión europeizada de la cocina marroquí para estómagos delicados.
Yamal Acham
Platos tradicionales pero que no tendrán que ver con todo lo que hayas probado antes
Comida marroquí diferente
Para los sibaritas y también para los no entendidos, el restaurante Yamal Acham demuestra que no toda la comida árabe es igual ni todo se limita a los tradicionales platos marroquíes que ya habrás probado en cada rincón de Rabat. El Yamal Acham te permitirá un viaje a Oriente Medio, a las cocinas sirias donde se combinan productos similares de forma completamente distinta, en un local delicadamente decorado con sus sillas repujadas y zona lounge con sofás acolchados para tomar el té. Entre sus platos encontrarás el clásico hummus, kebab, warak enab (receta siria con hojas de parra rellenas de carne y arroz) y toda una deliciosa colección de postres entre los que destacan los realizados con pistachos y miel. Una de las particularidades que más se agradece en el Yamal Acham es la opción a elegir entre té o café (turco para los estómagos valientes y expresso para los que solo quieren recordar el sabor del café).
Le petit beur (Dar Tajine)
Uno de los pocos lugares donde disfrutar de una buena cena con vino
Pequeño local para una velada diferente
Conviene que reserves o te acerques a este restaurante antes de hora punta porque el pequeño local de Le petit beur, también conocido como Dar Tajine, se llena tanto a la hora de la comida como en la cena. Su éxito reside en la cocina tradicional acompañada por un melancólico laúd que un músico toca suavemente mientras almuerzas, aunque las dimensiones del local son tan reducidas que dan poca opción a la intimidad. En el Dar Tajine, los sabrosos y abundantes platos marroquíes se pueden acompañar con buen vino y cerveza, algo poco común en otros restaurantes de Rabat. Entre sus platos estrella está la 'pastilla poulet', el tajín y cuscús, pero no pierdas de vista su rica carta de postres. Además, otro punto a favor del pequeño y acogedor Dar Tajine es su situación cercana al Hotel Balima, por lo que puede ser un plan perfecto para una velada de cena y copas.
Dinarjat
Dentro de la Medina encontrarás este restaurante que no te dejará indiferente
Si quieres auténtica gastronomía marroquí, este es tu lugar
Será difícil superar la tentación de pedir al camarero que te deje llevarte la exquisita vajilla típica donde presentan los platos en el restaurante Dinarjat, uno de los rincones con más solera de la Medina. Pero más difícil todavía es localizar su discreta ubicación en el laberinto de calles, por lo que si algún guía se ofrece a indicarte el camino de noche y con linterna no deberías descartar esa posibilidad. Aunque sea complicado de localizar, merece la pena la inmersión en la cultura tradicional de Rabat. El restaurante cuida los detalles hasta el extremo de acompañar tu comida o cena con un músico en directo que tocará para ti canciones tradicionales marroquíes, mientras degustas los deliciosos platos típicos preparados con recetas de siempre. Entre sus peculiaridades -además de un cuarto de baño de color rosa eléctrico- están los rituales del té y el obsequio de pétalos de flores de naranjo que te dejarán un recuerdo imborrable.
Hammam Dar El Kebira
Lo mejor para finalizar el día será una visita a este hammam
Relájate y disfruta de un masaje
¿Te imaginas disfrutar de un relajante hammam, solo o en pareja, para descansar después de una intensa jornada de paseos turísticos? Podrás encontrar esta sugerente alternativa de relax en el Hammam Dar El Kebira, ubicado en el riad con el mismo nombre en la Rue des Consuls. El ritual consiste en una exfoliación corporal cuando el calor del hamman ha abierto los poros del cuerpo, y para ello emplean el tradicional jabón negro marroquí, elaborado con aceitunas negras maceradas con sal y aceite. Posteriormente, se envuelve el cuerpo en la arcilla ghassoul, procedente de las minas del Alto Atlas con propiedades curativas, que hidratan en profundidad. Por último, con la piel exfoliada y delicadamente cuidada, los expertos del hammam Dar el Kebira te masajearán el cuerpo con el típico aceite de argán. Toda una experiencia para relajarse -digna de sultanes y princesas- que puedes completar con un té o un menú típico en el lujoso restaurante del mismo riad.
Center for Cross-Cultural Learning
Con sus cursos e intercambios, podrás vivir dentro de la sociedad marroquí
Más que un intercambio cultural
Si quieres alargar tu visita a Rabat y te interesa un viaje de auténtica inmersión en la sociedad marroquí, tu lugar es el Center for Cross-Cultural Learning. Vinculado a la Casa Árabe de Madrid, se trata de una institución multicultural de orientación académica que en los últimos años ha ampliado sus actividades. El centro se encuentra situado en un edificio del siglo XIX y no solo ofrece cursos de árabe clásico o dialectos, sino también una amplia oferta de programas de intercambio tanto para jóvenes como adultos con especialidad en estudios artísticos, religiosos o políticos. El Center for Cross-Cultural Learning cuenta también con programas de voluntariado durante cinco semanas en verano (preinscripciones en abril), que ofrece la colaboración con ONG locales, clases intensivas de árabe, sea cual sea tu nivel, y convivencia en casas de marroquíes: una experiencia completa de inmersión cultural y tradicional en un entorno familiar.
Oudayas Surf Club
No lo dudes, si te gusta el surf, las olas del Atlántico te esperan
Súbete a la ola
Si te apasiona el surf, estás de enhorabuena: el Atlántico ofrece las mejores olas ante las playas de Rabat. Y este dato no se le escapó al rey marroquí Mohammed VI, que según cuentan no solo practica este deporte siempre que puede, sino que además es miembro fundador del Oudayas Surf Club. Tanto si ya sabes surfear y solo quieres alquilar una tabla como si te apetece apuntarte a un curso esprés de surf, en la playa de Rabat te encontrarás esta escuela de surf y bodyboard. A los surferos locales les encanta competir contra los turistas (y ganar), así que si te acercas a cualquiera que tenga una tabla, estará encantado en comentarte las mejores y peores zonas, las mareas peligrosas y lo que debes saber de las condiciones del mar. Para reponer fuerzas después de un día de olas y salitre, siéntate en la cafetería del mismo Club de Surf y disfruta de su terraza.
Jardines Andaluces
Relájate después de una jornada de turismo en estos jardines y prueba el mejor té de menta de la zona
Jardines andaluces en Marruecos diseñados por un francés
Un rincón para pasear pequeño y casi perdido en la Kasbah del Oudaias se encuentra en los Jardines Andaluces, un discreto parque donde tomar el fresco en días de calor o descansar después de una jornada de turismo. A pesar del nombre, en realidad fueron diseñados por un paisajista francés en el siglo XX, pero quien ha visitado Andalucía reconocerá la influencia que tuvo el agua y sus fuentes, así como las fragancias típicas que recuerdan a la Alhambra. Aunque es un lugar emblemático en Rabat, es cierto que puede causar la impresión de abandono o falta de restauración en las arquitecturas y arcos, pero es precisamente su decadencia lo que le da un encanto especial y enigmático al jardín. Puedes terminar tu visita en la tetería casi inmediata a los Jardines. Un referente entre los lugareños donde te ofrecerán uno de los mejores tés con menta de la ciudad.
Royal Dar Es Salam Golf Club
Tanto si eres principiante como experto, este club de golf cumplirá tus expectativas
Practica golf a dos pasos del desierto
A tan solo 15 kilómetros de Rabat se encuentra el mayor oasis para los amantes del golf, Royal Dar Es Salam Golf Club, que parece un milagro de la naturaleza y el riego en un terreno colindante con el desierto. Se trata de un espacio verde cuajado de mimosas, eucaliptos, cipreses y palmeras, entre una cuidada variedad floral. El club se ubica en un bosque de alcornoques con 440 hectáreas de extensión, diseñado con el sello inconfundible del célebre "arquitecto de los campos de golf", Robert Trent Jones. Según cuentan los expertos, es uno de los campos más difíciles de Europa (y alrededores) por el alcornocal que bordea sus pistas, lo que requiere cierta técnica. No obstante, para principiantes y aficionados también hay zonas adecuadas a su nivel y cursos que pueden interesarte. Un selecto restaurante con vistas al jardín japonés completa esta propuesta de lujo para tus vacaciones en Rabat.
Festival Internacional de Rabat
Música de aquí y de allí, performances por las calles, y mucho más en este festival de talla internacional
Música, color y fiesta en Rabat
Dos semanas de festejos, conciertos y música nacional e internacional se dan cita cada año en el Festival Internacional de Rabat, también conocido como Festival Mawazine World Rhythms, que en 2013 celebra su duodécima edición. Artistas de la talla de David Guetta, Deep Purple, Rihanna, Enrique Iglesias o el jazzista George Benson son solo algunos ejemplos del caché del evento, sin olvidar grandes artistas marroquíes con los que comparten escenario. Este Festival se celebra no solo en los recintos preparados para albergar conciertos, sino que también ofrece performance y teatro por las calles del centro de Rabat y Salé, desde hip hop a percusión afro-brasileña, pasando por gigantescas marionetas, pasacalles y música zíngara procedente de los Balcanes. Si tu viaje coincide con las fechas de la llegada del verano, quizás te interese cuadrarlo para disfrutar de unas insólitas vacaciones en el contexto de uno de un gran festival.
Goethe Institut
Además de poder visitar sus exposiciones de arte, tiene un buen restaurante con precios de estudiantes
¿Alemania en Rabat? Sí!
La embajada cultural alemana en Rabat, el Goethe Institut, funciona con tantas propuestas de ocio que es casi un centro artístico independiente. La única diferencia es que contempla el arte, la literatura, teatro y demás disciplinas desde la perspectiva germánica. Si tu estancia en Rabat es larga y te gustan los idiomas, puedes consultar sus cursos de alemán. Si te interesa el cine germano, su filmoteca proyecta series y ciclos temáticos que no te decepcionarán. Entre sus novedades está el proyecto La3Bodaba, que el Instituto define como "seriamente lúdico" y que consiste en el desarrollo de programas teatrales y laboratorios de experimentación escénica con la compañía local Dabateatr y que suele hacer intercambios con otras compañías internacionales. El Instituto Goethe tiene además una cafetería de ambiente europeo, con pizzas y ensaladas, vinos y cervezas a precios irrisorios. No esperes un menú refinado alemán o cerveza de importación porque está orientado al público estudiantil.
Galería de Arte Nouiga
En pleno centro de Rabat, esta brisa de aire fresco llena de arte
Arte marroquí de vanguardia
Si tienes curiosidad por saber qué tendencias se mueven en el mercado del arte marroquí, no debes perderte la Galería Nouiga, situada en el casco antiguo de la ciudad como una burbuja de vanguardia en medio de la tradición. Sus inauguraciones son consideradas eventos sociales y los intelectuales de la ciudad suelen dejarse ver por la galería, más para curiosear que para comprar, pero siempre interesados en el arte. Organiza exposiciones permanentes y temporales tanto de fotografía como pintura y otras disciplinas de las artes plásticas, con especial predilección por los jóvenes artistas emergentes del país. No busca el arte tradicional, sino más bien la transgresión y reivindicación en las obras que exponen, a menudo con significado social o político. También puedes sorprenderte con la exhibición de obras internacionales dentro de su programa del "artista invitado". Además de la sala de exposición como tal, encontrarás una librería orientada al mundo del arte con interesantes ejemplares de bibliografía en varios idiomas.
Teatro Nacional Mohamed V
Danza, música, pintura… y todo en este multidisciplinar teatro
Arte en Rabat
"La creación artística es la mejor forma de suspender el tiempo para que la humanidad conserve su esencia: la cultura, y más en tiempos convulsos". Con estas palabras define Mohammed Benhsain, director del Teatro Nacional Mohamed V de Rabat cuál es la filosofía de su institución. Y sin duda lo cumple: los mejores exponentes de ópera, danza, teatro, ballet o conciertos de todo tipo suben a las tablas de este teatro que se ha convertido en referente cultural de la ciudad y oasis artístico. Por cercanía y lazos históricos, el Teatro mantiene una excelente relación con artistas españoles y suele alojar los ensayos y espectáculos de eventos como el Festival Dos Orillas, por lo que podrías revisar la programación durante tu estancia en Rabat por si te sorprende algún espectáculo. Por otra parte, su sede también ha servido de escenario para exposiciones de fotografía y pintura, ya que uno de sus objetivos es convertirse en un centro multidisciplinar.
Dâr-al-Mahkzen - Palacio Real
Resulta curioso que el Rey no viva en este impresionante palacio rodeado de enormes jardines
El complejo Palacio Real
El Palacio Real o Dâr-al-Mahkzen no sirve en realidad de residencia familiar del monarca alauí, sino que se emplea como sede del Gobierno y otras instituciones, ya que Rabat ejerce de centro político e institucional del país. Las medidas de seguridad en el entorno del Palacio son, por lo tanto, abrumadoras. El Palacio no está abierto al público, pero se puede pasear -de lejos y sin fotografiar la seguridad militar- por los jardines cercanos y observar su arquitectura desde la distancia. La plaza que antecede al palacio, conocida como Mechouar, es donde se suelen celebrar los actos conmemorativos en honor al rey marroquí. El Palacio Real se levantó en 1864 sobre las ruinas del palacio viejo y en principio debería ser usado por el rey para recibir representantes diplomáticos para tratar asuntos políticos, pero al igual que suele cambiar de residencia, también es costumbre recibir a los delegados en otras ciudades.
Kasbah des Oudaias
Piérdete en sus callejuelas blanquiazules y disfruta de las vistas
La Kashba más mediterránea
Probablemente un ciudadano andaluz, valenciano o extremeño de hoy podría encontrar su origen y antepasados en la Kasbah (Fortaleza) des Oudaias, donde se refugiaron los moriscos expulsados de España hacia 1610. Por aquella época, Rabat les abría las puertas a sus artesanos, alfareros, encuadernadores, comerciantes, que a su vez influyeron con su estilo andalusí y sus casas blancas encaladas. Pero no solo fue refugio de los moriscos españoles, sino también de los filibusteros que saqueaban por el Mediterráneo bajo la protección del gobernante de Rabat, convirtiéndose en una especie de república independiente de piratas y desterrados. La aventura corsaria de Rabat acabó en 1666 cuando los alauíes tomaron el control. Mientras paseas por las estrechas calles de la Kasbah, llenas de recovecos, entre casas de color blanco y azul, con sombras y puertas que dan a patios interiores con jardines, podrás comprobar su similitud con muchas calles del sur de España.
Murallas Almohades
Si quieres ver una muestra de la historia y la fortaleza de Rabat, contempla esta muralla
Ocho siglos defendiendo la ciudad
Cuando se fundó la ciudad de Rabat, el tráfico de esclavos y los ataques entre tribus estaban a la orden del día, por lo que se diseñó una estructura fortificada que protegiera el interior de la fortaleza. Las Murallas Almohades, construidas en el siglo XII junto al río Bu Regreg, dan fe de una época de asaltos y defensas con sus piedras cargadas de historia. En aquel siglo XII, las exitosas campañas almohades sobre la Península -que salían desde aquella fortificación- le dieron el nombre de Ribat al-Fath o Fortaleza de la Victoria. El recinto amurallado todavía conserva las cinco puertas de la ciudad, entre las que destaca Bab a Alou, con impresionantes vistas a la costa. A la muerte del sultán Yacoub Al Mansur, la ciudad fue prácticamente abandonada y el rey español Alfonso X El Sabio terminó de arrasarla a fuego en 1260, en lo que fue su mayor conquista de unas ruinas.
Santuario de Sidi Abdallah Ibn Hassoun
Si te coincide en fechas, déjate deslumbrar con la procesión de las linternas
El patrón de Salé
También ubicado al otro lado del río Bu Regreg aparece el Santuario o Morabito del sabio Sidi Abdallah Ben Hassoun, patrón de Salé. Se trata de un complejo funerario -que en los últimos años se ha extendido hasta ampliar sus muros al cementerio local- donde descansan desde el siglo XIX los restos de este orador y santo en un entorno de delicada arquitectura. Lo más novedoso de este santuario es la ceremonia de las linternas de Ceras o fiesta 'Mawkib Esh Shomouaa', que se celebra cada año en la víspera del Mouloud (fecha del nacimiento del Profeta Mahoma) y que se remonta a la época en la que los piratas ocupaban Salé y acudían al santuario para pedirle al patrón que los marineros regresaran sanos y salvos. La tradición consiste en procesionar de noche con grandes faroles encendidos hasta el cementerio, donde solo pueden entrar los musulmanes. Un espectáculo lumínico digno de ver.
Madraza de Salé
Embelésate con la ornamentación de esta antigua escuela, una de las mejor conservadas
Más belleza al otro lado del río
Aunque la ciudadela gemela de Rabat al otro lado del río, Salé, merece un capítulo aparte, entre sus monumentos no puedes perderte la madraza Merini que, desde el siglo XIV, se conserva como si el tiempo no pasara por sus muros. Las madrazas son los centros de estudio islámico donde los pequeños musulmanes aprenden la artística caligrafía árabe, gramática e historia y leyes islámicas. La Madraza de Salé cautiva por su extraordinaria belleza ornamental, que sigue el estilo marroquí-andalusí, donde se intercalan yeserías y madera tallada con alizares de colores. La tradicional caligrafía cúfica decora todo el edificio con versículos coránicos, que contrastan con las paredes desnudas de las celdas donde los alumnos podían vivir internados durante su época de estudio. La Madraza está construida en torno a un patio donde sonaba el agua de la fuente central para realizar las abluciones, antes de pasar a la sala de oración cuyo techo es una maravilla del tallado en cedro.
Bab Oudaia
Antes de entrar en la labertíntica Kashba, no dejes de fijarte en los detalles de esta puerta
Una entrada a la historia
La puerta almohade Bad Oudaia, construida en el siglo XII, da paso a uno de los rincones históricos de Rabat, la Kasbah des Oudaias, con una situación estratégica en lo alto de la montaña que permitía la defensa de la fortificación ante los ataques de tribus enemigas. Bad Oudaia se encontraba alejada del palacio del sultán, Yacoub Al Mansour, por lo que se cree que su construcción tenía más fines ceremoniales que defensivos. Por esta puerta de colores ocre y rojizo, decorada con arcos geométricos e inscripciones en caligrafía cúfica, cruzaron los mercaderes de esclavos, piratas y bucaneros, comerciantes y moriscos expulsados de Andalucía que contribuyeron a la riqueza de la ciudad. Desde la Kasbah se domina el mar y el río Bu Regreg. Aunque su origen era defensivo, en la actualidad cruzar esta puerta solo te sumergirá en una tranquila zona residencial por la que pasear y disfrutar de las impresionantes vistas.
Torre Hassan
Aunque finalmente no es la mezquita más grande del mundo, es una visita imprescindible en Rabat
La hermana de la Giralda
Este monumento refleja la historia de una construcción inconclusa por la muerte de su creador. Lo que podría haber sido una espectacular mezquita almohade del siglo XII se quedó tan solo en esta Torre Hassan y 200 mini columnas abandonadas que habrían constituido los cimientos. El sultán Yaqub al-Mansur había planeado levantar la mezquita más grande del mundo -después de la iraquí Simarra-, pero falleció antes de tiempo y nadie siguió su proyecto. La Torre Hassan -muy similar al minarete que llamamos la Giralda de Sevilla- debería haber medido más de 60 metros, pero no pasó de 44 metros. Al menos, la explanada de la Torre Hassan acoge otro monumento cercano que sí fue acabado: el Mausoleo Mohamed V, construido entre 1961 y 1970 y que alberga los restos del sultán que da nombre al mausoleo y sus dos hijos. Este edificio ocupa 1.500 metros cuadrados y sigue un estilo arquitectónico árabe-andalusí con influencias marroquíes.
División Cartográfica
Vistas aéreas de la ciudad o el mapa de una recóndita aldea pueden ser el recuerdo más original para regalar
Llévate un recuerdo original
Entre los recuerdos curiosos que te puedes llevar de Rabat podría estar un detallado mapa de la ciudad y alrededores, o un estudio cartográfico en profundidad que muestre la evolución urbanística de Rabat e incluso vistas aéreas de cualquier ciudad o aldea de Marruecos. La Agence Nationale de la Conservation Foncière du Cadastre et de la Cartographie -o abreviado la Divisón Cartográfica de Rabat- puede venderte este tipo de documentos previa presentación del pasaporte y de las intenciones por las que solicitas el mapa. Si no lo tienen en ese momento, pueden tardar 48 horas en conseguirlo, por lo que conviene acudir con tiempo antes de que se acabe tu viaje a Rabat. Si tu intención es regresar en un futuro a Marruecos y explorar sus rutas desérticas a través de carretera, este es el mejor lugar para solicitar todo tipo de información cartográfica para planificar tu viaje de aventura.
Mercado Municipal de Rabat
Recorre los puestos de este mercado al aire y sumérgete en sus olores para encontrar los sabores típicos marroquíes
Una agradable mezcla de olores y colores
Identificarás el Mercado Municipal de Rabat, en la Avenida Hassan II, por sus olores a veces intensificados por el calor, ya que como centro neurálgico de la compra-venta de frutas y verduras, al aire libre y en cajas de madera, no puede pasar desapercibido. Es un lugar interesante para comprar fruta fresca del día -si es posible, se recomienda fruta que se pueda pelar o en todo caso, lavar con agua embotellada para evitar problemas intestinales- y matar el hambre durante el paseo por la ciudad. El Mercado también vende las especias irrepetibles de la cocina marroquí, al peso, que puede ser un exótico regalo o recuerdo de tu visita a Rabat. Antes de comprar flores o semillas de plantas autóctonas, infórmate sobre los habituales cambios en las normativas, que en ocasiones obligan a declarar e incluso prohíben el transporte de semillas hacia Europa, para evitar la plantación de especies foráneas potencialmente invasivas.
Librería Kalila Wa-Dimna
Te recomendamos una visita a este lugar, pero con tiempo porque te perderás entre sus joyas literarias
Para los enamorados de la literatura
Para los apasionados de la literatura y las rarezas bibliográficas, la librería Kalila Wa-Dimna es una cita obligada en su visita a Rabat. Curiosamente, la librería en sí debe su nombre a una fábula mítica árabe del siglo VIII -inspirada a su vez en textos hindúes del siglo III- que el rey Alfonso X el Sabio ordenó traducir en el siglo XIII y así llegó a España con sus fábulas y moralejas. En la librería de Rabat se mantiene ese carácter pedagógico de los inicios, con libros que no solo representan la literatura tradicional marroquí, sino también los mejores autores contemporáneos, bestsellers internacionales tanto en árabe como en francés. Uno de sus puntos fuertes es la literatura independiente que no encontrarás en otras librerías, y una sección dedicada a ciencias y tecnología. Podrás sumergirte y perderte durante horas entre sus estanterías. De lunes a sábados permanece abierta de 10.00 a 13.00h y de 15.00 a 20.00h.
Rue des Consuls
En esta calle y sus aledaños encontrarás cualquier cosa que busques, pero prepárate para el regateo
A regatear y a comprar!
En origen, la Rue des Consuls debe su nombre a que albergaba la mayor parte de las embajadas extranjeras en Rabat, en funcionamiento como calle diplomática hasta 1912. Por lo visto su tarea inicial fue negociar con la República Corsaria de Salé, para liberar a los prisioneros europeos que caían en manos de los piratas. De aquella época de tira y afloja solo quedan los regateos por los objetos a comprar en la avenida, otro de los núcleos comerciales de la ciudad. Los burros que a comienzos del siglo XX acarreaban en alforjas los productos artesanos desde las aldeas, son ahora sustituidos por furgonetas en las que en ocasiones siguen llegando ancianas para vender su mercancía manufacturada. Pero el encanto de la Rue des Consuls se extiende a las calles aledañas, con los maestros artesanos distribuidos por especialidades: cuero, metal, cerámica, plata... Una visita imprescindible para tus compras en Rabat.
Bab El Had
Rodeada de mercados y puestos callejeros, es una buena forma de adentrarte en el corazón de la ciudad
La entrada al Rabat más tradicional
El paseo que atraviesa la puerta Bab el Had -literalmente 'La puerta del domingo- en Rabat te dará una idea de lo que fue la ciudad con sus camellos y comerciantes ambulantes, su olor a especias y su corte de cordero en directo. Los domingos se recrea esta misma ambientación con el mercado local instalado a los pies de la puerta, donde puedes regatear y comprar con los lugareños. Si curioseas por las cercanías también podrás ver a los últimos escribanos de Rabat con sus viejas máquinas de escribir, donde redactan por encargo. Cuando cruzas la puerta te sumerges en el gentío de la concurrida calle Souika, que primero llevará tus pasos a la Gran Mezquita y después al Zoco Es Sebat. Si entre los souvenirs que buscas se encuentran piezas de calzado, como babuchas cosidas a mano ante ti, o todo tipo de artesanía de marroquinería, la puerta Bab el Had te introducirá en el pintoresco mundo de estos artesanos.
Encuentra tu viaje a Rabat
Documentación para viajes de turismo a Rabat
Comprueba qué requisitos de documentación necesitas para tu viaje.