Situada sobre 118 pequeñas islas conectadas entre sí por 455 puentes, la ‘ciudad de los canales’ es una de las maravillas del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Si coges uno de nuestros vuelos baratos a Venecia encontrarás un lugar de ensueño que te hará sentir como si deambulases por los lienzos de Canaletto, Giorgione o Tintoretto, los maestros que mejor retrataron la decadente belleza veneciana. Libre de tráfico rodado, Venecia invita a perderse en ella, a pesar de la ingente cantidad de turistas que la visitan. A escasos minutos del centro se encuentran barrios imprescindibles y poco transitados como Dorsoduro o Canareggio en los que disfrutar en soledad del misterio de la ciudad.

Poblada de imponentes iglesias y palacios en su mayoría renacentistas y barrocos, Venecia cuenta con –en palabras de Napoleón- “el salón más bello de Europa”: la Plaza de San Marcos. Auténtico corazón de la ciudad, en ella se encuentran algunos de sus monumentos más emblemáticos como la Basílica de San Marcos (imponente templo de estilo bizantino), el Campanile o el Palacio Ducal. Entre los palacios más destacados figuran el Ca’ d’Oro; el Ca’ Rezzonico, espectacular edificación barroca que alberga el Museo del Barroco Veneciano; o el Palazzo Fortuny, sede del museo sobre el célebre pintor español Mariano Fortuny y Madrazo. La Basílica de Santa María della Salute, obra maestra barroca situada a orillas del Gran Canal, es una de las principales muestras de arquitectura religiosa. Otras como la Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari, la de San Giorgio Maggiore o la Iglesia de San Giovanni e Paolo, son famosas por albergar obras de maestros como Tiziano, Tintoretto o Veronese.

Una vez visitadas las principales atracciones del centro como los famosos puentes de Rialto o el de los Suspiros, no dejes de darte un paseo por el barrio de Canareggio (donde se encuentra el antiguo barrio judío) o el de Dorsoduro, sede del Palazzo Vernier dei Leoni que acoge la impresionante Colección Peggy Guggenheim de arte moderno. La balconada del palacio ofrece una estremecedora vista del Gran Canal, tras cuya contemplación no te podrás resistir (si es que no lo has hecho ya) a surcar sus aguas en góndola o vaporetto.

Cuando finalice tu vuelo a Venecia, podrás disfrutar de uno de los mejores climas que puedas encontrar. Generalmente Venecia posee un clima mediterráneo, con suaves inviernos, algún día lluvioso y excepcionalmente con nieve y una temperatura promedio entre 6ºC y 16ºC.

El verano es muy caluroso y, a veces, agobiante cuando sopla el sirocco. En esta estación, la temperatura media varía entre los 25ºC a 29ºC, aunque la sensación térmica puede ser superior por la humedad imperante. La primavera y el otoño aportan temperaturas más suaves y prolongadas horas de luz diurna que permiten apreciar y disfrutar esta magnífica ciudad.

Tu vuelo a Venecia aterrizará en el Aeropuerto Internacional de Venecia, (código IATA: VCE), también conocido como Marco Polo, que está situado en Tessera a 8 kilómetros de Venecia por mar y 13 kilómetros por carretera.

Desde el aeropuerto puedes llegar al centro de la ciudad en taxi, en el autobús nº 5, que por 8€ por trayecto te deja en el centro de la ciudad (Piazzale Roma) y se demora entre 35 y 45 minutos, en el autobús azul de la compañía ATVO, al mismo precio que el anterior, te deja también en Piazzale Roma y no efectúa paradas por lo que el tiempo del trayecto es de unos 20 minutos, también en Alilaguna, un autobús acuático con un precio de 15€ por trayecto e incluso un taxi acuático, muy adecuado para grupos y cuyo precio suele superar los 100€ por trayecto

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Con tu vuelo a Venecia, podrás degustar una gastronomía que supera las típicas pastas y pizzas. El pescado y el marisco son dos especialidades que hay que degustar si se visita la ciudad, las sardinas, sepias, cangrejos tiernos fritos y otras delicias parecidas, nos recuerdan la condición marítima de esta maravillosa ciudad. Tampoco podemos dejar de probar las magníficas verduras de temporada, los risottos y la famosísima polenta.

La bebida clásica de la región se llama spritz y consiste en una bebida de color naranja. Contiene vino blanco, agua con gas y otra bebida con alcohol singular de la zona. Suele servirse con una aceituna o rodaja de naranja en la copa. Es un trago dulce que disfrutan tanto jóvenes como adultos.

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