Guía turística: qué hacer y ver en Madrid
La ciudad a tus pies.
Cuando llegas, Madrid sorprende. A pesar de ser la capital y ciudad más grande del país, sus habitantes te darán la bienvenida con los brazos muy abiertos. En ella te esperan tantos planes como quieras, y cada vez que la visites conocerás una de las tantas caras que tiene, siempre distintas y que nunca defraudan: fiesta, cultura, planes con niños o simple tranquilidad. Lo bohemio y la vanguardia se mezclan con lo conservador y más clásico sin ninguna pretensión, y es una digna representante de las razones por las que España se conoce en el exterior. ¡Disfrútala!
Así lo ven otros viajeros
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Museo del Prado
Elige antes y visita las salas que más te interesan con calma. Así disfrutarás de verdad de una de las pinacotecas más importantes del mundo.
Para apasionados al arte.
Una de las pinacotecas más importantes del mundo, epicentro del Triángulo del Arte, al que pertenecen también los museos Thyssen-Bornemisza y Reina Sofía. Te sentirás un poco como un peregrino, ya que hasta El Prado vienen personas de cualquier rincón del globo con un fervor casi religioso. Su objetivo no es otro que admirar la fantástica colección de cuadros, rica en pintura europea de los siglos XVI-XIX. Si te apasiona el arte, te encantará. Dale las gracias al afán coleccionista de los monarcas españoles, que juntaron la mayor parte de estas obras a lo largo de los siglos. Las escuelas de España, Flandes y Venecia son las que más surten de cuadros a esta institución, sita en un edificio que inauguró Carlos III como Gabinete de Ciencias Naturales. El museo se mudó a su emplazamiento actual en 1819 y desde entonces no ha dejado de sumar piezas, hasta alcanzar las más de 1300 que podrás ver entre el edificio histórico y la ampliación de Rafael Moneo (sin contar las que están en otras instituciones o en sus almacenes). El Greco, Tintoretto, Rembrandt, Tiziano, Durero, Goya, Van Dick, Zurbarán, Murillo, El Bosco, Sorolla… La calidad de autores y obras es tan alta que entrar en El Prado es como abrir una enciclopedia. La web www.museodelprado.es incluye unas recomendaciones para que aproveches tu ruta al máximo.
Plaza de la Paja
A pesar de encontrarse en el barrio de La Latina, no es demasiado conocida para los turistas. ¡Disfruta del Madrid de verdad!
El Madrid de los Austrias.
Es uno de los rincones más encantadores del Madrid de los Austrias. Te quedarás de piedra con ese porte monumental que tiene y su tradicional suelo de albero, que ya no queda mucho en Madrid. Aunque se encuentra en el barrio de La Latina, no es demasiado conocida para los turistas. Mejor, estarás más tranquilo. Durante los siglos XIII y XIV fue el eje comercial de la ciudad y actualmente se encuentra repleta de restaurantes y encantadoras cafeterías donde podrás disfrutar de las tardes de sol. Uno de los edificios que más te llamará la atención es la Casa del Obispo, del siglo XVI, que se encuentra adosada a la iglesia de San Andrés. El rotundo Palacio de los Vargas mantiene el mismo estilo arquitectónico. La plaza, en pendiente, es sobria pero no puede resultar más efectiva. En la parte baja queda todavía una sorpresa: el Jardín del Príncipe de Anglona, un secreto histórico incluso para muchos madrileños. Este pequeño remanso de paz de 500 metros cuadrados se construyó en el siglo XVIII y pertenecía al palacio al que está pegado. Hoy es un espacio público y casi siempre está vacío, así que es genial para descansar y liberar la mente. Camina por su pequeño laberinto de setos y siéntate en sus bancos con un buen libro. Ni rastro del ajetreo de la gran ciudad.
Casa de Campo
Un plan perfecto para visitar con niños: naturaleza, parque de atracciones y zoo. ¿Alguien da más?
El mayor parque de la ciudad.
El campo dentro de la ciudad. La Casa de Campo, el mayor parque de la ciudad, tiene desde hace unos años un brillo nuevo porque la construcción del parque de Madrid Río y la expulsión de los coches de la superficie del Manzanares la han acercado al centro. La mejor forma de llegar a esta enorme superficie verde de 1.722 hectáreas es cruzando el Puente del Rey, a los pies del Campo del Moro del Palacio Real. Una de las mayores atracciones es el lago, de 80.000 metros cuadrados, con su enorme surtidor y su embarcadero, donde además puedes practicar piragüismo. Aquí te puedes tomar un refresco en sus terrazas, mientras contemplas la fachada monumental de la ciudad: el Palacio Real, La Almudena, los tejados del Madrid de los Austrias y los rascacielos de la Plaza de España. Si te das una vuelta para entrar en contacto con la naturaleza, encontrarás pinos, chopos, álamos, plataneras, robles y un sinfín de animales, como conejos, ardillas y patos. Prepárate para gritar de emoción porque dentro de la Casa de Campo se encuentra el Parque de Atracciones (www.parquedeatracciones.es), con varias montañas rusas y atracciones acuáticas. Siente el cosquilleo en la tripa. Y si vas con niños, se lo pasarán en grande en el Zoo (www.zoomadrid.com), con más de 6.000 animales de 500 especies diferentes a los que hacerles carantoñas. Cerca se encuentra el teleférico. Si te montas, de vuelta al centro, te sentirás como un pájaro.
Plaza Mayor
Visitar Madrid y no pasar por la Plaza Mayor sería imperdonable. Es uno de los lugares más fotogénicos de la ciudad.
237 balcones con su característico color rojo.
Uno de los lugares al aire libre más fotogénicos. La Plaza Mayor, entre la Puerta del Sol y la Plaza de la Villa, conserva su característico color rojo. Sus orígenes datan del siglo XVI, cuando en este lugar se celebraba un mercado de carne, fruta y verdura. No obstante, el aspecto que ahora ves procede de finales del siglo XVI y principios del XVII. Puedes sentirte como en aquella época mientras paseas por debajo de sus soportales o mientras admiras sus 237 balcones. El edificio central es la Casa de la Panadería, decorada con pinturas, y donde se encuentra una de las oficinas de turismo, por lo que puedes aprovechar para pedir un plano o información sobre algún espectáculo o atracción de Madrid. En medio se ubica la estatua ecuestre de Felipe III y por todo el perímetro se abren hasta 9 puertas. Las más famosas de todas son el Arco de Cuchilleros y la que da acceso a la Calle de Toledo. Aunque en el pasado fue utilizada como plaza de toros o para los autos de fe de la Inquisición, hoy constituye un lugar de esparcimiento, donde incluso los domingos se celebra una feria filatélica. Muy auténtica. La plaza tiene muchas terrazas, sin embargo te recomendamos acercarte a la puerta que da a la calle Botoneras y que pruebes los bocadillos de calamares en La Campana. 100% madrileño, aunque en un principio pueda resultarte un pelín descuidado.
Templo de Debod
Sobre la Montaña del Príncipe Pío, los atardeceres vistos desde aquí harán que sientas que Madrid desaparece de repente.
Atardeceres mágicos en Madrid.
Sus atardeceres son mágicos, con la vista puesta en la Casa de Campo y el horizonte libre de edificios. Sentirás que la ciudad ha desaparecido de repente. Estamos en la Montaña del Príncipe Pío, el famoso lugar donde Goya ambientó los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 en la Guerra de la Independencia contra los franceses. Luego, durante la Guerra Civil, este lugar se convirtió en el Cuartel de la Montaña. Afortunadamente, su presente está lleno de paz y tranquilidad, aunque los fines de semana está repleto de gente. No dudes en hacer un picnic junto al Templo de Debod, el lugar central del parque, un auténtico templo egipcio regalado a España en 1968 en compensación por la ayuda del país ante el llamamiento de la Unesco para salvar los templos de Nubia de la construcción de la presa de Asuán. Tiene una antigüedad de 2.200 años y procede del sur del país, casi en la frontera con Sudán. El edificio, de color oro cuando le da la luz del ocaso y la iluminación artificial, está restaurado y se compone de diferentes cuerpos, uno de ellos con columnas. Por cierto, Debod proviene de Amón y era un dios cuyo culto se popularizó en Luxor. Se cree que representaba el aire y el sol. Siente esos dos elementos naturales a medida que se desvanece el día.
Viaducto de Segovia
No olvides subir y bajar las escaleras (y respirar mientras). Desde la calle de Segovia la visión del viaducto es casi expresionista.
23 metros sobre el suelo.
El escritor Valle-Inclán, en Luces de Bohemia, se refirió a él como plataforma para alcanzar “el vuelo a las estrellas”. Una manera muy literaria de mencionar la forma en que mucha gente intentaba acabar con sus días. Hoy, tiene unas pantallas altas de cristal que intentan disuadir esos deseos. Este Viaducto de Segovia salva un desnivel de 23 metros, constituye la prolongación de la calle de Bailén y conecta la Catedral de la Almudena con la Basílica de San Francisco el Grande. La estructura tuvo que ser reforzada y reformada durante la década de 1970, ya que cuando se construyó en 1934 era impensable que el tráfico rodado aumentara tanto. Desde arriba obtendrás unas vistas privilegiadas: la Casa de Campo y la Almudena, por un lado, y los tejados y torres del Madrid de los Austrias, por otro. En un lateral se sitúan Las Vistillas, unos jardines en cuesta ideales para ver el atardecer y donde se celebran muchas fiestas populares, como las de San Isidro, patrón de la ciudad. No olvides subir y bajar las escaleras, porque desde la calle de Segovia la visión del viaducto es casi expresionista. Mejor de noche iluminado.
Parque del Retiro
Siempre con animación, El Retiro es perfecto para pasear, hacer deporte o estar en contacto con la naturaleza.
El parque más querido de Madrid.
Es el parque más querido por los madrileños. Siempre con animación, El Retiro es perfecto para pasear, hacer deporte o estar en contacto con la naturaleza. Su nombre procede de la época de Felipe II, cuando este lugar estaba destinado al retiro espiritual. No obstante, fue Carlos III (llamado el rey-alcalde) quien le dio una apariencia parecida a la actual, lo dotó con rejas y permitió a los madrileños que entraran en él bajo normas de higiene e indumentarias básicas. El lugar central de este espacio de 118 hectáreas es el lago con el gran conjunto escultórico en honor a Alfonso XII, que los domingos se pone a rebosar de gente tocando los timbales y repanchingados al sol. De finales del siglo XIX son los míticos palacios de cristal y de Velázquez. El agua y los jardines de flores nos rodean por todos lados: la montaña de los gatos, la Rosaleda, la fuente de las Alcachofas, el paseo de las estatuas… Si es primavera, los olores entrarán a raudales por tus fosas nasales. Y no te olvides de buscar la estatua del ángel caído, una de los poquísimos monumentos en todo el mundo que representa al diablo. Además, su altitud con respecto al mar de Alicante es de 666 metros (por favor, quién habrá investigado eso). No obstante, pensarlo da un poco de miedo.
Puerta del Sol
Es el Km 0, el punto exacto desde el que empiezan a contar las carreteras de toda España.
¡Año nuevo, vida nueva!
Es el centro del centro de Madrid. En la Puerta del Sol, en la acera del edificio de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, se ubica una placa donde se especifica que ése es el punto exacto desde el que se empiezan a contar las carreteras de España. En otras palabras, es el kilómetro cero del país, por lo que casi tienes la obligación de hacerte la foto de rigor con el pie junto a la placa. Vuélvete y mira el edificio de detrás, que es donde ponen los ojos millones de españoles cada 31 de diciembre a las 12 de la noche. Su reloj es el encargado de hacer sonar los 12 tonos con que el país entero se toma las 12 uvas de la suerte. Lo notarás desde el momento en que la pises: la Puerta del Sol, que tiene forma de semicírculo, siempre está llena de gente, de mimos, de esculturas humanas y de manifestaciones. Es un no parar. Los edificios que la flanquean datan del siglo XIX, cuando se derribaron las callejuelas insalubres para dotar a Madrid de un espacio moderno. La estatua ecuestre de Carlos III, en el centro, nos mira con gesto serio, y la futurista entrada del metro y el cercanías, a un lateral, nos muestra los reflejos de los elegantes balcones. Quedan más protagonistas: en la intersección con la calle de Alcalá podrás ver la escultura del oso y el madroño, símbolos de la región.
Madrid Río
Es uno de los pulmones verdes de Madrid, y cuenta con 10 kilómetros de paseo al borde del río Manzanares y juegos para los peques.
Magnífico paseo al aire libre.
¿Qué es Madrid Río? Pues es un gigantesco parque que aúna bosques, jardines, parques y que se extiende desde el sur de Madrid (desde la zona de Arganzuela) hasta Getafe formando el mayor parque que jamás haya visto la capital. En realidad, nació como respuesta a una gran preocpuación ciudadana. Con el crecimiento de la llamada M-30 madrileña (carretera que rodea toda la ciudad) la contaminación en Madrid se hacía cada vez más evidente. Así que el ayuntamiento de la ciudad decidió soterrar este anillo y levantar el llamado Madrid Río. En su interior, más de 30 kilómetros de rutas para bici, 33 pistas y circuitos para skate, patinaje y otros deportes urbanos, pistas de tenis, fútbol, baloncesto, varios rocódromos para escalada y un montón de actividades más. Conectado con las zonas de ocio de El Matadero y alrededor que con gran asiduidad programan conciertos y diversas actividades al aire libre. En la actualidad, miles de madrileños se trasladan hasta aquí en sus días libres para hacer deporte, participar en las actividades de alrededor o simplemente hacer un picnic en las muchas zonas verdes. Como si se tratase de nuestro propio Central Park a la madrileña.
Restaurante DiverXo
¡Qué hambre! Este restaurante abre nuevos horizontes gastronómicos.
El chef David Muñoz sorprende.
Dentro de esa cabeza rapada y con cresta bulle todo un mundo. A David Muñoz no paran de crecerle los seguidores. ¿La culpa? Su restaurante DiverXo, situado en el madrileño barrio de Tetuán. El boca a boca le dio el empujón inicial. El resto lo han hecho las dos estrellas Michelin. Su cocina fusiona lo mediterráneo con lo asiático, pero reducir su caudal gastronómico a esta expresión es quedarse corto. DiverXo, en un espacio moderno con toques blancos, negros y plateados, abre nuevos horizontes en la experiencia gastronómica. Lo califican de mestizaje, vanguardia, revolución. Y eso se paga caro, porque tendrás que reservar mesa con un mes de antelación. No existe carta, sino tres menús con siete, nueve y once platos. Los ingredientes, materias primas dispares de la despensa global, se engarzan con habilidad. Contrastan las texturas. Impera el equilibrio. Hay reminiscencias españolas, japonesas, peruanas y africanas. El maridaje con los vinos viene de parte del sumiller Javier Arroyo, que lo mismo te ofrece un Jerez que un caldo de Nueva Zelanda. En DiverXo se elaboran al año unos 50 nuevos platos, así que los menús son siempre distintos. El factor sorpresa es clave. Calle Pensamiento, 28. Madrid. 915 70 07 66.
Mercado de San Antón
Esperamos que tengas hambre. Es el hermano pequeño del Mercado de San Miguel.
Los ojos sobre los tejados de Chueca.
Es el hermano pequeño del Mercado de San Miguel. Pequeño no por su ambición o tirón, que es mucho, sino porque surgió después de aquél y con su mismo concepto de sofisticación. Tras su fachada de ladrillo y líneas rectas surgen dos plantas y una terraza. Abajo están los tradicionales puestos de verduras, carnes, chacinas y frutas, donde algunos tenderos incluso informan de las novedades por Twitter. En el segundo piso se encuentran bares que lo mismo sirven revueltos de patatas con huevos que sushi. Y en la terraza, con los ojos puestos sobre los tejados de Chueca está la coctelería de moda en el barrio, donde te encontrarás gente joven, guapa y exitosa (o al menos, lo parecen). A su lado se encuentra el restaurante La cocina de San Antón, con productos frescos que incluso puedes elegir en la planta baja para que te lo cocinen arriba. Los fines de semana está de bote en bote y ha venido a dar vida a una esquina que llevaba años abandonada. El escritor Benito Pérez Galdos ya escribió en Fortunata y Jacinta sobre el primer mercado de puestos callejeros que fue el origen de San Antón. ¿Qué crees que diría hoy de tanta modernidad? Más información en www.mercadosananton.com.
Mercado de San Miguel
Una parada gastronómica obligada cuando pasees por la Calle Mayor. Irresistible de día y de noche.
Querrás volver todos los días
De toda la vida fue el típico mercado de barrio, con las abuelas y sus capazos, a un paso de la Plaza Mayor. Hoy en día, el Mercado de San Miguel se ha transformado en un centro culinario donde lo mismo puedes comprar pescado fresco que tomar un aperitivo saludable de soja tostada, una caña, unas tapas o un yogur helado. Con su característica arquitectura de hierro de principios del siglo XIX, es el único ejemplo de mercado de su rango que queda en la capital. Siguiendo el camino del polifacético Mercado de la Boquería de Barcelona pero con un punto chic, San Miguel se ha ganado el corazón de madrileños y turistas, que disfrutan con sus colores, sus aromas y su tapeo, aprovechando el tirón internacional de la gastronomía española. En él, además, se celebran degustaciones, cursos, eventos y presentaciones, con el fin de difundir las tradiciones culinarias de España y un concepto slow de la gastronomía. Apunta algunos sitios imprescindibles: Hamburguesa Nostra, salazones en La Casa del Bacalao, vinoteca Pinkleton & Wine, frutería La Flor, ostras Daniel Sorlut y dulces de Horno San Onofre. Irresistible. Querrás volver todos los días. Más información en www.mercadodesanmiguel.es.
Estadio Santiago Bernabéu
¡Gooool! El coliseo del Real Madrid se levanta en pleno Paseo de la Castellana.
¡Hala Madrid!
Parada obligatoria para los futboleros de todo el mundo. El gran coliseo del Real Madrid se levanta en pleno Paseo de la Castellana frente a edificios modernos de la ciudad como la Torre Picasso y toma el nombre del presidente del club que lo mandó construir en 1947. Desde fuera puedes intuir su aforo, pero lo mejor es entrar y comprar el tour que te lleva hasta la hierba del campo (que, por cierto, procede de Holanda), zonas como el fondo norte y el fondo sur, el palco VIP, el vestuario y el banquillo, con sus 22 asientos ergonómicos y donde parece respirarse la tensión. No te puedes perder el Centro de Patrimonio Histórico de la Fundación Real Madrid, con más de 100.000 objetos, documentos y trofeos, entre ellos piezas relacionadas con el mítico jugador Alfredo di Stéfano. Su grandeza no conocía límites. Y en este paseo verás elementos interactivos y audiovisuales para que vibres al ritmo del llamado mejor club de la historia, fundado en 1902. Hace poco se ha presentado un plan para modernizar el aspecto exterior del estadio, que será sobre todo de titanio. ¿Igual que sus jugadores?
Biblioteca Nacional
Aquí podrás aprender sobre la lengua española. La Bibliote Nacional huele a libro.
Neoclásico puro.
Neoclásico puro. Tiene hechuras de edificio portentoso y una gran escalinata con esculturas que miran al Paseo de Recoletos. Solo por su fachada merece la pena que lo visites. La Biblioteca Nacional es la institución que desde 1712 conserva y difunde libros, incunables, mapas, periódicos, fotografías, reproducciones sonoras y partituras publicados en territorio español a lo largo de los siglos. Aquí puedes aprender sobre la lengua castellana con los 30.000 manuscritos y obras como el Códice Madrid de Leonardo da Vinci, la copia del siglo XIV del Cantar de Mio Cid y obras monumentales más modernas como Cien años de soledad, de García Márquez. Una pena que para consultar los fondos es necesario un carné de lector o investigador, pero a las salas de exposiciones y al museo puedes entrar sin problema y, además, es gratis. En ésta última estancia aprenderás las claves del trabajo del bibliotecario a lo largo de la historia, verás reproducciones, facsímiles y originales de volúmenes importantes para la Humanidad y profundizarás en las figuras de Cervantes y El Quijote (más información en www.bne.es). Ay, si nos hubieran traído aquí durante las aburridas clases de literatura del colegio.
Monasterio de las Descalzas
Recorre la historia en este Monasterio, que ocupa el lugar de uno de los primeros palacetes de Madrid.
Un tesoro renacentista.
Silencio. Entre el barullo de Callao y la calle de Preciados se erige un tesoro renacentista donde no se puede gritar. Es el Monasterio de las Descalzas, que ocupa el lugar de uno de los primeros palacios que existieron en Madrid y donde vivieron Carlos I e Isabel de Portugal. De esa casa podrás ver que se mantiene la estructura plateresca y una gran cantidad de elementos decorativos, pero del posterior siglo XVII han llegado hasta nuestros días pinturas como las de la Capilla del Milagro. Y eso sin contar todos los tapices que llevaron muchas de las damas de la alta sociedad que ingresaron en este convento. El monasterio lo fundó Juana de Austria, hermana de Felipe II, y una de sus partes más importantes es la iglesia (con tallas de santos que procesionan en la Semana Santa de Madrid), el huerto y el claustro. Prepárate, porque las sorpresas continúan: mira los tapices sobre cartones de Rubens y los cuadros de artistas como Brueghel, Sánchez Coello y Tiziano. Incluso La Anunciación de Fra Angelico, que ahora puedes admirar en el Museo del Prado, estuvo aquí durante años. Cuando salgas de aquí, serás consciente del paseo por la historia que has dado.
Palacio de Cibeles
¿No lo encuentras? Es el edificio más majestuoso de la plaza. También lo llaman Palacio de las Comunicaciones o edificio de Correos.
La cara más sofistada de Madrid.
Una de las postales del Madrid más refinado y cosmopolita. El enorme edificio de Correos, también conocido como Palacio de Cibeles o Catedral de las Comunicaciones, te dejará con la boca abierta. De hecho, cuando fue inaugurado en 1919 marcó un antes y un después en el urbanismo del siglo XX junto con la Gran Vía. Por sus entrañas han pasado millones de noticias oficiales, pasiones, penas y alegrías en forma de cartas, telegramas y postales de todos los rincones del mundo. Desde hace unos años, es la sede del Ayuntamiento de la ciudad, que antes se ubicaba en un edificio de la Plaza de la Villa, en el Madrid de los Austrias. Y actualmente es también la sede de Centro Centro, una propuesta del Consistorio para difundir la cultura, el arte, el diseño y el movimiento ciudadano, con instalaciones dedicadas a exposiciones, una diáfana sala wifi y un auditorio (más información en www.centrocentro.org). Puedes sentarte, descansar, leer la prensa, trabajar con tu portátil y contemplar las cristaleras del techo. Arriba espera lo mejor, una terraza-lounge con precios no precisamente baratos pero unas vistas impagables: la Gran Vía, la estatua de la diosa Cibeles y hasta los rascacielos de la Castellana. La cara más sofisticada de Madrid.
Puerta de Toledo
¡Bienvenidos! La Puerta de Toledo saludaba en el siglo XIX a quienes llegaban a Madrid.
Más pequeña que la de Alcalá pero igual de querida.
Es más pequeña que la de Alcalá, pero la Puerta de Toledo también tiene su cariño popular. Hasta tal punto que tiene dedicadas unas sevillanas (cántese: “A la Puerta de Toledo, madre, le tengo celos”). Forma parte del sistema de arcos que jalonaban la ciudad para recibir hasta el siglo XIX a los visitantes. Ésta se proyectó para conmemorar el triunfo de Napoleón y la llegada de José Bonaparte, también llamado Pepe Botella por su supuesta afición al vino. Pero el destino quiso que se terminara justo cuando Fernando VII, el Deseado, llegó al trono y se utilizó como respuesta de piedra al invasor francés. Desde la plaza en la que se ubica se entiende (y se sufre, si vas caminando) la orografía de Madrid, repleta de cuestas, valles y hondonadas. Si miras hacia abajo, verás en línea recta el barroco Puente de Toledo, de Pedro de Ribera. Camina hasta allí porque disfrutarás de una de las mejores panorámicas de la puerta. Si miras hacia arriba, la calle se adentra en el meollo del barrio de La Latina.
Catedral de la Almudena
No te pierdas la ruta por su cúpula azul. Una de las mejores vistas de Madrid.
Catedral, museo y una cúpula maravillosa.
La catedral llegó tarde a Madrid. No fue hasta 1993 cuando el papa Juan Pablo II la consagró como templo de la cristiandad. ¿Y eso? Pues aunque Madrid se convirtió en el siglo XVI en residencia de los reyes de Castilla, la ciudad perteneció hasta 1885 a la Archidiócesis de Toledo, cuyo arzobispo era primado de la iglesia en España. Dos años antes, Alfonso XII puso la primera piedra del edificio, cuyos planos eran neogóticos, la moda del momento. Pero la ajetreada historia del siglo XX en España, con la guerra civil de por medio, hizo que su construcción se alargara y se concluyera con un estilo mucho más contenido. Abierta de lunes a domingo de 10 de la mañana a 9 de la noche, la fachada de La Almudena te sorprenderá con sus dos torres y el interior, por su colorido y sus bóvedas de crucería. Anímate a contemplar el Cristo de la Misericordia, del imaginero barroco Martínez Montañés, y el arca de San Isidro. Si tienes ganas de más, puedes visitar el museo, con objetos de valor histórico-artístico, que incluye una ruta por la cúpula azul. Desde arriba se obtienen una de las mejores vistas de todo Madrid. Y de las más secretas, así que siéntete un privilegiado.
Congreso de los Diputados
Los leones te mirarán serios a sus puertas. No podrás subirte a ellos, pero seguro que encuentras una buen perspectiva de recuerdo.
Testigo de la historia de España.
Los grandes leones con cara de pocos amigos protegen el Congreso de los Diputados en Madrid. Los policías no dejarán que te subas a ellos, pero por lo menos acércate todo lo que puedas para disparar la cámara. Este templo de líneas racionales e inspiradas en la antigüedad se construyó en 1850 bajo el reinado de Isabel II. Las sesiones parlamentarias ya se celebraban desde unos años antes en el mismo lugar, pero bajo el techo de la antigua iglesia del Espíritu Santo, abandonada por sus monjes. El edificio actual no está abierto al público de forma permanente, así que si no quieres esperar a los días de puertas abiertas (a principios de diciembre de cada año) lo mejor es organizar una visita de grupo, llamando a los teléfonos 91 390 65 25 y 91 390 65 26 o enviando un e-mail a guias.congreso@sgral.congreso.es. Dentro te guiarán por las diferentes estancias, como el hemiciclo donde debaten los políticos (con los impactos de bala del intento de golpe de estado de Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981), la sala de los pasos perdidos o la biblioteca. Es una manera de aprender sobre la historia de la democracia en España. Puede que entre explicación y explicación veas en los pasillos a algún político. Hay que estar atentos. Desde fuera se pueden contemplar las sucesivas ampliaciones del hemiciclo, con sus fachadas vanguardistas de piedra y cristal. La plaza de enfrente se concibió como un mirador al Paseo del Prado: la Fuente de Neptuno, el hotel Ritz, el Museo del Prado, la Iglesia de los Jerónimos y la Academia de la Lengua. Grábalo todo en la retina.
Plaza de toros de Las Ventas
Prepárate para admirar la Monumental, la plaza de toros más importante del mundo.
Pañuelos blancos y olé.
Los olés resuenan desde fuera. No extraña que la plaza de toros de Las Ventas tenga el sobrenombre de Monumental. Esta enorme construcción de estilo neomudéjar se terminó de levantar en 1925. No es que antes no hubiera otra en el centro de Madrid, sino que la que existía hasta finales del siglo XIX junto a la Puerta de Alcalá se derribó porque se quedó pequeña debido a la afición de los madrileños a los morlacos. De ellos y de los de fuera, porque son famosas las fotos de personajes como Ernest Hemingway, Orson Welles, Greta Garbo, Pablo Picasso y Sofía Loren. Actualmente es la más importante del mundo y la tercera más grande, con capacidad para 23.000 espectadores. Podrás sentir la tensión y la emoción a las 5 de la tarde, con el sol brillando arriba, en una corrida de marzo a octubre, que es cuando se celebra la temporada taurina. Si no, siempre te quedará visitar el interior de este templo de ladrillos rojos para que te enseñen el ritual y conceptos como el paseíllo, el tendido o la puerta grande. Aprender sobre una tradición tan española no está nada mal, aunque muchos estén en contra de las corridas. El resto, sentir la magia que muchos dicen sentir, depende de ti. Más información en www.las-ventas.com.
Teatro Real
La Plaza de Oriente y la de Isabel II se rinden a sus pies. ¡Se pueden escuchar los aplausos!
Siente la ópera.
Fue una noche esperadísima. El 19 de noviembre de 1850, y tras varias décadas de avatares en su construcción, el Teatro Real acogió su primera ópera. Fue La Favorita, de Donizzeti, y la escucharon sin pestañear los representantes de la burguesía madrileña y la reina Isabel II, que quiso celebrar así su cumpleaños. El Teatro Real se hizo de rogar pero el éxito de obras e intérpretes famosos le acompañó durante más de medio siglo. Luego sufrió el olvido, un incendio, desperfectos, su cierre temporal y otro uso diferente al de templo de la ópera durante el Franquismo. Hasta 1997. Ahora tiene una producción propia y trae montajes extranjeros que está haciendo que los jóvenes se enganchen. Todo esto y mucho más lo puedes aprender en las tres visitas diferentes, una general, otra artística y una última técnica, que organiza cada día (más información en www.teatro-real.com), además de contemplar sus dos fachadas. Una se abre a la Plaza de Isabel II y la otra, a la Plaza de Oriente, mirando de frente al Palacio Real. Si te tapan los ojos desde el aeropuerto y te quitan la venda aquí, seguro que piensas que estás en París o Viena.
Palacio Real
El cielo de Madrid es especial cuando se contempla a los pies del Palacio Real. ¡No olvides la cámara!
Atardeceres de Madrid.
Este montículo es un lugar privilegiado para ver sin ser vistos. Y lo es desde hace siglos, antes de que Madrid fuera Madrid. El emir Mohamed I construyó aquí una alcazaba para defender Toledo del avance de los cristianos. Luego el lugar se convirtió en alcázar hasta que un incendio lo destruyó. Fue entonces, en el siglo XVIII, cuando el rey Felipe V decidió levantar el actual y grandioso Palacio Real. La inspiración surge de los bocetos empleados por Bernini para la construcción del Museo del Louvre de París. Actualmente es la residencia de los Reyes de España, aunque oficialmente no vivan aquí, y se utiliza para recepciones de Estado. Puedes pasear por los Jardines de Sabatini y la pradera del Campo del Moro (entrada por Paseo Virgen del Puerto) y contemplar las diferentes fachadas. Dentro te esperan 3.000 estancias, de las que no podrás visitar todas. Las más interesantes son la Escalera Principal, el Salón del Trono con su techo pintado por Tiépolo, la Salita Gasparini, el Salón de Alarbaderos, la Real Farmacia y la Real Armería, que incluye una galería con lienzos de Velázquez, Goya o Sorolla. Fuera, todos los miércoles a las 11 de la mañana (excepto de julio a septiembre y aquellos días del resto del año con climatología adversa o eventos especiales) puedes contemplar el variopinto cambio de la Guardia Real, con caballos y uniformes de época. Al atardecer, no te cansarás de ver los rojizos y violetas cielos de Madrid.
Puerta de Alcalá
Haz una competición. El primero que encuentre los agujeros de bala sobre la Puerta de Alcalá gana.
Ahí está viendo pasar el tiempo.
“Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo”, se desgañitaba la cantante Ana Belén en 1986 y todos los españoles le hacían los coros. Es sólo una muestra del cariño que ha recibido y recibe esta Puerta de Alcalá, del siglo XVIII. En un principio daba la bienvenida a los visitantes que venían de Cataluña y Aragón, pero sus arcos también han visto la propaganda política de la Guerra Civil y los rebaños de ovejas que pastaban por aquí. Quien quiso que La Puerta de Alcalá tuviera ese aspecto fue Francesco Sabatini, arquitecto preferido de Carlos III, un rey que puso en marcha un ambicioso plan urbanístico para colocar a la capital de España al mismo nivel que sus hermanas europeas. Como querrás tomar una foto, lo mejor es que te coloques debajo del arco central, con la estatua de la diosa Cibeles y el inicio de la Gran Vía como telón de fondo. Mira los capiteles jónicos, los escudos de armas reales y las cabezas de leones que decoran el monumento, además de esos agujeros de bala de origen desconocido que las sucesivas restauraciones han querido conservar. ¿Estás dispuesto a encontrarlos? Haz una competición con tus acompañantes. El primero que los encuentre propondrá el siguiente plan en Madrid.
Casino Gran Vía
4.500 metros cuadrados distribuidos en tres plantas dedicadas al juego
Jugar en un palacete
En el número 24 de la Gran Vía se levanta este palacete que, tras haber acogido las dependencias del Círculo Mercantil e Industrial de Madrid –salas de esgrima, gimnasio, zonas de tertulia, de lectura, comedores, salones, despachos y oficinas- hoy se alza como espacio de ocio y entretenimiento para los madrileños y los turistas de la capital española, bajo el nombre de Casino Gran Vía. Un total de 4.500 metros cuadrados distribuidos en tres plantas dedicadas al juego donde se encuentran salas dedicadas a Ruletas, Black Jack, Punto y Banca, Póker y la más innovadora oferta de máquinas y ruletas electrónicas. Pero, además, sus muros esconden especiales rincones para el disfrute, como la coctelería The GV Corner (con música en directo y sesión de DJ diarias), la champagnería Bulle Champagne Bar, el espacio multiexperiencia GV24 Artist’s Bar o el Restaurante Círculo Mercantil, de cocina de mercado. Asimismo, destaca su preciosa Sala Real, protegida por Patrimonio, y su cúpula de cristalera central, realizada por la conocida firma francesa Maumejean. El horario de apertura es del 10.00 a 6.00 horas.
Museo Sorolla
La que fuera casa del pintor es hoy su museo homenaje, digno de una tranquila visita.
Gran Sorolla.
Como muchas de las grandes pinacotecas y centros de arte del mundo, el Museo Sorolla nace como expreso deseo de la mujer de Joaquín Sorolla, Clotilde García del Castillo quien, a la muerte de su marido, desea donar todos sus bienes al Estado a condición de que sean expuestos para la visita del público. A estos dos filántropos y artistas debemos este Museo. Se halla en la misma casa del pintor, en el Paseo del General Martínez Campos, número 37 a pocos metros del Paseo de la Castellana. Su visita muestra gran parte de la colección del propio pintor así como donaciones relacionadas con su figura que se han ido consiguiendo con el tiempo, como la famosa estatua de Sorolla. En cualquier caso, es un significativo acercamiento a la vida de este ecléctico artista. Su recorrido incluye exposiciones de pintura, escultura, arqueología y cerámica, con piezas que se remontan a la época romana. Quizá lo más significativo sean las obras pictóricas expuestas de José de Ribera, Mariano Fortuny y las de Sorolla. Abre de martes a domingo, pero te aconsejamos que lo visites los sábados a partir del mediodía o el domingo ya que su entrada es gratuita.
Museo del Romanticismo
Visita altamente recomendada… "fliparás" con el Goya "San Gregorio Magno", ¡nunca antes lo habías visto!
"Romántico" recorrido.
En el corazón de Malasaña se encuentra el Museo del Romanticismo, ubicado en un antiguo edificio de la céntrica calle San Mateo. Por las características del propio lugar, el aforo está bastante limitado por lo que, pese a no ser uno de los museos más visitado, te aconsejamos que programes tu visita con antelación. El embrión de este museo se gestó en 1921 con una exposición de algo más de 80 cuadros de la colección del Marqués de la Vega Inclán. A partir de este improvisado comienzo del museo, muchos artistas y diferentes instituciones han ido donando intermitentemente piezas para su exposición. Así, en la actualidad, posee una amplio espectro de todo el romanticismo español y consigue trazar un viaje al espectador a lo largo de esta corriente hasta llegar al siglo XIX. El palacete abre sus puertas de martes a domingos y su entrada cuesta 3 euros. Por cierto, hay un espectacular cuadro de Goya llamado San Gregorio Magno que no habrás visto antes.
Museo Cerralbo
Palacete con obras de Zurbarán o El Greco. Y ojito con su decoración, ¡es igual de valiosa!
Colección privada.
En la calle Ventura Rodríguez, a la altura del número 17, se encuentra el Museo Cerralbo. Se trata de la colección privada de la familia de Enrique de Aguilera y Gamboa, marqués de Cerralbo en el siglo XVII. Para ponernos en antecedentes, una familia muy influyente desde el siglo XVI hasta el siglo XX y que, tras la muerte en 1922 de Enrique de Aguilera, donan gran parte de su patrimonio para que sea expuesto. En su interior, no solamente se pueden contemplar tremendas colecciones de pinturas y grabados sino que la residencia en sí, mantiene la decoración y la estética de cada época que la familia vivió aquí. En sus paredes puedes encontrar desde obras de Zurbarán, El Greco o Alonso Cano hasta colecciones de dibujos de Tadeo Zuccaro (punto clave de la exposición). No obstante, insistimos en que te fijes en la decoración, desde los telares hasta las piezas de cerámica. Esta casa parece haber detenido el tiempo en su interior para enseñarte cómo vivía esta familia. Abierto de martes a sábados.
Círculo de Bellas Artes
En plena calle Alcalá se encuentra el centro donde cualquier expresión o tendencia artística cabe.
Reconocimiento mundial.
El Círculo de Bellas Artes de Madrid se encuentra en el 42 de la calle Alcalá. Este centro fue una iniciativa de los propios artistas residentes en Madrid que lo inauguraron hacia 1880. Entre estos, Carlos Arniches o Jacinto Benavente. La idea del proyecto fue crear un lugar de artistas que acogiera a otros artistas y que llevara el arte a la calle mostrándolo a los ciudadanos. Y lo consiguieron. Desde su fundación hasta la actualidad se ha ido convirtiendo en uno de los centros más visitados y posee un gran reconocimiento mundial. Exposiciones, conciertos, espectáculos de baile, danza y teatro, talleres, galerías de fotografía... Todas las tendencias artísticas están expuestas aquí. Es habitual la grabación de conciertos en directo de las principales emisoras de radio ya que su escenario posee una de las mejores acústicas para conciertos en directo que jamás se hayan oído. Si tienes oportunidad, no desaproveches la ocasión de visitarlo. Un secreto: sube a la azotea del edificio, allí en ocasiones, también se desarrollan actividades y, aunque no sea así, tendrás una imagen de la Gran Vía desde el cielo inolvidable.
Skyline Castellana
Rozarás el cielo de Madrid, en un entorno verde y fresco... como si de una jungla se tratase.
Vigilantes de la ciudad.
Este rincón de Madrid es un lugar diferente. Como si te subieras a una azotea para vigilar al resto de la ciudad, como si estuvieras en medio del bosque, como si en lugar del ajetreo de la ciudad hubieras huido a la selva. Así se presenta la terraza Skyline Castellana, cortando el cielo de Madrid a la altura de la avenida del General Perón, esquina con Capitán Haya, justo frente al estadio Santiago Bernabeu. Desde este lugar contemplarás todo el paseo de la Castellana desde las alturas, el centro financiero de la ciudad. Está pensado para desconectar del ritmo del trabajo, por ello, sus más de 100 metros de terraza se levantan sobre una inmensa zona verde llena de árboles y de vegetación. Expertos en cócteles, también poseen una estupenda carta para comer de una manera diferente. Si estás visitando el centro y pretendes hacer una parada para comer y descansar, te lo recomendamos. Si puedes elegir, aprovecha para visitarlo por la tarde, antes de que caiga el sol y verás el atardecer tomando uno de sus sabrosos combinados. ¡Te encantará!
Restaurante Public
Platos convencionales aderezados con salsas vanguardistas y acompañados con innovadoras guarniciones ¡a precios asequibles!
¡Recomendado para todos los públicos!
Public abre sus puertas para dar de comer a todos los públicos: cocina mediterránea tradicional en forma de platos convencionales pero que ofrece también fórmulas vanguardistas y muy innovadoras. Está situado en la calle Desengaño número 11. El espacio que ocupa el restaurante es uno de sus puntos fuertes. Se trata de un lugar que ha cuidado al detalle la decoración, la iluminación y todo lo relacionado con el interior pero a precios de carta asequibles. Es el lugar idóneo para sentarte a probar la comida tradicional de Madrid con un punto de vanguardismo en pleno centro y con precios razonables.
Chocolatería San Ginés
¿Qué mejor plan para una fría tarde de domingo que un chocolate caliente en el encantador Pasadizo de San Ginés?
Chocolate con churros.
No hay nada más típicamente madrileño que tomarte un chocolate con churros en San Ginés. Esta chocolatería se encuentra en el Pasadizo de San Ginés, es una escondida callejuela transversal a la calle Arenal. Es fácil encontrarla pero sino lo consigues, pregunta, absolutamente todos los madrileños saben dónde está. Desde hace años y años, los madrileños calientan sus inviernos con una buena taza de chocolate caliente y unos churros o unas porras -más madrileñas-. En sus salones se mezclan desde los ejecutivos que desayunan temprano y fuerte para afrontar una dura jornada laboral, hasta el grupo de viejecitas que tarde tras tarde se juntan para su tertulia vespertina. Ssshhh: un secreto. Este lugar tiene una vida oculta. Debido a que apenas cierra por la noche, se ha ido convirtiendo en un lugar de peregrinación para los noctámbulos de la ciudad, por ello, es habitual que en las plantas de abajo se mezclen los desayunos con las cervezas y las copas de los que aún no han llegado a casa. Si te atreves, te sugerimos que acabes aquí tu noche madrileña.
Casa Lucio
Gran popularidad para el restaurante más castizo de la ciudad ¡Y no te vayas sin probar sus huevos fritos!
Toda una institución gastronómica.
En el corazón del Madrid de los Austrias se encuentra toda una institución en cuanto a gastronomía se refiere. En el número 35 de la Cava Baja, muy cerquita de la Plaza Mayor se encuentra Casa Lucio. Abierto desde 1974 recoge el testigo del restaurante anterior, El Segoviano, cuyos dueños fueron mentores de Lucio. Desde entonces, una mezcla entre cocina tradicional extraordinaria y un don de gentes espectacular lo ha convertido en el restaurante castizo más popular de la capital. Además de sus famosos huevos rotos, no te olvides de probar su cocido madrileño -spbre todo si el frío acompaña- (un potaje elaborado a base de garbanzos y un buen montón de verduras, carnes y embutido). ¡Delicioso!
Ramón Freixa
Gastronomía de lujo interpretada por Ramon Freixa a través de exclusivos y exquisitos platos.
Top ten.
Como uno de los máximos exponentes de la nueva cocina, Ramón Freixa figura como uno de los mejores cocineros del mundo. Basándose en la idea de la alta cocina y de la innovación su restaurante se ha convertido rápidamente en una de las mecas de la alta gastronomía.Está situado en la calle Claudio Coello 67, en pleno barrio de Salamanca, y es un lugar pensado y planificado al detalle. Si pretendes darte un lujo, en este restaurante encontrarás platos inimaginables e irrepetibles. Su cocina va variando según la época del año y las inquietudes del chef, pero nunca te dejará indiferente. Su carta de vinos también es muy popular y extensa por lo que te recomendamos que te pongas en manos de sus camareros para elegir la comida y su maridaje, no hay fallo posible.
Estado Puro
Tapas desenfadadas, vanguarditas y nunca vistas de la mano del genial Roncero ¡Reserva mesa!
Cocina con humor.
Estado Puro mezcla la cocina tradicional, la alta cocina y sobre todo el humor: mucho humor en estas paredes. Todos los platos tienen un denominador común: el formato tapa, la forma más desenfadada de comer en Madrid que aquí se presenta en todas sus formas y variedades. Utilizando las instalaciones del hotel NH de la Plaza de Cánovas del Castillo, en mitad del Paseo del Prado y bajo la firma de Paco Roncero, euno de los máximos exponentes de la cocina vanguardista del mundo, hace suyas divertidas expresiones del lenguaje más coloquial para su carta. El local en sí mismo es acogedor y original. El destino perfecto para parar a degustar unas cuantas tapas y cervezas antes de continuar la visita de la ciudad.
Kabuki
Si a la gastronomía mediterránea le sumamos la gastronomía japonesa el resultado es... ¡comida kabuki! ¡Sensacional resultado!
Mèlange de sabores.
Se dice que Madrid es mezcla de todas las ciudades y todas las gentes del mundo. Prueba de ello es Kabuki, un restaurante que combina la gastronomía japonesa y la mediterránea. Aquí vas a poder degustar carnes y pescados típicamente españoles preparados con sushi y otras especialidades de la cocina del Japón. Nunca habrás visto nada igual. En un principio, el restaurante preparaba platos de cada país pero debido a su éxito decidieron fusionar sus platos dando lugar a esta cocina kabuki. El éxito ha sido mayor aún: en pocos años se han convertido en uno de los restaurantes más originales y visitados de la ciudad. Tanto es así que se ha abierto otro local nuevo. Puedes encontrarlos en las calles Velázquez, 6 y en la Avenida del Presidente Carmona, 2. No es una opción económica, pero merecerá la pena.
Restaurantes indios de la calle Lavapiés
Explosión de culturas y comida india en el barrio más ancestral de Madrid.
Gastro india en el número 42.
Bienvenido al barrio de Lavapiés, el barrio viejo de la ciudad conocido por la heterogeneidad de sus gentes y en el que se respira un aire diferente. Encontrarás una curiosa mezcla de todas las nacionalidades en medio de típicas corralas madrileñas (viviendas típicas de Madrid con pasillos y balcones corridos que comunican a la vecindad). Si te dejas caer caminando desde la plaza de Jacinto Benavente hacia abajo, dirección Plaza de Lavapiés, lo atravesarás e irás encontrando restaurantes de cocina de todas las partes del mundo. En la propia calle Lavapiés, en el número 42, encontrarás el Baisakhi Indian Restaurant. Este local lleva muchos años funcionando y se ha convertido en un lugar genial para aquellas personas que quieran degustar la gastronomía de la India.
Museo Chicote
Cócteles inigualables en un ya histórico local frecuentado por estrellas nacionales e internacionales.
¡Si las paredes hablasen!
El Museo Chicote, ubicado en el número 12 de la Gran Vía, toma su nombre de Perico Chicote, el famoso barman que trabajó en el hotel Ritz en 1916. Años después, en 1931, abrió el primer local especializado en cócteles de Madrid. Desde su inauguración, gracias a las relaciones sociales de su dueño, ha sido un referente de la vida cultural de Madrid y lugar de encuentro de estrellas de todo el mundo, desde políticos como la princesa Soraya o Rainiero de Mónaco hasta estrellas del cine y de la música como Frank Sinatra, Grace Kelly o Ava Gardner. Pese a que la figura de Perico Chicote ha estado siempre relacionada con el régimen franquista, en los años ochenta, la famosa movida madrileña tuvo en este establecimiento uno de sus centros de operaciones. Cuenta la lengua popular que aquí se firmaron importantes acuerdos discográficos de artistas como Alaska, Nacha Pop o Los Secretos y que sus paredes son testigos de grandes desamores de otros como Joaquín Sabina o Manolo Tena.
Flamenco en Madrid
Si te va lo flamenco, no te pierdas el tablao más famoso del mundo: el Corral de la Morería.
¡Flamenquito!
Entre la calle Bailén y la conocida pradera de San Isidro está la calle de San Nicolás y en el número 5 se encuentra El Corral de la Morería. Se dice de este lugar que es el tablao flamenco más famoso del mundo. Lo que es seguro es que si quieres ver bailar y cantar flamenco has de visitar este lugar: los bailaores más importantes pasan por este escenario. Contemplar uno de estos espectáculos es toda una experiencia. Eso sí, te hacemos dos recomendaciones: aprovecha este sitio para cenar mientras ves el espectáculo y reserva tu entrada con anticipación pues hay bastante demanda (http://www.corraldelamoreria.com/reservas.html ). El Café de las Chinitas es otro de los templos del flamenco en Madrid. Se encuentra en el interior de un espectacular palacio del siglo XVII en la calle Torija número 7. Como si se tratase de un bautismo, por este escenario han pasado todas las estrellas que se han consagrado en el mundo del flamenco. Por cierto, el edificio es muy famoso por su decoración, ¡fíjate en los mantones de Manila del escenario!
Calle Martín de los Heros
¡Obvio!, la calle más cinéfila de la ciudad, acoge al Paseo de la Fama de Madrid.
¿Te hace "un cine"?
La calle Martín de los Heros, en el corazón del barrio de Argüelles es la calle del cine. A pocos metros de la Plaza de España y de la calle Princesa, en ella se ubican cines que ofrecen desde la cartelera más habitual y mediática hasta la proyección de películas independientes, películas en versión original y cortometrajes más alternativos. Por este motivo, en 2011 se decidió inaugurar aquí el Paseo de la Fama de Madrid. A lo largo de estas aceras se levantaron las 25 primeras estrellas dedicadas a las 25 figuras emblemáticas del cine español: Penélope Cruz, Fernando Fernán Gómez... Temporada tras temporada, suma nuevos homenajes ayudando a inmortalizar el cine y los cineastas españoles. Son muchos los curiosos que pasan por aquí, pero también son muchos los cinéfilos que vienen a esta calle a consultar la cartelera o a ojear las tiendas relacionadas con el cine de sus alrededores.
Jazz en directo
Jazz, blues, rock&roll, música clásica... cualquier nota musical es bienvenida en esta ciudad.
Música para tus oídos.
Madrid es música. Desde los conciertos clásicos que año tras año ofrece el Teatro Real (Plaza Isabel II, más conocida como la Plaza de Ópera) hasta las tendencias más alternativas y vanguardistas de las salas de Malasaña, encontrarás una enorme oferta de música en directo. Te desvelamos unos cuantos rincones que te deleitarán con sus actuaciones. La Coquette es el primero: se ha convertido desde hace muchos años en una institución de la música blues y soul en Madrid. Ubicado en la calle Hileras, 14, junto a la calle Arenal, cada noche abre sus puertas con actuaciones de música americana. Ideal para tomar una cerveza mientras disfrutas del concierto. A pocas calles de distancia, en la Plaza de Santo Domingo aparece Soul Station. Esta sala abre de martes a domingo y cada día está dedicada a un estilo: soul, jazz, blues, rock&roll... Es costumbre entrar sin preguntar pues si te gusta la buena música, te encantará. Por último, el Café Central. Es uno de los templos de la música en directo de la capital. Por aquí han desfilado todos los grandes artistas de España en sus comienzos y es habitual encontrar a importantes músicos de la escena nacional ofreciendo pequeños conciertos de incógnito.
Teatro Lope de Vega
En el teatro más famoso de Madrid resuenan los aplausos temporada tras temporada.
Broadway made in Spain.
Este teatro es el centro del Broadway madrileño. Desde hace unos años así se conoce a esta parte de Gran Vía que transcurre desde la plaza de Callao hasta Plaza de España donde se programan gran cantidad de musicales y se concentran gran parte de los teatros de la ciudad. El teatro Lope de Vega ocupa los números desde el 53 al 59 de la calle más famosa de Madrid y, en realidad, es un homenaje al anterior teatro homónimo que ocupó prácticamente la misma ubicación hacia el año 1850. El actual edificio se inauguró en 1949 y ahora es el teatro más emblemático de Madrid. Además de estar especializado en musicales, suele acoger estrenos y presentaciones de películas y obras de teatro de primer orden. Si quieres aprovechar tu visita a Madrid para ver un musical, echa un vistazo a su programación.
Terrazas con vistas
Madrid desde las alturas es infinitamente bello y espectacular. Toma buena nota de tres puntos clave para hacerlo.
Bajo el cielo de Madrid.
Seguro que has oído decir alguien aquello de "bajo el cielo de Madrid". Es uno de los encantos que tiene esta ciudad y también una de las formas más bonitas de conocer el lugar que estás visitando. Te proponemos tres puntos estratégicos para pararte a descansar y simplemente contemplar el paisaje y la gran ciudad que te rodea. En el popular y castizo barrio de Lavapiés se encuentra un rincón llamado Café Gaudeamus (calle Tribulete, 14): tiene una terraza en la cuarta planta espectacular. Desde aquí puedes contemplar la cúpula de la antigua iglesia de las Escuelas y todo el antiguo barrio de Lavapiés. Además, tiene unos precios muy asequibles y una cocina muy recomendable. Cambiando de zona, si estás por la zona del Barrio de las Letras, en la propia plaza de Santa Ana, está la entrada al hotel Penthouse ME: arriba encontrarás una modernísima terraza desde la que relajarte tomando uno de sus riquísimos e innovadores cócteles. Por último, si quieres darte un capricho, el restaurante ubicado en la terraza del hotel Urban (Carrera de San Jerónimo, 34) goza de las mejores vistas de la ciudad. Además, este lugar ha ganado numerosos premios por su ubicación y su cocina.
Chueca, Gay District
Colores chillones para la zona más gay de Madrid. Cuenta con los mejores locales, ¿por qué no lo compruebas?
Orgullo gay.
El barrio de Chueca, al lado de Malasaña, lo forman las calles que quedan entre la calle Fuencarral y la Gran Vía. Su epicentro es la propia plaza de Chueca y es una de colorines pues es el barrio gay de Madrid y sus banderas se alzan en prácticamente cada edificio. Se ha ganado la fama de tener los mejores locales de la ciudad. Aunque es difícil demostrarlo es cierto que el barrio entero goza de un gran ambiente de día y de noche. Hay muchos sitios para comer y picar algo entre horas. A pocos metros de la plaza, por la calle Augusto Figueroa, encontrarás el Mercado de San Marcos, un nuevo espacio para comer en Madrid con un buen puñado de locales en su interior, cada uno de una especialidad y, si hace buen tiempo, puedes comer en la terraza de la planta superior. Por cierto, el 28 de junio es el Día del Orgullo Gay, fiesta del barrio. En esos días todas las calles se engalanan con sus mejores trajes, los vecinos toman las calles y la música no cesa hasta altas horas de la madrugada. Si estás en la ciudad, ¡no te lo pierdas!
Tabernas en el Barrio de las Letras
Calles distinguidas para la zona más literaria de Madrid. Galdós reescribiría "La Fontana de Oro".
Siglo de Oro.
Este barrio encierra en sus calles el Madrid del Siglo de Oro. Desde la plaza de Jacinto Benavente hasta la calle de la Cruz por un lado y desde el paseo del Prado hasta la calle Atocha por el otro extremo, este entramado de calles es posiblemente el barrio más distinguido de Madrid. Por aquí vivieron Lope de Vega, Quevedo, Góngora y un gran grupo de escritores que entre los siglos XVI y XVII pertenecieron al conocido Siglo de Oro de la literatura española y el más importante de la literatura universal. Más adelante, durante la centuria de 1800 a 1900, estos edificios fueron escenario de las novelas de Benito Pérez Galdós: aún hoy continúa abierta La Fontana de Oro (C/ Victoria, 1), local que da nombre a una de sus novelas. Al pasear por estas calles, fíjate en las paredes de los edificios y en la calzada pues a menudo podrás leer capítulos de historia escritos en ellas. Toda la calle Echegaray está repleta de tabernas y locales que mantienen la decoración de época. Al final de esta calle verás la plaza de Santa Ana, uno de los lugares con mejor ambiente de la ciudad, tanto por el día como por la noche.
Domingos en La Latina
Cañas y tapas madrileñas envueltas en el mejor ambiente de la ciudad cualquier domingo del año.
Domingos de terraza.
Te presentamos uno de los planes más divertidos y castizos que te ofrece Madrid. Cada domingo el barrio de La Latina (detrás de la Plaza Mayor) se llena de gente a lo largo y ancho de sus calles ocupando todas las terrazas de esta zona. En realidad, gran parte de este gentío proviene del Rastro que durante toda la mañana ha estado abierto a pocos metros, en la Plaza del Cascorro (te recomendamos que lo visites). Tras el ajetreo de este enorme y popular mercado, todos los visitantes buscan un hueco donde pedir las tradicionales cañas y tapas madrileñas. Así, llegan hasta La Latina y este mítico barrio se convierte en el centro de reunión para los madrileños. Cuadrillas de amigos que no se ven durante la semana, parejas que pasean por la zona, turistas. Todo el mundo está aquí. Cualquiera de las terrazas es estupenda para sentarte a charlar y tomar algo pero te contamos un pequeño truco. Si hay hueco, sube a la terraza superior de un bar llamado El Viajero (Plaza de la Cebada, 11). En esta terraza encontrarás un maravilloso rincón al aire libre desde el que contemplar el cielo de Madrid.
Noche en Malasaña
Herencia de la movida madrileña, el ambiente nocturno en el barrio más alternativo de Madrid no te dejará indiferente.
¡Esa Vía Láctea!
¡Bienvenido al barrio alternativo de Madrid! En estas calles hay sitio para todos. Desde su plaza del Dos de Mayo, centro neurálgico del barrio, salen las calles Daoíz y Velarde, que conmemoran los levantamientos de 1808. Y de ahí, las calles San Vicente Ferrer, La Palma y todo el entramado de callejuelas se amontonan entre sí y albergan una de las zonas más variopintas y con mayor ambiente nocturno. Aún se respira el ambiente que dejaron los años 80 y su famosa movida madrileña en este barrio. Ahora, se mezclan todas las culturas urbanas pero sobre todo música, mucha música. Al caer la tarde, toma asiento en cualquiera de las terrazas del Dos de Mayo o de la Plaza de San Ildefonso: podrás tomar unas cañas y picar algo. Por la noche, todo el barrio se convierte en un hervidero de gente. Todos los bares y pubs de la zona son tremendamente originales y no encontrarás dos iguales. Pero si lo que quieres es visitar un lugar mítico de los ochenta, aún se mantiene abierto La Vía Láctea (c/ Velarde, 18), discoteca que era frecuentada por artistas como Alaska o Los Secretos y que, aún hoy en día, es habitual de artistas nacionales.
Souvenirs originales en Madrid al cubo
Quieras o no recuerdo de Madrid, pásate, alucinarás con sus ideas la mar de creativas, desenfadadas y diferentes.
Recuerdos originales.
¿Estás buscando un recuerdo de Madrid pero no quieres llevarte lo típico? Si es así debes visitar la tienda Madrid al Cubo (hay dos establecimientos, uno en la calle de la Cruz, 35, junto a la puerta del Sol y el segundo, en la calle Concha Espina, 1, junto al estadio Santiago Bernabeu). Sus regalos están basados en cosas típicas de Madrid pero de una manera moderna y graciosa: las populares flamencas, toreros, carteles, imitaciones de placas de calles, la Puerta de Alcalá en miniatura... pero todo "a la manera madrileña". Tienen también una sección especializada de libros sobre historia de Madrid. Sus diseños desenfadados han tenido tanto éxito que los propios madrileños compran en estas tiendas, y hay cosas que no te podemos explicar hasta que las veas así que, ¡visítala!
Las Rozas Village
Visitar esta miniciudad comercial merece un día entero. Sus rebajas permanentes harán que no salgas con las manos vacías.
"Una ciudad de tiendas".
Las Rozas es el típico pueblecito de las afueras de Madrid. Una zona tranquila, residencial, cerca de la sierra madrileña, a unos veinte kilómetros por la autovía A-6. En esta ubicación abrió sus puertas el gigantesco complejo Las Rozas Village hace más de una década imitando a una ciudad del sigle XIX y con una gran ofertas de tiendas, cines, terrazas y restaurantes. Aunque el único inconveniente es el hecho de no estar situado en el centro, la visita a esta ciudad de tiendas es tremendamente fácil. Puedes llegar en menos de 15 minutos en autobús (625, 628 y 629 salen continuamente desde la estación de Moncloa), en tren (C8A, C8B, C10 desde Atocha y C8A y C8B desde Chamartín) o desde un autobús del centro que sale de Plaza de España. Dedícale el día entero o al menos la tarde completa: encontrarás rebajas de hasta el 70% en primeras marcas en cualquier época del año.
Serrano
Exclusividad, lujo y elegancia en uno de los barrios más caros de la capital española.
La milla de oro madrileña.
A principios del siglo XIX el enorme crecimiento de la capital hizo que se llevaran a cabo las obras del Ensanche para conseguir modernizar la ciudad. En concreto, la zona del actual barrio de Salamanca se planeó como el barrio aristocrático de la ciudad al que pasó a vivir la clase más acomodada de la sociedad. Aún lo sigue siendo. La calle Serrano es el corazón de este barrio Salamanca, conocido como la milla de oro de Madrid y que forman otras calles como Juan Bravo, Jorge Juan y Príncipe de Vergara. Las tiendas más exclusivas en moda y los restaurantes más caros y elegantes de la ciudad están por aquí, y podrás encontrarte a alguna celebridad paseando por ellas.
TriBall
¿Cuál es la esencia de Madrid?: su cercanía, aroma a barrio de toda la vida… Por esta esencia lucha TriBall.
"Pongamos que hablo de Madrid".
Te desvelamos un secretillo sobre la ciudad. Como seguro que ya sabes, Madrid se ha considerado siempre como una ciudad de barrios, a pesar de ser una gran ciudad, no ha perdido el ambiente de vecindad, de tiendas pequeñas y de calles en las que la gente se conoce y se saluda a diario. Con este sentimiento los comerciantes y vecinos del histórico barrio de Triángulo Ballesta se han unido creando la plataforma Triball para impulsar y mantener este ambiente y esta esencia en la zona que une Tribunal con Gran Vía atravesando la Corredera de San Pablo. Es uno de los barrios más populares, históricos y eclécticos de Madrid. Por sus calles han paseado los personajes del escritor Emilio Pérez Galdós y han sido escenario de las canciones del popular cantautor Joaquín Sabina. Todo ello está recogido en la plataforma Triball, de modo que, te recomendamos que visites la página www.triballmadrid.com para enterarte de las novedades y trucos del barrio así como de promociones únicas. Desde tiendas de ropa hasta conciertos secretos, ¡aquí están los secretos del viejo barrio!
Malasaña
Bienvenidos seais todos a Malasaña, seas de donde seas y seas como seas, aquí hay sitio para todos.
Alternativo & underground & juventud.
El barrio de Malasaña es sinónimo de alternativo, de underground, de cultura y de juventud: es la contracorriente de Madrid. Popular en los años ochenta por la movida madrileña -explosión cultural que vivió en estas calles y la plaza del Dos de Mayo (que te recomendamos que no dejes sin visitar)-, numerosos músicos y artistas de todo tipo se dieron a conocer en este barrio. En los años noventa, desapareció la movida pero no la cultura en el barrio. Bares de todo tipo, tiendas de discos, terrazas, extravagantes tiendas de ropa tienen un hueco aquí y a todas las une la cultura y la música. Además, al caer la noche, el gentío de la plaza del Dos de Mayo termina de cenar y se va diluyendo entre las calles de alrededor. Es una de las principales zonas de marcha nocturnas de la capital y cuenta con los mejores bares y pubs de rock de Madrid.
Salesas
Aquí comienza el Soho madrileño: ruta de exclusivas boutiques donde reina la tienda de Marc Jacobs.
Respira y toma aire…
La plaza de las Salesas es una placita detrás de la transitada calle Génova, casi junto a la Plaza de Colón y el Paseo de la Castellana. Sin embargo, en esta plaza repleta de árboles se respira calma y tranquilidad. Aquí empieza una de las rutas de tiendas más populares de Madrid (el llamado Soho madrileño) a través de las calles de Conde de Xiquena, Argensola, Almirante, Bárbara de Braganza y Fernando VI. Toda esta zona mezcla tiendas de diseñadores conocidos internacionalmente, boutiques de pequeñas firmas, tiendas de recuerdos y estupendas cafeterías con históricas terrazas. Todo ello bajo un aire sofisticado y exclusivo. Encontrarás tiendas como Nice things (una de las firmas españolas más populares en los últimos tiempos), See by Chloé, Paul&Joe, Hunter, American College, Marc by Marc Jacobs (que abrió en el año 2008 en el nº 2 de Marqués de la Ensenada y que hizo que este barrio se comenzase a llamar el Soho madrileño).
Calle Fuencarral
Ambientazo y dos kilómetros del shopping más cool del momento.
El corazón de Malasaña.
La calle Fuencarral es la espina dorsal que une la Gran Vía con la zona de Bilbao y es también el corazón de Malasaña, el barrio más alternativo y underground de Madrid. Desde los años 80 se ha convertido en el símbolo de la cultura suburbana, conviviendo la zona de bares y discotecas por la noche con la ruta de shopping por el día. A pesar de que la calle se extiende algo más de dos kilómetros, debes recorrerla andando. Desde la Glorieta de Bilbao comenzarás a atravesar tiendas de ropa de marcas reconocidas mezcladas con bares y terrazas muy originales y tiendas de ropa de minoristas que nunca habrás visto. Esto es Malasaña, la mezcla de pequeñas culturas urbanas. La calle une también el barrio de Chamberí y de Chueca por lo que el ambiente que vas a encontrar es de lo más ecléctico. El segundo tramo de esta calle es peatonal y aquí aparece el Mercado de Fuencarral, un pequeño y alternativo centro comercial. Al final de la calle, la Gran Vía te está esperando para continuar con la ruta de tiendas.
El Rastro de Madrid
Apetecible opción para una soleada mañana de domingo. Como colofón a tus compras, ¡cañas en una terraza de los alrededores!
Agradable gentío dominguero.
Los domingos por la mañana, el barrio de La Latina se viste diferente. Desde primera hora se van levantando cientos de puestos a lo largo de la plaza del Cascorro y la Ribera de Curtidores. Los tenderos se apresuran pues, en pocas horas, todo este lugar y la alameda que lo atraviesa hasta la Ronda de Toledo se llenará de un agradable gentío. Este rastro lleva en funcionamiento desde 1740 aproximadamente. Desde el principio tuvo éxito, pero ya hace muchos años que se ha convertido en uno de los principales atractivos de la ciudad. A lo largo de este paseo encontrarás puestos de todo tipo, pero no es lo único. Los bares y terrazas de alrededor se llenan de gente y buen ambiente y convierte el barrio de La Latina en un hervidero de gente que cada domingo se agolpa a pedir unas cañas y unas tapas para despedir el rastro. Ver caer el sol mientras saboreas una cerveza en estas calles es una de las delicias de Madrid.
Matadero Madrid
Es uno de los centros de creación contemporánea más importantes a nivel europeo.
Experimenta el nuevo milenio.
Donde antes se troceaban cerdos, ahora fluye la cultura. A Matadero Madrid, situado al pie del remodelado río Manzanares, vendrás a sorprenderte y saldrás conociéndote más a ti mismo. Por algo ya lo han calificado como uno de los centros de creación contemporánea más importantes de Europa. Podrás ver desde una exposición sobre reciclaje y expresividad hasta una película acerca de la incomunicación humana (más información, www.mataderomadrid.org). Las Naves del Teatro Español es una de las piedras angulares con su café-teatro, su gran espacio escénico y una sala destinada a talleres y debates. En Intermediae te esperan las corrientes más alternativas y la Central de Diseño se erige como baluarte de la imagen como producto. Para imagen en movimiento tienes la Cineteca, dedicada casi en exclusiva a la no ficción. ¿Que aprieta el hambre? No hay ningún problema, porque La Cantina sirve platos ricos, sanos y naturales. La mirada se te irá para la arquitectura industrial de principios del siglo XX, pura decadencia con encanto, que se mezcla con el lenguaje visual más rompedor, como la Nave de Música. La Casa del Lector es el último espacio en unirse a este museo del nuevo milenio. La experimentación se oye, se ve, se toca.
La Casa Encendida
No solo para turistas, es un centro cultural con todas las letras.
La casa de las vanguardias.
A pocos metros del Museo Reina Sofía, te toparás con otro gran centro de la cultura, pero éste más orientado a los jóvenes y a las expresiones urbanas más alternativas. La Casa Encendida, de la Obra Social de Caja Madrid, es un buen lugar para estar enterado de lo último en cuanto a creación. Su programación se estructura en cuatro pilares: cultura, educación, solidaridad (la institución también dispone de una tienda de comercio justo) y medio ambiente. De ahí que en un mismo fin de semana puedas ver una muestra de fotografía sobre artistas holandeses rompedores, participar en un taller sobre haiku y asistir a un concierto de música donde se mezcla el piano y la electrónica. También podrás visitar su biblioteca, su estudio multimedia, su laboratorios de radio y fotografía y una cafetería donde suena el jazz y podrás hincarle el diente a las exquisitas tartas. Arriba subirás a la azotea, un espacio con huerto urbano y asientos donde poder disfrutar del fresco y alguna que otra actividad. Los niños, por supuesto, son más que bienvenidos y existen multitud de talleres para educarles en una mirada contemporánea y sin prejuicios. Más información en www.lacasaencendida.es.
CaixaForum
Si lo tienes enfrente, no olvides alzar la vista a tu derecha: ¡un jardín vertical!
Antes era la Central Eléctrica que abastecía al centro de Madrid.
Hace un siglo el carbón era la materia prima que inundaba el edificio. Hoy es el arte y la cultura en general. La Central Eléctrica del Mediodía, que a principios del siglo XX abastecía de luz a todo el sector sur del centro, se ubica en pleno Paseo del Prado y viene a complementar la oferta cultural de este eje. Ya antes de entrar te sorprenderás con su arquitectura de ladrillo y la reforma de los arquitectos Herzog & de Meuron, que eliminaron el zócalo de granito y lograron un efecto visual casi mágico, ya que el edificio parece volar a unas cuartas del suelo. En el muro del edificio contiguo se encuentra el famoso jardín vertical, obra de Patrick Blanc, que alberga 15.000 plantas de 250 especies distintas y sobrevive sin tierra, solamente con agua. Increíble que siempre esté tan verde. Dentro del Caixa Forum te encontrarás en medio de 10.000 metros cuadrados, entre salas para exposiciones, auditorio, restaurante, tienda, etc. Su actividad es ecléctica con muestras de arte que se van superando en calidad año tras año, conferencias, debates de actualidad, conciertos, ciclos de cine o talleres educativos. En la primera planta hay una zona de descanso con un gran ventanal desde el que se ve el bullicio urbano.
Museo Thyssen-Bornemisza
Las exposiciones temporales que organizan son perfectas: saldrás satisfecho de lo que has visto y no demasiado cansado.
Retratos y paisajes en pleno Triángulo del Arte.
Presta especial atención al retrato y el paisaje. Sus autores internacionales, ausentes del panorama museístico español hasta que se abrió el Museo Thyssen-Bornemisza en 1992, complementan al Museo del Prado y el Reina Sofía, los otros dos grandes centros del Triángulo del Arte. Esta institución de carácter privado refleja los gustos estéticos de los dos barones que amasaron tal fortuna pictórica, Hans Thyssen-Bornemisza y Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. Aquí casi no verás vírgenes ni Cristos, sino casi mil obras entre retratos, escenas cotidianas, naturalezas y abstracciones que abarcan el Renacimiento, el Manierismo, el Barroco, el Rococó, el Romanticismo, Impresionismo, Fauvismo, Expresionismo alemán, la pintura norteamericana del XIX, las vanguardias experimentales de principios del siglo XX y así hasta llegar al Arte Pop. Algunos de los autores más renombrados que tienen cabida en el Thyssen son Caravaggio, Rubens, Rothko, Klee, Monet, Van Gogh, Cézanne, Freud, Kandinsky, Bacon, Hopper… Una liga de campeones en toda regla. A esta colección del museo se une la de Carmen Cervera, que apuesta por el arte español sin olvidar la cuota internacional y con un claro eje vertebrador en el que te perderás por lugares remotos y celebrarás la explosiones de color. Más información en www.museothyssen.org.
Museo Reina Sofía
Si algo lo define es la palabra "vanguardia". Si ese día vistes de rojo te fundirás con su nuevo edificio, de Jean Nouvel.
Arte contemporáneo en estado puro.
Es el hogar del Guernika, de Picasso, ese enorme lienzo que muestra los horrores de las guerras y se ha convertido en metáfora mundial del dolor. Pero el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (www.museoreinasofia.es) tiene muchísimo que ofrecerte en cuanto a arte contemporáneo. De hecho, hay quien dice que es la continuación natural de los fondos de El Prado. La colección del Reina Sofía, en el llamado Triángulo del Arte, arranca con los autores del cambio del siglo XIX al XX, tales como Zuloaga o Juan Gris. Luego pasarás a aprender sobre tres grandes figuras como Picasso, Dalí y Miró para continuar por el arte figurativo de mediados del siglo XX y la abstracción de autores como Oteiza y Chillida. También existe la cuota extranjera, con obras de Mark Rothko, Francis Bacon, Roy Lichtenstein o Kandinsky. Aunque fue inaugurado en 1990 en el neoclásico Hospital de San Carlos, en el año 2005 se amplió con un nuevo edificio rojo y vanguardista de Jean Nouvel, donde se incluye la biblioteca y la cafetería y donde se abrió una nueva plaza pública. Este paseo, donde la pintura y la arquitectura se unen, es tan intenso que al terminar el tour puede que te apetezca una cerveza bien fresquita. Te la podrás tomar en el patio histórico que se encuentra junto a la entrada. Así da gusto.
Plaza de España
¡Saca la cámara! Homenajea a Cervantes con una foto junto a las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza.
A medio camino entre el Templo de Debod, Gran Vía y el Palacio Real.
Podría ser la plaza del downtown de cualquier ciudad americana, pero no. La Plaza de España es castiza y se encuentra a medio camino entre el Templo de Debod, Gran Vía y el Palacio Real. ¿Ves los dos edificios que la enmarcan y que juegan a ser rascacielos? Fue un intento del dictador Francisco Franco por dotar a la capital española de una apariencia cosmopolita. Uno de ellos es el Edificio España, de 1953, de aspecto neobarroco y reminiscencias estadounidenses. Aunque ha albergado un hotel, oficinas y tiendas, actualmente se encuentra vacío y no se puede visitar. El otro es la Torre de Madrid, un esbelto edificio blanco de 1957, que sí se encuentra ocupado. Ambos iconos arquitectónicos son obra de Julián y José María Otamendi. Pasea entre los árboles de la Plaza de España, refréscate con sus fuentes y túmbate en la hierba para descansar entre caminata y caminata. Los días soleados siempre está repleta de gente y con mucha frecuencia en ella se organizan eventos como algunos conciertos del Orgullo Gay o algunas ferias de artesanía. Diversión garantizada. En medio se erige un gran monumento a Cervantes, con las estatuas a caballo de Don Quijote y a burro de Sancho Panza. Una foto divertida si te sientas a cabalgar con estos dos personajes.
Gran Vía
En Gran Vía late con más fuerza y velocidad el corazón madrileño. Tiendas, cafeterías, teatros, cines, que nunca descansan.
Emblema rotundo y absoluto.
El cantante Antonio Flores le gritaba a esta calle: "llevas aquí casi toda la vida, Gran Vía, la gente te quiere todavía". Y así es. Esta calle, que transcurre desde Alcalá hasta Plaza de España, es la más emblemática de Madrid. Se construyó a finales del siglo XIX como respuesta al enorme desarrollo que estaba sufriendo la capital y consiguió desahogar el concurrido centro de la ciudad. En la actualidad, se ha convertido en arteria principal (con permiso del Paseo de la Castellana). En ella, y sobre todo desde su unión con la calle Fuencarral hasta desembocar en Plaza de España, encontrarás una de las principales zonas de tiendas. A ambos lados de la carretera, las principales marcas de ropa abren sus puertas. No dejes de visitar las calles perpendiculares (por ejemplo, la calle Montera también tiene numerosas tiendas). Partida en su mitad por la plaza de Callao aquí puedes empezar a recorrer la calle Preciados hasta la Puerta del Sol, otra de las calles comerciales con más solera de Madrid, o continuar bajando por el apodado recientemente Broadway madrileño, la última parte de Gran Vía.
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