Guía turística: qué hacer y ver en Marrakech
De bazares y especias.
El buen olfato manda. La que otrora fuera la capital del Imperio Islámico es aún hoy una de las ciudades más importantes de Marruecos y una visita obligada si viajas al país. Después de estar allí, además de recordar sus vistas, recordarás los olores que invaden cada uno de sus rincones. La ciudad está llena de Historia y se debate entre el pasado y del presente: podrás dejarte llevar por el encanto de su ciudad vieja, y por los aires de nuevo siglo de la ciudad nueva.
Así lo ven otros viajeros
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Otros lugares de compras
Haz una escapada a las boutiques y tiendas del barrio de Guéliz o Sidi Ghanem
Por que no todo tiene que ser tradicional…
Si prefieres huir de los enseres más tradicionales y buscas sofisticación en estado puro, en el moderno y afrancesado barrio de Guéliz encontrarás las grandes franquicias y boutiques de las firmas de lujo internacional más famosas. Por su parte, en el barrio de Sidi Ghanem podrás hacerte con creaciones de diseñadores contemporáneos tanto locales como extranjeros.
Mercado de las especias del Mellah
Ubicado en el barrio judío, este mercado es otra muestra del arte del comercio marroquí. Especias y más!
Apostamos a que encuentras especias que no conocías
Si quieres llevarte de recuerdo los mejores condimentos de la cocina tradicional marroquí, no dejes de pasarte por el mercado de las especias del Mellah, que es el antiguo barrio judío de la ciudad. Está poblado de laberínticas callejuelas que parecen trasladarte a una época antigua y una muralla lo separa del resto de la Medina. Su actividad es frenética y no encontrarás a muchos turistas en él. Aunque su fama le viene dada por la venta de especias, en el Mellah podrás comprar también objetos de metal, tapices y, sobre todo, joyas. El mercado de las especias es el más antiguo del barrio. En él asombran la sucesión de recipientes y conos que contienen comino, azafrán, coriandro y otras decenas de especias, además de hierbas y plantas medicinales, frutas secas, perfumes y jabones aromáticos, etc.
Plaza de Rahba Kedima
Especias, cueros, hasta pócimas mágicas! Dicen que los magos vienen a comprar sus ingredientes a esta plaza…
Piérdete en la Medina y llega a esta curiosa plaza
Un lugar ideal para perderte entre pieles, cueros y alfombras tejidas a mano por mujeres bereberes y tuareg es la frenética Plaza de Rahba Kedima y sus cientos de tenderetes. El lugar también es universalmente conocido por concentrar curiosos puestos en los que se venden pócimas mágicas y brebajes que sirven como remedios ancestrales para curar todo tipo de males. Se trata de una de las visitas más curiosas dentro del laberinto de zocos de Marrakech, donde los comerciantes te ofrecerán incluso un té mientras negociáis tranquilamente el mejor precio por cada objeto.
Amira Bougies Artisanales
Todas sus velas son originales y diferentes, por eso esta tienda es una visita imprescindible si buscas algo diferente
Decora tu universo con velas de todos las formas y colores
Moderna y elegante, esta tienda es todo un clásico en la ciudad en lo que a la venta de velas se refiere. Eso sí, son todas de diseño. Déjate llevar por su cálido ambiente y por todo el romanticismo que este lugar desprende, e imagínate una forma de vela, un tamaño y un color: seguro que aquí la encontrarás. Las hay cuadradas, en forma de cono, rectangulares, redondas, flotantes, traslúcidas y de un sinfín de estilos, que encajarán como anillo al dedo para ambientar cualquier rincón de la casa. Otras boutiques muy en boga que no debes perderte si buscas compras de altos vuelos en Marrakech son Via Notti, que ofrece arte bordado marroquí de la más alta calidad, y Moor, un espacio exquisito consagrado a la venta de objetos tradicionales del país.
Akkal
Además de cerámica o telas, podrás conocer la obra de jovenes artistas locales
Si te gusta la cerámica artesanal, no dejes de visitar este maravilloso lugar
La cerámica es la razón de ser de este bonito espacio, abierto por el belga Barkowski Charlotte en el año 1999. Todos sus diseños, sofisticados y de vibrantes colores, han sido fabricados a mano, combinando las técnicas tradicionales con una estética contemporánea. Pero en Akkal no solo encontrarás artículos de cerámica de líneas puras y gran calidad, sino también telas bordadas, prendas y otras creaciones, ya que el espacio funciona, además, como una sala de exposiciones donde los artistas locales pueden mostrar y vender sus trabajos.
Atelier Moro
Prendas de ropa, complementos… Lo más cool se une a lo más tradicional en esta curiosa boutique
Una muestra más del buen gusto marroquí
Prendas y complementos bordados a mano, objetos decorativos para el hogar, alfombras tradicionales, jabones naturales y otros productos de baño a base de plantas aromáticas, joyería de inspiración bereber… Todo esto y mucho más es lo que encontrarás al traspasar las puertas de Atelier Moro, una de las boutiques más cool de la Medina de Marrakech. Ofrece una cuidada selección de artículos, la mayoría de ellos, firmados por diseñadores de origen marroquí. El buen gusto reina en su interior, donde seguro encontrarás un montón de ideas para hacerte con el mejor recuerdo de la ciudad.
Akbar Delights
Moda exclusiva y artículos de lujo. Encontrarás prendas propias y también importaciones indias
Puro lujo en Marraquech
Si buscas artículos de verdadero lujo en Marrakech, no dejes de pasarte por Akbar Delights. Es una de las boutiques más prestigiosas -y también más caras- de la ciudad. Se trata de un showroom especializado en moda, accesorios y piezas textiles, de fabricación propia y, también, importados desde la India. En su recogido espacio reúne vestidos bordados, camisas, tops, joyería, bolsos, chales, pañuelos de seda y babuchas típicas de Marruecos de todos los colores imaginables.
33 Rue Majorelle
Joyas, ropa, decoración para el hogar… Casi todo lo que puedas imaginar, con diseño marroquí
Para todos los bolsillos
Las líneas diáfanas dominan este espacio de diseño consagrado a la venta de moda y decoración marroquíes con una clara vocación contemporánea. El local cuenta con dos plantas y más de 200 metros cuadrados de exposición. Se halla en el corazón de la Medina, más concretamente, en la calle de Yves Saint Laurent, enfrente del famoso Jardín de Majorelle. La boutique ha sido concebida por Monique Bresson y reúne las creaciones de casi medio centenar de diseñadores y firmas originarias de Marruecos. Te sorprenderá su cuidada selección de ropa, productos de belleza y modernos objetos para el hogar. Su rango de precios ofrece posibilidades para los bolsillos más ajustados y, también, para los dispuestos a invertir en piezas casi de lujo. El espacio concentra además una galería de arte con bonitos muebles de época y un café para tomar un pequeño refrigerio.
Ensemble Artisanal
Probablemente sea lo más parecido a un centro comercial, con la diferencia de que todo lo que encuentres está fabricado a mano
La esencia de la artesanía
Como su nombre indica, la artesanía es la estrella de este espacio polivalente en el que se agrupan diferentes gremios de artesanos para vender sus productos. Se trata, quizás, de lo más parecido a un centro comercial convencional que verás en la ciudad. Lo encontrarás en la avenida de Mohamed V y en él hallarás artículos variopintos fabricados a mano en cuero, cerámica, madera y cristal, además de prendas artesanales, instrumentos musicales, piezas decorativas para el hogar, joyería y todo tipo de utensilios de cocina tradicional marroquí. En el Emsemble Artisanal podrás escaparte del bullicio de los mercados de Marrakech y disfrutar de unas compras relajadas y sin regateos, aunque también debes saber que, en los zocos, si eres un buen negociador, conseguirás unos precios más ajustados que aquí.
Regateo en los zocos de Marrakech
Intentar llegar a un acuerdo en el precio es todo un logro!
Disfruta de la versión más divertida de las compras en Marraquech
Hablar de compras en una ciudad como Marrakech y no mencionar sus zocos sería casi un sacrilegio. Al norte de la Plaza de Yamaa el Fna descubrirás los mercados tradicionales más famosos de toda la ciudad. Están organizados por gremios. Así, en cada una de sus partes, podrás hacerte con unos u otros artículos: ya sean de joyería, alimentación, especias, marroquinería, cuero, telas, plantas y preparados medicinales, todo tipo de objetos exóticos y, por qué no, también algunas rarezas… Aunque no tengas intención de comprar, por nada del mundo deberías perderte la experiencia de pasear por el alucinante mundo de sus laberínticas callejuelas. La calle Souk Smarine divide el zoco en su mitad y está cubierta para ofrecer protección respecto al sol. Si te interesan las especias, los artículos de metal y las telas teñidas, visita el Souk el Attarin. Si, por el contrario, lo que buscas son artículos de cuero, alfombras, objetos occidentales a precios reducidos y vestidos tradicionales marroquíes, busca el Souk el Kebir. Una buena recomendación para no perderte entre el tumulto será contratar previamente alguna visita guiada.
Galerie 127
Ubicada en el barrio de Guéliz, presume de ser la única galería del Magreb especializada en fotografía
Conoce lo mejor de África sin moverte de Marraquech
Este espacio puede presumir de ser una de las primeras galerías de arte especializadas en fotografía de toda África. Abrió sus puertas en el año 2006, en la avenida de Mohammed V, en el afrancesado barrio de Guéliz. Su espíritu innovador y contemporáneo se extiende a lo largo y ancho de 100 metros cuadrados de superficie, donde tienen cabida tanto muestras de fotografías íntimas, con ejemplares de pequeño tamaño, como exposiciones de imágenes de gran formato. Abre de martes a sábados, de 15 a 19 horas y su vocación es marcadamente internacional. Puedes echar un vistazo a las colecciones que concentra en www.galerienathalielocatelli.com.
Matisse Art Gallery
Si buscas obras de jóvenes artistas, este es tú lugar
Arte marroquí para el mundo
Exposiciones de arte, caligrafía y mucho más es lo que podrás ver si te pasas por Matisse Art Gallery, una espacio pionero en Marrakech, que busca promocionar el arte marroquí fuera y dentro de su país. En su afán por fomentar la producción artística local, presta su apoyo a jóvenes pintores con una prometedora proyección, y edita también sus catálogos y monografías. Paralelamente, presenta exitosas muestras temporales de creadores de gran renombre internacional. Si quieres conocer más detalles sobre la galería y consultar su cartel de exposiciones y artistas, visita www.matisseartgallery.com. Para conocer de cerca el circuito de galerías de arte de Marrakech, otros locales a descubrir pueden ser también La Galerie Bleue o La Qoubba Galerie D’Art, entre muchas otras.
Maison de la Photographie de Marrakech
Deléitate con imágenes de la riqueza del Marraquech antiguo
Una mirada al pasado
Un curioso espacio por descubrir en la ciudad es, sin lugar a dudas, esta casa de la fotografía, que expone imágenes originales tomadas en Marruecos entre los años 1870 y 1950. A la hora de seleccionar las fotos que cuelgan de sus paredes, su criterio fundamental es que cada una de ellas traspire la riqueza y la complejidad de la cultura, las tradiciones, el paisaje y los modos de vida del país. Programa, además, conferencias, proyecta documentales sobre Marruecos y funciona como centro de documentación. En su terraza, con vistas a la ciudad y a las Montañas del Atlas, podrás disfrutar de algo de picoteo. La Maison de la Photographie de Marrakech se encuentra muy cerca de la Medersa ben Youssef, abre de 9 a 19 horas y el precio de la entrada es de 40 dirhams. Conócela en www.maisondelaphotographie.ma.
Ministero del Gusto
Creaciones artísticas originales y modernas de todo el mundo
Arte internacional en pleno corazón de la Medina
En pleno corazón de la Medina podrás descubrir este espacio multifuncional que, de la mano de los creadores italianos Fabrizio Bizarri y Alessandra Lippini, abrió sus puertas en 1998. Funciona como galería de arte que muestra trabajos de artistas de todo el mundo, y también como showroom de muebles, joyería de diseño y artículos vintage. Finalmente, ofrece además los servicios propios de un estudio puntero de diseño de interiores. Este espacio de líneas cálidas y sensuales, donde se cuida hasta el más pequeño de los detalles, ha sabido aunar la riqueza cultural marroquí con las nuevas tendencias del diseño internacional. El Ministero del Gusto combina materiales, texturas, colores y pequeños detalles que cautivarán tus sentidos desde el primer minuto que pases que pases en él. Infórmate en www.ministerodelgusto.com.
Dar Cherifa
Lugar de encuentro cultural en el que también podrás degustar un estupendo café marroquí
Café literario y arte, todo en uno
En un encantador riad del siglo XVII se levanta hoy este espacio polivalente, que funciona como galería de arte y café literario. Poco a poco se ha hecho un hueco como uno de los puntos más candentes de la escena artística de Marrakech. Programa muestras temporales de artistas locales y extranjeros y sirve, además, ligeros tentempiés, tés y cafés. En un bello patio interior acoge ocasionalmente conciertos de música folclórica marroquí. Su ambiente es distendido y agradable y cuenta con una azotea con bonitas vistas sobre la ciudad. El edificio, con paredes decoradas con estuco y azulejos, vigas de madera tallada y arcos de estilo morisco, es un pequeño tesoro que realmente merece la pena descubrir.
Museo de Marrakech
Ubicado en el antiguo palacio Mnebbi, además de por sus obras de arte, destaca por la impresionante lámpara de su patio
Uno de los museos más bellos
Lo encontrarás dentro del antiguo palacio Mnebbi. Su construcción data de finales del siglo XIX y fue impulsada por el gran visir del sultán Mulay Mehdi Hassan. Su colección permanente cuenta con objetos de cobre, vestimentas, joyas bereberes y muebles tradicionales. Desde 1995, organiza exposiciones temporales de arte contemporáneo o que versan sobre el rico patrimonio del país. Funciona también como sede para múltiples actividades culturales que se celebran en la ciudad, ya sean de cine, teatro, danza, música, etc. Se trata de un imponente edificio proyectado sobre una parcela de más de 2.000 metros cuadrados, que tiene la apariencia de una majestuosa casa tradicional de estilo morisco. La visión de su patio central es también un regalo para la vista. El Museo de Marrakech está hoy financiado y gestionado por la Fundación Omar Benjelloun, un reputado mecenas y coleccionista marroquí, a quien se debe su rehabilitación. Se sitúa junto a la Medersa Ben Youssef. Más en www.museedemarrakech.ma.
Museo Casa Tiskiwin
Organizadas por su geografía, las salas de este museo te acercan a la cultura de este país
Si te atrae el arte marroquí, no puedes perderte una visita a este lugar
También es conocido como Museo Bert Flint, que fue un historiador, antropólogo y coleccionista holandés apasionado por el arte rural marroquí. En su casa palacio de Marrakech se halla hoy este salón de exposiciones privado, de estilo morisco, que posee una magnífica colección de ropas, alfombras, cerámicas, instrumentos de música, mobiliario y tejidos bereberes. Concentra los productos y enseres artesanales más característicos de cada una de las regiones del país, principalmente, del valle del Souss y de la región subsahariana de África. La construcción del edificio, que se encuentra muy cerca del Palacio Bahía, data de comienzos del siglo XX, aunque el museo no comenzaría a funcionar como tal hasta el año 1996.
Museo de Arte Islámico
Después de un paseo por el Jardín Majorelle, admira la colección privada de arte bereber de sus propietarios
Descubre el lado cultural de Yves Saint-Laurent
Dentro del Jardín Majorelle encontrarás este Museo de Arte Islámico, que fuera el taller del pintor francés Jacques Majorelle. En él podrás ver la colección personal de arte bereber de los flamantes propietarios del jardín, Pierre Bergé y el ya difunto modisto Yves Saint Lauren. La colección del museo, que es fiel reflejo de la cultura rural marroquí, se divide en tres secciones: la que concentra los utensilios de uso cotidiano o ceremonial; otra de adornos y joyas ancestrales; y una última dedicada a los trajes, las armas y los tejidos tradicionales. La entrada al Museo de Arte Islámico cuesta 25 dirhams. Descúbrelo en www.jardinmajorelle.com/introduction-a-la-culture-berbere.
Museo Dar Si Saïd
Además de todas sus obras de arte, destaca la decoración de su patio
El museo más completo de Marraquech
También conocido como Museo de las Artes Marroquíes, su vasta colección está dedicada al arte y la artesanía del país. Es el museo más antiguo de todo Marruecos y, también, el que expone el mayor número de objetos. En dos plantas, recoge piezas de mobiliario y madera tallada, alfarería, cerámica, armas, instrumentos musicales, trajes, joyería bererer (en mármol, cerámica o plata) e impresionantes alfombras tradicionales. Fue construido a finales del siglo XIX como residencia de Sid Saïd, hermano de Ba Ahmed, chambelán del sultán Moulay Hassan I y gran visir de Moulay Abdelaziz. El recinto funciona propiamente como museo desde 1932. Sobra decir que el edificio, de carácter hispano-morisco, ya constituye por sí mismo un bonito espacio digno de admirar.
Excursión al desierto de Marrakech
Si dispones de tres o cuatro días, no dejes de hacer este viaje por el desierto
Vive como un auténtico bereber
Se trata de otra de las excursiones más típicas entre los viajeros intrépidos que disponen de bastantes días para visitar la zona, ya que para adentrarte en Zagora o Merzouga, que son las dos zonas más importantes del Desierto del Sahara Marroquí, necesitarás al menos dos o tres días. Los medios de transporte más comunes son el camello y los 4x4. Dormirás en tiendas de campaña sobre la arena y descubrirás de primera mano las tradiciones y modos de vida del pueblo bereber. Para planificar tu escapada, podrás barajar opciones como estas que ofrecen las agencias especializadas www.tours-from-marrakesh.com, www.saharaparatodos.com, www.quadsmaroc.com, www.amazighmarruecos.com/es/excursiones-desde-marrakech.html o www.saharasalvaje.com.
Excursión a las cascadas de Ouzoud
Es uno de los sitios más visitados de la región y los más atrevidos, disfrutarán de un baño
Se consideran las cascadas más altas del país
Si buscas relajarte con unas buenas vistas y un poco de senderismo en un entorno natural de ensueño, reserva un día para hacer una escapada a las cascadas de Ouzoud, las más bonitas y elevadas de todo el país. Se encuentran a unos 150 kilómetros de Marrakech y su caída de agua alcanza, en algunos puntos, hasta 100 o 110 metros de altura. Su nombre, de origen bereber, puede traducirse como “oliva”. Tal denominación te pondrá tras la pista del tipo de árboles de este paraje natural. Una vez allí, no dejes de visitar los antiguos molinos que verás en la cima de las cascadas. Además, podrás tomar un tentempié en alguna terraza con vistas. Que no te sorprenda la cantidad de visitantes que encontrarás en el lugar, ya que se trata de uno de los puntos más turísticos de la zona central de Marruecos. Merece la pena que te dejes llevar por sus huertos y valles verdes o, también, por el circuito que te guiará hasta las cercanas y vertiginosas gargantas del río El Abid.
Excursión a Ouarzazate
Siéntete como Lawrence de Arabia o Russell Crowe en Gladiator
La cuna de los conocidísimos Atlas Estudios
¿Has soñado alguna vez con conocer de primera mano el escenario donde se rodaron algunas de las películas más míticas de la historia del cine? Si tu respuesta es sí, estás de enhorabuena, ya que en Ouarzazate, una interesante localidad al sur de Marruecos, se encuentran los estudios cinematográficos más importantes del país, los Atlas Studios. En ellos se grabaron filmes de la talla de Lawrence de Arabia, La guerra de las galaxias o Gladiator. Otro de los grandes atractivos de la ciudad, también conocida como “la puerta del desierto”, es su proximidad a las Montañas del Atlas. Si quieres escaparte del bullicio de Marrakech y descubrir algunos de los asentamientos bereberes de la región, esta es, sin duda, tu excursión. Podrás visitar sus famosas kasbahs, que en su día fueron palacios y fortalezas de defensa al mismo tiempo. Una de las más representativas de Ouarzazate es la imponente Kasbah de Taourirt, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Excursión al valle de Ourika
Además de asentamientos bereberes, no puedes perderte las cascadas de Setti Fatma
Conoce cómo vívían los antiguos bereberes
Árboles frutales, huertos y cultivos, pero también antiguos asentamientos bereberes y poderosas fortalezas hoy ya derruidas, conforman el paisaje de este rocoso valle de Ourika. Situado a unos 70 kilómetros al sureste de Marrakech, constituye un mirador privilegiado para observar las Montañas del Alto Atlas en todo su esplendor. En un día de viaje, tendrás tiempo para conocer también la pintoresca localidad de Setti Fatma y las cercanas cascadas de Ourika. Si te animas a descubrir cómo era la vida de los bereberes, podrás visitar alguna de las viviendas propias de los lugareños, donde, incluso, puede que te inviten a un té a cambio de comprar algún objeto de su artesanía típica. Para experimentar de cerca el comercio más característico de la zona, déjate caer por alguno de sus famosos mercados tradicionales, como los de Ourika, Asni y Aghbalou.
Excursión a Essaouira
Tal es la belleza de Essaouira que ha enamorado a personajes como Orson Welles o Jimmy Hendrix
¿Conoces la Perla del Atlántico?
Denominada popularmente como “la perla del Atlántico”, Essaouira es todo un referente cultural y arquitectónico de la costa atlántica marroquí. La villa es de sobra conocida por su riqueza en cuanto a arte, música, pintura y artesanía se refiere. Si piensas en llevarte algún recuerdo, debes saber que son muy apreciados los artesanos que trabajan la madera de cedro. Romanos, portugueses, cartagineses, fenicios, árabes y bereberes fueron algunos de sus antiguos pobladores. Esta característica le imprime un sabor mestizo y variopinto a los distintos monumentos que hoy podrás visitar en Essaouira. Por algo su Medina fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2001. Pese a todo, su momento de mayor esplendor llega con la celebración del famoso Festival de Gnaua y Músicas del Mundo de Essaouira, que, a finales del mes de junio, atrae a millares de visitantes que llenan de vida la ciudad.
Senderismo, caza, pesca o rafting por las montañas del Alto Atlas
Si dispones de tiempo, no dudes en hacer alguna actividad en el monte Toubkal
Tiempo para las aventuras
La cordillera del Atlas, que separa el desierto del Sahara de las costas del mar Mediterráneo y del océano Atlántico, se extiende a lo largo de 2.400 kilómetros. Uno de los macizos principales del Atlas marroquí es el Alto Atlas, cercano a Marrakech, cuyo monte Toubkal tiene el privilegio de ser el punto más alto todo el norte de África. Si tienes varios días para visitar la “ciudad roja” y sus alrededores y te pierden la aventura y las experiencias extremas, muchas agencias te ofrecen la oportunidad de adentrarte en la imponente cordillera y practicar todo tipo de actividades, ya sea senderismo, caza, pesca, rafting, rutas en quads o en bicicletas... Algunos buenos ejemplos para contratar tu plan de aventura –incluso, a medida– son www.omeyaaventura.com, www.aalma.es o www.trekkingtoubkal.com, entre muchos otros.
Excursión en globo sobre Marrakech
No te pierdas ningún detalle de Marraquech desde las alturas
¿Te animas a tener un punto de vista diferente de la ciudad?
Una perspectiva diferente y divertida para conocer Marrakech desde todos sus ángulos puede ser contratar un paseo en globo aerostático. ¿Te atreves a descubrir la ciudad imperial surcando los cielos? Los contrastes de la ciudad desfilarán ante tus retinas como nunca antes los habías visto: sus monumentos y plazas, sus cafés y terrazas, el ajetreo de sus zocos y laberínticas callejuelas o la riqueza de su entorno natural, en el que conviven palmeras, olivos, jardines, estanques e, incluso, modernos campos de golf, siempre bajo la atenta mirada de las montañas del Gran Atlas. Entre otros sites, puedes planear tu experiencia con http://www.amazighmarruecos.com/es/excursiones-desde-marrakech.html
Jardín de Majorelle
Hoy propiedad de Yves Saint Lauren y Pierre Bergé, alberga más de 300 especies de plantas de todo el mundo
Refréscate entre exóticas plantas y cantos de aves
Vibrante y exótico, el Jardín Majorelle es uno de los pulmones naturales más bellos de Marrakech. Se levanta en el corazón de la ciudad y en su interior está también el Museo de Arte Islámico. El pintor francés Jacques Majorelle empleó 40 años de su vida en componer este paraíso. Tras adquirir la propiedad en 1923, la dotó de tal esplendor que la fama llegó incluso a superar a la de sus pinturas. Trajo a Marrakech especies de todos los rincones del mundo, que hoy se calculan en unas 300. Cuando atraviesas el jardín, es como si el tiempo se detuviera para escuchar el canto de las aves, el susurro del viento en las hojas y el fluir del agua en los estanques, ríos y fuentes que lo habitan. En el recinto verás también con un edificio morisco de estilo art deco llamado Villa Oasis. El Jardín Majorelle, que abrió sus puertas al público en 1927, cayó en el olvido tras la muerte del artista en 1962, hasta que Yves Saint Lauren y Pierre Bergé lo compraron en 1980 y restauraron. “Nos quedamos encantados con este oasis donde los colores de Matisse se mezclaban con los de la naturaleza”, dijo el modisto al describir la impresión que el lugar le causó cuando lo vio por primera vez. Por nada del mundo deberías perderte este festival de colores, fragancias y sensaciones. Entrar al jardín te costará 50 dirhams, mientras que visitar el museo (que en su tiempo fue el taller del pintor) tiene un precio de 25 dirhams. Consulta los horarios en www.jardinmajorelle.com.
Jardines de Menara
Se dice que su edificio central fue el lugar de encuentros amorosos de los sultanes
Impresionantes jardines que rodean a un lago no menos espectacular
El siglo XII vio nacer estos Jardines de Menara de manos de la dinastía almohade. Al oeste de la ciudad, a su espalda se levantan las Montañas del Atlas. La visión de su estanque, en cuya agua se refleja un elegante pabellón saadí del siglo XVI, es una de las imágenes más utilizadas para simbolizar la belleza de la “ciudad roja”. El nombre de menara hace referencia a la pequeña pirámide verde que corona el pabellón. Una gran extensión de huertos y olivares rodean el conjunto, cuyo sistema de riego se abastece, precisamente, gracias a este gran estanque central, que se nutre del agua del deshielo de la montaña. Cuenta la leyenda que el pabellón y los jardines fueron utilizados como espacio idílico para los encuentros amorosos de los sultanes. Y es que el romanticismo está servido al caer la tarde, ya que desde aquí se disfruta de una de las puestas de sol más impresionantes de la ciudad. Se encuentran en la avenida de Menara, en Hivernage, y llegar hasta ellos a pie desde la Plaza de Yamaa el Fna te llevará cerca de una hora. Aunque siempre tendrás la opción más rápida de alcanzarlos en taxi o en calesa.
Palmeral de Marrakech
Déjate embelesar por sus más de 100.000 palmeras y admira sus inalcanzables villas y hoteles
Lugar idílico donde pasear en camello o calesa
Se trata de uno de los paisajes más sobrecogedores de Marrakech. El Palmeral es un imponente espacio natural que en sus orígenes contaba con unas 13.000 hectáreas, aunque hoy en día su extensión se ha visto reducida a casi la mitad. Cerca de 150.000 palmeras datileras te darán la bienvenida. Su horizonte se presenta dominado por las cumbres del Alto Atlas y, en los últimos tiempos, se ha convertido en cuna de hoteles de lujo, campos de golf y villas de auténtico ensueño, con precios solo al alcance de los bolsillos más privilegiados. Los medios de transporte más comunes para disfrutar de un bucólico paseo por el Palmeral son el taxi, la calesa o el camello. Como seguro que imaginas, resulta más que recomendable visitarlo al atardecer.
Palais Jad Mahal
Mezcla perfecta de restaurante, discoteca y música en directo para una velada inolvidable
Música en directo, entre otras cosas, en un ambiente moderno
Restaurante, discoteca, lounge bar, sala de conciertos y boutique. Tal es la oferta de este Palais Jad Mahal. Sensual, moderno y exquisito, se presentará ante tus ojos como un espacio idílico decorado al más puro estilo morisco, pero con pinceladas que te recordarán también a la India. Por los fogones de su restaurante desfilan recetas de cocina marroquí, tailandesa y occidental. Es decir, todo un universo creativo de sabores, aromas y especias que, seguro, no te decepcionará. Si lo que te pierde es la música en vivo, cada noche programa conciertos de bandas internacionales de diferentes estilos. Para los más animados, su club -toda una referencia en la ciudad- prolonga su horario de apertura hasta bien entrada la madrugada. Otra opción más relajada puede ser disfrutar de un cóctel a media tarde en su lounge bar al calor de las velas, mientras un dj pincha música en directo. Completa la oferta una boutique exótica y chic, donde hacerse con prendas de moda, joyas y accesorios. Si te decantas por el restaurante, puedes hacer tu reserva previamente a través de su página web: www.jad-mahal.com.
Souk Café
Encantador restaurante donde tomarse un descanso
Un sitio tranquilo en el Zoco
Un salón amable y una azotea con vistas a la Mezquita de Koutoubia resultan ser la mejor carta de presentación de este popular local. Ofrece cocina tradicional de Marruecos a un precio competitivo en el corazón de la Medina. El menú te costará 100 dirhams. Otro restaurante en pleno centro de la ciudad vieja, aunque ya con un coste un poco más elevado, es el Riad Tamsna. Su carta cuenta con platos mediterráneos, recetas marroquís y propuestas de cocina internacional. El buen gusto manda en su comedor, que resuena a ritmo de jazz. El local funciona también como salón de té y pequeña galería de arte.
Gastro MK, en la Maison MK
No olvides hacer tu reserva si no quieres perderte un atardecer en su terraza
Mezcla de comida marroquí y francesa al alcance de todos los bolsillos
Refinado y muy de moda, ha sabido fusionar como nadie la tradición de la gastronomía marroquí con la moderna cocina francesa. A mediodía, sirve almuerzos en su terraza a unos 15 euros el plato, con propuestas como salmón ahumado, brochetas marinadas, salmonete rojo rebozado o pannacotta de menta. Sin embargo, lo que realmente merece la pena en el Gastro MK es saborear su menú degustación al caer la noche. El banquete consta de canapés, crema de brócoli con queso azul, pollo con almendras acompañado por ensalada con huevos de codorniz, puré de calabaza y salsa de albaricoque, muslo de pato confitado con nueces, patatas, zanahoria crujiente y salsa de foie, granizado de menta y zanahoria y tarta de manzana con helado de vainilla y sirope de caramelo. ¿Su precio? 55 euros por comensal. Ojo, porque hay que reservar previamente. Y es que su terraza, situada en lo alto del edificio, no admite la entrada a más de 10 clientes por velada. Infórmate en http://www.maisonmk.com/gastro.htm.
Café de France
No te pierdas las vistas desde las terrazas de uno de los cafés más típicos en Marraquech.
Famoso por sus vistas y su té a la menta
Si hay que señalar un local que nunca ha dejado de estar de moda en la ciudad, ese es el Café de France, toda una institución en Marrakech gracias a las vistas que ofrece. Se encuentra, cómo no, en plena Plaza de Yamaa el Fna. Posee varias terrazas a diferentes alturas y sirve almuerzos a base de pastas y ensaladas. Su carta es sencilla y concentra, además, platos de cocina francesa y marroquí a precios razonables. Las raciones son abundantes, pero que no te sorprenda encontrarlo lleno, ya que se trata de un café de lo más concurrido, no solo por los turistas que visitan la ciudad, sino también por los locales, ya que, tradicionalmente, ha servido como punto de reunión para los mercaderes que hacen negocios en la Medina. Otro café imprescindible de la Medina de Marrakech es el Café de las Especias. La repostería marroquí de su carta y sus vistas panorámicas se han ganado la buena fama de la que disfruta.
Patisserie Amandine Marrakech
Porque a nadie le amarga un dulce, déjate llevar por su variedad de pasteles y tartas
Endulza tu visita a Marraquech
Uno de los locales más golosos de todo Marrakech es esta pastelería y salón de té que encontrarás en la calle Mohamed Al Béqal, en el barrio de Guéliz. Sus vitrinas exponen un sinfín de pastas, pasteles, tartas, bollos, cupcakes y bizcochos de todos los colores y sabores imaginables. Abre ininterrumpidamente de 7 a 21 horas y todos sus productos artesanales se pueden pedir al peso. Resulta perfecta para hacerte con los mejores dulces típicos para regalar. Posee, además, servicio de mesas para probar in situ cualquiera de sus pasteles, acompañados por una selección de tés y cafés y otros apetecibles tentempiés.
Le Marrakchi
Un lugar donde disfrutar con los cinco sentidos
Alta cocina marroquí en un escenario sin igual
La tradición culinaria del norte de África tiene en esta brasserie de alta cocina marroquí uno de sus máximos exponentes. Su terraza ofrece unas espectaculares vistas sobre la Plaza de Yamaa el Fna y el Zoco de Marrakech. Merece la pena probar su menú degustación para dos personas, que incluye un surtido de ensaladas marroquíes, tres tipos distintos de tagine (de pollo con limón y aceitunas, de cordero con ciruelas y de kefta), cuscús vegetariano, naranja a la canela y crepes bereberes con miel. La decoración típica del país envuelve el comedor con un halo clásico y exótico, que rememora las tradiciones de las antiguas dinastías. Las paredes de su salón están revestidas por mosaicos y, mientras comes, escucharás a músicos locales que interpretan melodías arabescas en directo. Descúbrelo en www.lemarrakchi.com.
Un Déjeuner à Marrakech
Haz un alto en tu visita para disfrutar de un buen almuerzo en un restaurante tradicional.
Un lugar acojedor en el laberinto de la Medina
Es, para muchos, uno de los secretos culinarios mejor guardados de la Medina. Resulta recomendable tanto por la buena relación calidad-precio que ofrece (no te costará más de 15 euros por persona) como por la autenticidad de sus recetas, de cocina francesa y marroquí. Su decoración moderna de estilo morisco, su limpieza y una selección de platos bien presentados harán que quieras repetir. En su carta podrás elegir entre crepes, tagines, cuscús, ternera braseada, ensaladas como la de queso de cabra o la de pato, narajas y nueces, tarta de requesón y limón... Resulta además ideal para hacer un alto en medio de tu visita a la ciudad vieja y reponer fuerzas con un café, un té o alguno de sus cócteles de frutas, preparados, eso sí, sin alcohol. Otras dos opciones interesantes para degustar cocina tradicional marroquí en Marrakech son también los restaurantes Libzar y La Maison Arabe.
L’Annexe
Disfruta de la buena cocina internacional sin salir de Marraquech
Un paréntesis occidental
Este moderno asador puede ser una gran opción si buscas una alternativa a la cocina tradicional marroquí. Sus precios populares y su ambientación, desenfadada y sin pretensiones, hará que te sientas como en casa. Entre sus recetas de cocina francesa: el tartar de atún con salsa de cóctel y tomates en dados, el filete de merluza con salsa alioli, el pato confitado con ensalada verde, una apetecible selección de quesos o su postre estrella, el brioche tostado. Resulta atractiva también su carta de vinos y cervezas. Al mediodía, oferta un menú entre 80 y 120 dirhams, mientras que comer a la carta ronda los 200 dirhams por comensal. Puedes consultar su carta y su selección de combinados en www.lannexemarrakech.com.
Le Comptoir Darna Marrakech
Lugar emblemático que combina modernidad y tradición
Un exótico lugar donde disfrutar de la alta gastronomía
Un espacio gourmet para dejarse embriagar por perfumes de rosa y jazmín, músicas tradicionales y recetas que fusionan lo mejor de Oriente y Occidente. Situado en la avenida Echouada, lo frecuentan tanto viajeros como empresarios y afamados artistas del lugar. Se trata de un complejo que aúna bajo un mismo techo un restaurante, un local de copas y una tienda de productos típicos marrroquíes. Sus fogones combinan tradición y modernidad en propuestas como el Tagine Bereber (con verduras de temporada, hierbas frescas y trufas blancas de Marruecos con aceite de Argan), el cuscús Royal (con cuatro tipos de carne a la brasa) o el Salmón Teriyaki (con puré de patatas y aceite de oliva, limón y cilantro fresco). Para finalizar, te pondrán los dientes largos sus coulants, de caramelo y sorbete o de chocolate negro con corazón de frambuesa. Por las noches, la experiencia se completa con un espectáculo de danza oriental tras la cena. El precio por cabeza ronda los 50 euros. Déjate llevar por su magia y sutileza: http://comptoirmarrakech.com/.
Un refrigerio entre el bullicio de la Plaza de Yamaa el Fna
Disfruta de un té o una comida típica en la plaza más concurrida de la ciudad
Encuentra un punto de relax en medio del bullicio
Una de las experiencias más auténticas para los visitantes de Marrakech es mezclarse con el gentío que anima la Plaza de Yamaa el Fna y dejarse seducir por los aromas de cientos de puestos de comida tradicional. ¿Qué es recomendable pedir en estos pintorescos e improvisados restaurantes? Por supuesto, las recetas más típicas de la cocina marroquí, como el cuscús y los tagines de carne, pescado o verdura. También podrás probar platos como la harira, una sopa un poco picante a base de cilantro, cordero, garbanzos y tomate, o las albóndigas especiadas conocidas como kefta. De postre, no te pierdas los dulces árabes de hojaldre y miel. Esta es, sin duda, la opción más barata de todo Marrakech. Como alternativa, la Plaza de Yamaa el Fna ofrece, además, un amplio abanico de posibilidades para tomarse un respiro y disfrutar de un té o un almuerzo ligero en uno de los restaurantes y cafés que la rodean, como los míticos Café Argana o Café Glacier. Ver una puesta de sol desde la terraza elevada de uno de estos locales es, realmente, un espectáculo.
Quedarse atónico con la Plage Rouge
Club turístico donde disfrutar de una copa y música en directo al borde de su inmensa piscina
Un oásis en plena ciudad
Un oasis diferente e inesperado en la ciudad del Marrakech. En la Plage Rouge, el exotismo ya no está ligado a la riqueza de la cultura islámica y su glorioso pasado, sino a una ambientación cool, minimalista y de vanguardia. El nombre de este exclusivo club, que significa “la playa roja”, hace referencia a una enorme y atractiva piscina rodeada de camas y palmeras, donde tomar el sol, saborear alguna de sus propuestas gastronómicas o disfrutar de una buena copa, mientras un dj pincha música electrónica en vivo. Con tales antecedentes, no extraña que una pregunta pueda asaltar tu mente: pero…, ¿estamos en Ibiza o en Marrakech? La entrada a la Plage Rouge no te saldrá por menos de unos 15 euros. El local se encuentra a unos 10 minutos en coche del centro de la ciudad y tomar un taxi desde la Plaza de Yamaa el Fna para llegar hasta él te costará aproximadamente 100 dirhams. Dicho esto, solo falta que te dejes encandilar por su página web: http://laplagerouge-marrakech.com/index/.
Empezar o terminar la noche en L’Avenue
Disfruta de su cocina y o tómate una copa hasta el amanecer, tú eliges!
Ambiente romántico, de negocios o simplemente de ocio
Si lo que buscas es disfrutar de una noche romántica de cena y copas hasta bien entrada la madrugada, L’Avenue es, sin duda, tu lugar. Aunque sus posibilidades no se agotan aquí, ya que la cocina italo-francesa de su restaurante y su selección de vinos, cervezas y combinados pueden resultar además perfectas para una reunión de trabajo u otro tipo de encuentro social. Situado en el hotel Le Meridien N’Fis, es uno de los clubs más en voga y con más ambiente de los últimos tiempos en la ciudad. Su decoración, contemporánea y exquisita, cuida hasta el más pequeño de los detalles. Para hacerte una idea de todas sus posibilidades, puedes echarle un vistazo a su web www.lavenuemarrakech.com/.
Dejarse ver en Le Bar Churchill
Dentro de uno de los mejores hoteles de la ciudad, disfruta de su decoración como lo hizo el mismo Winston Churchill
Ambiente jazz para disfrutar de un aperitivo o licor
¿Podrías imaginar a qué personaje histórico hace referencia el nombre de este animado local? Seguro que has dado en el clavo: se trata del mismísimo Winston Churchill, uno de los más afamados clientes que en su día lo frecuentaron. Hoy, Le Bar Churchill pisa fuerte a ritmo de jazz como uno de los clubs más glamurosos de la ciudad. Se encuentra en el Hotel La Mamounia, en la avenida Bab Jedid, y abre de 18 a 1 horas. Su decoración, de estilo morisco y art deco, con detalles en cuero y madera, hará te sientas como un auténtico príncipe árabe cuando te encuentres en su salón. Ojo, porque su código de vestimenta es muy estricto y no acepta pantalones cortos ni zapatillas.
Tomar un cóctel en el Hotel Jardins de la Koutoubia
Ambientado en el Marraquech tradicional, la terraza de este hotel no deja indiferente a nadie
Para finalizar el día, relájate con un cóctel en un lugar de ensueño
Las notas de un piano interpretadas en directo ambientan el bar de este lujoso Hotel Jardins de la Koutoubia, a los pies de una espectacular piscina. Resulta perfecto para disfrutar de un cóctel, un vino o una cerveza al calor de las tenues luces que le ponen la guinda a su decoración. Se trata de un sugerente espacio dominado por los colores y los aromas más característicos de Marrakech: logrará dejarte boquiabierto. Y es que este complejo en el corazón de la Medina respira sofisticación y buen gusto por sus cuatro costados. Junto a su piano bar, no desmerece un exclusivo restaurante con vistas panorámicas, para los paladares más exigentes. Descúbrelo en www.lesjardinsdelakoutoubia.com.
Salir por la zona de Guéliz
Conocido como el barrio europeo, es la muestra de la modernidad marroquí
Parte nueva de la ciudad donde disfrutar fuera de lo tradicional
No debes olvidar que Marruecos, pese a ser un país islámico, presenta una actitud bastante tolerante respecto al consumo de alcohol. En Marrakech, los bares de las zonas turísticas suelen prolongar sus horarios de apertura hasta bien entrada la noche y no resulta difícil encontrar bebidas alcohólicas en diferentes espacios, principalmente, en la zona nueva de la ciudad. Los vinos y las cervezas locales tienen unos precios rebajados, mientras que las marcas importadas son más caras. Si al llegar la noche te dejas caer por el barrio de Guéliz, más concretamente, por la plaza Abdel Moumen ben Ali o por la avenida Mohammed V, estarás en el lugar oportuno para disfrutar de una velada al más puro estilo occidental. Ambos puntos concentran el grueso de los bares y clubs más modernos de la ciudad, entre ellos, los que se esconden dentro de lujosos hoteles, que cuentan con un concurrido aforo, no solo de visitantes extranjeros, sino también de clientes marroquíes. El código de vestimenta suele ser informal y su precio, en comparación con la media de vida del país, es bastante más elevado.
Disfrutar de una sesión de cine en el Institut Français
Proyecta sobre todo películas francesas y organiza múltiples actividades para todos los gustos
Actividades culturales en el escenario perfecto
He aquí una institución que no solo se encarga de enseñar la lengua francesa, sino que también acoge, de forma regular, diferentes expresiones artísticas y lúdicas para uso y disfrute de visitantes y gentes locales, como sesiones de cine, ciclos de cuentacuentos, talleres de música y danza, representaciones teatrales, muestras de artes plásticas... Puede resultar una gran opción si viajas con niños, ya suele prestar especial atención a los más pequeños de la familia. Lo encontrarás en el barrio del Guéliz, en la Route de la Targa, y podrás consultar su cartelera en www.ifm.ma. Además de las actividades culturales programadas por este Instituto Francés, se sitúan también las que Instituto Cervantes de Marrakech ofrece, ya sean exposiciones, proyecciones, montajes teatrales o lecturas, entre muchas otras. Podrás visitar su sede en la avenida de Mohamed V. http://marrakech.cervantes.es/es/default.shtm.
Descubrir la ciudad subido en calesa
Es habitual que los niños lancen objetos hechos con hojas de palmera, no olvides recompensarles con una moneda!
Paseo interesante para cualquier viajero
Una experiencia al alcance de todo tipo de bolsillos puede ser planificar un paseo en uno de estos típicos carruajes tirados por caballos. Ten en cuenta que, como todo en Marrakech, el precio y el recorrido son más que negociables. Para empezar tu expedición, lo mejor es que te acerques a la Plaza de Plaza de Yamaa el Fna o a la Mezquita de Koutubia, donde están apeadas la mayoría de las calesas que ofertan estos paseos. Los trayectos más típicos suelen ser de unas dos horas y, tras un breve regateo, no deberías pagar más de 200 o 250 dirhams. Otra gran opción para descubrir cómodamente los secretos mejor guardados de Marrakech es subirse a uno de los grands taxis que circulan por la ciudad. Contratar un viaje en uno de estos famosos vehículos –que no son otra cosa que bonitos y viejos Mercedes con capacidad para seis personas– no te costará más de 50 o 60 dirhams.
Montar en camello
Disfruta de la ciudad de una forma diferente en el medio de transporte tradicional
Experiencia divertida para mayores y pequeños
Una de las experiencias más exóticas que ofrece Marrakech es la posibilidad de descubrir la ciudad a lomos de un pacífico camello. Recuerda que este animal sirvió, tradicionalmente, como transporte habitual para los habitantes de la ciudad. Si te animas, solo tendrás que acercarte al Palmeral (en taxi o en calesa) y negociar el paseo directamente con los camelleros que allí se encuentran. Eso sí, no te olvides de regatear el precio: tras una buena negociación, el coste que podrás alcanzar rondará los 100 dirhams por cabeza, es decir, unos 10 euros. Si, por el contrario, te decantas por una excursión guiada con monitores especializados, que incluye todo el equipamiento necesario para disfrutar de un paseo por caminos de piedras, charcos, descensos y cuestas, con unas vistas panorámicas inigualables en pleno Palmeral de Marrakech, puedes contratar el recorrido que ofertan empresas como www.clickexcursions.es, www.amazighmarruecos.com/es/excursiones-desde-marrakech.html o www.marrakech-marruecos.com a un precio de unos 25 euros.
Visitar un Hammam
Los tradicionales se suelen encontrar cerca de la mezquita en cada barrio, mientras que los turísticos son más conocidos como Spa´s
Tradicionales o turísticos, son visita imprescindible
Si te gusta empaparte de las tradiciones propias de cada lugar, quizás deberías buscar un hueco en tu agenda para visitar un Hamman árabe. Se denominan así los recintos donde, desde hace siglos, se puede disfrutar de un baño de vapor que no solo sirve para la limpieza personal, sino también como un útil método de relajación. Así, los Hammanes han desempeñado un importante papel en las culturas del Medio Oriente como punto de reunión social y ritual de higiene. Los pasos a seguir para tomar un baño turco son los que siguen: primero, toca relajarse en un cuarto tibio, que se calienta con un flujo continuo de aire. De ahí se pasa a una sala caliente, con una temperatura aún mayor. A continuación, llega el chapuzón en una piscina de agua fría. Tras recibir un masaje, el bañista se retira finalmente al cuarto de enfriamiento, para completar el ciclo con un momento de relajación. Si la explicación ha logrado despertar tu curiosidad, apunta el nombre de algunos de los baños árabes tradicionales más famosos de la ciudad, como el Hammam Dar el-Bacha, el Hammam Bab Doukkala y el Hammam Ziani.
Plaza de Yamaa el Fna
Es la plaza principal de Marruecos, al resguardo del alminar de la Mezquita Koutoubia, donde disfrutar de múltiples actividades y espectáculos
Encantadores de serpiente, bailarines y mucho más
Punto imprescindible del quehacer diario de Marrakech, esta animada plaza, epicentro de la Medina, se encuentra muy cerca de la famosa Mezquita Koutoubia. Sobre su nombre planean diferentes hipótesis, como la que argumenta que significa “asamblea de la aniquilación”, ya que era en ella donde se ajusticiaba a los delincuentes. También hay tesis que sugieren que su significado es el de “asamblea”, pero en su sentido más oscuro y macabro, puesto que allí se exhibían las cabezas cortadas de los condenados, como si de una “reunión” se tratase. Finalmente, hay quien dice que su denominación también podría referirse al “lugar de la mezquita destruida”, en referencia a una construcción almorávide que en ella debió existir. Sea como sea, el bullicio es hoy el gran atractivo de este corazón del comercio, la cultura y el ocio de Marrakech, rodeado por todos sus flancos excepto por uno por los famosos zocos de la ciudad. En sus costados es posible encontrar también cafés y restaurantes pintorescos, con terrazas tremendamente recomendables. Por nada del mundo deberías perderte una visita a la Plaza de Yamaa el Fna al caer la noche, momento en el que se viste de encantadores de serpientes, bailarines, músicos, acróbatas, vendedores ambulantes, escritores de cartas y buscavidas que llenan de color, sabor, ánimo y diversión el lugar. Si eres cinéfilo, te gustará saber que el mismísimo Alfred Hitchcock rodó en esta plaza algunas de las escenas de su película El hombre que sabía demasiado.
Otros destacados monumentos
Visita un peculiar cementerio judío o un convento accesible para los no musulmanes
Un cementerio judío o un convento religioso
Aunque son múltiples las ruinas y monumentos que podrás visitar al adentrarte en la Medina de Marrakech, otros dos puntos que merece la pena conocer son el Miâara y la Zaouia Sidi Bell Abess. El primero, ofrece una impactante vista, que recuerda la persecución que sufrió pueblo judío durante las guerras mundiales del pasado siglo XX. Y es que hubo un tiempo en que Marrakech fue hogar de una extensa población judía, parte de la cual hoy descansa en este cementerio. El recinto concentra cientos de lápidas blancas rectangulares, sin orden aparente, que proyectan una visión atípica e inquietante en pleno centro en Marrakech. Por su parte, la meditación, los rezos y los bailes ocupan la actividad principal que los musulmanes desempeñan en la bonita Zaouia –o convento– Sidi Bell Abess, uno de los pocos templos de toda la ciudad que los no adeptos a la religión musulmana pueden visitar. En él hay un mausoleo que fue construido por el sultán Ben Abdallah, donde descansa Sidi Bel Abbes, uno de los santos más importantes de la ciudad.
Puerta Bab Agnaou
Te deslumbrará su decoración y colores, además de su historia
Accede a la Medina por la puerta más bella
Considerada como una de las obras de arte almohade más importantes y bellas del mundo, este imponente monumento es una las 19 puertas que permiten el ingreso a la Medina de Marrakech. Una llamativa decoración de flores y arcos de medio punto, proyectados en una piedra de tonos azul ocre, ofrecen el contrapunto perfecto al color rojizo de la muralla que flanquea la construcción. La belleza de la puerta sirve también como antecedente del color y los contrastes que encontrarás al traspasar su arco y adentrarte en el corazón de la ciudad vieja o Medina. Quizás, un escalofrío recorra tu espalda cuando la descubras por primera vez, si recuerdas que, en el pasado, esta Puerta Bab Agnaou sirvió como expositor para colgar las cabezas de los delincuentes y maleantes que eran ajusticiados por enturbiar la vida en la ciudad.
Koubba el-Badiyin
Es la única estructura almorávide que queda en Marraquech. Imprescindible ver su cúpula interior
Una mirada a la historia almorávide
Marrakech fue fundada en el año 1062 por los almorávides, que levantaron una poderosa y espectacular villa llena de edificaciones. Por desgracia, la ciudad fue totalmente arrasada por la siguiente dinastía, los almohades, que la reconstruirían 150 años después. Si hoy caminas por la parte norte de la Medina, descubrirás el único vestigio que queda en pie de la herencia almorávide, la Koubba el-Badiyin. Precisamente, su encanto reside en ser un raro ejemplo de la primera arquitectura del norte de África. Su cúpula es uno de los puntos más admirados de la ciudad. Para visitar este complejo, que ofrece una mirada única sobre la historia de Marrakech, puedes comprar un ticket combinado, con el que podrás acceder no solo a la Koubba, sino también a los cercanos Museo de Marrakech y la Medersa Ben Youssef, por un precio aproximado de unos 6 dirhams.
Medersa Ben Youssef
Aneja a la mezquita del mismo nombre, fue el lugar donde más de 800 jóvenes estudiaban el corán
La madraza más grande de Marruecos y uno de los más bellos ejemplos de arquitectura y arte marroquí
También llamada Madraza de Ben Youssef, se trata de una antigua escuela coránica, cuyos pasillos y estancias están decorados con estuco, azulejos y madera tallada de cedro. Para entrar en materia, conviene primero aclarar que una medersa es una escuela musulmana de estudios superiores. Esta de Ben Youssef puede presumir de ser la más importante y la de mayor tamaño de todo el país. Con 130 celdas en las que se alojaban hasta 900 estudiantes afanados en el estudio del Corán, su construcción, que finalizó en el año 1565, fue encargada por el sultán Abdallah al-Ghalib. Alberga algunos de los ejemplos más bellos del arte y la arquitectura de Marruecos. La sala de rezos ofrece una de las visiones más exuberantes del conjunto, al emplear piñas y palmeras para la decoración del mihrab. La belleza de su patio interior (con una llamativa alberca central) hará de contrapunto a la impresión que quizás te cause el aspecto austero de sus celdas. Una vez allí, es interesante acercarse también a la mezquita de igual nombre.
Palacio Badi
A pesar de que hoy solo queden ruinas, fue uno de los palacios más bellos decorado con oro, turquesas y cristal
La antigua maravilla del mundo musulmán
Su nombre, que puede traducirse como “el incomparable”, es testigo de la belleza que un día llegó a tener esta antigua construcción. Fue considerado en su tiempo como uno de los palacetes más bonitos del mundo entero. Construido por el monarca Ahmed Al Mansour en 1578, cuenta con la friolera de 360 habitaciones, que en épocas pasadas estuvieron decoradas en mármol, oro, marfil, ónide, madera de cedro y piedras semipreciosas. Todo un festival para la vista que se continuaba con un gran patio central con jardines, estanques y fuentes. Por desgracia, en el año 1696, el sultán alauí Moulay Ismael trasladó la capital del país a Meknes y despojó al palacio de toda su grandeza. En la actualidad, solo restan ruinas y muros de adobe (curiosamente coronados por enormes nidos de cigüeñas). Eso sí, si visitas Marrakech en junio, serás afortunado, ya que el esplendor del Palacio Badi renace durante dos semanas gracias al Festival Nacional de Artes Populares que en él se celebra.
Tumbas Saadíes
Uno de los rincones más bellos de la ciudad, donde descansan los restos de la dinastía Saadí
Un mausoleo lleno de historia
Se trata de uno de los monumentos más concurridos por los cerca de 10 millones de turistas que, año tras año, visitan Marruecos. Los orígenes de las Tumbas Saadíes se remontan a los tiempos del sultán Áhmad al-Mansur, a finales del siglo XVI. Sin embargo, no fueron descubiertas por nuestra civilización hasta el año 1917. El mausoleo principal recoge los restos de unos 66 miembros de la Dinastía Saadí, entre los cuales están los de Áhmad al-Mansur y su familia. En esta bella edificación, compuesta por tres habitaciones, destaca la famosa estancia de las doce columnas, que contiene la tumba del hijo de Áhmad al-Mansur, cuya estela está elaborada en madera de cedro y estuco. Tampoco debes perderte una visita a los jardines exteriores, donde se levantan más de un centenar de tumbas decoradas con mosaicos, donde están enterrados los cuerpos de los sirvientes y guerreros de la poderosa dinastía saadí.
Palacio Bahía
Fue construido con el objetivo de ser el palacio más impresionante de todos los tiempos
Patios y jardines donde perderse
Si bien la espectacularidad de Marrakech no reside tanto en sus edificaciones y monumentos como en la riqueza cultural y comercial que en ella se respira, lo que sí es cierto que este palacio está considerado como una de las obras arquitectónicas más interesantes de la ciudad. Ocho hectáreas de extensión y 150 habitaciones, así como múltiples patios y jardines, sirven como carta de presentación de este edificio proyectado en el siglo XIX, cuyo nombre significa “el bello”. La construcción fue encargada por el gran visir del sultán Abdelaziz Si Moussa y, finalmente, quedaría en manos de Abu Bou Ahmed, que dotó al palacio de su máximo esplendor. Una de sus estancias más curiosas es el harén de las 4 esposas y las 24 concubinas de Abu Bou Ahmed. Eso sí, que no te sorprenda el estado en el que hoy encontrarás el Palacio Bahía, ya que todas sus habitaciones se hallan vacías. Fuerontotalmente desvalijadas tras la muerte del visir. Por suerte, lo que sí se conserva es la belleza decorativa de todos sus techos. El precio de la entrada es de unos 10 dirhams.
Mezquita Koutoubia
La mezquita de los libros, con leyenda incluida, que nunca perderás de vista
El edificio más representativo del arte almohade
El legado arquitectónico de los almohades tiene en esta mezquita uno de sus mayores exponentes. Su minarete es la visión dominante que tendrás de Marrakech cuando la descubras desde lejos por primera vez. Es uno de los monumentos más antiguos de la arquitectura clásica marroquí y el más alto de toda la ciudad. Su construcción data del siglo XII. Su encanto reside en que cada fachada y cada arco del minarete son diferentes. Eso sí, la entrada está prohibida para los no musulmanes. Sin embargo, todo el mundo puede pasear por los jardines que la rodean, cuyo acceso es gratuito y está abierto las 24 horas del día. En este espacio natural encontrarás también los restos de un palacio almorávide y las excavaciones de otra antigua mezquita, que fue demolida al no estar correctamente alineada con La Meca.
El Zoco
El mercado más grande de todo el Magreb para disfrutar con todos los sentidos
El "gran desorden" donde el regateo es un arte
Si una descripción puede definir los grandes bazares del mundo islámico, esta será, sin duda, la de un exotismo sin igual. Y es que el Zoco de Marrakech conseguirá despertar, como ningún otro, tus cinco sentidos. Su mezcla de aromas y sabores, especias y perfumes, telas y frutos te hará pensar en los cuentos de Las mil y una noches o en historias de príncipes con turbantes, faquires, genios escondidos en lámparas maravillosas y sultanes poderosos. Éstas y muchas otras sensaciones se activarán en tu mente en cuanto pongas un pie en el Zoco, con decenas de calles laberínticas que se levantan al norte de la famosa Plaza de Yamaa el Fna. En él descubrirás los secretos del comercio marroquí: su cultura, sus productos (ropas, especias, comidas, artesanía y otros enseres típicos), sus trucos y regateos… Seguro que habrás escuchado cientos de veces las claves para que no te den gato por liebre en Marruecos a la hora de hacer tus compras, pero, sea como sea, recuerda que no deberás pagar más de un tercio de lo que te haya pedido inicialmente el mercader. ¡A negociar!
La Medina
Visita obligada en Marraquech donde podrás perderte entre vendedores, callejuelas y mezquitas
Un laberinto donde el tiempo se detuvo
Para entrar en antecedentes antes de lanzarte a descubrir Marrakech, es importante que conozcas las dos grandes partes que subdividen la ciudad: el centro, con la Medina o ciudad vieja, flanqueada por muros espectaculares de tierra roja; y la ciudad nueva, proyectada fuera de murallas durante la época del dominio colonial francés y que sigue creciendo hoy. La antigua ciudad amurallada de Marrakech o Medina fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. Encierra un rico tesoro de palacios, mercados, cúpulas, minaretes y mezquitas (normalmente, con entrada restringida para por los no musulmanes). Estos monumentos dan buena fe de la riqueza que las antiguas dinastías árabes le otorgaron antaño a la ciudad. El verdadero corazón de la Medina es, sin duda, la emblemática Plaza de Yamaa el Fna, una de las más concurridas del mundo. Ten en cuenta que en la Medina, el alcohol está prohibido y las casas no pueden superar la altura de tres pisos, algo que no sucede en la parte nueva de la ciudad. Sin embargo, sí existe una norma común para todo el conjunto: el exterior de sus edificios ha de ser rojizo, como la tierra autóctona, tradicionalmente empleada en su construcción. De ahí que Marrakech sea universalmente conocida como “la ciudad roja”.
Recorridos guiados a pie por la ciudad
Déjate guiar por un profesional que te enseñe los lugares más recónditos
Descubre más encantos de la ciudad
Si quieres descubrir esos rincones especiales de la ciudad que solo un autóctono conoce, no dejes de contratar a un guía oficial al menos un día durante tu estancia en Marrakech. Cuando planifiques tu viaje, podrás solicitar estos paseos con un montón de empresas, como www.excursionesmarruecos.es o www.gnawatours.com, por citar tan solo un par de ejemplos. Otra opción muy cómoda será dejarse llevar por alguna de las visitas guiadas que, seguro, programará el hotel en el que estés alojado. Un tour histórico con paradas en los monumentos milenarios más significativos o una inmersión en el alucinante paraíso de los zocos y tinerías de Marrakech son dos de los recorridos más demandados por los visitantes que acuden a la ciudad. Pese a todo, ojo, muchos guías no oficiales te abordarán cuando pasees por las calles de la Medina, pero no son la opción más recomendable, ya que siempre tratarán de sacar algo a cambio.
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