Guía turística: qué hacer y ver en Bolonia
La Gorda te espera con los brazos abiertos
La Gorda y sus tejados rojos es una ciudad con mucho encanto. Conocida en el mundo entero por su gastronomía (¿quién no conoce los espaguettis boloñesa?), es mucho más que eso. Se trata de una ciudad llena de vida universitaria cuyo bullicio alberga uno de los centros más antiguos de toda Europa. Enclavada en el norte de Italia entre Milán, Venecia y Florencia su historia y su vida te maravillarán. Su centro histórico, en el que compiten torres medievales, no tiene desperdicio.
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La finestrella de Bolonia
Aunque no te lo creas, Bolonia apuntaba maneras a ser una Venecia en miniatura. En Via Piella lo podrás comprobar.
La pequeña Venecia.
¿Sabías que la ciudad de Bolonia fue conocida durante mucho tiempo como la pequeña Venecia? Esto es debido a que la ciudad contaba con numerosos canales que recorrían la ciudad de manera subterránea. Estos canales durante algún tiempo fueron utilizados para el transporte de mercancías y de pasajeros de una punta a otra de la ciudad (si es cierto que se trataba de un recorrido más corto y no por todas las calles). Pero esto le hizo ganarse ese apodo. Sin embargo, según la ciudad fue ampliando su tamaño, estos canales pasaron a ser totalmente subterráneos y pasaron a convertirse en las cloacas de la ciudad. Sin embargo, hay uno que aún se puede contemplar. Se encuentra en la Via Piella y para verlo deberás asomarte ni más ni menos que a una de las ventanas de este barrio callejero pues de ahí le viene el nombre. Además, el propio barrio merece ser visitado.
Módena
Podríamos definir Módena con tres adjetivos: entrañable, rural y bonita. Yo no me la perdería, ¿y tú?
Su vinagre es el más famoso.
A tan sólo 50 kilómetros se encuentra la ciudad de Módena. Uno de los enclaves rurales más bonitos y entrañables que puedas imaginar. Y también un pueblo que guarda un buen puñado de historias. Además del archiconocido vinagre balsámico que da nombre la ciudad, Módena, esconde otros rincones y secretos. Su catedral, por ejemplo, es uno de los puntos clave, un edificio que comenzó levantarse hace casi 1000 años. Te será fácil reconocerla por su gigantesca torre de 90 metros de altura. En su interior se guardan los restos del obispo que la ordenó construir y, curiosamente, cada año se abre su lápida para asegurarse que los restos siguen intactos. Y aún te queda por visitar el Palacio Ducal de Módena que fue residencia para la corte entre los siglos XVII y XIX, después sede de la Academia Militar ya que esta ciudad representó un importante papel en la política de la región y del país. Y esto es solo el principio pues los rincones de Módena son muchos y diversos… ¡Bienvenido!
Parma
Parma conquista. Muchos son los motivos: su gastronomía, su Farnese, su catedral, su paisaje y un largo etcétera.
Simplemente encantadora.
Parma se encuentra a 98 kilómetros de Bolonia, continuando el mismo camino que a Módena. Esta ciudad de apenas 150.000 habitantes es un precioso reducto de otro tiempo y de otra Italia. Casi a las faldas de los montes Apeninos, este aún pueblo es, para muchos, la verdadera capital gastronómica de la región de Emilia-Romana. Su queso parmesano y su prosciutto dan fé de ello. Además, en esta apacible villa se esconde el edificio de ópera más antiguo del mundo. Se trata del Farnese y está esperando que lo visites. Pero aún te quedan por recorrer todas sus calles y descubrir sus scretos hasta terminar tu recorrido en la plaza de la catedral y contemplar el baptisterio y los frescos de Correggio en su interior. El mejor momento para contemplar la catedral es al caer el sol, cuando los rayos caigan sobre el edificio entenderás porque Parma es una de las ciudades con mayor encanto de Italia.
Fontana del Nettuno
Alucinarás con el contenido erótico y mitológico de esta estatuta: Il Gigante, para los amigos.
Uno de los iconos de la ciudad
El escultor Juan de Bolonia (realmente llamado Jean de Boulogne de Douai), ante la negativa de que su estatua decorase los jardines de Florencia, decidió aceptar la propuesta del entonces cardenal en Bolonia, Carlos Borromeo y ubicó su estatua aquí. De esta manera talló en bronce uno de los iconos más populares de la ciudad. Vigilando el Palacio de Accursio, el Ayuntamiento y el Palazzo Re Enzo se encuentra esta fuente con la estatua de Neptuno presidiendo. Apodado cariñosamente Il Gigante, esta estatua cuenta con bastante mitología alrededor. La más popular quizá sea la tradición de que si los estudiantes la recorren don veces en el sentido contrario a las agujas del reloj, aprobarán los exámenes. Y ahora te dejamos a ti que descubras las razones por las que también es considerada una estatua de alto contenido erótico y porque, durante mucho tiempo, las mujeres de la ciudad rehusaban mirar este monumento.
El Jardín Botánico
El tercer jardín botánico más antiguo del mundo bien se merece una visita. Y si es en primavera, ¡mejor aún!
De importancia mundial.
El Jardín Botánico de Bolonia es el llamado Orto Botanico dell'Università di Bologna y, como su nombre indica se encuentra en la propia universidad, cerca de la conocida Via Zamboni y está gestionado por esta entidad. Es un parque a las afueras de la ciudad de más de 2 hectáreas de extensión y que guarda en su interior más de 5000 plantas de los ecosistemas más diversos del mundo. De hecho, se ha erigido como uno de los parques botánicos y de investigación de la flora más importantes del mundo, indispensable para los estudiosos de la biología y la ciencia. Pero también muy recomendable para todos los curiosos de la naturaleza y de los que quieran conocer en profundidad el ecosistema de esta región de Emilia-Romaña. Por cierto, ¿sabías que este jardín fue inaugurado en 1568 y que es el tercero más antiguo del mundo? Más recomendable aún si cabe durante la primavera.
La ciudad de las torres
Garisenda, Asinelli, Galuzzi, d'Accursio, etc. Voilà algunas de las torres más significativas de la ciudad.
La ciudad de los pórticos y las torres.
Bolonia también es conocida como la ciudad de las torres y los pórticos. Si bien estos últimos gozan de una mayor popularidad, las torres que poblaron la ciudad cuentan la historia de la ciudad que fue. Y las que se mantienen en pie cuentan la historia de la ciudad que es. Estas torres pertenecían históricamente a las familias adineradas y acomodadas de la zona que levantaban estas obras arquitectónicas para demostrar su capacidad financiera. De hecho, muchas de ellas competían en altura bajo estos parámetros. Si bien es cierto que las más conocidas son las torres de Asinelli y Garisenda (a la primera de ellas puedes acceder) hay otras que bien merecen conocerse. En especial, te recomendamos que no dejes de visitar la torre de Accursi o del Reloj que se encuentra en la plaza mayor. Y, también, la torre de Prendiparte y torre Galuzzi, dos de los rincones más bonitos de Bolonia.
Le Due Torri: el skyline de Bolonia
Si subes a Asinelli rozarás el cielo y en días claros atisbarás el Adriático. ¡Menudo espectáculo!
Desde las alturas.
Aunque no se sabe con exactitud, se piensa que los nombres de Asinelli y Garisenda que bautizan las dos torres boloñesas provienen de las familias a las que pertenecían. Estas torres fueron muestra de poder y riqueza. Ahora son uno de los símbolos de la ciudad. Además, la primera de ellas permite el acceso a su interior y puedes subir hasta lo más alto. Esta torre que primeramente medía tan solo 60 metros (fue ampliada hasta los 98 actuales) es el techo de la ciudad. Debes saber que su subida se puede tornar un poco ardua, la oscuridad, sus estrecheces y la multitud de escalones hacen que no sea la actividad más amable para todo los públicos. Eso sí, una vez instalados en su parte superior tendrás a tus pies la vista más bonita de la ciudad. Desde aquí podrás contemplar toda la ciudad de Bolonia. Dicen que en los días claros la vista alcanza hasta el Mar Adriático.
Las murallas
Si algo define a muchas urbes europeas son sus murallas romanas. Bolonia no iba a ser menos.
Históricos escudos.
La ciudad de Bolonia, como buena ciudad del Imperio Romano y como casi cualquier urbe europea, estuvo rodeada por una muralla que la defendía y que la protegía de posibles invasores. Y así fue desde que se comenzaran a construir allá durante el siglo III hasta el siglo XX. De hecho, la llamada círculo de selenita (que recibe su nombre por el material mineral del que estaba construida) que es la más antigua de todas aún mantiene varios tramos en pie. Estas murallas se construyeron desde el siglo III en tres círculos que fueron aumentando según iba aumentando la ciudad, siendo los tramos más importantes levantados entre 1176 y 1192. Curiosamente, esta muralla establecía un recorrido alrededor de la ciudad que es el que ha seguido la carretera que circunvala la ciudad en la actualidad y que fue, durante su construcción en e siglo XX, la culpable de que desapareciera gran parte de la muralla.
Los pórticos de la ciudad
Bolonia le debe a sus pórticos ese toque especial que tan diferente la hace de cualquier otra ciudad.
La esencia boloñesa.
Los pórticos en la ciudad de Bolonia son una de las señas de identidad más características. Estas obras arquitectónicas se han ido construyendo durante toda la historia de la ciudad para hacerla diferente a las demás. Esta tradición comenzó a mediados de la Edad Media, durante el siglo XI hasta el siglo XX. Por ello, se aprecian grandes diferencias entre unas y otras sin embargo, su conjunto le da una homogeneidad y singularidad especial a la ciudad. Solamente en el centro de Bolonia, estos pórticos ocupan ni más ni menos que 38 kilómetros. De este modo, el más antiguo es el de casa Isolani que, obviamente, parte de la Plaza Maggiore y, curiosamente, está construido en madera. El más alto y quizá el más impresionante, es el de la Basílica de Santa María de Servi con casi diez metros de altura. Pero el más famoso y largo es el que nos lleva hasta el Santuario de la Madonna de San Luca y que es uno de los símbolos más importantes y conocidos de Bolonia.
Piazza Maggiore
Reconocerás enseguida esta plaza: la espectacularidad de la fuente que la preside la delata.
Aquí comienza la aventura.
La Plaza Mayor o Piazza Maggiore de Bolonia es el epicentro de la actividad de la ciudad. Es el lugar por donde deberías comenzar la visita a la misma. Este lugar tiene como paredes varios de los monumentos más importantes de Bolonia: la Basílica de San Petronio, el Palacio de Notai, el Palacio de Acurssio, el Palacio de Podestá y el Palacio de Banchi. El origen de este lugar se remonta hasta el siglo XIII cuando el pueblo necesitaba de un lugar para el mercado local. De este modo, comenzó dicha actividad en la plaza para convertirse en el lugar donde tenían lugar todos los acontecimiento públicos de Bolonia. Tiempo después y casi adhiriéndose a la misma, se construyó la Plaza de Neptuno, otro de los lugares clave de la ciudad. Te será fácil reconocer este lugar por lo espectacular y popular fuente homónima que preside la plaza y que se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.
Teatro Comunale di Bologna
Programación espectacular la de este teatro. Por aquí pasa la crème de la crème del mundo de la ópera.
Epicentro musical.
Se debe escribir un capítulo aparte para hablar sobre la historia de la música en Italia. Todas las corrientes líricas han tenido sus grandes exponentes en este país. A lo largo de todas las épocas y de todas las corrientes, Italia ha sido epicentro de la música y de las grandes voces de la historia. Por eso se le rinde pleitesía en cada ciudad. En Bolonia el Teatro Comunale fue erigido durante el siglo XVII y diseñado por Antonio Galli di Bibbiena. Y desde que se estrenara con la obra Il trionfo di Clelia se convirtió en uno de los escenarios más importantes de la región. Como teatro, esta casa de la ópera ha ocupado un hueco muy importante dentro del circuito italiano y por aquí pasan cada temporada las estrellas más importantes del género. Durante el siglo XIX pisaron estas tablas Rossini, Bellini y Verdi. Si quieres consultar su programación, puedes hacerlo aquí: www.tcbo.it
El Jardín Margarita
Encantador jardín con aires ingleses perfecto para olvidarte del mundo. Merece la pena.
Un bosque encantado.
El conde Ernesto Balbo Bertone de Sambuy fue el encargado de diseñar este jardín y quiso que este espacio fuera un lugar mágico, una especie de bosque encantado dentro de la ciudad. Y lo consiguió. Con su diversa y profusa vegetación, este parque cuenta con un sinfín de rincones secretos y mantiene al visitante completamente aislado de la mundanal rutina de la ciudad. Una estética que bien recuerda a los famosos jardines ingleses. Fue inaugurado en el año 1879, un año después de que la reina Margarita hubiese visitado y alabado la ciudad. Y así se la devuelve el cumplido, poniendo su nombre a este lugar. Una vez dentro, deberás recorrer sus diversos caminos empedrados para llegar hasta el lago central que vigila lo que pasa en el parque. Allí no solo podrás comer, cenar o sentarte simplemente a descansar sino que, al caer la noche, este lugar se convierte en discoteca hasta bien entrada la madrugada.
La ciudad en fiestas
24 de junio, 7 de septiembre… La ciudad se viste de gala y festeja por todo lo alto.
La Bolonia más juerguista.
La ciudad de Bolonia también tiene una gran tradición en fiestas. Las festividades patronales y otras se celebran por todo lo alto en la ciudad. Por ejemplo, la fiesta de la noche de San Juan, el 24 de junio, hace que la ciudad entera se sume a las procesiones que invaden la ciudad. También lo hacen sus mercados, los puestos, las actuaciones callejeras y, sobre todo, los fuegos artificiales. Por cierto, el mejor lugar para contemplar este espectáculo de pirotecnia son los puentes de Arno. El 7 de septiembre también se celebra en la ciudad la fiesta de Rificolona, esta festividad rinde homenaje a la tradición de los campesinos que volvían a la ciudad del campo para presentar y vender los productos que habían conseguido cultivar durante el año. Por este motivo, son muchos los mercados que llenan las calles de la ciudad. Y una oportunidad perfecta para encontrar todo tipo de productos de la zona.
El guetto de Bolonia
Cuesta creer que una ciudad como Bolonia tuviera un guetto judío. La Nueva Sinagoga es herencia de aquella época.
Tiempos terribles.
Aunque el tiempo apenas haya dejado constancia de ello, la ciudad de Bolonia tuvo un guetto. Un guetto para la comunidad judía. Y no fue cosa de poco tiempo. Este guetto fue levantado durante el siglo XVI por orden directa de Pablo IV quien ordenó que todos los miembros de esta comunidad deberían residir en este lugar y dejar discurrir el día a día de la ciudad. Este viejo barrio comprendía las calles de alrededor de las dos torres de Bolonia. Y deberás prestar atención pues el tiempo ha borrado gran parte de sus huellas. La calle de los judíos Vía de´Giudei es el pistoletazo de salida para un barrio de callejuelas como la calle del Infierno o calle del Carro. Los vecinos de este barrio se hacinaban en estas laberínticas avenidas con toque de queda al caer el sol. Aún puedes visitar la Nueva Sinagoga que se encuentra en el edificio de la calle Via de´Gombrutti ya que la anterior fue quemada en uno de los intervalos de tiempo en la que los judíos fueron expulsados de la ciudad. Como puedes contemplar, este lugar guarda una de las historias más tristes de la ciudad.
Deporte en las montañas de Bolonia
La situación geográfica de Bolonia, la convierte en un destino perfecto para practicar esquí, senderismo, o incluso escalada.
¡A escalar se ha dicho!
La situación en la que se encuentra Bolonia también ha propiciado que se haya convertido en un destino para los que buscan practicar deportes de montaña. Desde senderismo a escalada o esquí, Bolonia te oferta todas las opciones. De esta manera, los valles de Zena y del Idice son los perfectos para practicar rutas en bicicleta, mountain bike y senderismo pero si lo que buscas es escalada y deportes extremos, tu destino es Badolo con su pared de roca famosa y conocida por toda la comunidad de alpinistas del mundo. Si lo que buscas es esquiar y deportes de invierno, Bolonia te ofrece Corno alle Scale que ya forman parte de los Apeninos y que guardan varias de las estaciones de invierno más impresionantes que puedas encontrar con kilómetros y kilómetros de nieve por recorrer. Por último y para los aficionados simplemente a contemplar la naturaleza, un sitio imprescindible es Bora di San Giovanni.
Parque de Montagnola
Si después de tantos museos, comercios y restaurantes, necesitas un respiro y oxigenar tus pulmones, este parque es perfecto.
Rincón verde.
En los alrededores de la archiconocida estación de trenes de la ciudad se encuentra el Parque de Montagnola. A poco más de 100 metros podrás contemplar la preciosa estatua que preside el parque. Se trata de una estatua de Venus sobre la fuente principal. Y para llegar a ella deberás subir por la impresionante escalinata de mármol por la que es conocida la zona. La zona verde que se encuentra al atravesar estas escaleras es uno de los pulmones de la ciudad. Y también es uno de los lugares más idóneos para descansar del ajetreo de la ciudad. Como podrás ver, si el día es soleado, son muchos los boloñeses que vienen hasta aquí para almorzar o comer tirados en la hierba. Si dispones de tiempo, te recomendamos que lo hagas. Además, aquí es donde se organizan (sobre todo los fines de semana y en la temporada estival) diferentes mercadillos y también donde se celebran las festividades del mes de agosto con numerosas actividades lúdicas por el parque.
Sala Borsa
Sala Borsa no solo presume de biblioteca y de agenda cultural: su historia y arquitectura tampoco tienen desperdicio.
Cultura y más cultura.
En plena plaza Nettuno se esconde uno de los centros culturales más importantes de la ciudad. La mitad de su importancia reside en su agenda cultural y en el hecho de ser la biblioteca más grande de la región. Su otra mitad es la importancia histórica del lugar. Ubicada de manera adyacente al Palacio d´Accursio está vigilada por la fuente de Neptuno y su entrada, a lado, en la calle Independencia. Este centro tiene diferentes salas. Aunque el principal reclamo que nos ha traído aquí es su vasta e histórica biblioteca. Los restos arqueológicos que encierran sus suelos también cuentan varios capítulos de la ciudad. Por último, no dejes de echar un vistazo a su agenda de actividades pues tanto los diferentes recitales y conciertos de aforo reducido como los eventos de su sala de conferencia lo convierten en uno de los puntos calientes de la actividad cultural e intelectual de la ciudad.
La zona de la universidad
La juerga nocturna está asegurada. La gran cantidad de estudiantes universitarios procedentes de toda Europa tiene la culpa.
Universitarios al poder.
El ambiente nocturno de la ciudad es conocido mundialmente. Y es que poseer una de las universidades que más estudiantes extranjeros acoge de Europa ayuda a mantener una amplia y variada oferta nocturna. Continuando con el clima universitario debes saber que la propia Via Zamboni, una de las calles donde están ubicadas algunas de las facultades de la universidad adheridas en los históricos pórticos que la recorren, se convierte en la columna vertebral de la ruta universitaria nocturna. En mitad de esta avenida se encuentra la Piazza Verdi que también acoge a gran parte de este público. Si bien, esta plaza es más ecléctica mezclándose los estudiantes universitarios con el resto de visitantes y residentes que bajan a los bares y pubs de la zona. Especialmente durante la estación veraniega, esta plaza es uno de los lugares clave para comenzar la ruta nocturna. Con la llegada del buen tiempo, sus múltiples terrazas se tornan en lugares estupendos para esperar la madrugada.
Mercado de Montagnola
Busques lo que busques, si tienes paciencia y buen ojo, aquí lo encontrarás.
Planes matutinos.
Si bien es cierto que Bolonia no cuenta con excesivas zonas verdes, el Parque de Montagnola es una de sus excepciones. Este enorme parque es, junto con el Jardín Margarita, uno de los principales pulmones de oxígeno para la ciudad. Si vas a visitarlo te aconsejamos que lo hagas durante las mañanas de los viernes y los sábados ya que encontraras el mercado semanal que se organiza aquí. En él podrás encontrar todo tipo de objetos de la zona. Sellos, discos viejos, aparatos de radio, gramófonos, artesanía y arte. Todo lo que se te ocurra está aquí, solo debes invertir el suficiente tiempo como para recorrer todos los puestos y encontrar lo que estás buscando. Si tienes en mente llevarte algún souvenir de la ciudad, este puede ser la oportunidad de encontrarlo. Además, en los alrededores del parque se encuentra Piazza Otto Agosto donde también hay un mercado y numerosas tiendas, así que puedes continuar la ruta en esa dirección.
La Bottega del Caffé
La calidad del café italiano es extraordinaria. Compruébalo en la Bottega del Caffé.
¿Te apetece un café?
¿Y si te llevas café como recuerdo de tu estancia en Bolonia? Debes saber que, al igual que en el resto de Italia, el café de la región es uno de los mejores que puedas encontrar en el mundo. Si quieres probar los cafés de la ciudad y de sus alrededores te recomendamos que lo hagas en La Bottega del Caffé. Se encuentra en Medaglie d´Oro, subiendo las escalinatas de piedra que verás al llegar al número 6. En este lugar están especializados en el cultivo y elaboración del café y estarán encantados de contarte la historia que hay detrás del que elijas. Por ello, te recomendamos que te dejes aconsejar y puedas llevarte este producto como souvenir. En el propio establecimiento encontrarás a la venta los que más te gusten, y, sino, también los podrás encontrar en el Mercato delle Erbe o del Mezzo.
Piazza Otto Agosto
Aquí encontrarás esos establecimientos que han visto crecer la ciudad. Un sitio con poco turismo pero con mucho encanto.
Un lugar para perderse.
Junto al Parque de Montagnola encontrarás la Piazza Otto Agosto. Esta plaza, a pesar de no encontrarse en el centro de la ciudad, tiene su importancia dentro de la ruta de tiendas de Bolonia. En primer lugar, acoge un mercado semanal en el que encontrarás un montón de cosas de la ciudad tales como antigüedades, ropa, productos gastronómicos, etc. Además, todas las calles que salen de aquí esconden muchas tiendas de barrio, de negocios familiares. Se trata de establecimientos de todo tipo que llevan aquí casi toda la vida y que han visto crecer la ciudad. En estos locales es en donde hacen sus compras los vecinos de la ciudad, lo que nos asegura que no son tiendas pensadas para el turismo. De hecho, es una buena manera de encontrar todo tipo de cosas típicamente boloñesas. Desde ropa y calzado hasta productos de la cocina de la región. Solo tienes que invertir tiempo y perderte por estas encantadoras calles.
La zona de Asinelli y Garisenda
Si buscas autenticidad boloñesa, en cuanto a shopping se refiere, estás en el lugar adecuado.
El reinado del pequeño comercio.
Estamos en los alrededores de las torres más populares de la ciudad, Asinelli y Garisenda (a la primera de ellas puedes acceder y contemplar toda la ciudad a vista de pájaro). Llegados a este punto, encontrarás la plaza de Ravegnana. Este es un punto interesante a la hora de hablar de shopping ya que, desde aquí van naciendo callejuelas que esconden muchas de las tiendas de la ciudad. Tanto de marcas como (y sobe todo) de negocios locales. Por ejemplo, a pocos metros de la plaza se encuentra la Strada Maggiore y allí tiendas como MyDay con calzado de diseñadores italianos. También en las inmediaciones se encuentra la Via Francesco Rizzoli. Y esta calle es una de las más atractivas en este sentido. Un montón de tiendas locales como librerías de segunda mano, tiendas de antigüedades o diseñadores de moda locales abren sus puertas aquí. Este es el barrio perfecto para encontrar la auténtica Bolonia, lejos de las marcas y de las tendencias más internacionales y globales.
Vinos y bebidas de la zona
La tradición por los vinos en esta región es mundialmente famosa. Blancos, tintos, de aguja, espumosos… ¡Tú eliges!
¡Nos vamos de vinos!
Tanto Bolonia como toda la región de Emilia-Romaña tiene una tradición de siglos y siglos en cuanto a enología se refiere. Su oferta es amplía y heterogénea contando con distintas Denominaciones de Origen, fundamentalmente los tintos y blancos comparten el sello Colli Bolognesi. De este modo, si no sabes por donde empezar, te recomendamos el Rosso Bologna que se extrae de las uvas Cabernet-Sauvignon y que tiene un reclamo internacional, siendo uno de los más valorados por muchos de los enólogos del mundo, sobre todo su versión reserva. Y su hermano el Blanco Bologna hace lo mismo en la división de blancos. En cuanto a espumosos y vinos de aguja puedes comenzar probando Barbera, también con Denominación de Origen. Y, por último, para el aperitivo, te recomendamos que pruebes el propio Bologna Spumante. ¿Dónde? La respuesta es fácil: comienza tu ruta enológica en el Quadrilatero y en las calles que lo conforman.
Recuerdo gastronómico de Bolonia
Souvenirs muy sabrosos.
En el caso de Bolonia se hace imposible no pensar en la gastronomía local como un posible recuerdo o como un presente del viaje. Es cierto que las opciones son diversas y todas ellas muy asequibles para el viaje de vuelta (pues hay que tener en cuenta este tipo de consideraciones si vas a viajar en avión). Tanto la propia pasta como los vinos y los quesos son una oferta amplia y un acierto seguro. Sea como sea, si estás decidido a llevarte un souvenir de la región de este tipo, hay un lugar que no puedes dejar de visitar: A.F Tamburini. Se trata de un establecimiento especializado en productos típicos de la zona con la oferta más selecta de Bolonia. Se encuentra en el número 1 de Vía Caprarie, muy cerca de las populares torres. Por cierto, los embutidos también son una suculenta muestra de esta cocina y, por supuesto, aquí podrás encontrarlos.
Mercados medievales
Los mercadillos también triunfan en una de las ciudades con más glamour comercial de toda Italia.
Mercadillos que pisan fuerte.
No se equivocan los que citan a Bolonia como uno de los puntos clave en el shopping italiano. A pesar de no ser una ciudad especialmente grande, su oferta en cuanto a shopping se refiere es diversa y amplia. La tradición e influencia en la moda mundial, sus productos gastronómicos y el hecho de que atraiga mucho turismo durante todo el año son algunas de las claves de este éxito. Pero no todo es moda y glamour en la pasarela, Bolonia guarda unos cuantos secretos para los que buscan otro tipo de tiendas. La ciudad también tiene una gran oferta de mercadillos. Entre ellos destaca el Mercado de Antigüedades de San Stefano que se organiza el segundo fin de semana de cada mes y atrae a muchísimo público. Y aprovechando la ruta, el Mercado de la Comida de la Plaza Aldrovani, a escasos metros de la plaza anterior, tan solo cruzando la calle, ofrece una muestra callejera de la comida local. Perfecto para terminar la visita al mercado.
Via Ugo Bassi
Más y más. Más cafeterías, más restaurantes, más tiendas. El comercio y el ambiente de Bolonia parece infinito.
Atravesando el centro.
Esta enorme avenida que corta longitudinalmente el centro de la ciudad es la continuación de la Via dell´Indipendenza, continuando así la milla de oro boloñesa. Una de las ventajas de que esta ciudad italiana sea pequeña es que las distancias son muy relativas y unas zonas se mezclan con otras sin necesidad de moverte demasiado. De esta forma, esta calle continúa con la tradición de tiendas de la anterior pero se va mezclando también con restaurantes, cafeterías, tiendas de gastronomía y comercios menores y locales. Por este motivo te recomendamos que lo ubiques al final de tu ruta de shopping ya que es el lugar idóneo para llegar y alternar las tiendas con el descanso e incluso para a comer o merendar. Eso sí, si aún tienes ganas de moda y de calzado, no dejes de visitar la contigua Via San Felice y atravesar sus históricos pórticos pues ahí se encuentran gran parte de las tiendas de calzado más populares de la ciudad.
Via dell´Indipendenza y el calzado italiano
Bienvenidos a la milla de oro del calzado boloñesa: zapatos de todas las formas y colores.
Calidad y variedad.
La avenida principal que une la Estación Central de Trenes con el centro de la ciudad es la Via dell´Indipendenza y en uno de sus extremos se une con la Via Ugo Bassi. Este ángulo callejero forma lo que podríamos llamar la milla de oro de Bolonia en cuanto a shopping se refiere. De hecho, en esta calle abren sus escaparates al público las principales marcas de calzado de la zona. Y no olvides que estás en uno de los lugares con mayor tradición en dicho ámbito. Una de las parte más positivas de esta zona es que se mezclan las tiendas exclusivas con otros establecimientos mucho más asequible por lo que es fácil que encuentres algo que se ajuste a lo que buscas. Por ejemplo, las tiendas como Princess, Biba´s o Vanitá tienen una larga tradición en el sector de la moda pero sin embargo podrás encontrar modelos de todo tipo. Para aquellos aficionados a la moda, este paseo es altamente recomendable.
Piazza Cavour
Si te gusta la moda debes darte un garbeo por esta zona. Las boutiques de los grandes diseñadores te aguardan.
Exclusividad andante.
Si quieres encontrar lo último en la moda made in Italy, este es uno de los puntos clave. Las calles que rodean la plaza de Cavour forman uno de los barrios más selectos y exclusivos de la ciudad (los otros dos puntos fundamentales son Via D´Azeglio y la zona de Corte Isolani). Centrándonos en este barrio, aquí puedes encontrar las tiendas y boutiques de las principales marcas de la ciudad como Versace Tommy Hilfiger pero también los principales ataliers de los diseñadores de la zona o ubicados aquí. Como sabes, Bolonia y el resto de Italia son pioneros en moda a nivel mundial, lo que lo convierto en un lugar predilecto para amantes del sector. Y en el centro de toda la actividad comercial, cortando la calle Luigi Carlo Farini se encuentra la Galería Cavour, un pequeño centro comercial con las tiendas más exclusivas y lujosas que puedas encontrar, especialmente en ropa, joyería y complementos de todo tipo.
Quadrilatero
Terrazas, vinos, puestos de comida callejera, etc. En esta zona el ajetreo y el buen ambiente están asegurados.
Visita ineludible.
En la plaza de Mercanzia, las calles de Via degli Orefici, Portico del Pavaglione, Via Clavatura y Via Castiglione forman el llamado Quadrilatero. Durante años y años y siglos y siglos éste ha sido uno de los epicentros mercantiles de la ciudad. En la actualidad, continúa siéndolo con el Mercato di Mezzo pero, además, en sus calles hay una oferta de comida callejera estupenda y una forma muy recomendable de conocer la gastronomía de la zona sin gastar mucho ni perder mucho tiempo. Sin duda, la opción para los que no disponen de mucho tiempo en la ciudad. En sus puestos podrás probar las recetas típicas de la zona: tortellini y todo tipo de pasta, embutido, queso, etc. Y, además, al caer la tarde todos los locales de la plaza y sus aledaños abren sus puertas y se convierten en el lugar perfecto para catar los vinos de la zona en buena compañía. Si además te encuentras en la ciudad estival, sus terrazas se tornan uno de los lugares más apetecibles de la ciudad.
Italian Days Food Experience
Interesante opción. ¿Qué mejor forma de adentrarte en la gastronomía boloñesa que con una ruta preparada?
Rutas gastronómicas.
Te presentamos un plan alternativo y diferente para conocer la ciudad y su gastronomía. Se trata de los llamados Italian Days Food Experience y son unas rutas preparadas en las que podrás conocer in situ la elaboración de parte de los productos que conforman la gastronomía del lugar. Comienza con una visita a una de las casas del llamado parmiggiano reggiano, el queso más popular de la zona y, de hecho, Denominación de Origen. Después, continuamos hasta Acetaia y su granja donde se elabora el vinagre más conocido: el Vinagre Balsámico Tradicional de Módena, también con Denominación de Origen. Y, por último, en la misma zona se visita una granja donde se cría el cerdo y otras especies que dan lugar, entre otras cosas, al prosciutto di Parma, uno de los embutidos más populares e importantes del país. Para más información, te dejamos el enlace a su página para que puedas informarte: http://www.italiandays.it/
Comer barato en Bolonia
No hace falta ir a locales exclusivos para comer rico. La Osteria dell'Orsa es un buen ejemplo.
Bueno, bonito y barato.
A pesar de que en esta ciudad hay refinados y exclusivos restaurantes, no es necesario gastar mucho dinero para probar la gastronomía local. Atravesando el epicentro de la ciudad nos encontramos con un lugar único y auténtico, sus bancos corridos mantienen el recuerdo intacto de los vecinos comiendo aquí, haciendo un descanso en su jornada laboral. Se trata de la Osteria dell´Orsa y se encuentra en la Vía Mentana, 1. Una vez aquí deberás pedir mesa en una de sus dos plantas y degustar la comida casera que se prepara. Más adelante, en la Vía Augusto Righe 30, se encuentra la trattoria Il Rosso, otro de los locales típicos de la zona y a pocos metros del Parque de Montagnola. Sus típicos manteles de cuadros rojos y blancos cubriendo sus mesas de madera y suelo adoquinado son una imagen panorámica de la tradición y la cocina de Bolonia. Y ahora, ¡buen provecho! http://www.trattoriadelrosso.com
La ciudad de los helados
Galleria, La Funivia, L´Eclisse… Cualquiera de estas heladerías se merece tu visita.
Gran tradición heladera.
Otra de las tradiciones más arraigadas en la zona es la elaboración de helados. Estos dulces son el postre más delicioso que puedas imaginar. A continuación te recomendamos unos cuantos lugares donde probar estos dulces. En primer lugar, uno de los establecimientos más clásicos es Galliera 49, en la misma calle a la altura del número 49. En este lugar llevan décadas y décadas elaborando de manera artesanal los helados. En la Piazza Cavour y haciendo seria competencia al anterior se encuentra La Funivia. Para muchos, la mejor heladería de la ciudad. Si es cierto que aquí se atreven con sabores menos tradicionales, llegando a frutas poco habituales como el de melón (uno de los más populares). Los granizados que preparan también son otra de sus recetas con mayor acogida. Por último L´Eclisse, se encuentra en Via Francesco Zanardi, 247 y, aunque menos conocido que los anteriores, también prepara unos helados artesanales realmente impresionantes. Ahora te toca decidir a ti.
Mercato delle Erbe
Lugar poco turístico, no por ello, menos importante. Los mejores pescados y carnes de la zona están aquí.
El mercado del día a día.
Tanto para los que sean unos apasionados de la gastronomía y quieran conocerla a fondo como para aquellos que quieran probar o comprar productos auténticos de la cocina boloñesa, la visita al Mercato delle Erbe se torna imprescindible. Este mercado lleva en este edificio desde su construcción a principios del siglo pasado y es uno de los puntos de encuentro diarios para la entrada y salida de las carnes y verduras típicas de la zona (también es denominado como uno de los principales puertos de la ciudad, ya que es una de las entradas de pescado diarias). Aquí te convertirás en un vecino más de la comarca y es que, este lugar ubicado en la Via Ugo Bassi, es muy poco turístico y son principalmente los vecinos lo que hacen su compra diaria aquí. Alrededor de este precioso edificio también encontrarás un buen puñado de tiendas que pueden complementar el paseo hasta este lugar.
Aperitivo y Spritz
A las 7 comienza la hora del aperitivo: spritzs acompañados de mini platos italianos revientan los locales.
Costumbre vespertina.
La tradición del aperitivo en Italia es una de las costumbres más arraigadas entre su gente. Y una de las más agradecidas para los visitantes. En este caso, se practica por la tarde, después de haber comido. A eso de las siete de la tarde, hora aproximada, la mayoría de los locales sacan diversos platos de la zona como ensaladas, pasta y pizza y otras recetas de la zona y deleitan a sus clientes con su spritz. El spritz es un cóctel elaborado a partir de Campari, soda y vino blanco y es una de las bebidas más populares de todo el país. Aunque también son habituales los vinos, esta es la forma más tradicional y auténtica de tomar el aperitivo. Toda la comida corre a cuenta del local, es decir, solamente se paga por la bebida lo que hace que, a media tarde, todos los locales del centro se llenen de gente. Si no sabes por donde empezar, te recomendamos el Café Zamboni, en pleno centro de Bolonia.
Ristorante Papagallo
En pleno centro encontrarás este restaurante, toda una institución culinaria, al que deberías ir sí o sí.
Una buena recomendación.
Como ya habrás comprobado, la gastronomía boloñesa es espectacular y amplísima como también lo es la oferta de establecimientos para probarla. A continuación te hacemos una recomendación que combina lo mejor de cocina tradicional con un ambiente refinado y cuidado. En el centro de la ciudad para que puedas incluirlos en tu ruta diaria. Se trata del Ristorante Papagallo, ubicado en la Plaza de la Mercancía. Este antiguo edificio se ha convertido por méritos propios en una de las instituciones culinarias de la ciudad. Decorado cuidadosamente mezcla en equilibrio los colores y el folklore de las costumbre y la tradición de la región con las imágenes de colección de las rutilantes estrellas del mundo del espectáculo que a lo largo de los años han engordado la reputación de este lugar. Si quieres una recomendación, déjate aconsejar pues según la estación hay unos platos que destacan sobre otros. Y el mismo consejo funciona para su espectacular carta de vinos.
Mercato di Mezzo
Dentro del Quadrilatero encontrarás el lugar perfecto para hacerte con productos típicos de la gastronomía boloñesa.
El más auténtico.
En las inmediaciones de la plaza mayor de la ciudad o Piazza Maggiore, se sitúa un cuadrado formado por las calles Via degli Orefici, Portico del Pavaglione, Via Clavatura y Via Castiglione al que se le llama Quadrilatero y en su interior se esconde uno de los mercados más antiguos y auténticos de la ciudad. Se trata del Mercado de Mezzo. A lo largo da la historia, aquí se reunían los artesanos y orfebres de la ciudad pero también los mercaderes que venían de surcar el Mar Mediterráneo con alimentos y productos de todo el mundo. Y las gentes de lugar negociaban los precios y así, día a día, se abastecía la ciudad. También los profesionales de la zona aprovechaban para hacer negocio. Así se mezclaban los panaderos con los barberos, los peleteros y los salaroli dando lugar a uno de los mercados más antiguos de Bolonia. Y ahora, es el lugar perfecto para encontrar los productos gastronómicos característicos de la cocina boloñesa.
Desayuno en Gamberini
La pastelería Gamberini te espera a primera hora del día. Su modalidad desayuno no tiene desperdicio.
Dulce despertar.
Una de las señas de identidad más importantes de la ciudad de Bolonia es su gastronomía. Al igual que el resto de país, su cocina es uno de los reclamos fundamentales. Además de la pasta, la carne a la boloñesa y la pizza de diversos sabores, hay muchas más cosas que debes conocer. Además y por tu propio placer, no debes de perder de vista sus dulces y su modalidad de desayuno, para empezar con buen pie el día. Como ruta por la ciudad, te recomendamos que te dejes caer por la mítica pastelería Gamberini. Se encuentra en el número 12 de la Via Ugo Bassi. Es toda una institución en la preparación de elaboración de todo tipo de dulces, zumos, cafés, etc. Aunque nuestra recomendación son estos desayunos, otra opción no menos agradable es dejarte caer al atardecer para probar su carta de cócteles y bebidas varias. Solo su preparación a manos de su barman ya merece ser nombrada.
Las recetas de Bolonia
Gastronómicamente hablando Bolonia te conquistará, ¿por dónde empezar? Tortellinis, cebollas doradas, salchichón rosa y, ¡un larguísimo etcétera!
De tortellinis, ombligos y muchas cosas más.
¿Sabías que, según cuenta la leyenda, los tortellinis simbolizan el ombligo de Venus? Pues eso cuenta la lengua popular de este tipo de pasta es oriunda de esta ciudad, al igual que los cappelletti y los tortelloni (que son iguales que los otros pero de requesón boloñés). Desde su época medieval, la ciudad ha sido cumbre en cuanto a gastronomía se refiere. Su geografía y su orografía le permiten unas verduras excelentes y una ganadería extraordinaria. De esa forma, encontramos el espárrago de Altedo y las cebollas doradas de la zona. Quizá, uno de los platos estrella y más delicioso sea la llamada lasaña con ragú de carne. Y aún no hemos llegado a los embutidos y quesos. De entre las innumerables opciones destacan: los ciccioli, el salchichón rosa, el cotechini, y el capelli da prete. Y en cuanto a los quesos, toda la zona de le Emilia Romana tiene una gran tradición que ha dejado como testimonio el queso parmiggiano reggiano y el grana padano.
Museo Ducati
Museo interactivo e interesante. Si eres aficionado al mundo del motor te lo pasarás en grande.
Templo del motor.
Para los aficionados al mundo del motor, a las afueras de la ciudad se encuentra el Museo Ducati. La tradición de esta marca es fortísima habiendo marcado a muchas generaciones de seguidores que no pierden la oportunidad de visitar este templo del motor. El museo en si mismo está organizado de modo muy interactivo, contando la historia de la marca desde sus inicios, allá por el año 1926 intercalado por la exposición de modelos de todas las épocas, incluso prototipos singulares e inéditos. Por otro lado, también se puede visitar la propia fábrica y conocer y comprender los engranajes de la fabricación de estos vehículos. También hay varias salas en las que se muestra el palmarés y algunos de los modelos que han marcado las competiciones de todo el mundo. Por supuesto, también hay una cafetería y una tienda de souvenirs que seguro que los aficionados y fieles a la marca no dejarán pasar sin, al menos, visitar.
Museo de la Música de Bolonia
¡Gracias Giovanni Battista Martini! Sin tus donaciones este museo tan musical no sería el mismo.
En modo musical.
La columna vertebral de la exposición que aquí encontrarás se debe a las donaciones que hizo el padre franciscano Giovanni Battista Martini, un coleccionista del siglo XVIII de una profunda importancia en la historia de la música italiana. Baste decir que fue maestro de Johann Christian Bach, el menor de los hijos de Johann Sebastian Bach. El museo está ubicado dentro del llamado Museo Internazionale e Biblioteca della Musica desde que cambiara de ubicación. Ahora se encuentra en el 32 de la Strada Maggiore. Y en su interior podrás encontrar la historia de la música desde diferentes puntos de vista. A lo largo de sus diversas plantas encontrarás instrumentos propiamente dichos. Instrumentos que pertenecieron a artistas destacados o que han que han tenido una importancia capital en la música del país. Todos únicos. Pero también encontrarás un buen número de documentación como partituras, escritos, anotaciones y otros papeles de artistas que conformaron la música mundial. Y, por último, una amplia colección de obras de arte relacionadas con la música.
Museo de la Historia de Bolonia
Intensivo recorrido por la historia boloñesa. No hay detalle que se pase por alto en este museo.
Clases de historia.
Imprescindible para conocer la historia de la ciudad. El Museo de la Historia de Bolonia nace con la intención de dar una imagen integral de la historia de la ciudad y de sus ciudadanos. Desde el punto de vista arquitectónico, artístico, social y científico sus diferentes colecciones van mostrando los avances de la urbe a través de los distintos episodios históricos. Desde la antigüedad, la Edad Media, por supuesto el Renacimiento que se muestra como la etapa dorada de toda la región y así sucesivamente. Destaca sobremanera las salas que atestiguan los bombardeos que asolaron, no solamente la ciudad, sino todo el país como si quisieran mantener el recuerdo de la barbarie a la que es capaz de llegar el ser humano. Y así avanzamos para contemplar la llegada de vanguardias y movimientos sociales, y por ende artísticos, contemporáneos, eclécticos y distintos que han definido esta ciudad y a su sociedad.
Museo del Patrimonio Industrial
Sorprenden sus hornos Hoffmann originales y su entorno. Date un paseo por los alrededores y verás.
Símbolo de la revolución industrial.
Casi llegando a la ronda norte de la ciudad, alejándonos un poco del centro urbano y en los alrededores del antiguo Canal Navile encontrarás este antiguo caserón. En realidad, se trata de una antigua fábrica de ladrillos, símbolo de la revolución industrial. Fue construida en el año 1887 y producía tejas y los famosos ladrillos de terracota. Exportaban a todo el país y, durante mucho tiempo, también al extranjero. Sin embargo, tiempo después la fábrica cayó en el abandono y 1966 fue tomada por el ayuntamiento de la ciudad para convertirse en museo y muestra testimonial del triunfo industrial de la comarca. De hecho, sus sistemas de hornos Hoffmann originales que fueron pioneros aún están expuestos y son parte de la visita. Por cierto, si te acercas hasta este lugar, no dejes de dar un buen paseo por sus alrededores ya que toda la zona es uno de los parajes naturales más bonitos de la ciudad.
Museo de la Memoria de Ustica
Estremecedora visita: 81 espejos y 81 bombillas homenajeando a las 81 víctimas de aquel trágico 20 de junio.
In memoriam.
El Memorial de Ustica nos muestra uno de los capítulos más negros de la historia reciente de la ciudad. Corría el año 1980, concretamente la noche del 27 de junio cuando un avión de la aerolínea Itavia cruzaba el cielo italiano. En un momento del vuelo algo sucedió y el avión se precipitó al mar, junto a la isla de Ustica. Pese a que durante años no hubo versión oficial, en 1999 se aceptó la teoría de que el avión había sido derribado por un misil. Y una de las teorías más populares era que se trataba de un plan militar francés que confundió dicho avión con el de Gadafi que volaba en la misma noche. Sin embargo, nunca se ha asumido como oficial. Por este motivo se abrió este espacio. Se trata de un lugar donde se exponen los restos rescatados de la aeronave. Alrededor de estos restos, el artista francés Christian Boltanski ha colocado 81 espejos y 81 bombillas que nunca se apagan para rendir homenaje y pedir justicia por las 81 víctimas del suceso. Un lugar sobrecogedor.
Museo Morandi
Giorgio Morandi fue homenajeado por el mismísimo Fellini en La Dolce Vita. Buena razón para visitar este museo.
Todo un emblema artístico boloñés.
La figura de Giorgio Morandi es una de las más importantes de la historia contemporánea de Bolonia e Italia. Aunque al principio fue un pintor muy cercano al movimiento futurista del novecento italiano y otros aires de vanguardia, pronto lo dejó atrás para convertirse en un estilo propio. La singularidad con la que convertía cualquier objeto y utensilio de la rutina diaria en obras de arte le convirtió rápidamente en un icono de la ciudad. La exposición que le rinde homenaje está ubicada en el Palazzo d´Accursio, actual ayuntamiento de la ciudad, convirtiéndolo en doble visita. En su interior guarda más de 100 obras del pintor entre acuarelas, óleos, grabados de su periodo más importante, entre 1910 y 1965. A modo de curiosidad te contamos que incluso fue homenajeado por Fellini en su archiconocida película La Dolce Vita en la que aparecen varios de estos cuadros, excusa perfecta para revisar este film.
Museo de la Edad Media
Te trasladarás al medievo. No solo por su colección sino también por la estructura que lo cobija.
Medieval de la cabeza a los pies.
La región de Bolonia y el resto de Italia ha pasado a la historia por ser uno de los puntos geográficos mundiales más importantes en cuanto a arte clásico y renacentista se refiere. No obstante hubo historia entre un momento y otro, de hecho, uno de los ciclos históricos más apasionantes de este lugar. Y este museo está aquí para dar cuenta de ello. Ubicado entre las paredes del Palacio Ghisilardi Fava, que recoge su nombre de la familia que lo creó, hacen la visita incluya también el propio espacio. Y es que este palacio fue construido durante el siglo XV siendo una de las expresiones arquitectónicas medievales que mejor definen la época. En su interior, la primera planta está destinada a la documentación histórica y al aprendizaje tanto de la Edad Media como a la contextualización de las obras que vas a contemplar. En su segunda planta, encontrarás todo tipo de objetos. Armaduras, esculturas, pinturas y utensilios de todo tipo se mezclan a lo largo de sus pasillos. Pero es su colección de armas uno de los puntos más interesantes del museo ya que explica la realidad de una ciudad y una sociedad que se mantuvo en pie de guerra durante años y años.
Museo Cívico Arqueológico de Bolonia
Una visita muy completa: obras importantes e internacionales bajo uno de los edificios más sofisticados de toda Bolonia.
De relevancia nacional.
Este museo es uno de los más importantes de Italia. Y también uno de los más antiguos ya que lleva en el mismo sitio desde el año 1881 aunque su colección ha ido aumentando con el paso de los años. Se encuentra en el interior de uno de los edificios más sofisticados y prestigiosos de la ciudad: el Palazzo Galvani lo que hace aún más interesante su visita. En su interior la colección es sobrecogedora. Recoge una elaborada y amplia exposición de obras prehistóricas, griegas (entre las que destaca su colección de esculturas greco-romanas), etruscas y romanas. Este lugar también rinde homenaje y hace justicia con los artistas de Bolonia y de toda la región Emilia-Romaña. Sin embargo, sus obras llegan desde todas las partes del mundo. De hecho, en una de sus plantas salvaguardan una de las colecciones de arte egipcio más reputadas del mundo y uno de los motivos es que aquí puedes contemplar la popular tumba de Horemheb.
Archiginnasio de Bolonia
Solo por la heráldica que decora esta especie de teatro merece la pena acercarse: 7 000 escudos, ¡casi nada!
Irradia sabiduría.
El conocido Archiginnasio de Bolonia daba cita a cientos de estudiantes de leyes, artes, medicina, derecho y filosofía desde el siglo XVI en adelante convirtiéndose en uno de los centros de esta tipo más antiguos de Europa. Si es cierto que esta educación no estaba al alcance de todos y solo eran los hijos de las familias más acomodadas las que llenaban estas aulas. Además, la heráldica de todas estas familias decoran ahora las paredes del palacio, concretamente el pasillo que conduce a una de las salas más recomendables. Suman más de 7000 escudos que se han convertido en una obra de arte en si misma. La sala de la que hablamos es la Biblioteca Comunal o Sala de Lectura y se encuentra frente al Aula Stabat Mater. Aquí encontrarás más de 35000 manuscritos de distintas disciplinas: política, historia, arte, filosofía, ciencias, etc. Es la biblioteca más grande de la región y puedes entrar para contemplarla. Estás en el lugar que atesora en sus paredes el mayor resumen de sabiduría que puedas imaginar.
Pinacoteca Nacional de Bologna
Si te gusta el arte pictórico europeo no dejes de visitar esta pinacoteca. Su valor artístico es innegable.
Por amor al arte.
La colección de la actual pinacoteca tiene su origen allá por el año 1712 siendo el fruto de un proyecto del papa Benedicto XIV. Este papa, en sus días de cardenal, luchó por abrir una galería con el objetivo de exponer todas las pinturas posibles de los autores más reconocidos con el único objetivo de mantener y salvaguardar el arte y de batir a las colecciones europeas. Lo cual fue una idea muy innovadora para la época ya que la mayor parte de estas colecciones eran privadas e inalcanzables y además se propuso en un lugar en el que el arte era una forma de vida. Así nace esta colección, en un principio, dentro de la Academia Clementina. De este modo, recoge una colección que aúna gran parte de la historia del arte pictórico europeo. Dividida en plantas según la cronología y la zona geográfica de cada corriente artística, la exposición comienza en su primera planta en la que destacan los autores emilianos del siglo XIV-XV incluso autores de la zona de los siglos XIII y XIV. Destaca la colección de obras de los Carracci que marcó toda la corriente italiana del siglo XVII convirtiéndose en uno de los artistas más importantes.
Santuario di Madonna di San Luca
Existen dos versiones sobre la historia de este santuario, y 666 arcos en su pasadizo secreto. Francamente alucinante.
Dos historias, un santuario.
Este santuario se encuentra en lo alto de una colina, al suroeste de la ciudad. Y sobre él, pesan dos importantes historias. La primera de ellas, es que fue una ermitaña durante el siglo XII quien comenzó la oración al santo del lugar. Sin embargo, se dice que la propia orden eclesiástica del monasterio se opuso a la residencia de esta mujer. La lucha fue tan encarnizada que llegó a envolver a dos papas, resolviéndose a favor de esta mujer que continúo viviendo en dicho edificio y encargándose de los peregrinos que venían a honrar la figura del santo desde lugares de todo el mundo. Por otro lado, se dice que la imagen de la madonna que habita en su interior detuvo las inundaciones que, junto a las crecidas del río, estaban inundando y asolando la ciudad de Bolonia en el año 1433. Posteriormente, se creó un enorme pórtico para guarecer a los peregrinos que vienen día tras día. A modo de curiosidad te contamos que este pasadizo está formado por, ni más ni menos, que 666 arcos.
Porta Galliera
Te recomendamos sentarte frente a esta puerta cargada de historia e imaginarla en la Bolonia de siglos anteriores.
Protección papal.
Alejándonos del centro de la ciudad, recorriendo la Via Indipendenzia, la misma que acoge la catedral de San Pedro nos encontraremos con la Porta Galliera. Fue mandada construir alrededor del año 1200 con la finalidad de proteger la fortaleza papal. Sin embargo, eso no impidió que las rebeliones contra los poderes eclesiásticas invadieran y destruyeran los aposentos una y otra vez. Incluso se derribo esta puerta en numerosas ocasiones. A pesar de ello, fue levantada una y otra vez hasta el siglo XVII, etapa en la que se vio reducida a ruinas. Sin embargo a lo largo del siglo XX fue levantada de nuevo con la finalidad única y exclusiva de mantener el formato original con la intención de salvaguardar el recuerdo de la puerta que un día fue. En la tranquilidad de la plaza que ocupa, merece la pena sentarse y contemplar este monumento para imaginar como era esta ciudad siglos y siglos atrás.
Catedral Metropolitana de San Pedro
Tan antigua como gigante, sus enormes y gariboleados muros se atisban desde cualquier rincón de la ciudad.
Busca el 7 y la encontrarás.
En el número 7 de la Via Indipendenza, muy cerca de la catedral de San Petronio, está ubicada esta iglesia. Se trata del Duomo o lugar principal de culto de su barrio. Es, además, una de las más antiguas de la zona, levantada sobre los cimientos de un templo anterior, se remonta al año 1028 (primer año del que se tiene documentación escrita). Sin embargo, tras numerosas reformas y etapas de ruinas hubo que esperar hasta el siglo XVII para encontrar su forma definitiva. Esta gigantesca catedral es muy recordada por sus dimensiones que a vista de pájaro, destaca sobre el resto de edificios dejándose ver desde casi toda la ciudad. Sus enormes muros barrocos esconden sus amplias naves centrales en las que se encuentran sus famosos frescos. Entre todos, destaca la Annunciazione pintada por Ludovico Carracci. Pero sobre todo, debes ver las figuras de terracota de Alfonso Lombardi representando la escena Cristo Muerto con las Marías que Lloran.
Basílica de Santo Doménico
La devoción a Santo Doménico hace que su tumba reciba visitas de todas partes del mundo cada año. Amén.
Amor que mueve fronteras.
Tal y como cuenta la historia, el 6 de agosto del año 1221 muere Santo Domingo de Guzmán en el convento de San Nicolás de las Viñas (Bolonia). Varios años después, en el 1233 se comienza el proceso de canonización y se trasladan sus restos mortales a un nuevo sepulcro. Un lugar de nueva construcción y con apenas relevancia. Sin embargo, se despierta un fervor y un seguimiento inusitado por la figura del santo que convierte en basílica al lugar donde descansa su cuerpo. Esto explica que, pese a la gran belleza de su arquitectura, este templo es considerablemente más recatado que, por ejemplo, la Basílica de San Petronio, catedral de Bolonia o la Basílica de San Esteban (más conocidos como el complejo de las siete iglesias). Sin embargo, son miles los practicantes los que se acercan desde diferentes puntos del mundo a rendir homenaje al santo que da nombre al monumento.
Archiginnasio
Los pórticos que encuentras en Plaza Galvani son sin duda alguna uno de los grandes símbolos boloñeses. Para no perdérselos.
Indiscutible Bolonia.
En la Piazza Galvani, el Archiginnasio de Bolonia nos muestra una de las semblanzas más bonitas y características de la ciudad: los pórticos que forman una seña de identidad inequívoca de que están en Bolonia. Este palacio fue sede de la universidad y ahora es uno de los edificios más importantes. Fue levantado durante el siglo XVI bajo el mandato del papa Pío IV y del Cardenal Carlo Borromeo que tuvo especial relevancia en la ciudad. La belleza de esta obra la convirtió en uno de los edificios más valorados por sus vecinos. Sus pórticos, en su cara exterior como interior, salvaguardan una cantidad enorme de obras de arte junto con la heráldica de las familias de los estudiantes que por aquí pasaron, decoran todas sus paredes complementando a otras obras de arte de diferentes épocas de la ciudad. Su claustro interior, preparado para diversos eventos, también es de una belleza única.
La basílica de San Esteban
Su réplica del Santo Sepulcro de Jerusalén acentúa su importancia como edificio eclesiástico clave en la ciudad.
Las siete iglesias.
Junto a la Basílica de San Petronio, la de San Esteban es el otro punto fundamental de la ciudad en cuanto a edificios eclesiásticos se refiere. Apodada "le sette chiese" que quiere decir el complejo de las siete iglesias, toma su nombre por el número de edificios que primeramente fueron independientes pero que ahora están interconectados por jardines, pórticos y otras formas. También es conocido como el Sancta Jerusalen Bononiensis debido a que todo el complejo eclesiásticos está cimentado alrededor de un primero edificio que data del siglo V bajo mandato del obispo Petronio V (que por otra parte sería también patrón de la ciudad y a quien rinde homenaje la basílica). Dicho edificio contiene una réplica del Santo Sepulcro de Jerusalén. Los edificios más importantes de este complejo y que, además, se pueden visitar son la Iglesia del Crucifijo, la Basílica del Sepulcro, la Iglesia de San Vitale y Sant´Agricole, el Cortile de Pilato, la Iglesia del Martyrium, el Claustro Medieval y el Museo de San Esteban.
Las torres de los Asinelli y Garisenda
Las torres inclinadas no son exclusividad de Pisa. Y si no que se lo pregunten a Asinelli y Garisenda.
Altas, inclinadas y con mucha historia.
Como es lógico, al pensar en torres inclinadas, pensamos en la ciudad de Pisa. Sin embargo, has de saber que no es la única ciudad que goza de este fenómeno arquitectónico. Es más, la ciudad de Bolonia, a lo largo de su historia, especialmente durante los siglos XII y XIII, se contaban por decenas las torres habidas en la ciudad. Aunque se desconoce el origen de estas, se cree que era una forma de ostentación por parte de las fortunas de la ciudad. Un símbolo de riqueza y poder. De todas ellas quedan en pie como testigos atemporales las torres de Garisenda y Asinelli. La primera de ellas, se levanta 48 metros sobre el suelo y tiene una inclinación de 3,2 metros en su punto más alto. La segunda mide 98 metros (inicialmente tan solo 60) y 1,2 metros de inclinación. Y cada una de ellas encierra una historia propia. La primera de ellas es famosa por aparecer en las obras de Dante, tanto en la Divina Comedia como en sus Rimas y la segunda sirvió de observatorio durante la II Guerra Mundial para vigilar y proteger a la ciudad de los posibles ataques aéreos.
Palacio del Podestá
El tercero en discordia, completa el trío de edificios que engalanan la Plaza Mayor de la ciudad.
Trío ganador.
El Palacio de Podestá forma, junto al Palacio Comunal de Accursio y la Basílica de San Petronio, el trío de edificios más importantes de la ciudad. Rodeando junto a los mencionados y dos edificios más, los límites de la plaza mayor, fue construido a principios del siglo XIII, casi a la par que la plaza. De hecho, en sus muros aparece el Voltone del Podestá y su Torre dell´Arengo cuya campaña avisaba a los vecinos de la ciudad de que algún acontecimiento extraordinario había acontecido en la ciudad y debían reunirse en la plaza. Pocos años después de su construcción, a mediados del siglo XIII, se inauguró junto a sus muros el Palacio del Rey Enzo ya que, el primero, no daba de si para acoger la gran actividad política que desarrollaba la ciudad. Como curiosidad debes saber que bajo el Voltone del Podestá, la caprichosa arbitrariedad de su acústica ha querido crear un efecto según el cual los visitantes pueden escucharse desde los lados opuestos del muro.
Palacio Comunal de Accursio
Prohibido irse sin ver la estatua del Papa Gregorio XIII y la fachada de terracota. Son fotos obligadas.
En homenaje al jurista.
En el año 1182 nació Francesco Accursio y con él uno de los juristas y conocedores del derecho más importantes de la historia de Italia. Además, uno de los principales humanistas de la ciudad. Este Palacio de Accursio, también conocido como Palacio Comunal del Ayuntamiento, fue su residencia natal convertida ahora en uno de los cinco edificios que rodean la Piazza Maggiore de Bolonia. En el año 1336 se convirtió en la sede del anziani, máxima figura de la magistratura local, por ende convirtiéndose de este modo en ayuntamiento de la ciudad. En realidad no fue una obra de un solo proyecto sino que se ha ido proyectando a lo largo de la historia. El reloj de su torre, la adhesión de sus edificios colindantes, etcétera se fue dando con el paso de los años y la necesidad de los tiempos. Hay dos detalles que no debes dejar pasar: la estatua de bronce del Papa Gregorio XIII y la fachada con de la Virgen con el Niño de terracota de Niccolò dell´Arca.
Basílica de San Petronio
Pretendían que superase en dimensiones a San Pedro de Roma. Pío IV se encargó de impedirlo.
Un gigante vigilante.
Vigilando la Piazza Maggiore de la ciudad desde 1390, este gigantesco edificio de estilo gótico es la quinta iglesia más grande del mundo, con sus más de 130 metros de largo, 60 de ancho y, ni más ni menos que 45 de alto. Y esto no fue por casualidad ya que la voluntad era que sobrepasara a la Basílica de San Pedro de Roma para convertirse en la más grande del mundo. Tuvo que ser el papa Pío IV quien impidiera tal hecho. Este monumento rinde homenaje al que fuera obispo de la ciudad durante el siglo V en Bolonia y ha jugado importantes papeles a lo largo de la historia eclesiástica. Por ejemplo, Clemente VII coronó en 1530 a Carlos V en este lugar. Como curiosidad debes saber que en su interior se encuentra el Retablo de Giovanni de Módena en la que aparece al profeta Mahoma como uno de los condenados a los Infiernos.
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