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Guía turística: qué hacer y ver en Guayaquil
El encanto del Pacífico Sur.
¡Si te animas a conocer la ciudad más grande de Ecuador, no te arrepentirás! Un puerto al que llegan decenas de cruceros, paseos a orillas del río Guayas, un casco histórico lleno de edificios patrimoniales y arquitectura religiosa, y un centro urbano en plena renovación: no te dejarán indiferente. Piérdete entre su frescura y maravillosas vistas, y contémplalo a 465 escalones desde la montaña de Santa Ana. Guayaquil a tus pies.
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Mercado Municipal de Flores
Te fascinará la destreza de las floristas al hacer sus centros florales
Díselo con flores
Los vendedores ambulantes de flores de Guayaquil tienen su propio Mercado Municipal 'Zayda Letty Castillo', reconocible por su fragancia desde las avenidas Machala y Piedrahita, junto al Hospicio Corazón de Jesús. Su particularidad es que venden las flores como si fuera un producto de primera necesidad, con servicio 24 horas. Si visitas Guayaquil en una fecha señalada, como puede ser San Valentín, podrás observar este fenómeno de venta nocturna de flores, con enamorados que dejan sus compras para el último momento. La iluminación de las casetas contrasta con la oscuridad nocturna y le da un aspecto todavía más misterioso a esta concentración de artesanos de las flores. Lo que lo hace especial no es solo su mezcla de olores y colores -con flores exóticas y autóctonas- sino su arte para elaborar centros y ramilletes, cestos o arreglos florales a los que añaden peluches y globos o granos de café y trigo que simbolizan prosperidad.
Mercado Artesanal de Guayaquil - Loja
Puestos callejeros en los que comprar artesanía y a buenos precios
Artesanía indígena en plena ciudad
Una de las primeras cosas que aprenderás en este mercado es que el mal llamado "sombrero panamá" ni procede de Panamá ni se llama así, sino que te lo venderán como "Montecristi" y está elaborado con fibras de la palmera toquilla. El deporte local del Mercado Artesanal de Guayaquil es el regateo: aquí encontrarás todos los productos artesanos a precios mucho más bajos y con la misma calidad que en los grandes centros comerciales. Situado entre las calles Loja y Juan Montalvo ocupa toda una manzana de artesanos y ofrece al visitante pequeñas piezas de arte elaboradas en cuero, vestidos tradicionales de lana y algodón, ornamentos de pan de oro y tallas de madera, acero o cobre. Abierto al público desde hace tres décadas, cuando el suelo de sus tiendas era la misma tierra, el mercado destaca por la presencia de los admirados indígenas otavaleños, autores de la mayor parte de la artesanía.
Mall del Sol
Impresionante centro comercial en el que darte todos los caprichos que quieras
Compras de última hora al lado del aeropuerto
Si viajas con niños y ya se han cansado de caminar por las calles de tienda en tienda o si quieres un lugar donde realizar todas las compras de última hora, la solución es una visita al Centro Comercial Mall del Sol. ¿Te apetece una tarde de cine y hamburguesas? ¿Un descanso en un salón de belleza mientras dejas a los niños en la ludoteca? Todo es posible en este macro-centro de 160.000 metros cuadrados, que se ha convertido en símbolo del movimiento comercial y el consumismo de Guayaquil, con una afluencia de más de un millón de personas al mes, según los cálculos del Mall del Sol. Encontrarás este centro de camino al aeropuerto, situado en un complejo comercial y turístico llamado Ciudad del Sol, por lo que puedes planear una visita el último día de tu estancia en la ciudad. Todo lo que puedas imaginar y pagar lo encontrarás en este lugar.
Centro Comercial Malecón 2000
Además de pasear por sus instalaciones y sus locales comerciales, no te pierdas su terraza!
No solo podrás ir de compras
Aunque no tengas intención de comprar, el paseo por el Centro Comercial Malecón 2000 a orillas del río Guayas te permitirá imaginar cómo era la vida en Guayaquil, antes de los modernos planes urbanísticos y el avance de la construcción. A este puerto llegaban los barcos con su mercancía y aquí descargaban para vender a los habitantes de la ciudad; de ahí que el diseño de este núcleo comercial totalmente modernizado se inspire en la temática náutica. Los mástiles de los barcos son imitados por estructuras metálicas frente a cada sector, y las velas de lonas o de hierro forjado recuerdan lo primero que se veía de las embarcaciones en la lejanía. Una visita que no te puedes perder en el Centro Comercial Malecón 2000 es su terraza gastronómica con vistas a Isla Santay y sintiendo la brisa del río mientras degustas las especialidades típicas. ¿Se puede pedir más?
Mercado Sur - Palacio de Cristal
Antiguo mercado y actual sala de exposiciones, fue declarado Patrimonio de la Ciudad
Un palacio totalmente transparente
Dada la tradición guayalquileña de cambiar los nombres a los lugares emblemáticos puede resultarte difícil preguntar por el Mercado Sur, ahora conocido como Palacio de Cristal, que se encuentra en el Malecón 2000. La estructura original de hierro forjado se levantó en 1907 y mostraba un estilo arquitectónico relacionado con la escuela de Gustave Eiffel, autor de la famosa torre parisina. En su origen, este mercado de abastos destacaba por los vendedores ambulantes que ofrecían más ilusionismo que verdaderos productos, compartiendo espacio y gritos con los pescaderos y fruteros. Después de un siglo de historia y deterioro, el Mercado fue totalmente restaurado para convertirse en el Palacio de Cristal que hoy puedes visitar. Ahora ya no encontrarás el hervidero de pescadores y agricultores con su característica mezcla de olores, porque se ha destinado a ser un Centro de Exposiciones Artísticas. Sin embargo, la compra-venta sigue ahí: con sus locales bien organizados de artesanía y flores.
La Bahía – Pichincha
Entretenido mercado en el que perderte y aprovechar para hacer alguna compra
Mercado callejero en el que es imprescindible regatear
Si el presupuesto para ir de compras -sobre todo ropa y electrónica- es ajustado, deberías visitar el mercado que ocupa varias calles en la zona de La Bahía, desde el Malecón Simón Bolívar a Chimborazo, para ubicarte en el mapa. A partir de ahí, solo necesitarás paciencia y dinero en efectivo porque muchas tiendas no aceptan tarjeta de crédito. Está permitido regatear y nadie engaña si te muestra ropa de marca a un precio dos veces inferior. Comprar discos piratas es ilegal, pero aquí se venden centenares al día. En ocasiones se ha referido a este lugar como uno de los "paraísos de la falsificación", pero está tan aceptado e integrado en el sistema de comercio que puedes pasar una mañana de paseo por el hervidero de puestos ambulantes y pequeños tenderos para conocer el ambiente y las ofertas. Si los lugareños realizan aquí la mayor parte de sus compras, por algo será.
Boulevard Nueve de Octubre
Compras, restaurantes o un simple paseo te llevarán a esta bulliciosa calle
La calle con más vida a todas horas
El Boulevard Nueve de Octubre sería a Guayaquil lo que la Quinta Avenida a Nueva York, pero a pequeña escala. La principal arteria de la ciudad, homenaje a la Revolución del 9 de Octubre de 1820, tiene un original diseño de soportales que van desde el Malecón 2000 hasta el Malecón del Estero Salado, solo interrumpidos por la plaza del Centenario. En esta avenida encontrarás las principales embajadas, restaurantes y hoteles de lujo, entidades bancarias y centros comerciales que lo convierten en una referencia comercial e institucional de la ciudad. Además, entre compras y compras siempre puedes aprovechar para visitar los museos que salpican la calle, como el del Museo Presley Norton o la Casa de Cultura. Las arquitecturas de principios del siglo XX en tonos pastel bordean esta avenida arbolada como recuerdo de otras épocas: si ignoras el tráfico y las marcas conocidas en los escaparates habrás viajado al Guayaquil tradicional.
San Marino Shopping
Además de todo tipo de tiendas y marcas, puedes disfrutar de la buena gastronomía ecuatoriana
Buenas marcas a buen precio
Merece la pena organizar la visita a la zona recreativa de San Marino Shopping a última hora de la tarde, cuando cae el sol y la estridente iluminación del centro comercial recuerda a los excesos de las noches norteamericanas. La estructura interior, como si fuera una gigantesca finca acristalada con jardines colgantes, ya advierte que el núcleo del buen vivir se encuentra en sus 90.000 metros cuadrados. Las marcas que podrás encontrar aquí, sin embargo, no destacan por sus precios desorbitados: encontrarás ropa de calidad, pero sin excesos, joyerías, buen calzado, tiendas de souvenirs, jugueterías, salones de belleza. San Marino Shopping no es solo un centro comercial, sino un espacio orientado al entretenimiento, incluidos multicines y bolera para divertir a los más pequeños, exposiciones fotográficas, eventos temáticos y conciertos de música en vivo para los mayores. Y, como no podía ser de otra forma, exquisita gastronomía a elegir en cada rincón.
Centro Comercial Artesanal Machala
Artesanos de todas partes vienen hasta aqúi y te invitan a conocer sus obras
Todo lo que imagines en artesanía
Colorista, original, insólito y realizado a mano. Si lo que buscas es un recuerdo especial de tu visita a Guayaquil, el Centro Comercial Artesanal Machala -ubicado entre las calles Ayacucho y Pedro Pablo Gómez- te mantendrá entretenido durante horas con sus 486 expositores. Inaugurado en 2003 tras la demolición del viejo mercado, este nuevo centro reúne cada día a lugareños y foráneos que buscan objetos pintorescos. La ventaja de acudir a este edificio de dos plantas es que entrarás en contacto directo con los artesanos que viajan desde sus regiones para ofrecer sus productos. Allí encontrarás ponchos procedentes de Imbabura, pantalones y chaquetas de cuero de Otavalo, sombreros y bolsos de paja, así como todo tipo de delicada artesanía realizada en cuero, algodón, acero o madera. Si quieres completar tu jornada consumista con más productos típicos, el centro comercial también cuenta con locales de venta de alimentos y restaurantes donde podrás degustar los platos típicos de Guayaquil.
Mercado Caraguay
En este mercado podrás ver el trabajo diario de los pescadores y curiosear todos sus puestos
La vida de los pescadores
Dicen de este lugar que es "el mercado que no duerme", porque sus trabajadores -los pescadores de la región- no descansan hasta abastecer a los comercios, restaurantes y ciudadanos que acuden aquí a comprar el pescado y marisco más fresco de la ciudad. El Mercado Caraguay se encuentra al sur de Guayaquil y durante la tarde y noche se encargan de preparar la mercancía para que pueda ser distribuida. Desde las seis de la tarde a las seis de la mañana las pinzas, escamas y cabezas de pescado saltan de las redes a las cajas y de ahí a las furgonetas. No es un mercado típico para turistas y de ahí precisamente su encanto si quieres conocer o fotografiar un lugar puramente guayalquileño. O también puedes esperar a que ese marisco llegue a la cocina de algún restaurante de la ciudad y degustar un plato típico cocinado de manera tradicional.
Centro de Convenciones de Guayaquil
Consulta la agenda de este macro centro ya que siempre encontrarás algo interesante que ver
Centro de convenciones lleno de actividades
Si quieres asistir a un macro-evento, tu cita seguramente será en el Centro de Convenciones de Guayaquil, la mayor instalación para ferias y exhibiciones de la ciudad con sus 25.000 metros cuadrados situados en la antigua terminal aérea Simón Bolívar, junto al aeropuerto. Con un marcado carácter empresarial, orientado a los encuentros intersectoriales, las dimensiones de este centro permiten el montaje de macroespectáculos que necesiten una puesta en escena extraordinaria o una exposición que no se pueda alojar en ningún otro museo de la ciudad debido a su amplitud. Por su escenario han pasado artistas de la talla de Miguel Bosé, Paulina Rubio, Julio y Enrique Iglesias, entre otros. También ha reunido a los fanáticos del fitness en una gran concentración de profesionales del deporte, conferencias empresariales sobre importación y exportación o conferencias abiertas al público sobre el arte culinario, como se da cada año en la Feria Internacional de Gastronomía.
Museo Luis Adolfo Noboa Naranjo
Además de albergar importantes obras de vanguardia, en este museo se celebra la Bienal de Arte contemporáneo
Colección privada de un importante empresario ecuatoriano
Más conocido popularmente por sus siglas, LANN, el Museo Luis Adolfo Noboa Naranjo se ha convertido desde el año 2006 en referente internacional de los movimientos artísticos de vanguardia. Su nombre homenajea al empresario ecuatoriano de gran éxito que dejó en herencia a sus hijos la colección de obras pictóricas que le interesaban, como pinturas de la Escuela Quiteña, de Oswaldo Guayasmín y murales de Manuel Rendón. Sin embargo, su punto fuerte es la Bienal de Pintura que se celebra en este museo desde el año 2008 y que edición tras edición reúne a los principales artistas contemporáneos ecuatorianos e internacionales, tanto de las artes plásticas como fotográficas. La orientación filantrópica del Museo se interesa también por la pintura realizada por niños con discapacidad y por la difusión del trabajo de artistas emergentes del país. Si te interesa el arte, sin duda este centro será el punto de partida para conocer las nuevas tendencias.
Museo Presley Norton
No dejes de fijarte en la preciosa villa en la que se encuentra este museo
Cultura ancestral ecuatoriana
La Villa Rosa Herlinda -donde se encuentra el Museo Presley Norton, en la calle 9 de Octubre- parece un cortijo con encanto de influencias españolas, precisamente porque su construcción se realizó tras un viaje del propietario, Ismael Pérez Pasmiño, a España en 1936. No fue hasta los años noventa cuando se proyecta ubicar en esta mansión el Museo Presley Norton, en honor al arqueólogo de Guayaquil. La mayor parte del legado del investigador fue cedido al Museo Antropológico, pero en la casona quedan 112 piezas originales. Esta colección no solo está orientada a la arqueología y comienzos de la historia litoral ecuatoriana, sino que avanza en la "Vida y Costumbres" de sus habitantes: rituales mágicos curanderos, veneración de los dioses de los cuatro elementos, joyas y ornamentos que retratan una sociedad aborigen y que documenta su fondo bibliográfico. La tienda de regalos del museo y su cybercafé te permitirán hacer un descanso tras esta inmersión en la Historia de Guayaquil.
Museo Histórico BAE Abdón Calderón
Con 130 años de historia, este buque te mostrará multitud de curiosidades marinas
Un museo flotante
Si viajas con niños o te interesan las batallas épicas marinas, el Museo Histórico BAE (Buque de la Armada de Ecuador) Abdón Calderón no te dejará indiferente. Se trata de un museo flotante en el interior de un buque que primero fue simple remolcador y acabó como buque de guerra de la Armada ecuatoriana. La embarcación, un dinosaurio de hierro y vapor, fue construida en Inglaterra en 1884 y comprada por el gobierno ecuatoriano dos años después. Se adaptó a sus funciones militares con la instalación de cañones y armamento antiaéreo, aunque sus principales misiones fueron la vigilancia por el río Guayas y transporte militar. En los años sesenta se retiró este buque del servicio activo y se convirtió en el museo. Aquí podrás encontrar viejos cuadernos de bitácora, instrumental del barco, viejas fotografías del barco original, camarotes y uniformes, partes de guerra y fusiles empleados en diversos enfrentamientos de la época.
Museo Nahím Isaías
En Guayaquil cuidan mucho su historia y este Museo es otra muestra de ello
Una mirada a la historia de Guayaquil
Posiblemente si se unieran los fondos documentales de todos los museos de Guayaquil se llegaría a hacer una perfecta radiografía de la ciudad desde su etapa aborigen a la actualidad en un macro-museo. El filántropo y coleccionista Nahim Isaias Barquet fue otro de los benefactores que dejó su herencia artística a la ciudad, con la que se formó el museo que lleva su nombre y se encuentra en la Plaza de la Administración. Los fondos han pasado ahora a ser propiedad del Banco Central, lo que garantiza su conservación. Son cerca de 2.500 obras artísticas -centradas en pintura y escultura- que recorren la historia de Guayaquil desde su época prehispánica a la llegada de los colonizadores. Así muestran cómo cambia la temática de la Cosmogonía colonial (basadas en los cuatro elementos: fuego, tierra, agua y aire) a la religiosidad inculcada. También explica cómo fue la evolución de una cultura agrícola a ciudad-puerto de exportación de sus productos.
Museo de la Música Popular Julio Jaramillo
Además de conocer la música popular, podrás tomarte una cerveza en un curioso lugar
Cultura y ocio unidos por la música
En honor del llamado "ruiseñor de América", el cantante Julio Jaramillo, se nombró el Museo de la Música Popular Guayalquileña, dentro del proyecto de promoción cultural y urbanística del Puerto de Santa Ana. El Museo sirve de centro de conservación fonográfica desde la primera escuela de música de la ciudad (1892) hasta los años setenta. Entre sus curiosidades encontrarás los primeros pasos del fonógrafo y gramófono, las "estudiantinas" o grupos de músicos aficionados callejeros que se reunían para cantar y tocar, pianolas auténticas de comienzos del siglo XX y la evolución de la radio y las compañías de música local. En el Museo Julio Jaramillo también se imparten cursos de música -canto, guitarra y acordeón principalmente- en la llamada Escuela del Pasillo, por lo que si consultas su programación puede que asistas a algún concierto de música popular guayalquileña. Uno de sus principales atractivos que no te puedes perder es su retro-bar con música popular, cerveza a raudales y bocadillos criollos.
Museo Naval Almirante Juan Illingworth
Documentos de batallas, maquetas de antiguos veleros, la historia naval de Ecuador a tu alcance
Otro punto de vista de la historia de Ecuador
Adentrarse en los secretos del Museo Naval Almirante Juan Illimgworth es, para empezar, sentirse como un expedicionario a bordo de alguno de los barcos que avistaron América por primera vez. Olores a madera y resina envuelven las salas donde las maquetas se suceden con el armamento, porque este museo se centra principalmente en la historia militar de la armada ecuatoriana. La colección comenzó a comienzos del siglo XX, aunque el edificio en sí se levantó en 1994 y se encuentra en la planta inferior del edificio de Gobernación. El objetivo es dar a conocer el patrimonio histórico naval de Ecuador, por lo que encontrarás en su interior documentos históricos referentes a batallas épicas, maquetas de grandes veleros, cuadros de almirantes e incluso réplicas de las primeras y rudimentarias embarcaciones precoloniales que se desplazaban por el río Guayas. Si consultas la programación del Museo también puede sorprenderte con alguna exposición temporal que rescate barcos ya olvidados, piezas de vapor o reliquias de la armada.
Museo del Bombero Ecuatoriano
Dada la historia de Guayaquil, este es uno de los museos que no te puedes perder
Un homenaje a los héroes de Guayaquil
Los estragos causados por los devastadores incendios que sufrió Guayaquil en el siglo XIX y XX, con la mayoría de sus edificaciones de madera, explica el por qué de un Museo dedicado al Cuerpo de Bomberos. No se trataba de apagar fuegos esporádicos, sino de salvar a la ciudad de las llamas. Por eso en un principio el cuerpo estaba formado por voluntarios y hasta 1835 no se configuró una institución oficial. La visita al museo explica cómo solucionaron los problemas de abastecimiento de agua en las zonas más alejadas, qué uniformes, cascos y transportes usaban al comienzo de los tiempos, campanas de emergencia, bombas para la extracción de agua e incluso las máquinas auténticas que emplearon en intentar apagar el incendio de 1902. Y todo ello en el contexto del esfuerzo de una ciudad para sobrevivir al fuego. El Museo cuenta además con un apartado de contenido audiovisual orientado a los más pequeños con guías sobre la prevención de incendios.
Museo Municipal de Guayaquil
Si te interesa la historia, aquí encontrarás buena muestra de la de Guayaquil
La evolución de Guayaquil
Si hay algo que define a la sociedad de comienzos del siglo XX de Guayaquil es su pasión por recuperar su propia historia y dejar testimonio de la misma. Así nació el Museo Municipal en 1909, a partir de la renovación del Museo Industrial. Después se construyó un palacio-biblioteca en 1916 dedicado a albergar la colección, pero tuvo que ser demolido en 1938 por fallos en la construcción. Tras varios cambios y restauraciones más, el museo que hoy puedes visitar alberga casi todas las piezas rescatadas de su ubicación original, como ídolos de piedra de la época prehispánica, una silla pétrea de la era Manteño-Hualcavilca, antiguas vitrinas de cristal octogonales e incluso cilicios de turbia historia en la sala de Arte Sacro. El Museo Municipal está dividido en dos plantas: la inferior va desde la época precolombina al siglo XX y la superior acoge salas multidisciplinares como Numismática, Arte Contemporáneo, un pequeño auditorio y salas de exposiciones temporales.
Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo
Recorre la historia de Ecuador a través del arte y termina viendo un espectáculo de arte callejero
Tiempo para la cultura
Lo más difícil será terminar de pronunciar su nombre completo: Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo - Centro Cultural Libertador Simón Bolívar, que puede ser nombrado de cualquier forma aunque se le conoce como MAAC y está situado al final del Malecón 2000 tras su traslado desde el antiguo museo en el Banco Central. Lo más interesante de esta pinacoteca es la combinación de etapas artísticas que recorren la historia de Ecuador desde el año 10.000 a.C a la actualidad: por una parte encontrarás 50.000 piezas de arqueología precolombina y por otra 3.000 obras de arte contemporáneo. Además, el museo dispone también de una sala de exposiciones fotográficas retrospectivas, un teatro para representaciones y conciertos, una cinemateca que proyecta documentales sobre Guayaquil, así como un espacio interdisciplinar al aire libre en su zona posterior, donde se puede ver performance y teatro callejero. Si te interesa la época precolombina, sus fondos bibliográficos cuentan con la mayor colección de documentos, libros y estudios sobre el tema.
Islas Galápagos
Embárcate en una aventura de naturaleza pura y no dejes de visitar estas impresionantes islas
Ciencia, naturaleza y placer en las "Islas Encantadas"
El aeropuerto de Guayaquil es precisamente uno de los habituales puntos de partida para entrar en las Islas Galápagos con un breve vuelo doméstico previo pago de tasas por acceder a las Islas. Ya de estar tan cerca, ¿te vas a perder esta oportunidad? Cuando aterrices en Baltra y te embarques hacia Isla Bartolomé tendrás una imponente visión de la naturaleza en estado salvaje ante ti. Las Islas Galápagos no solo presentan sus míticas tortugas gigantes, o la Estación de Investigación Charles Darwin, sino también pingüinos autóctonos, iguanas y tiburones (para los valientes), impresionantes formaciones volcánicas con túneles de lava por los que pasear y arrecifes en los que bucear. Las playas negras de ceniza volcánica contrastan con las costas tupidas por manglares o las playas rojas donde los leones marinos toman el sol. Si te planteas un viaje con momentos de relax, hotel y caipirinha junto a la playa también lo encontrarás aquí.
Hacienda Cañas
¿Quieres saber cómo se hace el chocolate? Aquí verás todo el proceso
Vive la experiencia más dulce
Para los curiosos y amantes del chocolate, Guayaquil tiene un plan perfecto: la Ruta del Cacao propuesta por la Hacienda Cañas, situada a solo 75 kilómetros de la ciudad, en el Cantón Naranjal. Se trata de una finca de más de 500 hectáreas de extensión que mantiene la estructura de plantación colonial de cacao -entre otros productos- y que permite al visitante conocer todo el proceso de producción. La Hacienda Cañas combina el cultivo tradicional de comienzos del siglo XX con modernas técnicas contemporáneas para ofrecer el producto final símbolo de exportación del país. Pero no solo te enseñarán en el vivero los procesos de crecimiento de la planta del cacao: también tienen una de las mayores plantaciones de banano ecuatoriano. Además de esta visita gastronómico-cultural, la Hacienda incluye en su oferta shows folclóricos -previa reserva- y actividades en un entorno de excepción con rutas ecuestres, senderismo, descanso junto al río y alojamiento en cabañas de agroturismo.
General Villamil Playas
Si buscas playa, chiringuitos y ambiente nocturno, sin duda, este es tu sitio
Zona turística y playera
El Cantón del General Villamil, más conocido como Playas, es el núcleo playero por excelencia situado a 97 kilómetros de Guayaquil siguiendo la costa. Si lo que buscas es un complejo hotelero con balneario y barra libre, chiringuitos playeros, ambiente nocturno y mucho mar, éste es tu sitio. Bañado por el Pacífico, el municipio de Playas es el destino preferido por surfistas y otros amantes de los deportes acuáticos por sus corrientes favorables. Su clima tropical durante todo el año ha convertido este lugar en el sitio perfecto para una escapada de fin de semana, por lo que el turismo se ha desarrollado mucho en los últimos años. Hasta ahora, los lugareños vivían principalmente de la pesca -camarones y atún, pero atento a las parrilladas de marisco fresco a precios imbatibles-, pero con la afluencia de turistas el negocio ha convertido esta zona en un núcleo de buena gastronomía y excelente hospedaje.
Isla Puná
Playas paradisíacas, avistamiento de delfines, excelente comida, ¿qué mas puedes pedir?
Siéntete un Robinson en esta isla virgen
La verdadera aventura para contar a la vuelta de tu viaje a Guayaquil comienza desde el muelle del Yacht Club Naval con destino a la misteriosa Isla Puná. Esta superficie terrestre ocupa 920 kilómetros cuadrados y se encuentra a una hora de viaje en lancha desde el muelle a través del río Guayas hacia el Golfo de Guayaquil. Conviene concertar la cita con el barquero, por si las condiciones meteorológicas cambian el horario de salida. Isla Puná podría considerarse lo más cercano a una isla virgen, poco explotada turísticamente y habitada por comunas que fomentan el ecoturismo y el respeto de su entorno. Playas paradisíacas, arrecifes, paseos en barca para ver delfines y pelícanos, rutas a caballo, senderismo, zonas de acampada y barbacoas... si quieres vivir el Ecuador más auténtico, deberías plantearte esta excursión. Isla Puná, dividida en cuatro comunas turísticas, está preparada con pequeños hostales para los menos aventureros y ofrece exquisitos platos típicos cocinados en no menos típicas cabañas.
Mundo San Rafael
Aventura adaptada a todas las edades con vistas a los Andes
Para los más aventureros
Merece la pena el viaje de una hora y media desde Guayaquil para adentrarse en la experiencia típicamente ecuatoriana de Mundo San Rafael, en el Cantón Bucay. Puede ser una buena opción si te planteas hacer excursiones de varios días fuera de la ciudad o alquilar con amigos un bungalow en mitad del campo. La extensa finca de Mundo San Rafael linda con la cordillera de los Andes a 20 kilómetros, y ofrece todo tipo de actividades relacionadas con la naturaleza, en el entorno del Bosque Húmedo de la Esperanza. El programa se adapta a los turistas -si viajan solo adultos o con niños- y pueden sugerirte desde descenso de cascadas, rutas a caballo, canoa y kayak a cicloturismo o paintball, siempre con un refrigerio criollo incluido en el precio. Si quieres hacer una escapada de fin de semana, no debes olvidar que las instalaciones solo abrirán de mayo a enero.
Bosque Protector Cerro Blanco
Conoce la amplia variedad de animales que hay en este bosque y disfruta de un día de naturaleza
Un día en plena naturaleza sin la huella del hombre
Podría parecer un santuario de las especies en extinción ecuatorianas y no se alejaría de la realidad. A tan solo 30 kilómetros del centro de Guayaquil se encuentra el exuberante Bosque Protector Cerro Blanco, uno de los ejemplos de bosque seco tropical mejor conservados en el país y con algunas de las actividades más interesantes al aire libre de la región. Si viajas con niños o con amigos puede ser una aventura dormir en el campamento del bosque y escuchar los sonidos de sus 54 especies de mamíferos (incluido el jaguar, mono aullador y murciélagos), 221 especies de aves, y 12 de reptiles, por citar algunos. El camping incluye baños y zona de parrillada al aire libre. La seguridad está garantizada por los guías del parque, que organizan rutas de diferente dificultad. Para los estudiosos de las aves, el parque tiene un programa científico de avistamiento e identificación de las mismas.
Parque Acuático Puerto Hondo
Un día diferente en Guayaquil para disfrutar de todos los juegos acuáticos que te ofrece este parque
¿A quién no le apetece un buen chapuzón?
La mayor atracción para niños y mayores en un entorno acuático se encuentra en el kilómetro 18 de la Vía a la Costa, con una combinación de gran parque temático y excursión en canoa por los manglares. El Parque Acuático Puerto Hondo cuenta con una extensión de 1.200 metros de piscinas, toboganes y cascadas, parques infantiles y área de comida con chiringuitos. Pero además, te sorprenderán sus cerca de 1.000 metros cuadrados de costa y muelle donde se pueden alquilar botes, lanchas y canoas. El plato fuerte de la expedición por el brazo de mar a lo largo de 20 kilómetros consiste en visualizar a ras de agua las aves autóctonas o monos aulladores en los árboles, y deleitarse con el olor a musgo y orquídeas que procede de los manglares. Los guías suelen recomendar para esta aventura gafas de sol, crema solar y sobre todo repelente de insectos.
Las Peñas
Pasea por sus calles y respira el pasado cultural de este colorista barrio
Un barrio pintoresco y desbordante de arte
Azules, verdes, rosas..., todos los colores pastel que imagines decoran las casas bajas del barrio de las Peñas, paseo imprescindible en tu visita a Guayaquil. Su historia se remonta a más de un siglo, aunque su arquitectura imita el estilo de los siglos XVIII y XIX donde reside su principal encanto. Dicen las crónicas que aquí se alojaron el Che Guevara y Ernest Hemingway, entre otros personajes, cuando visitaron la ciudad. Durante el siglo XVIII fue núcleo bohemio de artistas, políticos y clase media que por las noches se reunía al fresco de las calles y a merced de los mosquitos. Desafortunadamente, el barrio fue pasto de las llamas en el impresionante incendio de 1896 que arrasó la ciudad y aunque fue reconstruido, en 1902 sufrió de nuevo otro incendio. Tras la última recuperación -y las primeras dotaciones de bomberos-, Las Peñas se mantuvo a salvo y sigue siendo centro del arte, sobre todo en la feria de julio.
Cerro del Carmen
En el Cerro del Carmen y después de subir el llamado Vía Crucis, hallarás el Sagrado Corazón de Jesús
Prepárate para subir 200 escalones
Para visitar la obra escultórica del artista italiano Renzo Michelucci, el Sagrado Corazón de Jesús, hace falta devoción, buena resistencia física y una botella de agua. La escultura, de 26 metros de altura, se encuentra en lo alto del Cerro del Carmen desde el año 1973. Y para llegar hasta el monumento se debe ascender por el llamado Vía Crucis: casi 200 escalones en pendiente y con 15 paradas que recuerdan la tradición y pasión cristiana. El proyecto de renovación del Cerro del Carmen incluye la progresiva instalación de mobiliario sanitario en la cima, mejora en la iluminación a lo largo del camino y puestos de comida y bebida para los penitentes que suban por alguna promesa o los turistas que quieren disfrutar de las vistas de la ciudad. Aunque se toman medidas para mejorar la seguridad, los lugareños no recomiendan hacer el ascenso al Cerro cuando cae la noche.
Noe y La Taberna Libanesa
Excelente cocina japonesa y libanesa en Guayaquil.
Para estómagos internacionales.
Si te has cansado ya de la deliciosa gastronomía tradicional ecuatoriana es momento de hacer un cambio en el menú. Aquí van dos propuestas para los estómagos más exigentes y acostumbrados a experimentar con la cocina internacional: un restaurante japonés y otro libanés que seguramente cumplirán con tus expectativas. En el centro comercial San Marino Shopping se recomienda una visita al restaurante oriental Noe, con su especialidad en sushi y sashimi, sin competencia en la ciudad. Para los vegetarianos o alérgicos al marisco, la Taberna Libanesa -situada en el Centro Comercial Las Terrazas de Samborondón- ofrece un amplio menú vegano con influencias árabes, como todas sus especialidades. Entre los platos más solicitados se encuentra su delicioso arroz con cordero, kafta cocinada al estilo tradicional y el clásico falafel. La fusión entre la cocina libanesa y los productos ecuatorianos harán de tu visita una auténtica experiencia gastronómica.
Menestras del Negro
Hacen honor a su eslogan y ofrecen platos tradicionales caseros a unos precios escandalosamente asequibles ¡No hay excusa para perdértelo!
Como hecho en casa.
Las franquicias del restaurante Menestras del Negro presentan un eslogan muy claro: "como hecho en casa", e incluso sugieren a los visitantes que compartan las recetas de sus madres y abuelas para poder adaptarlas al menú que siempre sorprende. Es uno de los pocos restaurantes de Guayaquil de comida rápida que no duda en señalar sus precios -absolutamente asequibles para la cantidad de los platos- en su propia página web, para que sepas a qué atenerte y qué te encontrarás en la carta. Destacan los churrascos para ir con hambre, y los platos de "menestras" (legumbres) acompañados siempre de una pieza de carne para alimentar a un ejército. Encontrarás parrilladas individuales o para compartir, carnes de pollo, cerdo, ternera, pescado. Así como una versión reducida y económica de los platos. Curiosamente, Menestras del Negro también ofrecen un servicio de encargo online del menú que escojas y lo llevan a domicilio, siempre que estés en Guayaquil.
Zarah Club
Cita nocturna obligada para la beautiful people de Guayaquil. Zarah Club te ofrece cócteles, variedad musical y mucho baile.
Noches de "farra".
Hasta hace poco este local de referencia para tomar unas copas y bailar se llamaba 'Glam', pero cambió de dueños y ahora es el renovado Zarah Club. No se sabe cómo se llamará en los próximos años, pero sí puedes conocer la ubicación donde encontrar el ambiente noctámbulo: el Centro Comercial Aventura Plaza. Dividido en dos zonas, el Zarah Club es la cita de la beautiful people de Guayaquil que acude para ver y dejarse ver. En la ciudad todavía se emplea la expresión "irse de farra" y "farreros" para definir una noche de cócteles bien preparados y variedad musical. No te puedes perder la planta inferior, donde hay barra libre de cerveza nacional tipo discoteca, ni la zona VIP superior con entrada que se cobra aparte (distintos precios según el género). La música va desde el reggaetón a la electrónica, pasando por una sección imprescindible de salsa y merengue. Conviene saber bailar.
La Tasca de Carlos vs. La Casa di Carlo
Dos chefs emigrantes -español e italiano- triunfan en Guayaquil. Su buen hacer es tal que deberás reservar si o si.
España versus Italia.
Curiosamente, la cocina internacional tiene a dos cocineros emigrantes como protagonistas, que se han hecho un hueco con sus especialidades entre la gastronomía de Guayaquil. Por una parte, para los nostálgicos de la cocina española -incluida las tortillas, pimientos morrones, callos y crema catalana- está el refugio de la Tasca de Carlos, de ambiente familiar y reconocible para el turista español tanto por sus tapas como por la extensa carta de vinos. Lugareños y extranjeros hablan maravillas de su carta y de la atención recibida, así que conviene reservar. Por otra parte, para los amantes de la cocina italiana está la Casa di Carlo, decorada con ambientación marinera con redes en las paredes del interior y una pequeña fuente en el jardín exterior, perfecto para una cena romántica. La pasta en todos sus formatos y la pizza con productos locales cocinadas por un italiano auténtico seguro que no te decepcionará.
La Canoa
Perfecto para cenas típicas y tardías. Su ceviche de camarón es todo un espectáculo de sabor.
24 horas abierto. 365 días.
Si quieres experimentar una auténtica tradición guayalquileña no puedes perderte el restaurante La Canoa, ubicado en el Hotel Continental y abierto desde los años setenta. Es el lugar perfecto para los noctámbulos con apetito, ya que abre las 24 horas del día, los 365 días del año. Al parecer este horario surgió de la tradición que había en los años sesenta de cenar al aire libre en el Malecón, a altas horas de la madrugada los platos criollos típicos entre charla y charla. Cuando se prohibieron estas cenas costeras surgió la idea de ofrecer a los lugareños un espacio donde pudieran mantener su costumbre y así nació La Canoa. Entre sus especialidades destaca el ceviche de camarón, como no podía ser de otra forma, y los arroces acompañados del marisco típico de la región. Para los que ya han cenado y solo quieran tomar una copa acompañados de suave música está la zona lounge en el mismo restaurante.
Frutabar
Ambiente típicamente surfero y distendido en estos locales que ofrecen comida sana, ricos cócteles y un buen ambiente nocturno.
Surfin' Safari
¿Te imaginas el clásico chiringuito surfero con decoración desenfadada, música australiana, tablas de surf como mesas y saludo hawaiano? Pues todo esto y mucho más se encuentra en el insólito rincón playero de Guayaquil, el Frutabar, al que solo le falta la arena dentro del local para pensar que estás junto al mar. La idea surgió en el año 2000 con un menú sencillo de sandwiches, zumos y ensaladas de fruta, pero ahora se ha convertido en referente de las noches tranquilas con buena música y preparación de deliciosos cócteles. Con varios locales en la ciudad, desde el Malecón a Urdesa, uno de sus puntos a favor es el horario de apertura hasta la una de la madrugada. Si te encuentras de turismo por la zona, nada mejor que hacer un breve descanso en un entorno refrescante donde además toda la propuesta gastronómica destaca por ser sana y light.
Sweet & Coffee
Pasteles y expressos son la especialidad de estas franquicias culmen de la historia de amor de Soledad y Richard.
Dulce historia de amor.
Como su propio nombre indica, el rincón Sweet & Coffee del Malecón 2000 es una franquicia destinada a los golosos y cafeteros. Cuentan las crónicas que esta red de cafeterías tiene una historia de amor detrás: cuando Soledad Hanna le preparaba tartas de queso con capuccino a su novio, Richard Peet, allá por 1997 y así surgió la idea de crear una cafetería donde ofrecer pasteles sin comparación y todo tipo de expressos. Lo que no imaginaban por aquel entonces es que la marca se extendería por Ecuador como la pólvora y que hoy sean un referente del café y las tartas. Entre sus originales propuestas no gastronómicas está lo que llaman la 'Universidad del Café', una especie de entrenamiento-formación de un mes para quien quiera trabajar para ellos, que incluye estudiar la historia del café y el procesado de cultivo y tostado. Solo cuando superan las pruebas teóricas y prácticas se incorporan a la plantilla.
Caracol Azul
Al Caracol Azul debes ir hambriento y con dinero. Y deja hueco para los postres, ¡son famosos en la ciudad!
Fama y elegancia.
Desde 1975 los dueños del restaurante Caracol Azul -situado cerca del Boulevard Nueve de Octubre- se empeñaron en convertirlo en símbolo de la distinción y la experiencia gourmet, y así se mantienen hasta hoy. En su carta podrás elegir entre las especialidades del mar y las especialidades en carne, con precios acordes a su ubicación, elegancia y fama, por lo que más vale ir con la cartera preparada. Entre sus puntos fuertes está, curiosamente, su horario. Las cenas no se acaban pronto, como suele suceder en otros restaurantes de Guayaquil, sino que encontrarás la cocina abierta de 18.00 a 23.00. Las especialidades de marisco o carne son las típicas de la ciudad, pero sí mantienen su sello particular en los postres: mousse de maracuyá, flan de coco, carlota rusa, merengón con ciruelas pasas. Imprescindible acudir con hambre a este restaurante y pedir al camarero que te aconseje por dónde empezar.
Riviera
Viaje gastronómico a Italia con unos anfitriones de diez a los que nos se les escapa ni un solo detalle.
Mamma mia!
Entrar en el restaurante Riviera es como hacer un viaje a la costa italiana, tanto por su ambientación, como por su gastronomía y detalles, como la huerta particular en la que cultivan sus especias. ¿Te gustaría una cena romántica? Los dueños pondrán pétalos de rosas y flores a tu disposición. ¿Un cumpleaños sorpresa? Habrá tarta especialmente dedicada al agasajado. El restaurante Riviera ha sido nominado en 2013 al Premio Hospitalidad Italiana, así que puedes imaginar cómo te recibirán. Sus dueños, Luiggi y Ángela, harán de tu visita una experiencia inolvidable porque disfrutan con la combinación de la tradición italiana con los productos ecuatorianos, y así lo han celebrado con la publicación del libro de recetas 'La cocina de los dos mundos'. Siguen la filosofía "slow food", demostrada científicamente que es la mejor forma de comer y disfrutar de la alimentación. Entre sus últimas propuestas que no te puedes perder está el menú diseñado por el chef Paolo Passano.
Muelle del Marisco
Zona altamente recomendada si eres un amante del buen marisco.
¡Al rico marisco!
El Malecón del Estero Salado sería la capital del marisco de Guayaquil, imprescindible si eres un apasionado de los frutos del mar. No se puede recomendar solo un restaurante en este lugar, por lo que un primer paseo te llevará a ver los menús y las terrazas con vistas disponibles para que después puedas elegir. Entre las propuestas del lugar encontrarás El Cangrejal del Muelle -con especialidad en cangrejos criollos-, Embarcadero 41 -con una cocina de fusión ecuatoperuana-, y finalmente el llamado Muelle del Marisco, situado cerca del Puente del Velero, con decoración náutica en su interior y las terrazas. No obstante, la especialidad en mariscos es algo típico de toda la ciudad, por lo que deberías limitarte solo a este muelle. Los amantes del cangrejo cocinado de todas las formas posibles y otras delicatessen del mar recomiendan una visita al Red Crab en la zona de Urdesa.
Parque Histórico de Guayaquil
Parque temático dividido en tres áreas que te trasladarán a la época dorada de Guayaquil.
Regreso al pasado.
Sus ocho hectáreas de recreación histórica a orillas del río Duale te invitan a hacer un viaje en el tiempo y conocer cómo era Guayaquil en la época colonial, en el contexto de un parque temático. Propuesto en los años ochenta por Olaf Holm, Director del Museo Antropológico del Banco Central de Ecuador, no se comenzó la construcción del parque hasta 1997 y siguió hasta 2007. Se divide en tres sectores temáticos: Zona Tradiciones, con haciendas y plantaciones de cacao amenizadas por un show de teatro; Zona de Vida Silvestre con un puente de madera de un kilómetro, a lo largo del cual podrás observar la flora y fauna autóctona. Y finalmente, en la Zona Urbana descubrirás, entre otras cosas, cómo eran los edificios de Guayaquil a comienzos del siglo XX, algunos originales reconstruidos piedra a piedra y otros que imitan como réplicas originales lo que hubo en la ciudad.
Puerto de Santa Ana
Gran proyecto urbanísitico que cuando llegue a su fin habrá convertido el Puerto en una zona francamente espectacular.
Coconut Grove.
Una de las grandes promesas urbanísticas para recuperar la época de esplendor de Guayaquil es el Puerto de Santa Ana, proyectado en el año 2005 y todavía pendiente de terminar su construcción. El paseo desde el Malecón 2000 te llevará al barrio de Las Peñas y de aquí a las inconfundibles edificaciones de colores de Santa Ana, que en origen quería imitar un centro neurálgico de las compras y los restaurantes como es el Coconut Grove de Miami. El paseo incluye un mirador para contemplar la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo en el gran Guayas, parques infantiles y varios museos que han aprovechado la arquitectura original de edificios abandonados y ahora restaurados. Así descubrirás un restaurante-cervecería ubicado en terrenos de la Compañía de Cervezas Nacionales, el Museo Julio Jaramillo y 7.500 metros cuadrados que irán cobrando vida con las tiendas, paseos y viviendas proyectadas para las siguientes fases del proyecto.
Teatro Centro de Arte
Aquí cabe todo tipo de arte: artesanía popular, teatro, conciertos, competiciones de capoeira, talleres de pintura, ensayos de ballet...
Artístico cajón desastre.
La vanguardia artística y escénica de Guayaquil se concentra en este centro cultural creado por la Fundación Sociedad Femenina de Cultura hace casi medio siglo, con el objetivo de enseñar y difundir los movimientos culturales, tanto ecuatorianos como internacionales. La Sala de Exposiciones suele acoger muestras de artesanía popular, joyería contemporánea y artes plásticas, mientras la Sala Experimental es escenario de competiciones y festivales internacionales de teatro, que no solo dan a conocer las compañías locales, sino que sirve de taller de intercambio con artistas de otros países. Si te interesa el mundo del Arte en general, este lugar y su programación son imprescindibles en tu agenda. Entre otras sorpresas te podrás encontrar desde conciertos de la Orquesta de Cámara residente del propio Teatro, hasta competiciones de capoeira, conferencias y talleres de pintura abiertos al público e incluso ensayos de la compañía de baile de la Escuela de Ballet, que también se encuentra en este centro.
Galeón Pirata Morgan
Vistas espectaculares en este recorrido por el río Guayas. Si viajas con niños, ¡evita la última hora de la tarde!
Aventura pirata.
¿Te gustaría revivir las aventuras del célebre pirata inglés Sir Henry Morgan en las costas de Guayaquil? Pues esta experiencia es posible si eliges el barco turístico Galeón Pirata Morgan, una réplica exacta de la embarcación del salvaje bucanero del siglo XVII, que sale desde el Malecón 2000 y navega por el río Guayas hasta el Cerro de Santa Ana. Disfrutarás de unas impresionantes vistas costeras de la ciudad, amenizado con discoteca, personajes de animación y barra de bar -el punto fuerte del barco- que ofrece aperitivos, platos típicos y cócteles. El recorrido dura dos horas y se recomienda la última hora de la tarde para disfrutar de los últimos rayos de sol y las primeras iluminaciones nocturnas de Guayaquil. El precio incluye barra libre de ron, vodka y cerveza durante las dos horas del viaje nocturno, por lo que si acudes con niños quizás prefieras embarcarte en otro momento del día.
Malecón del Estero Salado
Deportistas y amantes de la naturaleza, un paseo aquí os dará tregua al caos urbano de la ciudad. Os gustará.
Propuesta natural.
El paseo por la ribera del río Guayas está destinado principalmente a deportistas y amantes de la naturaleza, con sorpresas a cada paso que das por el malecón. Lo que hace años fue un núcleo chabolista deteriorado, con residuos vertidos al río sin control, hoy es un espacio ecológicamente sostenible, con la construcción de casas nuevas para los habitantes que le habían ganado terreno al río en condiciones insalubres. Entre las actividades que podrás realizar en el Malecón del Estero Salado se encuentran recorridos en bicicleta, un mirador para avistamiento de aves autóctonas -entre las que descubrirás garzas, zarapitos o cormoranes- y deportes acuáticos, aunque no hay establecimientos para alquilar equipos. Si estás de paso en Guayaquil y no tienes canoa ni kayak, como mucho puedes observar las competiciones entre los lugareños. Pero igualmente merecerá la pena el paseo por el manglar recuperado, como exótica propuesta junto al caos de la ciudad.
Instituto Oceanográfico de la Armada
Instituto Oceanográfico & Planetario. Fusión que te gustará, como si te adentrarás en los mundos de Julio Verne.
Veinte mil leguas de viaje submarino.
Curiosamente, el Planetario de Guayaquil depende del Instituto Oceanográfico de la Armada, por lo que la visita al complejo cultural combina el estudio de las galaxias y los mares como si fuera un libro abierto de Julio Verne. El Instituto, situado en la Base Naval Sur del Paseo Marítimo, tiene su origen en la Misión Geodésica Francesa que en el siglo XVIII acudió con el objetivo medir el arco meridional del planeta. Sin embargo, hasta los años setenta no se conformó el instituto de forma oficial para la investigación oceanográfica y cartográfica que hoy desarrolla. Entre sus actividades turísticas destacan la visita al Buque Orión (si no está de camino a la Antártida), talleres en la Escuela de Hidrografía y el Planetario de la Armada. En este último encontrarás desde programas infantiles sobre el origen del planeta a conferencias sobre constelaciones que después podrás identificar en el firmamento y conocer sus historias mitológicas.
Teatro IMAX
El primer cine Imax de Latinoamérica con su alta definición y su envolvente sonido te meterá dentro de la peli.
El mejor cine de la ciudad.
La clásica experiencia IMAX puede ser una original propuesta de ocio fuera del circuito de monumentos y paseos de Guayaquil, siempre que te interesen las nuevas tecnologías aplicadas al cine. El secreto está en sus proyecciones de alta definición en una macropantalla de 20 metros de diámetro con un sistema de sonido que te aterrorizará si ves una película de dinosaurios, o te hará creer en la gravedad si proyectan historias galácticas. El Teatro IMAX de la ciudad, situado en el Malecón 2000, ofrece una experiencia visual única y fue el primer cine de estas características en Latinoamérica. Si no has tenido ocasión de ver una película IMAX en la que el espectador casi se introduce en la historia (su sistema de audio envolvente emplea sus seis canales para que el sonido de 12.000 vatios llegue por todas partes), sin duda ésta es una gran ocasión para saber en qué consiste la experiencia.
Parque de las Iguanas
Los niños lo pasarán en grande aquí: sus iguanas, totalmente acostumbradas al contacto humano… ¡les encantarán!
¡Mini dragones domésticos!
Si viajas a Guayaquil con niños puede que se cansen de las visitas arquitectónicas y culturales, por lo que una divertida propuesta de ocio es adentrarse en el Parque de las Iguanas, también conocido como Parque Seminario, que encontrarás en pleno centro urbano, justo frente a la Catedral. Se cree que el espacio que hoy ocupa este parque urbano fue la Plaza Mayor en el siglo XVII, hasta que se cambió el diseño de la ciudad para evitar los frecuentes asaltos de piratas e incendios. Con su aspecto de dragones en miniatura, las iguanas de Guayaquil están más que acostumbradas a que niños y mayores las fotografíen y lancen comida mientras pasean lentamente por el césped. Hay que tener cuidado con los ejemplares que suben a los árboles y no están a la vista, no porque sean peligrosos, sino porque pueden 'desahogar' sus intestinos en los turistas más despistados.
Teatro-Centro Cívico Eloy Alfaro
Este teatro con pinta de nave espacial tiene la mejor acústica de Guayaquil… la Orquesta Sinfónica suena espectacular aquí dentro...
Desfile de las más guapas.
Con un aspecto de nave espacial semiesférica, el Teatro-Centro Cívico Eloy Alfaro te ofrecerá los mejores conciertos de la ciudad, ya que su bóveda en realidad acoge la sede de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil. El edificio se encuentra ubicado en la Plaza de Artes y Oficios del gran Parque Forestal desde los años setenta, aunque ha sufrido varias restauraciones. Está diseñado para albergar más de 1.500 almas que suspiren con la inmejorable acústica del recinto o quieran disfrutar de alguna de sus exposiciones, porque el centro también sirve de espacio de convenciones. Entre los variopintos actos que puedes encontrar en el Teatro-Centro Cívico Eloy Alfaro se encuentra la elección de Miss Ecuador, conciertos sinfónicos, espectáculos de danza, teatro y competiciones infantiles. Su exterior ajardinado suele ser escenario de los fines de semana al sol de los ciudadanos, junto a una laguna artificial donde podrás alquilar un catamarán a pedales.
Casa de la Cultura - Núcleo de Guayas
Centro cultural que presume de tener cinemateca, academia de ballet, compañía de teatro, su propio coro y una biblioteca.
Que vivan el arte y la cultura.
Este centro cultural surgió en los años cuarenta a partir del movimiento literario y artístico ecuatoriano, con el misterioso objetivo de "desentrañar las raíces de nuestro destino" y "ennoblecer y rectificar los destinos de la Patria", en palabras del escritor Manuel Benjamín Carrión. Lo que hoy encontrarás en el Núcleo de Guayas es una interesante colección de objetos, piezas de orfebrería y documentos históricos en su museo que retrata la vida social y cultural de Guayaquil. Además, mantiene una pequeña cinemateca que proyectó su primera película el 4 de julio de 1945 para los ilustrados de la época. La Casa de Cultura continúa su objetivo de difundir y educar en el arte, por lo que entre sus actividades destacan una academia de ballet, una escuela de teatro e incluso un coro guayaquileño. Curiosamente, su biblioteca está formada por las donaciones de los propios ciudadanos, ya que los fondos originales se perdieron en un incendio en 1951.
Plaza Rocafuerte
¡Bye bye carteristas, welcome fuentes iluminadas! Si en 2003 no se hubiese remodelado esta plaza, habría sido su perdición.
Al borde de la deriva.
Lo más interesante de esta plaza no es solo su historia -que se remonta a finales del siglo XVII junto a la iglesia de San Francisco, como plaza de ejecuciones, corridas de toros y escenario de fiestas patronales-, sino la sorprendente obra de remodelación que se finalizó en 2003. Al parecer, los árboles y arbustos crecían en desorden por los cuatro costados de la plaza vieja, los vendedores ambulantes no contribuían a la limpieza y afloraban los carteristas, por lo que el deterioro hacía que fuese un lugar de paso y no punto de encuentro. La espectacular reforma de la Plaza Rocafuerte incluyó un estudio de paisajismo con nuevos árboles y jardinería, renovación completa del pavimento que enlaza con las calles circundantes y un juego de fuentes y luces que dan protagonismo a la plaza frente a los edificios cercanos. La escultura-homenaje al estadista Vicente Rocafuerte, levantada en 1880, recobró su protagonismo sobre una fuente iluminada.
Puente El Velero
El velero fantasma reluce cada noche con sus velas y mástiles azules y blancos en homenaje a sus colores patria.
El barco-puente.
Como si de un velero fantasma se tratase, las noches de Guayaquil te ofrecerán un paseo muy especial a través del luminoso Puente El Velero, original del año 1998 pero que sufrió una revolucionaria renovación lumínica en 2005. Las velas y mástiles de este barco-puente están formadas por cables de fibra óptica que resplandecen en tono azul eléctrico y blanco sobre el Malecón del Salado, colores que evocan la bandera de Guayaquil. A pesar de su belleza nocturna, los transeúntes se han quejado porque la humedad del río y la lluvia afectan a la madera de la pasarela del puente y cada cierto tiempo se pudren convirtiendo en una aventura cruzar de lado a lado sin tropezar con agujeros o tablas sueltas. Conviene que asegures la pisada antes de atreverse a cruzar esta belleza arquitectónica, aunque las autoridades aseguran las labores de restauración sustituirán la madera por otro material más duradero.
Plaza de la Música
Su juego de luces y sus actividades nocturnas al aire libre la convierten en un imprescindible de la noche guayaquileña.
La guitarra luminosa.
Uno de los monumentos imprescindibles en tu visita a Guayaquil es la conocida como Plaza de la Música, que curiosamente fue construida con forma de guitarra y ubicada en la segunda fase del Malecón del Salado. Su espectacularidad reside en su iluminación, por lo que es recomendable un tranquilo paseo nocturno para disfrutar de las actividades al aire libre y conciertos callejeros que se celebran en esta plaza, sus chiringuitos para hacer un descanso con una buena cena, sus pérgolas y fuentes iluminadas. Aunque también es un rincón agradable de día, nada comparado con los efectos de las luces sobre el agua. Esta zona forma parte de un proyecto de restructuración que pretendía mejorar los márgenes del río para evitar el mal estado de las casas adyacentes. De ahí que no solo la plaza, sino toda la "forma de guitarra" continuara con esa nueva expansión que hoy se ha convertido en uno de los referentes urbanísticos de Guayaquil.
Parque del Centenario
¡Benditas desorbitadas dimensiones de la Columna de los Próceres! Gracias a ellas hoy disfrutamos de un magnífico parque.
De escultura a parque.
Lo que empezó como un proyecto escultural para celebrar la independencia de Guayaquil, a finales del siglo XIX, se convirtió en una expropiación tras otra de los terrenos aledaños para crear el parque por el que hoy podrás disfrutar de un relajado paseo entre esculturas de influencia griega. Cuando quisieron construir la Columna de los Próceres descubrieron que la plaza era más pequeña que las dimensiones de la escultura. Así que tuvieron que reclamar más terreno; una cosa llevó a la otra y acabaron instalando la Columna, más fuentes de agua, estatuas alegóricas y mitológicas, jardines de imitación griega y un pintoresco quiosco donde celebrar conciertos al aire libre. De esta forma nació el Parque del Centenario, cuyo principal monumento, la Columna de los Próceres, fue encargado al escultor español Agustín Querol, de moda en aquella época en Europa. Otros artistas españoles como José Montserrat y Juan Rovira también participaron en las esculturas del parque.
Palacio de la Gobernación
Se levantó con el pie izquierdo. A este emblemático edificio le ha pasado de todo. Conócelo y descubre sus avatares.
Le persigue la mala suerte.
Este monumento, a pesar de ser uno de los edificios más antiguos y emblemáticos de Guayaquil, no tuvo comienzos sencillos. La primera construcción data de 1779 pero ya a comienzos del siglo XX lo definían como "monumento en ruinas" y fue necesaria una exhaustiva restauración. En 1917 se terminó la obra y en el colmo de la mala suerte, el Palacio de Gobernación fue pasto de las llamas en las fiestas que celebraban la independencia de Guayaquil. El edificio que hoy puedes visitar se levantó en 1923 con estilo neoclásico, dividido en cuatro secciones y comunicado por dos galerías de hierro y cristal. Para acceder a este pasaje -que comunica las calles Malecón y Pichincha- tendrás que atravesar los llamados "arcos del triunfo" decorados con altorrelieves que representan la heráldica nacional. A pesar de ser un monumento consolidado, en los últimos años ha necesitado nuevas reformas por problemas con la sedimentación del terreno.
Plaza de Honores
Indispensable tener dos buenas piernas. Podrás recuperarte disfrutando de las vistas y de los chiringuitos de la zona.
¡400 interminables escalones!
Lo que vas a necesitar para contemplar los monumentos de esta plaza son, para empezar, dos buenas piernas con las que subir la escalinata –más de 400 escalones, ni más ni menos- hasta el Cerro de Santa Ana, salpicada por escuálidas farolas y las tradicionales casas bajas multicolores, típicas de la zona. Para comenzar el ascenso solo tienes que llegar al final del Malecón 2000 y alzar la vista para saber el camino. En la cima, junto al Faro que domina la entrada a la ría y la iglesia de Santa Ana, encontrarás la Plaza de Honores que hace homenaje al único acceso fluvial a través del río Guayas. Entre sus peculiaridades se encuentran los restos de la fortificación original, cañones incluidos, un faro y las mejores panorámicas de la ciudad. Al caer la tarde se puede completar la visita con unas cervezas en alguno de los chiringuitos de la cima.
La Rotonda
Si Bolívar y San Martín levantaran la cabeza, ¡revivirían solo del orgullo al ver el Monumento levantado en su honor!
Reuniones secretas e históricas.
El Hemiciclo de la Rotonda de Guayaquil refleja un hito en la historia de la ciudad: la reunión que en ese mismo lugar celebraron Simón Bolívar y José de San Martín en 1822 para decidir el futuro de Guayaquil. ¿Te imaginas a los dos personajes históricos, líderes de la independencia americana, conversando en secreto y sin testigos en este mismo terreno y dándose la mano con su acuerdo? La llamada Entrevista de Guayaquil de mármol fue diseñada en principio como una rotonda con un impresionante conjunto escultórico, pero no resultaba efectiva para el curso del tráfico y se convirtió en un hemiciclo. Curiosamente se adjudicó esta obra desde Guayaquil al escultor español José Antonio Homs, que trabajó en Barcelona los bocetos y el vaciado, mientras los altorrelieves se terminaban en Florencia, para después llevar todo a su destino en un barco de vapor a finales de los años 30. Ya solo por la aventura y su testimonio histórico merece la pena una visita.
Malecón Simón Bolívar / 2000
Todo es posible en este Malecón: leer, pasear, practicar deporte, jugar con niños, recorrer tiendas, cenar, ir al cine...
Punto de partida.
El Malecón Simón Bolívar, también conocido como Malecón 2000, es el mejor punto de partida para comenzar a explorar Guayaquil con 2,5 kilómetros de paseo bordeando el río Guayas. Su exotismo se combina con abundantes centros comerciales, restaurantes y chiringuitos; se trata de un malecón reformado a partir de la vieja estructura, diferenciado por coloridos sectores temáticos. Aquí podrás hacer ejercicio (incluye un circuito para jogging y sirve de gimnasio al aire libre), disfrutar de la exuberancia de los Jardines del Malecón, con más de 350 especies naturales y un Espacio de Lectura, o pasar una divertida tarde de juegos y atracciones si viajas con niños. La mejor forma de terminar el paseo por el Malecón 2000 es una cena tranquila en cualquiera de sus bares y restaurantes, o asistir a una sesión de cine en 3D en el Teatro IMAX-Malecón 2000, que fue el primero en construirse con estas características en Latinoamérica.
Iglesia de San Francisco
Su vida no ha sido fácil. Aún así, una de las iglesias guayaquileñas más antiguas sigue siendo digna de admiración.
Una superviviente.
La tercera iglesia más antigua de la ciudad, la de San Francisco, fue construida inicialmente en el siglo XVII como convento franciscano enteramente de madera, por lo que sufrió un incendio y restauración tras otro hasta que decidieron reconstruirla con hormigón armado en 1932. Por fin evitaron que fuera pasto de las llamas. También sufrió el expolio de piratas y fue usada como hospital militar en época de conflictos. Lo sorprendente es que todavía hoy resista y se pueda admirar su arquitectura de estilo neogótico, que se reconoce fácilmente por la entrada principal con arco de medio punto, sus dos torres de base cuadrada y cúpulas con mosaicos verdes. Su imponente entrada preside una plaza cuajada de palomas y su interior está ricamente decorado con grandes obras de arte. Si te interesa la imaginería religiosa, en el interior podrás contemplar magníficos ejemplos de tallado colonial revestidos de pan de oro, un imponente retablo en el altar mayor y una talla del Descendimiento de la Cruz.
Catedral
Cabaña de madera, antaño. Entrada impresionante, crisoles de vidrieras y espectaculares torres neogóticas, actualmente.
Protegiendo a la ciudad.
Cuentan que el origen de la primera catedral de Guayaquil, la parroquia donde comenzó la evangelización de la ciudad, era una cabaña de madera que levantaron unos curas dominicos en el siglo XVI. Un incendio acabó con este monumento original, que por aquel entonces estaba en el Cerro de Santa Ana, de forma que la catedral actual se trasladó al casco histórico de la ciudad y tras sucesivas reformas se levantó en los años cuarenta con su arquitectura actual. Identificarás el edificio por su espectacular entrada y torres neogóticas inconfundibles, que forman un conjunto arquitectónico con la cercana iglesia del Sagrario y el Palacio Arzobispal. En su interior, las vidrieras dejan pasar la luz como un crisol, que se reparte por la nave central, lateral y el crucero principal del altar mayor. Dicen que la estatua de Cristo Rey, situada en la nave central, está orientada de forma que sus brazos protegen simbólicamente a la ciudad.
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