Guía turística: qué hacer y ver en París

Las decenas de puestos de estampas, libros de segunda mano, pósters, cuadros, revistas antiguas y pequeños objetos de anticuario que se levantan a orillas del río Sena no pasan desapercibidas ante los ojos de ningún viajero que pasea por París. En ellos puedes adquirir curiosos recuerdos a precios de lo más asequibles. Sin duda, la Ciudad de la Luz no sería lo mismo sin la imagen romántica y bohemia que los bouquinistes le impremen, cuyo origen se remonta al siglo XVI. Precisamente, gracias a estos libreros y anticuarios casi improvisados, el Sena ha sido poéticamente descrito como “el único río del mundo que se extiende entre dos estanterías de libros”. En el margen derecho del río, encontrarás estos tenderetes callejeros entre el Pont Marie y el Louvre, mientras que, en la orilla izquierda, se extienden desde el Muelle de la Tournelle hasta el Muelle de Voltaire.

Si buscas restauradores de muebles, lutiers, joyeros, costureros, bordadores, tapiceros, carpinteros o diseñadores de interiores, éste es tu lugar. Se trata de bonito viaducto rehabilitado del siglo XIX que funciona como cuna exquisita de hábiles artesanos que reparan antigüedades y venden también creaciones propias elaboradas con métodos tradicionales. Se encuentra en la Avenue Daumesnil, en la zona de la Bastille. En este Viaduc des Arts podrás hacer también un descanso de tus compras en alguno de sus alegres cafés y restaurantes. Puedes hacerte una idea sobre su trabajo y su agenda de actividades gracias a www.viaduc-des-arts.com.

Los mercados al aire libre resultan ser otro de los grandes atractivos de la Ciudad de la Luz. Los hay de todo tipo y condición, aunque quizás algunos de los más llamativos sean el Mercado de la Île de la Cité y Mercado de las Pulgas de Saint Ouen. El primero de ellos se levanta en la Place Louise Lépine y su objeto es la venta de flores. Se trata del mercado más antiguo de todo París, en funcionamiento desde el año 1808. Los domingos, amplía su oferta de 9 a 19 horas para vender también todo tipo de pájaros. El segundo mercado puedes buscarlo en el barrio de Montmartre. Muy concurrido los sábados y domingos, expone principalmente ropa y antigüedades, pero también joyas y todo tipo de artículos vintage. Puede presumir de ser el mercado más grande de toda Europa, con cerca de 2.500 puestos en su haber. Consulta sus horarios en www.les-puces.com.

Se trata de uno de los barrios residenciales más caros de la ciudad, con una tradición literaria e intelectual sin igual. En sus bajos se alternan librerías y pequeñas boutiques con encanto con elegantes y lujosas tiendas de moda de carácter más actual. Pese a todo, lo que hoy llama más la atención en Saint Germain-des-Prés es el gran número de las galerías de arte que habitan el barrio. Resultan especialmente recomendables la Galerie Denise René, la Galerie George-Philippe & Nathalie Vallois o la Galerie Kamel Mennour, por citar solo algunas. Échales una ojeada en www.deniserene.com, www.galerie-vallois.com y www.kamelmennour.com.

Otra vía de interesante parada si hablamos de elegancia parisina es la Rue Royale. La encontrarás entre las Plazas de la Concordia y de la Madeleine. Su interés reside en que concentra algunos de los restaurantes y tiendas más caros del mundo. Si hablamos de compras, merece especial atención Fauchon, un espacio que hace las delicias de los paladares más exquisitos con productos gourmet de la mejor calidad, como foie, cavas, chocolates, macarons, mieles, mermeladas, cafés..., que podrás ojear también en www.fauchon.com. Asimismo, en la Rue Royale podrás hacerte con la más fina porcelana en las tiendas de las marcas Villeroy & Boch (www.villeroy-boch.com) o Christofle (www.christofle.com). Seguro que te gustará también Lalique, con sus preciosos y variopintos diseños en crital: www.lalique.com.

El bulevar más afamado y majestuoso de París, los Campos Elíseos, es una zona de paseo obligado para todo aquel que visite la capital francesa por primera vez. Sus vastas dimensiones te dejarán completamente impresionado, ya que mide cerca de 2.000 metros de longitud. En él encontrarás desde boutiques de las mejores firmas internacionales de moda (léase Cartier, Hugo Boss, Dior...), pasando por locales de grandes imperios con precios más democráticos, como H&M y Zara, hasta, por ejemplo, concesionarios de altos vuelos de marcas como Mercedes o Renault. Pero no solo hallarás tiendas, sino también restaurantes, salas de cine y teatro, hoteles con clase, etc. Por su parte, el nombre de la Avenue Montaigne puede traducirse como lujo en su más alto grado. En esta glamurosa vía te sorprenderán escaparates con diseños de infarto, de firmas de alta costura tan afamadas como Loewe, Jimmy Choo, Chanel o Louis Vuitton. La calle se prolonga durante unos 500 metros, desde el Pont d'Alma hasta los Campos Elíseos. Entre sus curiosidades, cabe mencionar que alberga el comercio de Christian Dior desde el año 1940.

Coloquialmente conocido como BHV, se trata de un espacio de parada imprescindible en pleno corazón del distrito cuarto parisino, más concretamente, en el número 54 la céntrica calle Rívoli. Fundado en la segunda mitad del siglo XIX, hoy pertenece al grupo de Galeries Lafayette. Su vistoso edificio con ventanales, coronado por una cúpula de tonos grisacéos, se levanta justo enfrente del Ayuntamiento de París, también llamado Hôtel de Ville. A lo largo y ancho de diferentes plantas concentra comida, belleza, libros, moda, herramientas, decoración y un sinfín de posibilidades para todo tipo de bolsillos. No te pierdas su web para planificar tus compras: www.bhv.fr.

Si lo que buscas son precios populares y una gran selección de artículos de todo tipo, ya sea moda para él o ella, decoración, productos para el hogar, juegos infantiles, joyería, accesorios, perfumes, trajes de novias y un interminable etcétera, pásate por el pintoresco almacén que Tati posee disperso en el barrio de Montmartre, en diferentes establecimientos contiguos del Boulevard Rochechouart. Oferta verdaderos chollos y rebuscar entre los cientos de cajones que expone para cazar alguna buena ganga puede resultar una experiencia de lo más divertida. Más en www.tati.fr. Otra buena opción para realizar compras a buen precio en París puede ser Mouton à Cinq Pattes, que posee diferentes espacios repartidos por la ciudad (uno de ellos, en el número 8 de la calle Saint Placide, a 50 metros del conocido Le Bon Marché). Está especializada en artículos de segunda mano, diseños de temporadas pasadas y prendas vintage. Entre su selección de marcas resuenan nombres como Chanel, Liu Jo, Jean Paul Gaultier, Alberta Ferreti, etc. Visita www.moutonacinqpattesparis.com para abrir boca.

Si hubiera que elegir el templo por excelencia de las compras parisinas, ése sería, sin lugar a dudas, las Galerías Lafayette. Su archiconocido establecimiento del número 40 del Boulevard Haussmann, en el distrito noveno, recibe nada más y nada menos que unos 20 millones de visitantes cada año. La calidad de sus productos no es su único atractivo, ya que sus dimensiones y la arquitectura del edificio, con una espectacular cúpula neobizantina, te dejarán también boquiabierto. Incluso, podrás hacer tus compras on line a través de www.galerieslafayette.com. Otro conocido centro comercial de la capital francesa es Les Galeries, que ofrece moda Prêt à Porter para hombres, mujeres y niños. Descúbrelo en www.lesgaleries.fr. Finalmente, si buscas compras de altos vuelos, no dejes de visitar Printemps, también en el Boulevard Haussmann, en el número 64. Expone lujo en estado puro, con una selección exquisita que reúne las firmas de moda de mayor renombre del mundo. Eso sí, tendrás que tener bien preparada la billetera. Podrás consultar sus propuestas en www.printemps.com.

París también se ha reservado espacios de arte dedicados en exclusiva a las creaciones de grandes artistas como Picasso, Dalí y Monet. En el Museo Picasso, destaca especialmente su colección de esculturas, aunque se exponen también obras de distintas técnicas empleadas por el artista en todas sus épocas. En su colección se cuentan 200 cuadros, 100 esculturas y cerámicas y unos 3.000 dibujos y grabados. Descúbrelo en www.musee-picasso.fr. Por su parte, el barrio de Montmartre acoge una exposición permanente del maestro surrealista Salvador Dalí. Este Espacio Dalí puede presumir de concentrar unas 300 obras del artista, principalmente, grabados y esculturas. Descubre todos sus detalles en www.daliparis.com. Para rematar, el Museo Marmottan Monet, en la calle Louise Boilly del distrito dieciseisavo, expone una de las colecciones de Impresionismo más interesantes del país. La estrella del museo es, precisamente la pintura Impresión, sol naciente, de Claude Monet, que dio su nombre al movimiento impresionista. De sus paredes cuelgan un centenar de cuadros no solo de este renombrado artista, sino también de Manet, Renoir, Degas o Morisot. No te pierdas su página web www.marmottan.fr.

Una colección integrada por 150.000 objetos te dará la bienvenida al Museo de Artes Decorativas de París, que se esconde en el ala oeste del Museo del Louvre desde el año 1905. Como su nombre indica, su razón de ser es la exhibición de piezas decorativas que van desde la Edad Media hasta nuestros días. Descubre su historia gracias a www.lesartsdecoratifs.fr. Por su parte, el Palais de Tokyo, que fuera construido para la Exposición Internacional de París de 1937, alberga en su interior el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París. Domina la Avenida del Presidente Wilson, en el distrito dieciseisavo, y está consagrado al arte moderno del siglo XX, con obras de Pablo Picasso, Henri Matisse, Raoul Dufy, George Braque, Juan Gris o Hans Bellmer, entre muchos otros. Búscalo en www.mam.paris.fr.

Si quieres conocer de primera mano la historia de la ciudad, desde su fundación hasta nuestros días, el Museo Carnavalet te dará todas las pistas que necesitas para estar completamente informado sobre París. En él verás desde vestigios arqueológicos hasta escenas históricas, además de reconstrucciones de edificios desaparecidos, retratos de personajes ilustres y otras piezas testimoniales de cómo ha sido el día a día en la ciudad a lo largo de los siglos. Está en el barrio de Le Marais y su site oficial es www.carnavalet.paris.fr. Otro espacio que puede resultar interesante, sobre todo, para los amantes del Séptimo Arte, es el Museo del Cine de París o Cinémathèque Française. Su quehacer principal es la colección, conservación y exposición del patrimonio cinematográfico no sólo francés, sino también mundial. Entre sus fondos se reúnen más de 40.000 películas, amén de cartelería, cámaras antiguas, vestuario, decorados y demás objetos y documentos relacionados con el mundo del cine. Se encuentra en un edificio de estilo postmoderno de la Rue de Bercy. Más en www.cinematheque.fr.

En el año 1882 comenzó la andadura de este museo de cera parisino, donde podrás entretener tu vista con divertidas reproducciones de personajes famosos, históricos y actuales, de todos los ámbitos, ya sea política, deporte, cine, música, etc. Reúne un total de 500 figuras de cera, como las de Marilyn Monroe, Alfred Hitchcock, Zinédine Zidane, Elvis Presley, Catherine Deneuve o Barack Obama. Cuanta con diferentes estancias temáticas, con ambientaciones que van desde un gran palacio hasta un templo hindú o, incluso, la jungla. Lo encontrarás en el número 10 del Boulevard de Montmartre. También podrás curiosear las fotos de alguna de sus célebres reproducciones gracias a la web www.grevin-paris.com. Eso sí, cuenta con que la entrada por persona te cueste más de 20 euros.

Construido por el arquitecto Charles Girault con motivo de la Exposición Universal de París de 1900, su carta de presentación es una gran fachada de 150 metros de longitud, con un pórtico monumental y una espectacular cúpula. Su interior fue proyectado de tal modo que los espacios fueran iluminados por la luz natural gracias a ventanales y cúpulas transparentes, que inundan de calidez el conjunto monumental. En la colección de este Museo del Petit Palais destacan pinturas, dibujos y otros objetos de la Edad Media y del Renacimiento, una colección de mobiliario del siglo XVIII y obras realizadas por aristas franceses como Delacroix, Coubert o Ingres. Visítalo en la avenida Winston Churchill, en el distrito octavo, justo enfrente del también famoso Grand Palais. Mientras, déjate seducir por www.petitpalais.paris.fr.

Este Museo del Ejército situado en el Palacio Nacional de los Inválidos te dejará boquiabierto con una de las colecciones de armas y armaduras antiguas más numerosa de Europa, pero también gracias a su testimonio sobre la historia militar, política, social e industrial de Francia desde Luis XIV a Napoleón Iero. Tampoco desmerece su colección dedicada al ejército francés durante las dos guerras mundiales del siglo pasado. La Tumba de Napoleón Iero es el monumento más característico del conjunto. Otra de sus curiosidades la constituye el espacio multimedia interactivo que está dedicado a la vida y logros del Presidente de la V República Francesa Charles de Gaulle. Sigue los pasos de este completo museo gracias a www.musee-armee.fr.

El Barrio Latino acoge este Museo Nacional de la Edad Media de París. Situado en la Plaza de Paul Painlevé, se presentará ante tus ojos como una antigua fortaleza que ha sobrevivido con diferentes usos (termas, palacio u hospicio, entre otros) desde la Edad Antigua hasta nuestros días. ¿Qué es lo que podrás descubrir aquí? En sus más de 3.500 metros cuadrados de superficie reúne desde objetos medievales de gran valor hasta una extensa colección de tapices, pasando por piezas de marfil y esculturas góticas procedentes, por ejemplo, de la Abadía de Saint-Denis o de la mismísima Catedral de Notre Dame. En total, el Museo Cluny tiene unos fondos con más de 20.000 objetos y obras, de los que muestra al público tan solo 2.300, cuya época de procedencia se extiende desde la Galia Romana hasta el siglo XVI. Infórmate sobre los datos prácticos del museo gracias a www.musee-moyenage.fr.

Un sinfín de objetos de las antiguas civilizaciones de África, Asia, Oceanía y América ocupan las estancias del Museo du Quai Branly, que fue inaugurado por el presidente Jacques Chirac en el año 2006. Cuenta con una colección permanente como unos 300.000 objetos y acoge además unas 10 muestras temporales cada año. Infórmate sobre este museo etnológico francés en www.quaibranly.fr. Si te sientes atraído por la cultura oriental, tampoco dejes de visitar el Museo Guimet, también conocido como Museo Nacional de Artes Asiáticas. Te sorprenderán tanto su magnífica selección de cerámica china y japonesa como el Pantheón Bouddhique, que alberga piezas de arte exclusivamente religioso. Otro foco de interés de este centro son las obras arqueológicas del reino Grecobactriciano, la ciudad de Alejandría de Oxiana y el tesoro de Tillya Tepe, que viene acogiendo desde el año 2007 provenientes del Museo de Kabul. Explora sus colecciones en www.guimet.fr.

Inaugurado en 1977, el Centro Pompidou es el máximo exponente del arte moderno y contemporáneo en Francia. Su diseño se debe a los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers. El complejo cuenta con un centro de investigación musical y acústica conocido como IRCAM, una biblioteca con capacidad para albergar hasta 2.000 personas y la sala de arte propiamente dicha, llamada Museo Nacional de Arte Moderno, con 76.000 obras de creadores de la talla de Picasso, Miró, Modigliani, Matisse, Brancusi o Francis Bacon. Es, junto con la Tate Modern de Londres y el MoMA de Nueva York, el museo de arte moderno más completo del mundo. Lo visitan cerca de seis millones de personas cada año. Su nombre completo es Centro Nacional de Arte y Cultura Pompidou y lo hallarás en el barrio de Le Halles. Podrás conocerlo de primera mano gracias a www.centrepompidou.fr.

La antigua estación de ferrocarril de Orsay sirve hoy como escenario de lujo para esta impresionante pinacoteca dedicada a las artes plásticas del siglo XIX. Es universalmente conocida por sus fondos de arte realista, impresionista y postimpresionista. En su haber se citan también expresiones de escultura, artes decorativas, arquitectura, cine y fotografía. En el Museo de Orsay podrás admirar de cerca obras maestras como Almuerzo sobre la hierba, de Édouart Manet, Mujeres de Tahití, de Paul Gauguin, L'Absinthe, de Edgar Degas, o Danza en el país, de Pierre Auguste Renoir. En su cartel se citan pintores de la talla de Ingres, Coubert, Pisarro, Monet, Van Gogh, Gauguin, Manet, Munch, Matisse, Delacroix, Degas, Cézanne, Tolouse-Lautrec y un interesante etcétera. Si hablamos de escultura, destacan nombres como Rude, Daumier, Cavelier o Pompon. Consulta los precios, horarios y mucho más en www.musee-orsay.fr. Si te atrae especialmente la pintura impresionista y postimpresionista, en París también podrás visitar el Museo de la Orangerie, una galería de arte ubicada en la Plaza de la Concordia que acoge, entre muchos otros cuadros, el ciclo de pinturas de Claude Monet sobre nenúfares, conocido como Nympheas. Échale un vistazo en www.musee-orangerie.fr.

La sonrisa más famosa del mundo, la de La Gioconda, de Leonardo da Vinci, es la joya de la corona de este Museo del Louvre, que podrás conocer también de forma virtual gracias a su página web oficial: www.louvre.fr. Es el Museo Nacional de Francia y su foco de atención se centra en las creaciones artísticas cronológicamente anteriores al impresionismo. La pintura, la escultura, la arqueología y las artes decorativas ocupan sus largos pasillos, cuya extensión se cuenta, incluso, en kilómetros. Abrió sus puertas por primera vez en el año 1793 y ostenta el honor de ser el museo más visitado de mundo (unos ocho millones y medio de visitantes al año). Entre las obras maestras pictóricas más admiradas del museo, además de la ya mencionada Gioconda, se encuentran La Libertad guiando al pueblo, de Delacroix, La Vida de María de Médicis, de Rubens, o La Virgen del Canciller Rolin, de Jan van Eyck. Si hablamos de escultura, su colección abarca desde Mesopotamia y Egipto hasta la época Neoclásica, con piezas legendarias como La Venus de Milo o la Victoria de Samotracia. Desde 2003, alberga además muchas joyas del arte islámico. La pirámide exterior de cristal, proyectada por el arquitecto Leoh Ming Pei en 1989, es uno de los signos más reconocibles de la modenización del antiguo palacio real que alberga la vasta colección del museo.

Entrar únicamente al jardín de este Museo Rodin te costará tan sólo 1 euro, un precio realmente apetecible para cualquier viajero. Por su parte, visitar el complejo al completo, con la exposición interior (cuya visión, por supuesto, merece también la pena), te saldrá por 7 o 9 euros, en función de si accedes a la muestra temporal y a la colección permanente o simplemente a una de las dos. La celebérrima estatua de El pensador domina la vista de la bucólica rosaleda que verás en los jardines, donde también se encuentran otras famosas estatuas de bronce firmadas por el artista, como la de Balzac. Ya en el interior de esta mansión del siglo XVIII, tu vista podrá posarse, por ejemplo, el también conocido El beso. Junto a las esculturas, se exponen además grabados, dibujos, pinturas, etc. Échale un vistazo a su web oficinal www.musee-rodin.fr/es.

Los cuerpos de Oscar Wilde, Chopin, Delacroix, La Fontaine, Marcel Proust, Balzac, Colette, Géricault, Sarah Bernhardt, Pissarro, Ingres, Champollion, Edith Piaf y hasta el mismísimo Molière descansan es este solicitado Cementerio du Père Lachaise, una de las atracciones turísticas más singulares de la capital francesa. Es, además, el lugar en el que supuestamente yacen los amantes medievales Abélard y Héloïse. Una de las últimas personalidades en ser enterradas aquí fue el cantante Jim Morrison, que en el año 1971 sumó su nombre a la cuantiosa lista de invitados célebres de este camposanto, que se prolonga a lo largo de 48 hectáreas de extensión. Lo encontrarás en el distrito veinteavo de París e, incluso, podrás comprar un plano en alguno de los quioscos adyacentes con las indicaciones sobre donde encontrar una u otra tumba famosa.

Realmente, merece la pena reservar una jornada completa para desplazarse hasta Versalles y dejarse encandilar por este maravilloso conjunto, con tres palacios, lagos espectaculares, decenas de fuentes, un inmenso parque y jardines infinitos. Fue ordenado construir por Luis XIV y desde el año 1979 ostenta el honor de haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su función tradicional fue la residencia de real de las dinastías francesas. De hecho, es uno de los complejos arquitectónicos de carácter monárquico más importantes de Europa. Sin duda, quien mejor supo imprimir su sello personal en esta bello complejo palaciego fue la reina María Antonieta. Por encima de todo, no dejes de ver la Galería de los Espejos (una sala que te dejará sin aliento más que ninguna otra de la mansión principal) y los espectáculos de sus fuentes musicales. Con la llegada del buen tiempo, los jardines del Palacio de Versallede estilo clasicista, ordenados y racionalizados son un espacio perfecto para montar en bici, remar en barca por su estanque central o ir de picnic. Sus dimensiones y cifras nunca dejarán de impresionarte: 800 hectáreas, 20 kilómetros de caminos, 200.000 árboles, 35 kilómetros de canalizaciones, 11 hectáreas de techumbre, 2.153 ventanas y 67 escaleras. Para preparar tu visita y consultar horarios y tarifas, no dejes de investigar su web www.es.chateauversailles.fr.

Una de las estampas más típicas que te encontrarás si paseas por las orillas del Sena, sea la hora que sea, es la que ofrecen los barcos con cientos de pasajeros que bucólicamente navegan por el río. Aunque hay decenas de posibilidades para contratar uno de estos paseos en bote panorámico, una buena opción es la que oferta, por ejemplo, Las Vedettes del Pont-Neuf, cuyas travesías parten cada 45 minutos desde este Puente Nuevo. El recorrido se prolonga durante cerca de una hora y tiene un coste de 13 euros. ¿Sabías que en París también existe una Estatua de la Libertad? Esto y mucho más es lo que podrás descubrir gracias una visita guiada que te desvelará la historia de los monumentos más famosos de París que verás desde el bote: los Museos del Louvre y d'Orsay, la Plaza de la Concordia, el Pont de Alexandre III, la Torre Eiffel, el Hôtel de Ville, etc. Si quieres ponerte los dientes largos, puedes ver una visita virtual en www.vedettesdupontneuf.com.

A los pies de la Torre Eiffel se extienden estos jardines públicos de vastas dimensiones, que resultan perfectos para tomar un poco de aire antes de enfrentarse a la subida de la torre. Antiguamente fueron una explanada dedicada al cultivo de hortalizas. Tras ser empleados como campo de maniobras en el siglo XVIII, el conjunto natural supone hoy en día un fresco contrapunto a bello conjunto urbanístico que lo rodea. Se llaman así en honor al Campo de Marte de Roma, ya que Marte era, precisamente, el dios de la guerra. Oxigena el distrito séptimo parisino, con la Torre Eiffel al noroeste y la Escuela Militar al suroeste. Fue escenario privilegiado de las famosas celebraciones mundiales que se vivieron en la Ciudad de la Luz en los años 1867, 1878 y 1889 y, también, de algunos hechos trágicos, como los Fusilamientos del Campo de Marte de 1791.

Entre el Museo del Louvre y la Plaza de la Concordia se extiende este céntrico jardín público, todo un emblema en la ciudad. En él distinguirás numerosas fuentes y una gran avenida central repleta de árboles y esculturas. El origen de este espacio natural hay que buscarlo en el siglo XVI, cuando se proyectó la construcción del Palacio de las Tullerías, bajo las órdenes de Catalina de Medicis, que estaría rodeado por unos bellos y amplios jardines de estilo florentino, que más tarde fueron trasformados al estilo inglés. El curioso nombre de ambos se debe a las fábricas de tejas (en francés, tullies) que antiguamente había en la zona. Aunque el palacio fue destruido en el año 1870 por la Comuna de París, los jardines lograron han logrado conservarse hasta el día de hoy. Dada su situación privilegiada, se presentan muy concurridos y animados por turistas y habitantes de París. Napoleón fue quien ordenó construir el Arco de Triunfo del Carrusel que une los jardines con el museo del Louvre.

Si te apasionan la naturaleza y los espacios verdes, no dejes de visitar este maravilloso jardín botánico abierto al público en el distrito quinto de París. En él podrás distinguir una escuela botánica, que posee unas 4.5000 variedades de arbustos y plantas; tres invernaderos (uno de invierno, otro mexicano y otro australiano); una rosaleda, que impulsa el estudio de las diferentes subespecies de rosas, y un jardín alpino. Además, no te pierdas por nada del mundo su ménagirie o casa de fieras, que es uno de los zoológicos más antiguos del mundo, fundado en 1795. En él conviven hoy más de 1.100 animales. Cuenta con unas 5,5 hectáreas de extensión y acoge especies en peligro de extinción, además de un microzoo con artrópodos visibles a través de lupas y un espacio donde habitan pequeños reptiles, anfibios e insectos. Quizás, la mejor época del año para disfrutar de este Jardin des Plantes de París sea el mes de abril, cuando sus parterres (rodeados por curiosas hileras de plátanos de Indias) están en flor. Infórmate en www.jardindesplantes.net.

Las casi 23 hectáreas de extensión de este pulmón verde y frondoso situado el corazón del distrito sexto parisino resultan ideales para planificar un picnic al aire libre, corretear con los niños por sus diferentes áreas recreativas o disfrutar de un buen paseo y un poco de relajación. En este vasto espacio verde se encuentra el Palacio del Luxemburgo, que es la sede del Senado francés. En él tienen cabida también una curiosa sala de títeres llamada Teatro del Luxemburgo y un tiovivo. Los más pequeños podrán pasear en poni y en burro o alquilar un pequeño velero teledirigido para jugar en el estaque. Mientras, los adultos podrán asistir a clases de horticultura o apicultura, practicar artes marciales o jugar al tenis y al baloncesto en alguna de sus canchas deportivas. Junto al Jardín del Luxemburgo se sitúa también el Teatro del Odeón. En función de la época del año en que lo visites, el recinto permanece abierto de 7.30 u 8.15 de mañana a 16.30 o 21.30 de tarde.

Más de una treintena de puentes unen las dos orillas de París separadas por el río Sena. El Pont Saint Michel, el Pont des Arts, el Pont Alexandre III, el Pont d'Alma y el Pont Neuf son solo algunos de los más representativos. Durante unos 13 kilómetros, el Sena se pasea por la ciudad vigilado por estas pintorescas pasarelas, construidas, en función de la época, en madera, piedra o metal. La más bella de todo ellas es, quizás, el Pont de Alexandre III. Su carta de presentación es un único arco de acero que se halla entre la explanada de los Inválidos y el Grand y el Petit Palais. Cuatro columnas de unos 17 metros de altura coronadas por caballos dorados con alas hacen de este puente un monumento único. Otra pasarela que merece la pena citar es también el Pont Neuf o Puente Nuevo, que resulta de visita obligada para ver de cerca sus más de 300 caras talladas. Pese a su nombre, esta pasarela resulta ser, paradíjicamente, la más antigua de toda la ciudad, y también la más larga, gracias a sus 232 metros de longitud. La encontrarás en el extremo oeste de la Île de la Cité.

Como resulta fácil imaginar por su nombre, los crêpes dulces y salados ocupan la apetecible carta de este conocido local que se levanta en el número 67 de la calle de Montparnasse. Su comedor clásico, revestido de madera oscura, te hará sentir como en casa mientras das buena cuenta de sus genuinas galettes (como en francés se llaman lo que nosotros conocemos como crêpres). No te pierdas el de chocolate, plátano, helado y crema batida, el de miel y limón o el más contundente de espinacas, nata, queso, huevo y tiras de beicon. Abre de forma ininterrumpida todos los días de la semana de 12 a 23 horas. Lo mejor de todo, es que la cuenta final no sobrepasará los 20 euros por comensal, un precio que, en una ciudad como París y dada la calidad de sus productos y recetas, resulta más que recomendable.

Si deseas disfrutar de la alta cocina parisina en restaurantes de lujo con la ambientación más exquisita, eso sí, sin importar el precio, he aquí tres buenas recomendaciones: Le Jules Verne, Georges y Kong. El primero de todos ellos, que puedes conocer gracias a www.lejulesverne-paris.com, se halla en mismísima la Torre Eiffel. Por su parte, Georges es un espacio de estética modernista que se aloja en la terraza del Centro Pompidou. La firma de moda Kenzo fichó nada más y nada menos que a Phillippe Starck para diseñar el edificio donde se alojaría su tienda parisina. Precisamente, en el último piso de este complejo te sorprenderá también el restaurante cosmopolita Kong, donde podrás disfrutar no solo de su alucinante cocina de fusión, sino también de las mejores vistas panorámicas sobre el río Sena y el Pont Neuf. Descúbrelo en www.kong.fr.

Los carteles que anuncian descuentos de happy hour para tomar pintas de cerveza acompañadas por algo de picoteo a precios razonables asaltarán tu vista nada más poner un pie en alguna de las animadas callejuelas que conforman el famoso Barrio Latino de París. Si te dejas caer por allí para comer o cenar, no dejes de probar una buena fondue de quesos en cualquiera de sus coquetos restaurantes. Resulta recomendable pasear por el eje que conforman las calles Xavier Privas, Huchette y Saint-Séverin. Aquí encontrarás también algunos locales de take away con sándwiches y baguettes y un sinfín de creperías. Entre estas últimas, una buenísima opción puede ser Chez Nicos, en el número 44 de la Rue Mouffetard.

Es uno de los mercados al aire libre más populares de París, ideal para disfrutar de algo de picoteo a buenos precios. Los lugareños lo llaman coloquialmente La Mouffe. Como apunta su nombre, se encuentra en la calle Mouffetard, empedrada y parcialmente peatonal, donde también encontrarás un buen puñado de interesantes restaurantes y boutiques. Los puestos de panes, carnes, pescados, verduras frescas, aceites, chocolates y otras decenas de productos y aderezos se alternan en este mercado con locales donde probar pollos y patatas asadas, ostras frescas, pasteles, etc. Cómo no, sus tiendas de quesos y vinos resultan excepcionales. Abre de martes a domingo y se extiende entre la plaza de la Contrescarpe, detrás del Panteón, y la plaza de St. Médard. Si planeas visitarlo, es importante que sepas que algunos de sus puestos pueden estar cerrados por la tarde, mientras que, por la mañana, el mercado funciona a pleno rendimiento.

Si prefieres escaparte de los bistrós más tradicionales y apostar por un local de tendencia, chic e impecable, no dejes de visitar La Gare. Situado en el número 19 de la Chausseé de la Muette, se trata de un moderno restaurante cuyo edificio fuera antiguamente una estación de tren, de ahí el actual nombre del local (“gare” significa “estación” en español). Tiene una terraza con capacidad para 250 comensales y su decoración cuida hasta el más pequeño de los detalles. Todos los domingos, de 12 a 15 horas, sirve un abundante brunch tipo buffet por 39 euros, mientras que los menús diarios tienen un precio que oscila entre los 19 y los 39 euros. Ofrece cocina creativa y de mercado, con propuestas como tartar de salmón escocés con aguacate y mango, raviolis a la crema de trufa negra o pechuga de pato con especias de jengibre y puré de boniato. Consulta todas sus posibilidades en www.restaurantlagare.com.

Si quieres descubrir otros establecimientos con solera literaria en la Ciudad de la Luz, no dejes de visitar el número 99 de la avenida de los Campos Elíseos, donde encontrarás Le Fouquet's, una brasserie romántica y clasicista que fuera la preferida de James Joyce. Por su parte, se dice que la Cloiserie des Lilas era el bar predilecto de Lenin, Trotsky, Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway, por citar solo algunos de sus clientes con estrella. Podrás visitarlo y probar su cocina tipo bistró en el número 171 del Boulevard du Montparnasse. Scott Fitzgerald, Hemingway, Sartre o Bondin se dejaban ver también en otro reconocido café, el Harry's Bar, un espacio centenario en la calle Daounou, universalmente conocido en la ciudad por cómo prepara los cócteles con alcohol. Échale un vistazo en www.harrysbar.fr.

Fundado en 1890, este pintoresco café que ocupa una bonita esquina en el corazón del barrio de Saint-Germain-des-Prés es toda una institución entre los locales de tradición intelectual y literaria de París. No en vano, en su día el Café de Flore fue punto de encuentro imprescindible para personalidades como Jean-Paul Sastre, Albert Camus, Picasso, Ernest Hemingway, Truman Capote o Simone de Beauvoir. El estilo art decó reina en su comedor, donde podrás probar no solo tés, cafés, vinos, combinados y breves aperitivos, sino también las recetas más típicas de cualquier bistró francés. Si la jornada se presenta soleada, su animada terraza bien merece una visita... Quién sabe si en ella te encontrarás con algún famoso actor de la ciudad. Descúbrelo en www.cafedeflore.fr.

En el Boulevard de Saint-Germain encontrarás una de las basseries más afamadas de toda la ciudad. La Brasserie Lipp es conocida por ser uno de los lugares de alterne con mayor tradición entre artistas en boga, escritores, periodistas y actores. Basta decir que entre sus clientes ilustres es posible citar al mismísimo Françoise Mitterrand, elegido Presidente de la República Francesa en 1981. Sirve cocina francesa en un comedor de corte clásico y aires decadentes y parisinos, que comenzó su andadura cuando corría el año 1880. Abre de 9 a 1 horas y su precio medio por comensal ronda los 50 euros. Eso sí, que no te sorprenda encontrártelo lleno y tener que esperar por una mesa si no tienes reserva.

Los sonidos techno, house, garaje y latino cuentan con numerosos adeptos en la capital francesa. Muchos de ellos consideran que Queen Club es una de las mejores discotecas de París. Acoge las sesiones de los mejores dj’s del momento y programa además fiestas temáticas: Ladies' Nights, After Work, etc. Está en plena Avenida de los Campos Elíseos, en el número 102. Abre todos días de 19 horas a 6 horas Para hacerte una buena idea de todas sus posibilidades, échale un vistazo a www.queen.fr. Junto a Queen Club, otro espacio donde pasar una buena noche puede ser Le Bilboquet, un club donde todos los días tocan en directo los mejores músicos locales e internacionales de jazz. Está en el número 13 de la calle Saint-Benoît y funciona no solo como local especializado en jazz y blues, sino también como restaurante y piano bar de tinte elegante y aires clásicos. Abre todas las noches hasta las 2 de la madrugada y ha tenido el honor de ver tocar en su interior a artistas de la talla de Miles Davis y Billie Holiday.

El París más popular y auténtico se respira hoy en zonas tan cosmopolitas como los barrios de Belville y Ménilmontant, en el distrito veinte de la ciudad, donde viven y se pasean músicos, pintores, artistas, jóvenes de aires underground y alternativos... Aquí encontrarás muchos cafés y clubes para salir a tomar una copa, escuchar un buen concierto o probar platos de cocina internacional a precios no demasiado elevados. El Café Charbon es uno de los puntos de referencia de la zona. Si hablamos de salir de fiesta y de encontrar diversión en locales de lo más pintorescos y animados, resulta imprescindible citar también en barrio de Le Marais, donde te sorprenderá una alegre mezcla de bares, discotecas y cabarets gays y heteros abiertos hasta bien entrada la madrugada. La mayoría están situados en la zona suroeste del barrio o cerca de la calle Sainte-Croix de la Bretonnerie y Vieille du Temple.

Es popularmente conocido por pasar películas de forma continúa durante toda la noche. Se trata de un pequeño cine estudio que programa ciclos de directores como Wong Kar-Waï o Martin Scorsese, por citar solo algunos, además de todo tipo de filmes de culto, ya sean clásicos o actuales. Está en la Rue des Ecoles y su horario se extiende de 11.30 a 24 horas todos los días de la semana. Puedes leer más sobre este pequeño cine estudio en www.lechampo.com. Otra sala de cine que bien merece una visita, aunque tan solo sea por su peculiarísima decoración, es Le Grand Rex, en el Boulevard Poisssonnière. En su cartel se alternan estrenos con la programación de conciertos. Síguele la pista en www.legrandrex.com.

Se trata de una de las salas de teatro más en boga de las escena alternativa parisina de los últimos tiempos. Encontrarás este pequeño e cautivador espacio en el distrito catorceavo, más concretamente, en la Rue du Maine, en el barrio de Montparnasse. Además de sus representaciones nocturnas (programa hasta tres sesiones diferentes por noche), imparte talleres teatrales sobre técnicas vocales, expresión corporal, ritmo e improvisación. Sus tarifas pueden oscilar entre los 5 y los 20 euros. Sus piezas son siempre frescas y de tinte contemporáneo y apuesta por darle voz a jóvenes compañías con interesantes propuestas. Descubre su cartelera en www.guichetmontparnasse.com.

Más de tres siglos de historia acreditan la carrera de este Teatro Nacional Francés, cuyo grandísimo prestigio se debe a su incansable producción de los grandes clásicos de la escena francesa. Aunque muchos atribuyen su creación a Molière, en realidad, la formación fue fundada en 1680, en la época de Luis XIV, siete años después de la muerte del dramaturgo. En el elenco de la compañía se pueden contar hasta casi 400 personas, que trabajan bajo la batuta de la comediante Muriel Mayette desde el año 2006. Su repertorio se basa en las piezas populares del teatro galo, con libretos firmados por grandes autores como el propio Molière, Victor Hugo o Racine. La Comédie Française representa sus montajes en tres salas propias de París, la Salle Richelieu, el Théâtre du Vieux-Colombier y el Studio-Théâtre. Sigue sus pasos en www.comedie-francaise.fr.

Son las cunas parisinas de la música y de la danza más exquisitas. La Ópera de la Bastilla (o Bastille en francés) se levanta en el distrito doceavo y es popularmente conocida como “la ópera del pueblo”. El arquitecto Carlos Ott fue el responsable de diseñar el edificio, acristalado y de forma curva, que tiene una capacidad para 2.700 espectadores y posee cinco escenarios móviles de gran ingenio tecnológico. Se inauguró en el año 1989 con motivo de la celebración del bicentenario de la caída de La Bastilla. Puedes consultar su programación, con creaciones de carácter contemporáneo, en www.operabastille.net. Por su parte, la Ópera Garnier, también llamada Ópera de París, destaca no solo por su cartelera de lujo, sino también por su impresionante valor arquitectónico. El arquitecto Charles Garnier la proyectó por encargo de Napoleón III. Fue inaugurada en 1875 y su estilo neobarroco y sus espectaculares dimensiones hacen de ella uno de los edificios más destacados del paisaje urbano parisino. El complejo cuenta además con un restaurante de lujo. Infórmate en www.operadeparis.fr.

Si has visto la archiconocida película Amélie, seguro que querrás visitar esta zona de la ciudad, donde la encantadora protagonista vivía. Incluso, podrás pasarte por el pintoresco Café Tabac des Deux Moulins, donde ella trabajaba, que en la vida real se presenta tal cual aparecía retratado en el filme. Montmartre es una colina de 130 metros de altura, que ofrece una de las vistas más bellas sobre la Ciudad de Luz y sus tejados. En sus plazas te encontrarás seguro con actuaciones de músicos callejeros (por ejemplo, uno de los grupos franceses más en boga de los últimos años, ZAZ, comenzó aquí su andadura). Jóvenes trendy, turistas y artistas bohemios animan la vida en el barrio cualquier día de la semana. En Montmartre, podrás hacerte un retrato a manos de alguno de los caricaturistas que se ganan la vida en sus calles, tomar un crêpe con un buen café en alguna de sus bonitas terrazas o visitar las curiosas galerías de arte, tiendas y boutiques que ocupan los bajos de la zona. No te pierdas tampoco una visita a la Basílica del Sacré Coeur o Sagrado Corazón, que domina la zona alta del barrio.

Es, sin duda, el más famoso de los cabarets parisinos. Resulta casi de paso obligado entre los visitantes que acuden a París por primera vez. En la última década, su fama se ha visto en buena parte reactivada gracias a la película Moulin Rouge!, protagonizada por Ewan McGregor y Nicole Kidman en el año 2001. Lo encontrarás en el barrio rojo de Pigalle, muy cerca de Montmartre. Como su nombre indica, un gran molino rojo te dará la bienvenida a su universo de actuaciones bohemias que rememoran la Belle Époque de principios del siglo XX. La historia del local se remonta a 1889, cuando comenzó su andadura de la mano del español Josep Oller. En su época dorada, incluso la mismísima Edith Piaf actuó en el Moulin Rouge. Hoy, además de ver uno de sus espectáculos de cabaret, podrás cenar y tomar un copa en el local. Visita su site oficial en www.moulinrouge.fr.

Magia y diversión en estado puro. Así se podría definir el espectacular parque temático que la factoría Disney –quién si no– montó en Europa hace más de dos décadas. Tiene cinco áreas temáticas: Main Street, Frontierland, Adventureland, Fantasyland y Discoveryland, que se extienden a lo largo de más de 550.000 metros cuadrados. El complejo cuenta además con Golf Disneyland, un campo con hoyos para adultos y niños, Disneyland Paris Resort, un área donde pasar la noche en hoteles que no te dejarán indiferente, y Disney Village, con divertidas tiendas, bares y restaurantes, cómo no, también temáticos. Descubre el mundo de los héroes de animación más famosos del planeta sin importar la época en la que planees tu visita, ya que el Disneyland Paris abre los 365 días del año. Podrás disfrutar con atracciones de vértigo (ojo con la Space Mountain, para muchos, la mejor montaña rusa del mundo), espectáculos nocturnos, encuentros con los personajes de dibujos más queridos entre los niños, espectáculos y cabalgatas para toda la familia y un sinfín de posibilidades. El parque abrió sus puertas la primavera de 1992 y puede presumir de ser unos de los destinos turísticos más importantes del continente europeo, ya que sus cifras de visitantes alcanzan la friolera de más de 14 millones de visitantes al año. Desde la ciudad, podrás llegar a Disneyland Paris en bus o en tren. Planifica tu estancia en www.disneylandparis.com.

Dado que la riqueza monumental de una ciudad como París parece casi interminable, resulta complicado seleccionar tan solo unos pocos monumentos a recomedar. Llegados a este punto, también merece la pena mencionar aquí otras construcciones como la Torre Montparnasse, el Palacio Real de París o la Capilla Expiatoria. La primera de todas ellas, la Torre Montparnasse, ofrece unas vistas inigualables sobre la ciudad. Se trata de un rascacielos con una altura de excepción (unos 210 metros y 59 pisos), que se encuentra en la Avenida de Maine. Fue construida a manos del arquitecto Roger Saubot entre 1969 y 1972 y hoy alberga principalmente oficinas, además de una terraza abierta al público. En su piso 56 podrás hacer también un alto en el Restaurante Le Ciel de Paris (www.cieldeparis.com), un comedor exquisito de cocina francesa, cuyo precio ronda las 80 euros por cabeza. Por su parte, el complejo del Palacio Real de París, que encontrarás al norte del Museo del Louvre, en la Rue Saint-Honoré, reúne un palacio, un teatro y varios jardines y galerías, que el Cardenal Richelieu ordenó construir durante la primera mitad del siglo XVII. Descubre su historia en www.palais-royal.monuments-nationaux.fr. Finalmente, la Capilla Expiatoria, de estilo neoclásico, fue proyectada sobre el lugar donde originariamente se hallaban enterrados los cuerpos sin vida del monarca Luis XVI y de su esposa Maria Antonieta. La encontrarás en la Rue Pasquier.

Las cifras de este cementerio, uno de los más conocidos de la capital francesa, conseguirán que un escalofrío recorra tu espalda: se calcula que unos 6 millones de personas han sido enterrados en los túneles y dependencias de estas Catacumbas, cuyas dimensiones se acercan a los 300 kilómetros de extensión (aunque hoy el acceso al público está restringido tan solo a una pequeña zona). En sus orígenes, fueron canteras de piedra caliza, cuyo destino cambió de rumbo cuando, allá por el año 1786, se comenzaron a trasladar aquí los cuerpos de los muertos desde los diferentes cementerios de la ciudad, con el fin de combatir las epidemias que entonces asolaban París. En la actualidad, te sorprenderán sus miles de huesos humanos y calaveras apilados sin orden y concierto, cuya visión resulta cuanto menos conmovedora.

El siglo XVII vió nacer este maravilloso complejo arquitectónico por encargo del monarca Luis XIV, que en la actualidad sirve como sede de espacios de carácter tanto religioso como museístico (entre ellos, el Museo del Ejército, referenciado en el apartado de esta guía dedicado a los Museos: www.musee-armee.fr), además de alojar dependencias destinadas a los antiguos combatientes franceses. La gran cúpula dorada de su Capilla de San Luis (denominada le Dôme) domina el horizonte de París y apunta ya una pista sobre la belleza que también descubrirás si visitas su interior. Se sitúa en el distrito séptimo parisino, a escasos metros de distancia de la Escuela Militar de Francia. En este Palacio Nacional de los Inválidos podrás ver también el Mausoleo de Napoleón Bonaparte, donde también yacen los cuerpos de su hijo Napoleón II y de su hermano José I de España.

Decenas de gárgolas majestuosas te saludarán desde los cuatro costados de este imponente y archiconocido templo católico, cuya construcción se prolongó entre 1163 y 1345. Es una de las obras arquitectónicas de estilo gótico más antiguas de toda Francia. Se levanta en la Île de la Cité, por lo que está rodeada por las aguas del río Sena por ambos lados y está dedicada a la Virgen María. Lamentablemente, el 15 de abril de 2019 el edificio sufrió daños significativos a causa de un incendio; dos tercios de la techumbre fueron destruidos, la aguja central de Viollet-le-Duc cayó y los rosetones quedaron dañados por lo que en estos momentos no puede visitarse por dentro.

En pleno corazón del Barrio Latino se levanta este impresionante monumento de estilo neoclásico firmado por el arquitecto Soufflot. Su construcción dio comienzo en el año 1764, pero no se terminaría hasta 26 años después, en 1790, durante la época de la Revolución Francesa. En su frontispicio podrás ver una inscripción grabada, cuya traducción es: “A los grandes hombres, la patria agradecida”. Aunque su función iba a ser la de una iglesia dedicada a la patrona de la ciudad, Santa Genoveva, finalmente se decidió que habría de funcionar como mausoleo para albergar los cuerpos de los hombres ilustres de la patria. Entre algunos de los que aquí descansan se dan cita nombres como Voltaire, Marat, Rousseau, Émile Zola o Jean Monet. Entre sus grandes hitos, cabe mencionar que el Panteón fue el lugar elegido para acoger la celebración del funeral del mismísimo Victor Hugo en el año 1885. Está clasificado como monumento histórico desde el año 1920 y sus muros llevan inscritos los nombres de importantes personajes de la historia francesa. En él podrás visitar tanto el interior del edificio como la cripta. Consulta su información en www.pantheon.monuments-nationaux.fr. También el Barrio Latino, otro edificio que merece la pena visitar es la Universidad de la Sorbonne. Descúbrela en www.paris-sorbonne.fr.

Este pequeño templo resulta ser una de las atracciones más admiradas por los más de 40 millones de visitantes que cada año pasean por París. Sus vidrieras policromadas, que representan unas 1.000 escenas religiosas como el Génesis, el Éxodo o la Resurrección, le dan a la capilla un colorido muy bello y peculiar. La Sainte Chapelle es una joya de estilo gótico situada en el corazón de la Île de la Cité. Su proyección, que fue ordenada por San Luis de Francia, tuvo como objeto albergar las reliquias que el rey Luis XXII trajo a Francia a mediados del siglo XIII desde Siria y Constantinopla. Cuenta con dos plantas y su construcción se prolongó en 1241 y 1248. La entrada a la capilla cuesta 8,50 euros. Además, se venden billetes combinados para ver la Sainte Chapelle y la Conciergerie por 12,50 euros. Revisa los horarios de visita y mucho más en www.sainte-chapelle.monuments-nationaux.fr.

En lo alto de la colina de Montmartre verás este célebre templo de la capital francesa. Su construcción fue planteada en 1873, como un homenaje a los ciudadanos franceses que habían perdido la vida en la guerra franco-prusiana. El arquitecto Paul Abadie fue el responsable de su proyección. La primera piedra no se colocaría hasta 1875. Su construcción se completó en 1914, y no sería hasta 1919, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, cuando finalmente se consagró tan titánica obra. La basílica, en forma de cruz griega, está coronada por cuatro cúpulas (la central cuenta con la friolera de 80 metros de altura). Su estilo se inspira en la arquitectura romana y bizantina. Si no quieres enfrentarte a los cientos de escaleras que es necesario subir para llegar hasta esta Basílica del Sagrado Corazón o Sacré Coeur, una buena opción es coger el funicular de Montmartre, que te dejará a escasos pasos de la misma. Infórmate en www.sacre-coeur-montmartre.com.

Se trata, probablemente, del Arco del Triunfo más famoso de todo el mundo. Fue construido entre 1806 y 1836 por encargo de Napoleón Bonaparte, tras su victoria en la Batalla de Austerlitz. Los arquitectos Jean Chalgrin y Jean-Arnaud Raymond se inspiraron en el Arco de Tito de Roma para construirlo. Se levanta en la plaza de Charles de Gaulle, en el extremo oeste de la avenida de los Campos Elíseos, y mide 49 metros de altura y 45 metros de ancho. En cada uno de sus pilares descubrirás una estatua diferente, llamadas El Triunfo, La Resistencia, La Paz y La Marsellesa. Aunque puedes dejarte llevar tan solo por su imponente visión exterior, resulta también interesante visitar el museo que se encuentra en su interior, donde te desvelarán todos los detalles sobre su construcción y su historia. Las vistas panorámicas desde su parte superior son también recomendables. Si observas de cerca el Arco del Triunfo, podrás distinguir nombres grabados en él, que corresponden a antiguos revolucionarios, combatientes y militares. A los pies del Arco se encuentra además la Tumba al Soldado Desconocido, de 50 metros de alto y 45 metros de ancho, cuya llama permanece siempre encendida en recuerdo de las víctimas de guerra. Más en www.arc-de-triomphe.monuments-nationaux.fr.

El ingeniero francés Gustave Eiffiel diseñó esta torre de hierro pudelado para la Exposición Universal de París de 1889. Es una de las estructuras monumentales más visitadas y admiradas de todo el planeta. Actualmente, se estima que acoge a más de seis millones de visitantes cada año. Con una altura de más de 300 metros, ofrece la mejor panorámica de la ciudad bañada por el río Sena. Al caer la noche, la torre se convertirá en todo un espectáculo para tus ojos, ya que, a cada hora en punto, las luces que la iluminan parpadean de forma mágica durante cinco minutos. Pese a que hoy es el mayor atractivo de la ciudad, estuvo a punto de ser derruida, puesto que los artistas de su época la tachaban de ser un verdadero monstruo de hierro. Se levanta a los pies del Campo de Marte y fue concebida para celebrar el centenario de la Revolución Francesa. Ostentó el honor de ser la estructura más elevada del mundo durante más de 40 años, hasta que fue superada por el edificio Chrysler en Nueva York en 1930. Permanece abierta al público hasta las 23 horas y cuenta con tres plantas: las dos primeras se pueden subir en ascensor o a pie –coronando nada más y nada menos que 704 escalones y 115 metros de altura–, mientras que a la tercera se llega solo en ascensor. Para celebrar la entrada en el nuevo milenio, en el año 2000 la Torre Eiffel fue adornada con 20.000 flashes, que, desde entonces, parpadean dos veces al día (al mediodía y a la 1 de la madrugada) durante 10 minutos. Para evitar colas, puedes comprar tus entradas on line a través de www.tour-eiffel.fr, donde también podrás consultar precios, descuentos, horarios, etc.

En el número 24 de la Rive Gauche tropezarás con este selecto y afamado almacén de líneas refinadas y contemporáneas, todo un clásico de las compras en la ciudad. Su nombre significa “el buen mercado” o el “buen trato”, una definición que apunta dos de sus grandes características: la calidad y gran variedad de su oferta y la calidez y amabilidad que te envolverán cuando lo visites. Fundado por Aristide Boucicaut en 1838, nació como una pequeña tienda, que sufriría diferentes cambios y transformaciones a medida que su fama iba en aumento. Hoy hallarás aquí boutiques de lujo, tiendas de moda y accesorios, un espacio dedicado a la belleza y otro a la más exquisita lencería, un área exclusiva para caballeros, una zona infantil y otra de mobiliario, un local gourmet, etc. Infórmate de todas sus posibilidades en www.lebonmarche.com.

Si buscas un restaurante con encanto, Chez Marianne es tu lugar. Está en el corazón del barrio judío de Le Marais, en la Rue des Hospitalières-Saint-Gervais. Por sus fogones desfilan propuestas como hummus, berenjenas o su archiconocido falafel. Un suelo de azulejos blancos y negros sirve como carta de presentación de un comedor animado y acogedor, que prepara también comida para llevar. Está muy solicitado, por lo que no será raro que te lo encuentres lleno y, quizás, tendrás que esperar un poco para conseguir mesa. Sea como sea, su popularidad indica que realmente merece la pena la espera. Su precio medio por cabeza no supera los 18 euros.

Si hablamos de pasteles y dulces en una ciudad como París, no podemos dejar de mencionar la mítica y golosa Ladureé. La serie televisiva de culto Sexo en Nueva York y algunas películas, como la de María Antonieta, de Sofia Coppola, han hecho de este local uno de los salones de té de referencia en la Ciudad de la Luz. La casa fue fundada cuando corría el año 1862 y es universalmente deseada por sus macarons, unas pequeñas y divertidas pastas rellenas de crema, que son redondas y de múltiples colores, muy típicas de la ciudad de París. Ladureé cuenta con varios establecimientos de inspiración romántica y chic dispersos por la geografía parisina. Uno de los más céntricos es el que encontrarás en el número 75 de la Avenida de los Campos Elíseos. Mientras, para ir abriendo boca, déjate seducir por su página web www.laduree.fr.

Libros, libros y más libros (la mayoría, de segunda mano). Eso es lo que encontrarás en esta increíble librería de dos plantas, que todo amante de la letras debería visitar. Funciona también como biblioteca especializada en literatura anglosajona. Se halla en el distrito quinto, en el Barrio Latino, a escasos pasos del río Sena y de la Catedral de Notre Dame. El establecimiento tal cual lo conocemos hoy abrió sus puertas por primera vez en 1951 de la mano de George Whitman. A mediados del siglo XX, la librería ostentaba el honor de ser el epicentro de la cultura literaria parisina. Entre sus ilustres visitantes resuenan nombres como los de Joyce, Hemingway, Fitzgerald, Stein o Pound. Muchos novelistas y aspirantes a escritores (por ejemplo, de la generación beat) durmieron en el local a cambio de ayudar en los quehaceres diarios del negocio. Investiga su dilatada historia en www.shakespeareandcompany.com.