Guía turística: qué hacer y ver en Pamplona
Espacios verdes, gastronomía e historia en la capital navarra.
Cuando piensas en Pamplona, inmediatamente su nombre se tiñe de rojo y blanco. Los sanfermines son, sin duda, su mejor carta de presentación y han convertido a la ciudad en un referente de las fiestas mas típicamente españolas para el visitante extranjero. Sin embargo, Pamplona es mucho más que El Chupinazo y el 'Ay pobre de mí'. La capital navarra te sorprenderá por sus enormes zonas verdes, por un patrimonio artístico y monumental extenso y por su buena gastronomía. No olvides probar sus vinos y visitar sus bodegas: ¡salud!
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Buenaceite
Un aceite para cada ocasión, déjate aconsejar y no fallarás.
Oro líquido para tu paladar.
Uno de los ingredientes imprescindibles en la dieta mediterránea es el aceite de oliva y curiosamente en Pamplona encontrarás una tienda especializada en este oro líquido: Buenaceite, situada en la calle Chapitela del casco viejo. Si tienes dudas sobre el aceite más adecuado para tu compra puedes degustarlo in situ y elegir entre la gran variedad del producto, procedente tanto de Navarra como de otras regiones e incluso algunas rarezas internacionales. El aceite con Denominación de Origen de Navarra destaca por su gran intensidad de trasfondo afrutado que depende de la aceituna recolectada: si no lo has catado, merece la pena probarlo por primera vez. Las delicadas botellas de Buenaceite hacen difícil la elección entre aceites de oliva virgen extra, aceites de oliva refinados o ecológicos. También encontrarás productos naturales elaborados a partir de la aceituna y derivados, como cosmética de base oleica.
Forja Artística Arbizu (Etxauri)
Piezas en hierro forjado que decorarán cualquier parte de tu casa.
Un oficio que sobrevive al paso del tiempo.
El patriarca de la familia Arbizu, Calixto Arbizu, fundó en 1928 la fragua y forja que lleva su nombre y heredaron su hijo y su nieto, maestros artesanos del hierro como él. Los Talleres Arbizu se encuentran en el municipio de Etxauri, a 13 kilómetros de Pamplona, y merece la pena una excursión a este paraje rural por conocer el funcionamiento de una forja y, de paso, realizar compras de artesanía de hierro. Entre sus piezas de arte -que se pueden reservar y solicitar que envíen a destino con mensajero- encontrarás lámparas de pie dignas de un castillo, atriles, cruces, herrajes decorados y casi cualquier pieza que puedas imaginar extraída del hierro. La técnica que el abuelo Arbizu enseñó a su hijo y éste a su vez al nieto va desde soldadura a la calda al grabado y repujado, entre otras especialidades.
Niu Taller de Cerámica
Diseños exclusivos y piezas artesanales para los que les gusten las joyas, ¿hay algún regalo mejor?
Joyas artesanales y originales.
La artista Mónica Tort Bori ha convertido su rincón Niu Taller de Cerámica en un pequeño paraíso de las compras donde podrás elegir entre joyas y piezas de ornamentación exclusivas e inéditas. El estudio-tienda Niu se inauguró en el año 2004 en la calle Curia y ofrece dos líneas de artesanía: una basada en la cerámica cocida y ornamentada, con bandejas, vajilla, jarrones y vasijas para decorar tu hogar o servir de original regalo; y otra línea de joyería elaborada con porcelana, con collares, pendientes, broches o anillos que tendrás la seguridad de ser piezas únicas y originales. Las técnicas que emplea esta artista van desde los tradicionales 'churros', moldes, tornos y planchas con las que convierte materiales inertes como el gres o la arcilla en verdaderas obras de arte, decoradas con óxidos y esmaltes que ella misma produce.
La Vinoteca
Aprende a degustar un buen vino y llévate la mejor cosecha a tu casa.
La cultura del vino en Navarra.
Los amantes del buen vino e incluso de la buena cerveza no pueden dejar Pamplona sin visitar La Vinoteca, club para gourmets y aficionados al enoturismo, que tiene dos sedes en la ciudad: una en la calle Chapitela y otra en la calle Espíroz. Fundada en los años 80 por el experto en vino Luis Fernández Olaverri, esta tienda especializada ofrece las mejores cosechas a la venta y organiza actividades enológicas abiertas a todo el público. Fernández Olaverri, miembro dundador de la Confradía del Vino de Navarra sabe mejor que nadie qué puede buscar en su tienda un gran aficionado al producto de la vid. Por una parte puedes deleitarte con catas de vino y concursos que organizan en Vinarte, en el Club Cata del Vino, o el Bier Club Cerveza, cada uno en su especialidad.
Taller Artístico en Vidrio - Agustín Aguirre
El vidrio es la materia prima que utilizan estos artistas para hacer piezas únicas.
Creatividad con botellas.
Se dice que las vidrieras son la forma más vieja de arte cinético porque la luz atraviesa sus colores y formas de distinta manera dependiendo de la estación del año, el clima o el momento del día. Y con la idea de investigar en este tipo de creación visual, el artista Agustín Aguirre se decantó por experimentar con las técnicas tradicionales del vidrio (tiffany, soplete, emplomado) desde el año 2000 hasta llegar a inventar una nueva técnica: el 'vidrio explosionado'. Sus creaciones en cristal con botellas recicladas (de las que saca después cajas de reflejos nacarados) y otros delicados trabajos en taracea (marquetería) se encuentran a la venta en su Taller Artístico, situado en la Plaza del Castillo. Aquí podrás encontrar todo tipo de objetos de decoración y sorprendente joyería, así como pinturas en las que innova con materiales como telas, plumas y otras texturas.
Chocolates Subiza
Déjate llevar por el placer de un chocolate, cuya receta ha pasado de generación en generación.
El bocado más dulce.
Desde 1841, la familia Subiza convirtió Navarra en cuna del chocolate artesanal, primero con un 'metate' o piedra de moler y después con un molino, primero tirado por caballos y finalmente con electricidad cuando llegó la luz al valle. El primer maestro artesano, Miguel Subiza, aprendió las técnicas de elaboración de chocolate típicas de Francia y después las consolidó en San Sebastián para finalmente terminar en Navarra a mediados del siglo XX, donde se consolidó la empresa Chocolates Subiza. Se ha pasado la receta casi en secreto generación tras generación durante cinco para hacer sus chocolates de gran calidad, delicioso sabor y exquisita textura, ideales para un regalo o para darse un capricho. La clave de los Chocolates Subiza es su alta concentración de cacao y la elaboración con técnicas artesanales que fomentan la suavidad de su textura.
Geroarte
Un taller y tienda de artesanía creada por dos jóvenes emprendedores para tus compras.
Creaciones de jóvenes artistas.
La pasión de los artistas Mikel Okiñena y Ainhoa Sánchez por la cerámica y la madera, que aprendieron a convertir en obras de arte en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona y en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Bilbao, hizo que inauguraran en el año 2003 su propio centro de creación y venta de artesanía, Geroarte. El estudio-taller se encuentra en la calle Remigio Mújica y no sólo sirve de tienda con exposición y venta al público de sus obras de arte, sino que también ofrecen talleres para los más pequeños interesados en las manualidades. Entre los objetos que podrás comprar se encuentran percheros, relojes de mesa, bajorrelieves y vajilla, en madera tallada con gubias y buriles o cerámica con la técnica tradicional de churro y moldes específicos creados por los propios artistas.
Botas de vino Las Tres Z.Z.Z.
Se la lleves a quien se la lleves, le sorprenderás y tendrá un buen recuerdo de Pamplona.
El regalo más castizo.
Una de las tradiciones que no se puede perder y que al mismo tiempo representa un aspecto importante de la cultura vinícola es la bota de vino, perfecta para un regalo original. Seguramente verás en las tiendas de souvenirs de Pamplona muchas imitaciones de este objeto, pero si lo que buscas es una bota de calidad, ya sea de piel o sintética, tienes que acercarte a la tienda Botas de Vino Las Tres Z.Z.Z., que se encuentra en la carretera Puente Miluce. Curiosamente, esta empresa sobrevive desde el siglo XIX, cuando fue creada por los boteros Gregorio Pérez y Eusebio Iglesias, y hoy se ha convertido en un referente nacional en el mercado. El nombre de Las Tres Z.Z.Z. viene de las hijas trillizas de Gregorio Pérez, quien finalmente compró el negocio y quiso homenajear así a sus insólitas "zagalas".
Taller-escuela de encuadernación J. Pagola
Los amantes de los libros encontrarán aquí su paraíso particular.
Artesanía para tus recuerdos.
Si tienes un libro heredado que casi no se sostiene en su canto puedes aprovechar tu viaje a Pamplona para visitar el taller-escuela de encuadernación J. Pagola, situado en la calle Manuel de Falla desde los años 90. Aquí no sólo recuperan libros viejos, sino también realizan pequeñas tiradas de autor, estampaciones en oro o mosaico y elaboración de delicadas cajas y estuches que puedes llevarte para decorar o para regalar. Si buscas artesanía en piel o papel, agendas, diarios y otros productos de papelería, ésta es tu tienda. También existe la opción, en caso de que tu estancia en Pamplona se vaya a alargar y te interesa el mundo de la encuadernación, de consultar los talleres disponibles en su escuela con clases teóricas y prácticas en encartonado, encuadernación japonesa, rotulado con pan de oro, tratamiento de pergaminos y técnicas medievales.
Taller Kaolín (Muruzábal)
Para un regalo original, acércate a conocer la obra de esta ceramista y elige entre todas sus obras.
A caballo entre lo tradicional y lo moderno.
Si buscas un regalo original, a mitad camino entre el arte contemporáneo y la artesanía tradicional, no puedes perderte la tienda-taller Kaolín que se encuentra en Muruzábal, a 26 kilómetros de Pamplona. Allí la ceramista Maria Lourdes Lezá continúa con su saber hacer en una empresa de artesanía que sobrevive desde los años 80, lo que la convierte en una veterana del sector. Su especialidad técnica es manual y torno que aprendió durante cinco años en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, donde comenzó su técnica hiperrealista aplicada a la cerámica, el barro, arcillas y cenizas de árbol. Sus objetos son pequeñas obras de arte decorativas, como réplicas de objetos ya olvidados y pasados de moda como vetustas maletas, sombreros o paraguas que parecen de verdad. También recrea murales de puertas antiguas y trabaja con materiales envejecidos como ventanas y fachadas.
Museo Etnográfico del Reino de Pamplona (Arteta)
Recorrido a la historia rural de la zona a través de sus gremios.
Mucho por ver a las afueras de Pamplona.
La Casa Fantikorena se encuentra en el municipio de Arteta, a 22 kilómetros de Pamplona, donde nace uno de los manantiales que abastecen a la capital. Y en este edificio, que presenta una curiosa arquitectura rural típica del siglo XVII navarro, se encuentra el Museo Etnográfico del Reino de Pamplona. Aquí encontrarás piezas de la sociedad rural no sólo de Navarra, sino de toda Euskal Herria, con más de 8.000 objetos de distintas épocas y profesiones relacionadas con el hierro, madera o barro. El Museo Etnográfico nació como iniciativa del escultor José Ulibarrena Arellano, cuya colección familiar fue ampliándose desde su apertura en los años sesenta, y hoy representa más de 100 gremios tradicionales con sus aperos e instrumentos de faena. La casa-museo está dividida por temáticas como ebanistería, cantería, costura y confección, medicina tradicional, creencias místicas y de productos artesanales.
Museo Oteiza (Alzuza)
La obra más personal de Oteiza en su lugar de inspiración.
La colección personal de Jorge Oteiza.
El viaje hasta el enclave rural de Alzuza (a ocho kilómetros de Pamplona) te llevará a un relajante entorno de naturaleza y a la casa y mayor colección del artista Jorge Oteiza (1908-2003), en el museo que lleva su nombre, inaugurado en 2003. El edificio de hormigón rojo, construido por el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, alberga la vivienda de Oteiza y sus más de 1.650 esculturas y otras 2.000 piezas de su estudio experimental, así como bocetos y collages. El Museo conduce por tres rutas: la Casa, el Taller y el conocido 'Laboratorio de Tizas', como lo llamaba Oteiza, que fue un centro neurálgico de debate e intercambio con otros creadores y pensadores de la época. Oteiza no fue sólo un escultor, sino un intelectual y pensador, con muestra su extraordinaria colección de más de 5.000 volúmenes, que forman parte de su Centro de Documentación.
Casa de las Aguas de Mendillorri
La importancia del agua y sus virtudes en un lugar para descubrir y pasear.
El ciclo de vida del agua.
El drama de la sequía y la ausencia de agua potable en Pamplona -que hizo necesario la construcción del Acueducto de Noáin- se refleja también en la Casa de las Aguas de Mendillorri, como recuerdo de los esfuerzos de ingeniería para gestionar la llegada del agua a la ciudad. La colina de Mendillorri es un enclave natural con un jardín botánico de un kilómetro donde suelen pasear las familias al caer la tarde. El interés añadido está en los seis depósitos de agua (algunos construidos en el siglo XIX) y el centro de exposiciones del Centro de Información y Educación Ambiental de Mendillorri, donde se explica a través de paneles, maquetas y juegos interactivos, las medidas que fueron necesarias para la traída de agua, el paso del cántaro al grifo, la vida de una gota de agua y los motivos para ahorrarla.
Planetario de Pamplona
Ideal si viajas con niños, pero divertida para todos, donde te sentirás como un hombre del espacio.
Una experiencia divertida para toda la familia.
Si viajas con niños y quieres entretenerles con una exposición original, no puedes perderte el Planetario de Pamplona, ubicado en el Parque de Yamaguchi, que además tiene zona verde y parque infantil. Incluso si no te interesa la astronomía merece la pena una visita a la extraordinaria cúpula del Planetario, una de la más grandes de España, en la que se pueden ver cerca de 9.000 estrellas. En la sala de proyecciones Tornamira podrás ver el nacimiento y la muerte de constelaciones, adelantarte al paso del tiempo en años-luz y viajar por el espacio como un astronauta. El Planetario, inaugurado en 1993, cuenta también con sala de exposiciones -no sólo científicas, sino también artísticas-, un auditorio para 250 personas, en el que se celebran conferencias temáticas, debates y presentaciones científicas, así como un espacio para talleres de cine y fotografía astronómica, entre otras disciplinas.
Museo Catedralicio Dicocesano
Curiosa colección de objetos con una exposición interactiva.
Acercamiento al arte sacro.
La catedral de Pamplona es una visita imprescindible por su valor arquitectónico y escultórico y por el tesoro artístico que guarda el Museo Catedralicio Diocesano. Sus instalaciones abarcan la catedral, capilla Barbazana, claustro y otras dependencias eclesiásticas que incluyen los yacimientos arqueológicos en los que se sigue trabajando en directo. La colección del museo aporta una visión completa a la imaginería religiosa navarra, con relicarios esmaltados con plata dorada o la exclusiva colección de tallas de la Virgen del siglo XII al XV. El aspecto vanguardista del Museo Catedralicio pasa por la insólita exposición interactiva 'Occidens', que reflexiona sobre los orígenes cristianos a través de holografías, proyecciones audiovisuales e incluso sonidos y aromas de épocas pasadas. Se trata de un espacio de más de 4.500 metros cuadrados sobre una alfombra de acero interactiva que conduce el paseo por la exposición.
Museo Pablo Sarasate
Si amas la música te gustará conocer la vida de este compositor y acercarte a su vida.
Vida y obra de Pablo Sarasate.
El inolvidable autor de 'Aires Bohemios' nacido en Pamplona, Pablo Sarasate (1844-1908), tiene su museo-homenaje ubicado en el Palacio de Condestable. Una cautivadora exposición que recorre su trayectoria -desde sus comienzos como niño prodigio hasta su consolidación como violinista- y permite a los visitantes entretenerse con fotografías, partituras, programas musicales, proyecciones audiovisuales sobre su vida y una selección de objetos personales tan pintorescos como pitilleras rusas de esmalte, reproducciones de sus violines míticos (porque en algunos casos se perdió el original, como el que ganó en el Concurso de Violín de París con 13 años) o bastones que coleccionaba el coqueto Sarasate (una de las mejores en toda Eruopa), capaz de memorizar las partituras por no usar las gafas que necesitaba. El museo incluye también los obsequios que le hicieron reyes y emperadores, entre otras curiosidades que donó el violinista a Pamplona poco antes de morir.
Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra
Aprende a través de la fotografía en una de las mejores colecciones.
La fotografía como arte.
El legado del piloto, ingeniero y fotógrafo José Ortiz Echagüe (1886-1980) compone una visita imprescindible para los amantes de la fotografía: el Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra. No sólo alberga el material, laboratorio y fondos documentales del fotógrafo, sino que en los últimos años ha ido ampliándose con nuevas colecciones de fotografía que contribuyen a radiografiar la historia de la imagen impresa en España desde el siglo XIX a la actualidad. Aquí encontrarás daguerrotipos, ferrotipos, albúminas, papeles a la sal, no sólo de fotógrafos españoles, sino también de grandes maestros internacionales como Clifford, Disdéri o Wheelhouse. Además del patrimonio de Ortiz Echagüe, el Fondo Fotográfico también ha heredado los legados de Juan Dolcet y del Conde de la Ventosa, fundador de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid y fotógrafo de los paisajes sociales de los años 20 y 30.
Museo de Navarra
No vayas con prisa, aprende con cada objeto y conoce la historia de Navarra a través del tiempo.
La historia de Navarra contada de otra forma.
El único espacio en Pamplona donde se pueden encontrar tesoros tan variados como los capiteles románicos originales de la catedral o pinturas firmadas por Francisco de Goya es el ecléctico Museo de Navarra, abierto al público desde los años cincuenta en el antiguo Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia. Se trata de un insólito viaje de cuatro pisos a través de las diversas manifestaciones artísticas que han pasado por Navarra desde la Prehistoria al siglo XX, por lo que recorrerlo entero te llevará cierto tiempo. Aquí encontrarás curiosidades como el Mapa de Abauntz, bloque de piedra con el primer mapa del paleolítico con esquemas rupestres, el Mosaico Romano del Triunfo de Baco, del siglo I d.C., o la arqueta hispano-musulmana de Leire, del siglo II. Incluso se conserva el retrato del Marqués de San Adrián, pintado por un Francisco de Goya ya sordo en 1804.
Centro de Arte Contemporáneo HuArte
Cualquier faceta de arte contemporáneo para apreciar con todos los sentidos.
Cultura contemporánea en un espacio peculiar.
Si visitas la localidad de Huarte, a cinco kilómetros de Pamplona, probablemente te sorprenda la inquietante arquitectura en forma de gigantesco cubo negro (6.500 metros cuadrados futuristas rodeados por una valla metálica y un área ajardinada) en la calle Zubiarte. Se trata, nada más y nada menos, del diseño vanguardista propuesto por los arquitectos Franc Fernández de Eduardo, Carles Puig y Xavier Vancells para albergar el Centro de Arte Contemporáneo HuArte, referente nacional de los nuevos movimientos creativos y cuna de los creadores emergentes de la región. El museo no se limita sólo a las disciplinas plásticas, sino que también cuenta con una programación estable de teatro y danza, intercambios con escuelas de otras ciudades y talleres abiertos al público que van desde la arquitectura a la música, pasando por el cómic o el cine y cualquier otra manifestación de arte.
Museo de Educación Ambiental San Pedro
Un día divertido para todas las edades y con aprendizaje incluido.
Aprende a cuidar el entorno y diviértete.
Ubicado en el Monasterio Viejo de San Pedro, en la calle Errotazar, el Museo de Educación Ambiental San Pedro supone la combinación de la vetusta arquitectura del siglo XVIII con la vanguardia de la concienciación medioambiental. Este museo pretende enseñar a niños y mayores las ventajas de la educación sostenible, a través de ocho salas de exposición multimedia, con talleres de huertos urbanos, muestras de la influencia del hombre sobre los ecosistemas, la importancia del reciclado y el control de residuos, así como el estudio de la contaminación sonora en las ciudades. El Museo de Educación Ambiental se encuentra a la vanguardia de las colecciones de Pamplona y cuenta con un Observatorio de la Sostenibilidad que radiografía los niveles ambientales de la ciudad y ofrece talleres temáticos para mayores y cinefórum documental los miércoles y martes por la tarde respectivamente.
Centro de Vuelo Lumbier
Descubre Navarra desde el aire, ¿te atreves a vivir una experiencia única?
Para los más atrevidos.
¿Alguna vez has pilotado un ultraligero o has disfrutado de un 'bautismo de vuelo' sobre valles y montañas? Si no te asustan las alturas, la localidad de Lumbier, a 37 kilómetros de Pamplona y en pleno centro de las Cuencas Prepirenaicas, te ofrece la oportunidad de convertirte en piloto por un día. Para llegar a Lumbier existe un servicio habitual de autobuses que te llevará desde la capital en apenas hora y media. Conviene que consultes primero con el Centro de Vuelo para saber si las condiciones meteorológicas permitirán despegar los ultraligeros y disfrutar de 15 minutos de paisaje desde las alturas. El vuelo te elevará sobre el castillo medieval de San Francisco Javier, la pintoresca Sangüesa, la sierra de Leire y los Pirineos. También puedes contratar cursos de pilotaje o vuelos que duren más tiempo hasta el destino que elijas.
Parque Natural de las Bardenas Reales (Arguedas)
El mejor lugar para disfrutar de actividades al aire libre con un paisaje de fondo único.
Un paisaje de película.
La zona de las Bardenas Reales, en la localidad de Arguedas, es la preferida por los aventureros, escaladores, senderistas y jinetes que buscan bellos paisajes y una forma alternativa de disfrutarlos. Puedes elegir entre paseos a caballo, rutas en 4X4 o quad por tierras lunares, trekking o rutas de orientación con guía. El Parque Natural de las Bardenas Reales, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, se encuentra cerca de Tudela y consiste en una extensión de 42.000 hectáreas de areniscas, arcillas y yesos erosionados por el clima y convertidos en paisaje insólito de barrancos y cerros similares al Gran Cañón del Colorado, escenario de numerosas películas y anuncios de televisión donde en la vida real habitaron bandoleros y contrabandistas. Algunos de los mejores paisajes, como la extraordinaria formación geológica 'Castildetierra', están cerrados al paso de vehículos, por lo que una buena opción puede ser recorrer el desierto en segway.
Sendero Micológico de Unzué
Una ruta de senderismo cerca de Pamplona para disfrutar y aprender.
Senderismo y naturaleza.
Si te gusta caminar y explorar nuevos paisaje, coge calzado cómodo y prepárate para una excursión de dificultad baja y sólo 11 kilómetros de extensión sin desnivel por el Sendero Micológico de Unzué. En esta localidad, situada a 21 kilómetros de Pamplona, se encuentra la iglesia de San Millán, punto de partida de la ruta que avanza por senderos agrícolas y sigue el discurso del río. El principal atractivo de esta ruta para trekking es observar la diferencia en el paisaje, a medida que evoluciona desde el comienzo con especies propias del clima continental-mediterráneo, hasta los bosques de hayedos húmedos. Otra de sus peculiaridades es su importancia micológica, si tienes conocimientos de identificación de setas. Si no tienes siempre puedes contratar un guía local que te lleve por la ruta de Unzué recogiendo y seleccionando sólo las setas comestibles.
La Valdorba
Si dispones de tiempo, planifica un viaje a esta zona para descburir algo más de la región.
De excursión por la zona.
Parece que no pasa el tiempo por la región de La Valdorba, en Garínoain, núcleo de pintorescas aldeas medievales con grandes restos del Románico. En este valle cercano a Pamplona encontrarás tesoros arquitectónicos con ejemplos civiles como el Hórreo de la Iracheta y otras construcciones religiosas románicas, como las iglesias de San Pedro Ad Víncula y del Cristo de Cataláin, o la silenciosa Cripta de Orisóain. Merece la pena dedicar varios días a esta zona, con acogedores caseríos convertidos en casas rurales donde alojarse y continuar la expedición. La Valdorba acoge también una de las mejores vistas panorámicas de la zona, desde el mirador del mayor parque eólico de Europa: el Parque de Guerinda. Si prefieres actividades micológicas, cata de trufas, avistamiento de aves rapaces o jabalíes en su entorno: todo eso y mucho más lo encontrarás aquí.
Parque Yamaguchi
Un acercamiento a la cultura japonesa en forma de parque para una tarde de relax.
El hermanamiento con Japón.
Uno de los rincones más sorprendentes de Pamplona es su gigantesco jardín japonés que parece sacado de un auténtico cuento oriental. El Parque Yamaguchi, diseñado por paisajistas nipones en 1997, tiene una extensión de 4.000 metros cuadrados que discurren en torno a un estanque artificial, 600 especies de plantas, 400 árboles y 500 toneladas de piedra para elaborar los caminos que conectan las peculiaridades típicas de este tipo de jardines. Así encontrarás la clásica 'azumaya' (caseta en mitad del estanque), taki (cascada), suhama (playa) o los delicados 'ishibasi' y 'yatsubashi' (puentes) en los que detenerte a contemplar la belleza del estudiado paisajismo donde nada se deja al azar y todo remite a la serenidad nipona en mitad de la ajetreada ciudad. En el Parque Yamaguchi no sólo encontrarás un oasis con géiser incluido donde pasar una tarde agradable, sino que también puedes acercarte a su interesante Planetario.
Parque Eólico Sierra del Perdón
Siente el viento y disfruta con las vistas que te ofrece este lugar.
La fuerza del viento.
Si el Quijote hubiera conocido Navarra posiblemente habría enloquecido con sus más de 46.000 metros cuadrados de estilizados molinos de viento, protagonistas del Parque Eólico Sierra del Perdón. Esta sorprendente extensión de tecnología eólica se encuentra en la localidad de Zariquiegui, a 12 kilómetros de Pamplona, y las vistas desde su Mirador ofrecen una extraordinaria perspectiva en días despejados que incluye desde los Picos de Urbión y el Moncayo, los Pirineos a lo lejos e incluso la Cordillera de Cantabria. Por las noches, el paisaje cambia y adquiere aspecto de ciencia ficción con los molinos de viento vistos desde la carretera como una senda iluminada en mitad de la nada. Las buenas condiciones eólicas de la Sierra del Perdón hacen que sea también núcleo de actividades deportivas como el parapente y ala delta, que se pueden contratar con profesionales locales.
Jardines de Taconera
Date un paseo por este parque y ve descubriendo todos sus encantos.
Un oásis verde en plena ciudad.
Los 90.000 metros cuadrados de césped, plantas y árboles centenarios de los Jardines de Taconera, situados en el entorno amurallado del Casco Viejo de Pamplona no tienen mucho que envidiar a Versalles. Se trata de un pulmón verde de la ciudad, conservado desde 1719, cuajado de fuentes y esculturas donde pasar una agradable tarde de paseo. Entre sus arcos y estatuas es fácil encontrar a bohemios y escritores que buscan inspiración para después escribir con un té y una deliciosa tarta en el Café Vienés dentro del mismo parque. Pero si algo caracteriza a los Jardines de Taconera es su vetusto zoo protegido por fosos donde habitan en semi libertad cisnes, pavos reales, ciervos, faisanes y gamos, entre otras especies, que se pueden observar desde los miradores. Entre las joyas escultóricas del parque encontrarás la conocida 'Mariblanca', alegoría de la Abundancia.
Parque Fluvial del Arga
Disfruta de un paseo tranquilo admirando la belleza de esta región.
Un paseo por el río.
Uno de los recorridos al aire libre más tranquilos y refrescantes de Pamplona es el Parque Fluvial del río Arga, que a lo largo de 12 kilómetros sigue el curso de este río y atraviesa puentes, rincones pintorescos, huertas y entresijos de la ciudad. Aquí podrás observar a los piragüistas entrenando en sus aguas, seguidos de cerca por la ruta del carril-bici que recorre el parque fluvial. En los años noventa se llevó a cabo una labor de recuperación del cauce del río, que hoy se divide en cuatro sectores y atraviesa pasarelas y molinos viejos restaurados. Así te encontrarás las Huertas del Barrio de la Magdalena, conocidas por la calidad de sus frutas y hortalizas, y su puente medieval que cruza el Camino de Santiago. Pasado este tramo el Parque del Agra sigue por Aranzadi, con su puente romano, el barrio de Rochapea y finalmente San Jorge.
Observatorio de Aves de Laguna de Pitillas
Para pasar un día diferente, acércate a esta laguna y disfruta de sus actividades al aire libre.
Disfrutando de la naturaleza.
Los amantes de la naturaleza no pueden perderse el Observatorio de Aves de Laguna de Pitillas, centro neurálgico de la ruta pirenaica occidental de migración de aves. La Laguna de Pitillas, que cuenta con una extensión de 260 hectáreas, fue declarada Reserva Natural en los años 80 y es considerada Humedal de Importancia Internacional por las especiales características bioclimáticas del entorno. No importa si no tienes conocimientos sobre aves: el Observatorio pone a tu disposición visitas guiadas, telescopios, prismáticos, así como paneles explicativos, gráficos y audiovisuales, que te describirán lo que estás viendo: las especies que habitan en la Laguna, su origen como humedal y las rutas migratorias. Conviene solicitar cita previa en el Observatorio y consultar las condiciones del clima, por si las lluvias han inundado parte del recorrido natural o si es época de cría de aves y se restringe la visita.
Hostelería El Temple
Cocina tradicional a fuego lento en un lugar con mucho encanto y a buen precio.
Las recetas de la abuela.
Las recetas de las abuelas navarras se dan cita en la Hostelería El Temple, pequeño restaurante en la Calle Curia, donde conviene reservar si no quieres quedarte sin sitio, porque los platos caseros y los buenos precios hacen que siempre se llene. Tienen una planta baja para pedir pintxos y un comedor con menú del día o carta. Aquí no encontrarás platos de diseño con vinagre de módena como decoración, sino una carta con buenas carnes y pescados, acompañados de las verduras de temporada. De entrantes puedes pedir pimientos del Piquillo o las ensaladas de toda la vida, contundentes y generosas, para después escoger entre pescados tradicionales (como gambas al ajillo, almejas a la marinera y ajoarriero) o suculentas carnes como costillas de cordero o solomillo a la plancha con roquefort. Los postres tradicionales te harán recordar esos olores a casa antigua sin florituras.
Tabla Tomasa
Platos internacionales de buen gusto y calidad en el centro de Pamplona.
Un toque internacional.
Porque no todo en Pamplona son pintxos existe el restaurante Tabla Tomasa, en la calle Virgen del Puy, donde disfrutarás probando platos de influencias internacionales con giros locales. ¿Te apetecen unos nachos o una ensalada mexicana, unos 'huevos cabreados' -huevos rotos con un toque personal-, quesadillas, pollo tikka masala o verduras con tempura? Todo es posible en este local situado cerca del Parque Yamaguchi y siempre lleno, por lo que si vas a ir a cenar conviene reservar previamente. Entre semana ofrecen un 'menú express' más que asequible y los fines de semana sólo se puede escoger de la carta, por lo que no sabrás por dónde empezar y mucho menos cómo terminar sus generosos platos. Conviene ir con hambre de lobo o pedir menos de lo que crees que podrás comer, porque de lo contrario no llegarás nunca a considerar sus deliciosos postres.
Alsafir
Comida árabe y espectáculo en vivo, todo en este restaurante pensado para los que quieran algo diferente.
Exótico lugar para una noche diferente.
Si te has cansado de los típicos pintxos y cocina vasco-navarra y quieres variar sabores, una propuesta diferente y de calidad es el restaurante árabe Alsafir, en la Calle Castillo de Maya, auténtico rincón del exotismo en mitad de Pamplona. Los jueves puedes degustar la cena acompañado por un espectáculo de danza del vientre, pero conviene reservar mesa para estas noches árabes porque el restaurante siempre se llena. Disponen de menú degustación compuesto por la 'Ensalada Alsafir', cuscús de cordero y brochetas, acompañado por el clásico té, sin olvidar su carta con humus y tajine de dátiles y nueces. Aunque los precios equivalen a la calidad y presencia de los platos, siempre existe una opción más asequible de pedir en la barra un 'durum' (pan de pita relleno) acompañado de un plato para compartir.
Bar Mô
Cada una de sus propuestas tiene un toque personal que le hace ser un restaurante original y divertido.
Originalidad en todos sus platos.
Para dejarse sorprender por la gastronomía navarra no puedes perderte el Bar Mô, situado en la calle Espoz y Mina y convertido en referente de la vanguardia culinaria a partir de los clásicos pintxos. Las presentaciones en el Bar Mô son tan insólitas como asombrosas: aquí encontrarás el 'USB marino' (vieira a la plancha con espárrago y perretxicos crudos y verduras), 'bañeras', 'hueveras' y todo tipo de recipientes curiosos donde degustar sus especialidades dignas de concurso, incluidas deliciosas hamburguesas y raciones. Destacan sus mejillones en lata (de diseño exclusivo) con salsa picante que se saca de un tubo o las raciones que llegan a la mesa en simpáticos platos. El Mô también es conocido por sus excelentes combinados y gintonics (de fresas, enebro y naranja, de rosas búlgaras o de tomillo con albahaca), por lo que tampoco te puedes perder su ambiente nocturno.
Rodero
Un restaurante especial para los amantes de la gastronomía que busquen calidad.
Una experiencia para todos los sentidos.
Con más de 40 años de experiencia, el restaurante Rodero -situado en la calle Emilio Arrieta- es un reto a los sentidos, con deliciosos aromas, sabores, texturas y presentaciones que convertirán tu visita en una gran experiencia gastronómica. Una de las características de este restaurante es la generosidad de su chef, Koldo Rodero, referente de la cocina contemporánea con productos navarros. Si tienes curiosidad por la elaboración de alguno de sus platos puedes consultar al mêtre o bien revisar la página web del restaurante con una sección explicativa llamada 'Las recetas de Koldo' que desvela sus secretos. El Menú Degustación supone un viaje sensorial para probar platos como 'Gilda melosa', ostra templada y picante con parmentier de borraja, pichón de araiz con cerveza negra, salmonete de roca con tapioca marinera, entre otras delicatessen.
Café Iruña
Desde los tiempos de Hemingway, este café es uno de los más tradicionales de Pamplona y una visita imprescindible.
El bar con más solera de la ciudad.
No puedes abandonar Pamplona sin visitar el Café Iruña, un rincón donde se respira historia situado en la Plaza del Castillo desde el año 1888, siendo el primer bar de Pamplona donde llegó luz eléctrica. Amplias cristaleras dan paso a su interior romántico de muebles de madera, mesas de mármol, espejos y lámparas de araña, donde pasó muchos días el escritor Ernest Hemingway, homenajeado con una escultura de bronce en el interior del Café Iruña, como si siguiera apoyado en un rincón de la barra. El restaurante conserva todavía hoy la decoración original que supone un viaje al pasado y una estupenda terraza con vistas a la plaza. A pesar de que por su ubicación podría parecer un restaurante caro, te sorprenderá los menús del día (excepto cenas de los viernes, sábados y festivos) por un insólito precio cerrado de 14 euros.
Bodegón Sarriá
Tanto para tomarte un pintxo como unas raciones, este restaurante te sorprenderá con sus propuestas.
Tapas caseras y vinos navarros.
La ruta de los pintxos de la calle Estafeta es un referente turístico de Pamplona que no te puedes perder. Y entre los distintos bares que se recorre encontrarás el Bodegón Sarriá que ofrece sabores caseros en sus tapas, raciones y platos preparados siempre con productos navarros de gran calidad. Se trata de un acogedor local de madera, con espacio de mesas para comer frente a una exposición de jamones. Entre sus contundentes especialidades de carne destacan el curioso 'bocadillo de escombro' (lomo y chorizo), chorizos a la sidra y chistorra, secreto ibérico de 5J, y micro tostas de jamón con ajo, acompañados de buen vino navarro. La originalidad del Bodegón Sarriá pasa por inventar los 'juevintxos' y 'marvintxos', oferta de un pintxo y un vino por 2,50 euros los jueves y martes, con el fin de fomentar el turismo gastronómico de enero a mayo.
Bistrot Catedral
Restaurante de diseño donde degustar la comida y disfrutar de sus variedades.
Donde se juntan el diseño y la tradición.
En un espacio de lujo se encuentra el restaurante Bistrot Catedral, con su terraza frente a la basílica, que supone un chocante contraste entre la vetusta arquitectura y la vanguardia gastronómico. Se trata de un local de diseño donde te sorprenderá degustar un ajoarriero en copas de martini, ensaladas de queso en vasos de cristal y una completa carta-degustación de pintxos con micro-delicias. En el menú te ofrecen para elegir una croqueta (rellena de lo que prefieras), un pintxo, un plato principal y un postre, bebida incluida, pero no es un sitio para acudir con hambre, sino para disfrutar del diseño chic. Las especialidades del Bistrot Catedral pasan por las brochetas y tostas, tanto frías como calientes, con productos típicos de la zona. La terraza de ubicación estratégica hace que sea un sitio perfecto donde acercarse al caer la noche a probar su carta de cócteles.
Mesón del Caballo Blanco
Disfruta de su gastronomía, su terraza, sus vistas y pasa un rato muy agradable.
De terraceo por la zona histórica.
Si tu ruta turística te lleva por la zona de la Catedral y el recinto amurallado, puedes hacer un descanso en la recomendable terraza del Mesón del Caballo Blanco, situada en la Calle Redín. Su arquitectura y decoración imitan la de un castillo medieval donde dos veces a la semana, en verano, organizan conciertos y sesiones de jazz en vivo. El Mesón del Caballo Blanco cumplirá con tus expectativas tanto si buscas un restaurante de buena cocina como si lo que quieres es tomar unas copas al aire libre acompañado de buena música. Las vistas de la terraza son dignas de ver, como si hubieras retrocedido a otra época y contemplaras los tejados de la parte antigua de la ciudad desde un alto. Entre sus especialidades destacan el salmón marinado a la vinagreta y el lacón cocido con patatas especiadas.
Bar Gaucho
Disfruta de la cultura de los pintxos, repetirás seguro y no te dará tiempo a probarlos todos.
De pintxos por Pamplona.
La extensa barra de pintxos (tapas) del Bar Gaucho, ubicado junto a la Plaza del Castillo, hará que acudas varias veces durante tu estancia en la ciudad si quieres degustar las amplias posibilidades de la micro-gastronomía. Premiado varias veces en la Semana del Pintxo de Pamplona, hablan maravillas de su especialidad de foie, así como del pintxo de erizo con bechamel, champiñones al ajillo o anguila ahumada con tomate, todo ello a unos precios aptos para todos los bolsillos (con tapas a partir de los 2 euros), pero elevados si vas a probar varios. Los fines de semana, a la hora del 'poteo' (salir de pintxos) se llena hasta la bandera, por lo que puede ser agobiante alcanzar la barra entre tanta gente. Si consigues llegar a tiempo para coger mesa y no te importan las aglomeraciones, éste es tu lugar.
Ansoleaga33
Aunque joven, este restaurante está sobradamente preparado para sorprenderte con sus platos.
Disfruta de la gastronomía de la zona.
Desde su apertura en abril de 2012, el restaurante Ansoleaga33, situado en un rincón escondido detrás del Hotel Maissonave, el equipo gastronómico del chef Ulises Mejía se ha ganado a pulso la confianza y las buenas críticas de sus clientes que siempre repiten. La variedad de platos de cocina vasco-navarra y sus precios asequibles hacen que sea un restaurante de referencia, donde destacan el 'Menú Uli', que pone sus cartas sobre la mesa con un incomparable maridaje de vinos, el 'Menú Gastronómico' y el 'Menú de la Sidra'. Seguramente resultará difícil elegir plato, tanto entre las carnes que se deshacen en la boca como en los pescados convertidos en obras de arte, por lo que conviene dejarse aconsejar. Destacan el solomillo al punto de queso con miel de flores y pimientos de piquillo y las ensaladas templadas de langostinos y pulpo.
Molino de San Andrés
Un paseo fluvial en el que te irás encontrando pequeños tesoros.
Un cruce de caminos.
El parque fluvial de Arga, con 12 kilómetros de paseo siguiendo la ribera del río Arga a través de Pamplona y pueblos cercanos, cuenta con un pintoresco escenario entre Villava y Huarte: el Molino de San Andrés. Se trata de una construcción del siglo XVI que se conserva como atracción turística después de servir durante siglos para moler cereales y alimentar una mini central hidroeléctrica que abastecía de luz al pueblo cercano. Hoy se ha convertido en centro de exposiciones y referente del 'Cruce de Caminos de Santiago' (el baztanés y el francés) que se encuentra a pocos metros. El Molino de San Andrés cuenta con sala de exposiciones, donde se explica su antiguo funcionamiento, sala de proyecciones y antigua sala de turbinas, además cafetería y zona ajardinada con cerca de 3.000 metros cuadrados de espacio de descanso y merendero.
La Morea
Si te apetece pasar un día de compras, restaurantes o cines, acércate a este gran centro comercial.
Diferentes ofertas de ocio en un mismo lugar.
Para un día de descanso entre rutas turísticas y paseos al aire libre por Pamplona entre fortalezas y viñedos, nada mejor que disfrutar de todas las opciones de ocio en un mismo espacio cubierto: el Centro Comercial La Morea, referente del shopping en la ciudad. Tras su apertura en el año 2002, se ha convertido en una propuesta sugerente para las compras, con las mejores marcas de moda, complementos, deportes y otros servicios, a disposición de los clientes en un espacio de arquitecturas superpuestas con iluminación natural. Además, si quieres disfrutar de una tarde de cine con palomitas y cena después de la película, en La Morea encontrarás también los Cines Golem con los mejores estrenos de la cartelera y dos salas 3D, así como toda una variada oferta gastronómica con franquicias de cadenas de comida rápida.
La Ciudadela
Un buen lugar para refrescarse y conocer a fondo la historia de la ciudad.
Naturaleza sin salir de la ciudad.
Para disfrutar de la naturaleza urbana y refrescarse en los días de verano, La Ciudadela de Pamplona es una visita imprescindible durante tu estancia en la ciudad, desde donde podrás observar los fuegos artificiales en fiestas. Se trata de uno de los jardines renacentistas fortificados mejor conservados de Europa, con 280.000 metros cuadrados, ordenado por el rey Felipe II en el año 1571 para defender Pamplona de los ataques franceses. De ahí que entre las grandes extensiones verdes de la Ciudadela se encuentren restos de la fortificación. Otros elementos defensivos, como los baluartes, se perdieron en el Ensanche de la ciudad, aunque se ha realizado un trabajo de recuperación para recuperar parte de esta fortaleza y darle un uso cultural con exposiciones explicativas y muestras de arte contemporáneo. Aunque se trata de un sitio seguro, se recomienda no cruzar la Ciudadela cuando cae la noche.
Centro de exposición de la Viña y el Vino de Navarra
La cultura vinícola en Navarra está a la orden del día, ¡no dejes de conocerla!
El turismo enológico está de moda.
No se puede dejar Pamplona sin hacer una visita turística vitivinícola en el Centro de Exposición de la Viña y el Vino de Navarra, también considerado Museo del Vino, que se aloja en el vetusto palacio de Santo Ángel, del siglo XVIII, que al mismo tiempo es un Parador Nacional. El Centro del Vino se encuentra en la localidad de Olite, pero sin duda merece la pena hacer esos 43 kilómetros de viaje y vivir la experiencia de inmersión en la cultura vinícola navarra. El museo está repartido en tres plantas dedicadas cada una a una etapa distinta del proceso del vino: desde la vid y su cultivo, con aperos de labranza, paneles explicativos y exposiciones interactivas sobre la vendimia y su procesado. También se hace un recorrido histórico y sensorial (con cajas de olores y caramelos) sobre la importancia del vino en Navarra y su Denominación de Origen.
Castillo-Spa de Gorráiz
Jugar al golf, cenar al aire libre, relajarte o tomarte un cóctel inolvidable, ¿qué mas quieres?
Un hotel con encanto y mucho más.
¿Te imaginas un entorno de ensueño donde disfrutar de una relajante tarde de spa, menú exclusivo y coctelería en una terraza abierta a un campo de golf? ¿O prefieres una cena íntima en un entorno de terciopelo y vidrieras? La experiencia se puede disfrutar a sólo cinco minutos de Pamplona, en el Castillo-Spa de Gorráiz. Se trata de un lujoso hotel de arquitectura vanguardista y decoración de diseño, con campo de golf disponible para los clientes y visitantes, donde podrás pasar una agradable jornada jugando al golf o contratar clases particulares. Además del circuito termal de su spa con terapias específicas como la 'ruta de la seda' o el 'tratamiento cóctel de frutas', la sauna, baño turco y bañera hidromasaje, el Castillo-Spa de Gorráiz ofrece también una exquisita restauración y coctelería preparada por campeones de España en preparación de combinados.
Teatro Gayarre
Este casi milagroso teatro bien merece una visita.
La supervivencia del arte.
La historia del Teatro Gayarre es la historia de un teatro errante que pasó por varias reformas, demoliciones y traslados desde que en el año 1608 se abrió al público el primer Patio y Casa de Comedias en Pamplona. Este primer centro teatral fue sustituido y trasladado en 1841 por el vetusto Teatro Principal situado en la plaza del Castillo, y a comienzos del siglo XX pasó a llamarse Teatro Gayarre, demolido y reconstruido después en su ubicación actual en la calle Carlos III donde sufrió otro incendio y restauración más. Aunque sólo sea por su agitada historia y por su impresionante decoración de teatro a la italiana, el Gayarre merece una visita tanto de los amantes de las artes escénicas como de los que no quieran consultar su programación, siempre variada y con propuestas de ocio para todos los públicos.
Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte
Consulta las actividades o simplemente acércate a conocer este impresionante edificio.
Cultura en Pamplona.
Desde el año 2003, Pamplona cuenta con un vanguardista espacio destinado a los espectáculos y las conferencias, el Palacio de Congresos y Auditorio 'Baluarte'. Debe su nombre a que en las excavaciones para su construcción se encontraron restos del 'baluarte' (fortificación) de San Antón, que fueron destruidos en las obras del Primer Ensanche de la ciudad en el siglo XIX. Los restos arqueológicos se pueden visitar hoy en la sala de Exposiciones de Baluarte, donde también se observan piedras de la fortaleza defensiva de la Ciudadela. El edificio de diseño vanguardista, propuesto por el arquitecto Patxi Mangado en granito gris de Zimbabwe y vidrio, ocupa 63.000 metros cuadrados destinados a la cultura. No sólo en sus tres salas de exposiciones y conferencias, sino también en la Sala Sinfónica, con 1.560 butacas y techo en forma de vela de barco desplegada, o la pequeña Sala de Cámara.
San Fermín
Vístete de blanco, coge tu pañuelo rojo y, ¡disfruta de las fiestas!
¡Viva San Fermín!
No se puede hablar del ocio en Pamplona sin mencionar las fiestas de los Sanfermines, de origen medieval y reconocimiento internacional, inmortalizado por el escritor aficionado a los toros, Ernest Hemingway, que incluso llegó a correr en los encierros. Después del 'Chupinazo' que da comienzo a las fiestas, del 6 al 14 de julio, Pamplona se viste de rojo y blanco, saca sus toros y sus jóvenes a la calle y se convierte en epicentro de la fiesta nocturna en sus calles. El folclore de San Fermín no sólo consiste en el Encierro de los morlacos, sino también la verbena, cabezudos, mercadillos artesanos, la procesión de las 'Mulillas' (mulas engalanadas seguidas por la banda municipal) y el 'Encierrillo' nocturno de los seis toros que serán sacrificados posteriormente en las corridas de la Plaza de Toros.
Aquavox
Después de un día de turismo, relájate en este espacio con alguna de sus actividades.
Una experiencia en el agua.
Después de una agotadora jornada de turismo o bien para sorprender a tu acompañante con un plan de ocio distinto, Pamplona cuenta con Aquavox, un novedoso centro hidrotermal de más de 4.000 metros cuadrados situado en la calle San Agustín, perfecto para relajarse. El edificio Aquavox, diseñado por los arquitectos Juan Miguel Otxotorena Elizegi, Mariano González Presencio y Luis Tena Núñez, se divide en tres módulos independientes comunicados por una calle interior, y reparte su espacio entre la zona deportiva (con gimnasio y actividades como pilates y aquaeróbic, piscinas climatizadas, piscina-spa con cascadas, cuellos de cisne y jacuzzi) y zona termal. En este área, el centro de ocio se convierte en un relajante balneario urbano que ofrece a los visitantes servicios de spa como duchas ciclónicas combinadas con aromaterapia y colorterapia, baños de vapor, sauna, fuente de hielo o pediluvio.
Rocódromo Rocópolis
Si buscas diversión y deporte, esta es tu mejor opción.
Una aventura en familia.
Una propuesta para los amantes del deporte, aventureros y familias con niños para pasar una tarde entretenida es el Parque-Rocódromo Rocópolis, gran centro deportivo cubierto situado en Berrioplano. Si nunca has escalado un rocódromo quizás sea una buena ocasión para probar suerte y resistencia colgado de un arnés y con las manos y pies como único punto de apoyo para escalar una pared con salientes. Además, existen varios recorridos con dificultades para niños, jóvenes o adultos, a 10 metros sobre el suelo y con grandes medidas de seguridad para superar las variopintas pruebas: puentes tibetanos, tirolinas, troncos colgantes, vía ferrata, rapel, túneles y pasos de red. El Parque Rocópolis también ofrece jornadas de formación específica en escalada, orientación con brújula y mapas, progresión y aseguramiento en montaña de distintos niveles de dificultad si después quieres lanzarte a la escalada al aire libre.
Palacio de los Reyes de Navarra
Te quedarás asombrado con su exterior, pero no dejes de ver también todo lo que guarda en su interior.
Un cuento en piedra.
La localidad de Estella-Lizarra, a tan sólo 44 kilómetros de Pamplona, esconde en su casco viejo uno de los monumentos románicos civiles mejor conservados de la provincia: el Palacio de los Reyes de Navarra, construido en el siglo XII. También es conocido como Palacio de los Duques de Granada de Egea y se enmarca en un pintoresco entorno medieval donde puedes imaginar las andanzas de francos (de ascendencia galo-romana) y judíos por sus calles. Su fachada con capiteles tallados cuenta historias míticas talladas en piedra, como las fábulas sobre el pecado de la avaricia, la soberbia y la lujuria o el enfrentamiento entre Roldán (paladín de Carlomagno), que mató al gigante moro Ferragut atacando su único punto débil: el ombligo. Declarado Monumento Nacional en 1931, el Palacio de los Reyes de Navarra ha tenido varios usos como palacete, cárcel y hoy Museo Gustavo de Maeztu.
Acueducto de Noáin
Aprovecha tu visita a Noáin para ver lo que queda en pie del acueducto del siglo XVIII.
El agua es vida.
En el siglo XVIII la sequía y epidemias amenazaban Pamplona, por los problemas de abastecimiento de agua potable, así que se hizo urgente la construcción de una traída de agua a la ciudad. Tras varios proyectos fallidos que no conseguían salvar los desniveles y valles, se encargó el proyecto al ingeniero más famoso de la época, Ventura Rodríguez. Por fin, él consiguió realizar la construcción del acueducto de Noáin (situado a tan sólo seis kilómetros de Pamplona), que en 1790 favoreció la llegada del agua desde el manantial de Subiza y se convirtió en un hito arquitectónico y de abastecimiento. El paseo hasta el pueblo de Noáin merece la pena tanto por el Acueducto -modificado a lo largo del tiempo para el paso del ferrocarril y después de la autopista-, como por otros monumentos como la iglesia gótica de San Miguel.
Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación (Gazólaz)
Una excursión cerca de Navarra para seguir descubriendo maravillas.
Pequeña iglesia con mucho que ver.
La galería porticada románica de la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación es la única que existe en Navarra y un motivo más que suficiente para hacer una visita al cercano pueblo de Gazólaz (a seis kilómetros de Pamplona), que forma parte del Camino de Santiago. Se cree que esta pintoresca localidad -rodeada de pastos y valles- construyó su ermita románica hacia el siglo XIII, considerada Bien de Interés Cultural desde 1931, aunque sufrió restauraciones posteriores que añadieron otros estilos arquitectónicos. Entre las curiosidades de la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación destacan los relieves en los contrafuertes, donde si te fijas encontrarás la entrada de Cristo en Jerusalén, rodeado por su séquito de apóstoles, una figura de San Miguel atravesando al dragón, aves que se pican las patas para despegarse de la tierra y ascender al cielo, centauros y toros alados, entre otras alegorías del románico.
Cámara de Comptos
Se trata del tribunal de cuentas más antiguo y que hoy día sigue cumpliendo su función.
Las cuentas claras.
Los 'Maestros de Comptos', también llamados 'Oidores', se dedicaban a controlar las finanzas de la realeza y comprobar que no se gastaba excesivamente en guerras y que se cumplían las recaudaciones en la época medieval. La Cámara de Comptos de Navarra es el ejemplo de Tribunal de Cuentas más arcaico que se conoce, en funcionamiento desde el siglo XIII y único ejemplo del gótico civil que sobrevive en Pamplona. Para acceder a este caserío hay que entrar por la puerta en arco apuntado de la calle Ansolega, que da paso al claustro del antiguo palacete, declarado Monumento Nacional en 1868. Además de seguir funcionando como control de las cuentas públicas, la Cámara de Comptos sirve de archivo donde se conservan títulos nobiliarios, escrituras, bulas y otros documentos. Se puede concertar visitas guiadas en las que se explica la historia de Navarra a través de sus monedas.
Archivo Real y General de Navarra
Cualquier archivo que busques sobre la historia de la región está en este reformado palacio.
El antiguo palacio de los reyes.
Dicen las crónicas que fue el rey Sancho VI el Sabio quien ordenó la construcción, en el siglo XII, del castillo que sería conocido como Palacio de los Reyes de Navarra y que durante siglos provocó las disputas entre el clero y la nobleza para su uso y disfrute. Ubicado en el casco histórico de Pamplona hoy no se aprecia su arquitectura original porque el paso del tiempo y el abandono hicieron que el Palacio casi se redujera a ruinas. Lo poco que quedó en pie ha sido cubierto y protegido por la arquitectura inconfundible de Rafael Moneo, para albergar desde 2003 el Archivo Real y General de Navarra. Aquí se encuentran custodiados los "documentos del Reino", códices, leyes manuscritas, actas de las antiguas Cortes de Navarra desde el siglo XV al XIX, disponibles para consultas científicas o curiosas sobre el pasado de la región.
Catedral de Santa María
Uno de los atractivos turísticos más importantes es esta impresionante catedral construida sobre terreno sagrado.
La catedral de Pamplona.
En el asentamiento romano que dio lugar a Pamplona se alza uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad: la Catedral de Santa María, que ya desde mucho antes se consideraba terreno sagrado. El rey Carlos III el Noble ordenó la construcción de una gran catedral que imitara el estilo gótico de Europa y así se construyó en el siglo XIV. Tiene un claustro gótico y un ábside con deambulatorio (espacio que permite el movimiento de los fieles sin aglomeraciones), debido a que formaba parte de las iglesias de peregrinaje del Camino de Santiago. La fachada, obra de restauración del siglo XVIII sigue un estilo neoclásico que no tiene nada que ver con su interior gótico. La Catedral de Santa María custodia varias reliquias, entre las que destacan los cuerpos de reyes y príncipes enterrados y los restos de una cripta románica anterior a la construcción de la misma catedral.
Murallas de Pamplona
Los restos de lo que fue, hoy utilizados para pasear y recordar la historia.
La defensa de la ciudad.
Más que un recinto defensivo, primera línea frente a Francia y uno de los espacios fortificados mejor conservados de Europa, las Murallas de Pamplona parecen unos amplios jardines históricos con reminiscencias bélicas donde hoy se hace deporte y pasean las familias. El objetivo inicial de las Murallas, cuando fueron construidas en el siglo XVII, era defender la ciudad de tropas enemigas, como muestra el llamado Fortín de San Bartolomé. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad y la ineficacia de la piedra frente a la artillería pesada hicieron que la muralla quedara en desuso. Hoy se puede aprender más sobre su edificación y funcionamiento en el Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona, situado en la calle Arrieta junto a la plaza de toros. A través de vídeos, recreaciones, fotografías y maquetas se explica el significado de las Murallas para Pamplona y sus gentes.
Iglesia de San Nicolás
Esta pequeña iglesia sirvió de refugio y vigilancia en las batallas vecinales de la ciudad.
Una pequeña fortaleza.
Las disputas vecinales en el siglo XII en Pamplona rozaban las guerras civiles y por ese motivo se erigió la ermita de San Nicolás como iglesia-fortaleza: igual se daba misa que se vigilaba desde sus altas torres los posibles ataques del enemigo. Desafortunadamente, la arquitectura original románica de gran valor se perdió en un incendio provocado por uno de esos enfrentamientos entre barrios o 'burgos'. La ermita reconstruida, situada en la Plaza de San Nicolás, se alzó con enormes muros y verjas que contribuían a mejorar la defensa, con una estética gótica que realza su monumentalidad. Curiosamente el órgano barroco que descubrirás en su interior es uno de los más antiguos de Pamplona, todavía en uso en ocasiones especiales. La arquitectura medieval con planta de cruz latina respeta ese estilo gótico iluminado por vetustas vidrieras y pinturas del Medievo que se descubrieron tras una restauración.
Monumento al Encierro
Imagínate lo que es correr delante de un toro, pero sin riesgos.
Los encierros más seguros.
Como si el tiempo y la acción se hubieran detenido en una carrera del encierro de San Fermín, con los morlacos resoplando en la nuca de los mozos, algunos caídos y otros corriendo hacia la Plaza de Toros. Así es el Monumento al Encierro, homenaje a los san fermines, realizado en bronce colado de cuatro metros de ancho y 11 de largo, con 11 jóvenes corredores que dirigen a una manada de 9 animales pisándoles los talones. Este conjunto escultórico situado en la Avenida de Roncesvalles, se enmarca en el arte contemporáneo hiperrealista, firmado por el escultor Rafael Huerta en 1997 y ampliado posteriormente por el mismo artista en 2007. El escultor bilbaíno reflejó el momento del clímax en el encierro, tratando de reflejar el impacto que le produjo ver esta fiesta por primera vez y provocar la misma impresión en el espectador.
Palacio del Condestable
En pleno centro, acércate a conocer este palacio y los múltiples usos que tuvo a lo largo de su historia.
Histórico edificio del siglo XVI.
La figura del Condestable en el siglo XV era el noble navarro que ostentaba el honor de portar el estandarte del rey en la batalla y ser 'primero entre los nobles' por derecho. El Palacio del Condestable, que encontrarás situado entre las calles Jarauta y Mayor, fue la residencia palaciega de Luis de Beaumont, IV Conde de Lerín y Condestable de Navarra, quien ordenó su construcción en 1548. El palacete, de estilo renacentista, ha tenido utilidades tan variopintas como sede episcopal, Ayuntamiento e incluso tiendas comerciales con llamativos escaparates en los siglos XIX y XX. Tras la rehabilitación, el Palacio del Condestable se ha convertido en un edificio municipal, declarado Bien de Interés Cultural desde 1997, abierto al público como centro cívico. Lo más interesante es la gran labor de conservación que ha mantenido espacios originales como la sala medieval que reconocerás por sus arcos ojivales.
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