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Guía turística: qué hacer y ver en Santander
Enamórate de los paisajes y deléitate con su cocina tradicional.
Descubre en Santander, capital de Cantabria, una de las bahías más hermosas del mundo. Una ciudad tranquila donde desconectar mientras caes rendido ante su belleza. Desde aquí podrás escaparte a pueblos primorosos en un entorno privilegiado. En todos te espera su exquisita gastronomía local. Desde playas de ensueño hasta parajes inolvidables en plena montaña: en Cantabria lo tienes todo para estar en perfecta sintonía con la naturaleza. Comienza a descubrirla ahora mismo en www.turismodecantabria.com.
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El Valle de Liébana
El monasterio de Santo Toribio de Liébana conserva uno de los fragmentos de la cruz de Jesús de Nazaret.
Destino de peregrinos.
El Valle de Liébana es uno de los parajes naturales más espectaculares de la región cántabra. En el corazón se encuentra el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Este monasterio atesora, junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz, uno de los fragmentos de la cruz de Jesús. La reliquia se conserva en el interior de la capilla barroca del siglo XVIII. Cada celebración del Año Jubilar Lebaniego cientos de miles de peregrinos acuden al monasterio para pasar por la Puerta del Perdón. El próximo será en 2023. Hasta aquí llega el Camino Lebaniego, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Centro Botín
Arte y cultura en un edificio de arquitectura sorprendente.
Símbolo de modernidad.
El Centro Botín, en la bahía de Santander, no te dejará indiferente. El edificio está situado en voladizo sobre el mar Cantábrico, sostenido por pilares y columnas, y flanqueado por los Jardines de Pereda. Esta sorprendente obra tiene la firma del italiano Renzo Piano, distinguido con el premio Pritzker, el “Nobel de Arquitectura”. Aquí puedes asistir a exposiciones de arte, proyecciones de cine y múltiples actividades culturales. Cuenta con varias salas, un auditorio al aire libre y un restaurante con terraza. Visita este espacio cultural, pasea por los jardines y admira el entorno desde un lugar privilegiado. Desde aquí tienes unas vistas incomparables.
Plaza de Italia
Recorre el exclusivo y céntrico barrio famoso por sus playas y edificios.
Centro neurálgico de El Sardinero.
La Plaza de Italia está justo enfrente a la primera playa del Sardinero. Está situada en el barrio más exclusivo de la ciudad, que abarca toda la costa desde la península de la Magdalena hasta la playa de Mataleñas. Además de ser una de las zonas residenciales más selectas, incluye varios de los edificios más relevantes de Santander, como el Palacio de Exposiciones y Congresos, los Campos de Sport del Sardinero, el Palacio de Deportes o el Casino, mostrado en la gran pantalla en la película española ‘Airbag’.
El Zoo de Santillana
Plan perfecto para los más pequeños, a tan solo un paso de Santillana del Mar.
En medio de la naturaleza.
Si vas a Santillana del Mar y viajas con niños, llévalos a este zoológico. Podrán contemplar animales de todo el mundo: más de veinte especies distintas de primates, grandes felinos, peces y reptiles, serpientes de hasta cuatro metros… Les encantará pasear por el jardín tropical mientras las mariposas revolotean a su alrededor. O, en los grandes aviarios, ver los pájaros alimentando a sus polluelos. También hay una zona destinada a los animales de la granja y un espacio muy especial: el Parque Cuaternario. Aquí aprenderán de forma didáctica sobre la fauna con la que convivió el hombre de Altamira hace miles de años.
El nacimiento del río Ebro y Alto Campoo
Dos planes muy cántabros: contemplar el nacimiento del Ebro o esquiar en Alto Campoo.
Cantabria profunda.
El nacimiento del río Ebro es uno de los parajes más bonitos de la región. Este apacible manantial se encuentra en Fontibre, muy cerca de Reinosa, capital campurriana. Es una bella y rústica villa famosa por sus pantortillas hechas con láminas de hojaldre cubiertas con azúcar tostado. Y también por sus fiestas de San Mateo, cada 21 de septiembre. A pocos kilómetros de Reinosa está la estación esquí de Alto Campoo. Si te encuentras la zona en invierno, no lo dudes. Sube, esquía y vive los montes de Cantabria mientras te deslizas por la nieve. Este es uno de los lujos de la comarca: playa y montaña a menos de una hora en coche.
El Paseo de Pereda
Tiendas exclusivas y hermosas vistas a la bahía.
De compras por Santander.
Además de admirar sus casas señoriales y disfrutar de las vistas a la bahía de Santander, en el Paseo de Pereda puedes encontrar tiendas de lujo, joyerías y otros productos exclusivos. Estarás en uno de los puntos clave de la ciudad. Si sigues por la calle Calvo Sotelo, verás el gran arco del edificio del Banco Santander y los Jardines de Pereda. Suma a tu paseo una visita a la Plaza Porticada.
Palacio de Festivales
Las artes escénicas en un original edificio frente al mar.
El gigante verde de Santander.
Lo reconocerás fácilmente: este edificio se levanta como un gigante verde al final del paseo marítimo, más allá de Puertochico. Es obra del arquitecto Saénz de Oiza, autor de varios de los edificios más polémicos e innovadores de España. Inaugurado en 1990, el Palacio de Festivales no dejó indiferente los santanderinos. Hoy es uno de los referentes de la cultura de la ciudad. Es sede del prestigioso Festival Internacional de Santander, que atrae público de todo el mundo. Además, tiene una nutrida agenda de teatro, cine y música durante todo el año.
El Río de la Pila
Buen ambiente y precios asequibles en el barrio más bohemio de Santander.
Plan nocturno.
En la calle Río de la Pila tienes una de las zonas con actividad nocturna más antigua de la ciudad. Este barrio es conocido por su peculiar cuesta y su teleférico que une la calle Río de la Pila con la del Prado de San Roque. De noche, el ambiente se anima con sus numerosos locales, bares y restaurantes. Lo habitual es comer tapas en sus terrazas. Los precios son razonables y para muchos es una manera perfecta para comenzar a disfrutar de la noche santanderina.
Plaza de Cañadío
Un lugar de encuentro cuando cae la noche.
Ambiente nocturno.
La plaza de Cañadío ha sido tradicionalmente un punto de reunión para el ocio nocturno. Aquí se respira un ambiente relajado y festivo, después de una jornada laboral o un día en la playa. Está ubicada muy cerca de la iglesia de Santa Lucía y la popular plaza Pombo, en el centro de Santander. Puedes sentarte en alguna de las terrazas que rodean la plaza y picar o cenar algo.
BNS
Ocio y gastronomía son los ases que este edificio esconde bajo su manga. Todos ellos, buenos referentes en la ciudad.
La terraza del Balneario de la Concha, de noche y de día.
Junto a la playa de La Concha está el antiguo Balneario de Santander. Aquí puedes disfrutar de la gastronomía cántabra o de una copa con unas vistas espectaculares. En este edificio con forma de barco tienes un restaurante excelente. En la terraza de la planta superior hay un espacio totalmente diáfano con pista de baile incluida. Es un bar café donde puedes asistir a conciertos de pop y rock en directo y disfrutar de tu bebida preferida con unas vistas inmejorables de la Campa de la Magdalena y el Cantábrico.
Las fiestas de Santiago en la capital
Cuando la ciudad se viste de fiesta.
Semana Grande de Santander.
El 25 de julio es la festividad de Santiago, patrón de Santander. Por este motivo cada año se programa la Semana Grande que incluye distintas celebraciones tradicionales. Habitualmente, la fiesta inunda las calles. Se colocan casetas en las que se pueden probar comidas tradicionales. Hay también conciertos, competiciones, talleres, ferias, carruseles y un sinfín de actividades para todos los públicos, repartidas por toda la ciudad. La Plaza Porticada suele ser uno de los escenarios clave, así como la Campa de la Magdalena, en la que se programan conciertos de pop y rock. También son tradición los fuegos artificiales en las playas del Sardinero.
Surf en Ribamontán al Mar
Si quieres practicar con tu tabla escoge la playa de Somo.
En busca de las mejores olas.
Los surfistas tienen en Cantabria muchas playas donde elegir. Una de las favoritas es la de Somo. Puedes llegar a esta playa que se despliega frente a la costa de Santander en uno de los Reginas, barcos que hacen rutas por toda la bahía. Este pueblo es conocido también por su artesanía. Allí encuentras la Escuela Cántabra de Surf, la más antigua del país. Al caer la tarde puedes refugiarte en la terraza del Surf Café Somo y contemplar las vistas mientras repones fuerzas. Además de Somo, en el municipio de Ribamontán al Mar tiene otras hermosas playas de arena fina en toda su lengua de mar. En cuanto a la gastronomía, no dejes de probar las parrilladas de pescado.
El mirador de Peña Cabarga
A media hora en coche desde la ciudad tienes un lugar privilegiado para admirar la región.
Una de las mejores panorámicas.
Si levantas la mirada desde el Paseo de Pereda en Santander, verás un monte que vigila la región como si fuera un guardián: es el macizo de Peña Cabarga. Si subes a su cima tienes un mirador de casi 600 metros de altitud, perfecto para contemplar el entorno. Al norte verás la bahía, con la ciudad y el mar Cantábrico de fondo. Al sur, divisarás la Vega de Pas. Peña Cabarga se encuentra en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno y ha sido, en numerosas ocasiones, el final de etapa de la Vuelta Ciclista a España. Para llegar al mirador en coche desde Santander tienes un recorrido de unos veinte kilómetros.
Bárcena Mayor
Calles empedradas, arquitectura montañesa, cocina exquisita, un entorno incomparable…
Un pueblo de ensueño.
Con menos de ochenta habitantes, Bárcena Mayor es una de las más bonitas e históricas de toda la región. Pasea por sus callejuelas empedradas mientras observas el escenario que te rodea. Las casas de estilo montañés están cuidadas al detalle. Este pueblo se encuentra en un entorno de gran belleza, en el corazón de la Reserva del Saja, a unos setenta kilómetros de Santander. Además, la cocina es excelente. Prueba en especial el cocido montañés, la carnce de venado y los postres típicos. También puedes ascender hasta el pueblo de Los Tojos y contemplar gran parte de la comarca.
Las playas del Sardinero
Disfruta a tope de las playas de la costa santanderina.
Arenas finas en plena ciudad.
Santander goza de una de las costas más bonitas que puedas encontrar. Las playas de arena blanca y fina se van sucediendo en la bahía, entre los acantilados del Cabo Menor y la península de La Magdalena. Son muy populares las playas del Sardinero. Antiguamente aquí se situaban caladeros de sardinas, lo que explica su nombre. Están a un paso del centro. En realidad, se trata de dos playas separadas por un pequeño promontorio donde están los Jardines de Piquío. Además de tumbarte en la arena o bañarte en el Cantábrico, recorre los paseos de la bahía. El paisaje es hermoso.
San Vicente de la Barquera
Para pasar un día de playa y comer frente al mar.
Pueblo de pescadores.
A una hora de Santander está este encantador y turístico pueblo de pescadores. Si quieres seguir la tradición popular, cuando cruces el puente de la Maza para llegar a San Vicente de la Barquera, aguanta la respiración y pide un deseo. Después de contemplar la iglesia de Santa María de los Ángeles y el Castillo del Rey, baja al centro histórico y elige un restaurante cerca de la playa: dicen que el mejor pescado y marisco de Cantabria está aquí. Si quieres admirar el mar o darte un baño, no te pierdas la espectacular playa de Oyambre, con su campo de dunas, junto a la desembocadura de la ría. También puedes visitar el yacimiento megalítico de El Barcenal, que atestigua los primeros asentamientos en la zona.
Comillas
Tesoros arquitectónicos en uno de los pueblos más bonitos de Cantabria.
Una villa primorosa.
A poco más de 50 kilómetros por carretera de Santander, se encuentra esta villa de gran belleza. Tómate un día para explorar sus tesoros. Además de una hermosa playa, Comillas cuenta con joyas arquitectónicas. Pasea por el casco antiguo y verás las huellas que han impreso las distintas corrientes artísticas. El conjunto es de postal. Una de las visitas imprescindibles es el Capricho de Gaudí, una construcción inspirada en el arte oriental e islámico, que te llevará a un mundo de fantasía. No te pierdas el Palacio de Sobrellano, enorme edificio de estilo neogótico modernista catalán. Se construyó a finales del siglo XIX para las estancias veraniegas del marqués de Comillas. Visita también el cementerio, su fachada alberga el impresionante Ángel exterminador, del escultor Josep Llimona.
La Playa de Mataleñas
Desconecta en esta cala pequeña y tranquila en las inmediaciones de la ciudad.
Paraíso silencioso.
Prepara tu bolso de playa y disponte a disfrutar en un rincón de gran belleza, cerca de la ciudad de Santander. La Playa de Mataleñas está situada entre el Cabo Menor y el Cabo Mayor protegida por bosque y acantilados. Para acceder a esta preciosa cala de poco más de doscientos metros de longitud, deberás bajar unas escalinatas empinadas. Hazlo con calma para ir descubriendo poco a poco la maravilla que te espera. En la entrada puedes encontrarte gente jugando con palas, una práctica que despierta gran afición en Cantabria.
Playa de El Puntal en Somo
Cruza la bahía en una de las tradicionales embarcaciones y disfruta de unas rabas en Somo o Pedreña.
Santander, desde la otra orilla.
¿Un plan imprescindible si estás en Santander? Atravesar la bahía en lancha y disfrutar desde la otra orilla. Las tradicionales embarcaciones se llaman Reginas o Pedreñeras. Se toman en la Grúa de Piedra, el monumento que está a mitad del Paseo de Pereda. Cuando pises tierra nuevamente estarás en la playa de El Puntal, en uno de los extremos del enorme arenal de Somo. Es una de las tres playas más grandes de la costa cantábrica. Aquí tendrás otra perspectiva para contemplar Santander. Cuando se te despierte el apetito, camina hasta Somo o Pedreña, dos de los mejores sitios para probar las famosas rabas.
Potes y los Picos de Europa
Descubre el tesoro de la cordillera cantábrica y date un homenaje gastronómico en Potes.
Paisaje impactante.
Hay quienes dicen que estas montañas eran la primera referencia de tierra firme que tenían los navegantes que llegaban por el Mar Cantábrico a la península. Ahora forman parte de un Parque Nacional que atrae a viajeros de todo el mundo. ¿Quieres descubrirlo desde lo alto? Solo tienes que subir al famoso teleférico de Fuente Dé, en el Valle de Liébana, a unos 130 kilómetros de Santander. Después, desplázate a Potes, capital de la comarca de Liébana. Este encantador pueblo te ofrece una deliciosa gastronomía. Si quieres probar un plato típico, pide el cocido lebaniego. Y no dejes de visitar Santo Toribio de Liébana, su monasterio alberga una reliquia muy valiosa para el cristianismo: el mayor fragmento conocido de la cruz de Jesús de Nazaret.
Santillana del Mar
Descubre una de las localidades con más encanto de toda Cantabria.
Coqueta y medieval.
A unos cincuenta kilómetros de Santander te encuentras con una localidad de gran belleza. Cada rincón llamará tu atención mientras paseas por sus calles empedradas. Una curiosidad: se la conoce como la villa de las tres mentiras porque no es santa ni llana ni tiene mar. Al final del pueblo descubrirás la colegiata de Santa Juliana, uno de los mayores monumentos del románico en España. A un par de kilómetros está el Museo Nacional que preserva la famosa Cueva de Altamira. Justo al lado puedes visitar una réplica exacta de la cavidad y admirar el arte rupestre del paleolítico. Si viajas con niños, no te pierdas el popular zoológico de Santillana, con su atractivo jardín de las mariposas.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Animales de los cinco continentes en un parque de 750 hectáreas.
Un sorprendente zoológico.
Este gigantesco parque ubicado en el Valle de Pisueña, en las faldas del monte de Peña Cabarga se ha convertido en uno de los principales reclamos para el turismo en la región. Aquí se pueden ver más de 120 especies de animales en condiciones de semilibertad: osos pardos, hipopótamos, elefantes, gorilas, guepardos… Además, cuenta con un terrario con todo tipo de serpientes. Puedes asistir a demostraciones de aves rapaces y leones marinos. Antes de ser renaturalizados por el hombre, los terrenos estaban ocupados por una explotación minera a cielo abierto. Este parque ha conseguido ser uno de los principales centros de reproducción y conservación de animales. Es un plan ideal para pasar un día en familia. Dispones de merenderos, restaurantes, miradores, zonas de recreo…
Plaza Pombo
Una plaza con mucha vida en el centro de Santander.
Entrañable y con historia.
La plaza Pombo es una de las más carismáticas e históricas de la ciudad. Está situada cerca del Paseo de Pereda y la Plaza de Cañadío. Muchos santanderinos guardan recuerdos de su infancia relacionados con este escenario. Incluso en la actualidad, algunos niños aún intercambian cromos los domingos. Aunque no hay puestos fijos suelen instalarse mercadillos y organizarse conciertos y otras celebraciones, como las de la Semana Grande, a finales de julio. Allí verás el edificio Casa Pombo, de 1875, donde está la sede del Real Club de Regatas de Santander.
El Paseo Pereda
Recorre el paseo y descubre edificios emblemáticos y los Jardines de Pereda.
Santander: tesoros a la vista.
Justo delante de la bahía de Santander se encuentra el Paseo de Pereda. Puedes recorrerlo de punta a punta, desde el puerto hasta los Jardines de Pereda. En esta vía encontrarás hermosas casas con sus balcones mirando al mar. Se construyeron entre el siglo XVIII y comienzos del XX y sobrevivieron al gran incendio que azotó la ciudad en 1941. Allí verás el icónico edificio del Banco Santander. En los Jardines de Pereda encontrarás distintos senderos, un templete, la fuente de Los Meones, un estanque, zona de juegos… Más adelante, casi sobre el mar, se levanta el espectacular edificio del Centro Botín.
Delicias pasiegas en Ontaneda
Visita Ontaneda, en el Valle del Pas, y hazte con los mejores productos de la repostería local.
Típicas quesadas y sobaos.
¿Quieres llevar un regalo típico de Cantabria? Las quesadas y los sobaos tendrán éxito seguro. Aunque puedes encontrarlos en tiendas y supermercados de Santander, merece la pena desplazarse a los pueblos donde se elaboran tradicionalmente, en el Valle del Pas. A unos 50 kilómetros de la capital, está Ontaneda, muy cerca del río Pas. Acércate a la Casa Olmo, abierta desde 1908: tiene fama de elaborar los mejores productos. Además, puedes recorrer los pueblos cercanos y descubrir su patrimonio arquitectónico.
Ocio y compras en las afueras
Los grandes centros comerciales, con su oferta de entretenimiento y tiendas diversas, están a cinco minutos en coche.
En el extrarradio de Santander.
Si quieres visitar las grandes superficies comerciales, desplázate a las afueras de la ciudad. Valle Real y El Corte Inglés están a tan solo cinco minutos en coche, por la autovía A-67. Ambos disponen de un gran número de tiendas de moda, complementos y alimentación. Además, aquí tienes grandes salas de cine, restaurantes y servicios de todo tipo. Si no dispones de vehículo propio, desde la estación salen continuamente autobuses y trenes. También tienes otra gran superficie en la zona de Peñacastillo.
Mercado de Cartes
Solo los domingos: mercadillo tradicional en un pueblo de estilo montañés.
Descubriendo la provincia.
A una media hora en coche desde Santander y muy cerca de Torrelavega se encuentra Cartes. Esta localidad atesora construcciones de los siglos XVII y XVIII de estilo montañés. Además de contemplar su riqueza arquitectónica, si vas en domingo puedes disfrutar de su mercadillo tradicional. Hasta aquí se trasladan vecinos y paisanos de la región para comprar o vender sus productos. En este rastro te encuentras de todo: productos agropecuarios y tejidos, quesos de la zona, repostería, ropa, flores… Es una buena ocasión para adentrarse en las costumbres locales.
Calle Juan de Herrera
Un paseo peatonal con una oferta comercial variada e interesante.
Shopping en Santander.
Si quieres ver escaparates o ir de compras en el centro, la calle Juan de Herrera es una atractiva vía comercial. Transcurre entre la plaza del ayuntamiento y la Plaza Porticada. Esta peatonal no es muy larga, puedes recorrerla cómodamente de punta a punta e inspeccionar los escaparates de ambos lados. Te encontrarás con comercios de todo tipo, desde las conocidas firmas de moda españolas, hasta lujosas joyerías, zapaterías, tiendas para niños y establecimientos de alimentación. La zona de compras se extiende por las arterias perpendiculares que bajan hacia la calle de Calvo Sotelo. Crúzala y continúa por la calle Lealtad. Así, harás tu tour de compras callejeando por pequeñas calles con mucho encanto.
El rastro de Santander
Aprovecha el domingo por la mañana para conocer este curioso mercadillo.
Paraíso del coleccionista.
Antes este rastrillo estaba en el Pasaje de Peña, un túnel que une la estación de tren y autobuses con la céntrica avenida de Calvo Sotelo. Hace años se trasladó a la Plaza de la Esperanza. Si estás en Santander un domingo por la mañana, visita este rastro, en el que encontrarás un montón de puestos con todo tipo de curiosidades. Si eres coleccionista, no dejes de visitarlo. Aquí se venden antigüedades, numismática, filatelia, juguetes antiguos, libros viejos, vinilos, revistas, cómics… Además, tienes puestos de artesanías, cuadros o ropa. En la misma plaza, durante la semana te encontrarás con el mercadillo de frutas y verduras o un rastro con todo tipo de artículos: ropa, calzado, plantas, bisutería…
Alameda de Oviedo
Camina por este largo boulevard en una de las zonas más activas de Santander.
Paseo por el centro de la ciudad.
Al final de la calle Burgos, una de las vías comerciales más concurridas de Santander, comienza la Alameda de Oviedo. Flanqueada a un lado por la calle Vargas y, al otro, por la de San Fernando. Recorre los setecientos cincuenta metros de este paseo poblado de árboles hasta la glorieta de Cuatro Caminos. Después, cruza a la calle Vargas y escoge entre un montón de terrazas y cafeterías. Puedes degustar el típico aperitivo santanderino: caracolillos, mejillones o rabas.
Calle Burgos
Recorre la peatonal calle de Burgos y encuentra tus tiendas favoritas.
Paseo de compras en Santander.
La calle Burgos es un paseo peatonal que concentra un montón de comercios de distinto tipo. Las tiendas de ropa de grandes marcas conviven con pequeñas boutiques de firmas locales. Las casas de antigüedades se mezclan con cafeterías, locales de electrónica, librerías, tiendas de música o ventas de souvenirs. Todo a pocos metros de la plaza del ayuntamiento de Santander. Recorre esta bonita zona y, si hace buen tiempo, saborea un helado de Regma o Monerris mientras miras los escaparates
Mercado de La Esperanza
Decenas de puestos exhiben la riqueza de la materia prima de la zona.
Productos de la tierra y el mar.
Justo detrás de la plaza del ayuntamiento de Santander está el Mercado de La Esperanza. Aquí se vive una gran actividad comercial. Consulta los horarios de apertura y compruébalo tú mismo. Te encantará ver los puestos de frutas, verduras, pescados, carnes… Además, tienes tiendas de productos típicos donde encontrar verdaderas delicatessen. Este enorme edificio de tejado verde fue levantado en 1897. Gracias a su estructura de hierro, característica del siglo XIX, se mantuvo en pie a pesar del incendio de 1941.
Comer sardinas en Somo
¿Verano en Santander? Cruza la bahía, disfruta de playa y saborea pescados a la plancha.
Un plan marinero.
Si estás en la ciudad durante la época estival, explora la otra orilla. Puedes llegar en coche o en las tradicionales embarcaciones, los Reginas. Después de disfrutar de una jornada de playa en el enorme arenal de Somo, puedes acercarte a Pedreña a degustar un plato de pescado. Hay un montón de terrazas a pie de carretera. Aquí se prepara todo tipo de pescado a la plancha y parrilla. Desde rabas y calamares hasta doradas y jargos. Sin embargo, lo más típico es pedir sardinas a la plancha.
Restaurante Los Peñucas
Prueba la famosa paella de marisco en este restaurante del barrio pesquero de Santander.
Especialistas en cocina marinera.
Si eres amante del pescado y los frutos de mar, desplázate hasta el barrio pesquero, al sureste de la bahía de Santander. Para comer, busca el restaurante Los Peñucas. Este popular establecimiento lleva décadas atendiendo a paisanos y turistas. En su terraza, de ambiente desenfadado, puedes tomar unas rabas o probar una de las especialidades de la casa: la paella de marisco.
Restaurante el Balneario de la Concha
Cocina mediterránea con vistas al Cantábrico, en la playa de La Concha.
A pie de playa.
En mitad del barrio de El Sardinero, sobre la playa de La Concha, se levanta el edificio del antiguo balneario de Santander. En la segunda planta encuentras el restaurante con su gigantesco ventanal al mar. Además de las vistas privilegiadas aquí disfrutarás de unos platos exquisitos y una excelente carta de vino. La carta incluye productos frescos de la huerta, pescados frescos de la lonja de Santander y una selección de carnes. Además, ofrecen postres caseros y los famosos helados de Regma. Hay opciones para veganos y celíacos. Si el tiempo lo permite, toma el café de la sobremesa en la terraza superior mientras contemplas el mar.
Comer en el centro
Santander te ofrece una amplia oferta gastronómica.
Cocina tradicional y vanguardista.
La cocina tradicional cántabra abarca desde los productos del mar y las populares rabas hasta las carnes, incluso de venado. Los exquisitos y variados ingredientes también protagonizan los platos y raciones más vanguardistas. En Santander, a lo largo de la calle Hernán Cortés y también en las vías paralelas, encuentras una gran cantidad de mesones y bares que incluyen en su carta tanto recetas tradicionales como los platos más creativos de las nuevas tendencias. Comienza tu ruta en la Plaza de Pombo y llega hasta Puertochico. ¡Y buen provecho!
Los helados de Regma
Endulza tus paseos por Santander con apetitosos helados.
Enormes y sabrosos.
Santander tiene una larga tradición heladera. La marca Regma es la más famosa de la región y tiene un montón de locales. Es conocida por servir cantidades generosas. Si quieres conocer la primera heladería Regma de Santander camina hasta la calle Hernán Cortés. Un excelente plan para después de un día de playa: pasear con tu exquisito cono de helado por el puerto mientras cae la tarde, es casi una obligación para lugareños y visitantes. Una curiosidad: hay quien dice que los helados de Santander nacieron en Vega de Pas, en los mismos pueblos donde se preparaban las características quesadas y sobaos en invierno.
Una de rabas
En Santander prueba los tradicionales calamares fritos
Delicias del mar.
Disfruta de todos los productos frescos del mar en la ciudad. Cada día, las embarcaciones pesqueras llegan a la lonja del barrio pesquero cargados con pescados y moluscos para abastecer a restaurantes y mercados. Con esta materia prima se elaboran exquisitos platos. Si quieres probar algo típico como entrante o aperitivo, pide una de rabas. Te servirán calamares fritos crujientes y tiernos a la vez, siguiendo la tradicional receta cántabra. ¿Quieres descubrirlas en un lugar especial? Pasea hasta el mirador del Faro de Cabo Mayor, contempla el mar y cuando sientas apetito, siéntate en la terraza del café bar que encontrarás allí. Es un sitio perfecto para pedir una de rabas.
Cocido montañés
Saborea el nutritivo guiso en un restaurante de pueblo.
Plato cántabro por excelencia.
En este portentoso guiso la estrella es la alubia y no el garbanzo. La receta se completa con berza, chorizo, costilla, morcilla y tocino. Con este sustancioso plato, los ganaderos de la zona reponían fuerzas después de una larga jornada de trabajo. Puedes encontrar estupendos cocidos en casi cualquier mesón de Santander. Sin embargo, no hay como saborearlo rodeado de la naturaleza, en un pequeño restaurante de pueblo. Un plan tradicional es ir hasta Los Tojos en el valle de Cabuérniga, después de visitar Bárcena Mayor. Un consejo: si es tu primera vez, pide el cocido como plato único.
Reinosa y las pantortillas
Una excursión deliciosa al Valle de Campoo.
Repostería campurriana.
Al sur de Santander, a unos 60 kilómetros se encuentra uno de los pueblos más importantes de la región. Se trata de Reinosa, capital del Valle de Campoo. Un enclave que durante muchos años ha sido la puerta a Cantabria desde Castilla. Además de una de las principales zonas industriales y económicas de Cantabria, el municipio alberga bellos parajes, como el nacimiento del río Ebro. De Reinosa son las pantortillas, estrellas de la repostería típica cántabra, junto con los sobaos y las quesadas. Descubre el sabor de estos finos hojaldres de mantequilla cubiertos con azúcar tostado. ¿Quieres llevarlos de regalo? Compra una caja en Casa Vejo.
Corbatas
Hojaldres cubiertos con glasé de azúcar y almendras: pequeños manjares tradicionales.
Exquisiteces de Unquera.
En la orilla cántabra del río Deva, a unos setenta kilómetros de Santander, se encuentra una de las villas más bonitas de la comarca: Unquera. Esta localidad montañosa es muy conocida por el descenso del Deva en canoa y también por su repostería. De aquí son las famosas corbatas, bocados de hojaldre con forma de pajarita recubiertos con un glaseado de azúcar y almendras. Si quieres hacer una excursión sabrosa y bella, viaja hasta Unquera y pruébalas. Querrás llevarte una caja de regalo. Una de las marcas más populares es El Pindal.
Quesadas
La deliciosa repostería de la Vega de Pas.
Dulce manjar.
Ir a por quesadas a la Vega del Pas. ¿Por qué no? Aunque las encuentres en todos los restaurantes y tiendas de alimentación de la comunidad cántabra, es un excelente pretexto para hacer una excursión. En esta villa de origen medieval se elaboran los más exquisitos sobaos y quesadas con productos pasiegos. Aunque la receta tradicional es un secreto, el ingrediente principal de la quesada es la leche de vaca cuajada. Prueba estos manjares tradicionales y llévatelos a casa: podrás recordar tu viaje mientras los saboreas. Una de las marcas más populares es Casa El Macho.
La casa natal de Menéndez Pelayo y la Biblioteca
La ciudad conserva la casa donde vivió una de las grandes figuras de la cultura del siglo XIX.
Santanderino ilustre.
Marcelino Menéndez Pelayo, prestigioso escritor, filólogo y crítico literario nació y murió en Santander. Durante su vida atesoró una colección de libros, sobre todo en el campo de las humanidades. Esta biblioteca personal, junto con el edificio que la alberga, fueron donados al ayuntamiento. La construcción es de estilo neobarroco montañés, tiene una enorme escalinata y está decorado con motivos herrerianos. Detrás se encuentran los jardines y el chalet donde residía el literato. Actualmente alberga la Casa-Museo.
Casa de Jose María de Pereda en Polanco
Conoce el pueblo donde nació el ilustre novelista.
En Polanco, cuna del escritor.
Amigo íntimo de Benito Pérez Galdós, José María de Pereda es autor de célebres novelas costumbristas del siglo XIX. Muchos de sus relatos están ambientados en Polanco, su pueblo natal, cerca de Suances y Torrelavega, a poco más de veinte kilómetros de la capital. En esta villa encontrarás la preciosa casa montañesa del siglo XVIII que lo vio nacer. También su posterior residencia, una construcción amplia del siglo XIX con un precioso jardín. En esta casa escribió su famosa Sotileza y acogía a sus amigos, muchos de ellos artistas destacados. Hoy es la casa-museo del autor.
El Soplao
Recorrer el interior de la cueva es una experiencia única.
Paraísos subterráneos.
En las galerías subterráneas descubrirás un paisaje natural y excéntrico: estalactitas, estalagmitas, coladas… Todo un espectáculo enriquecido, en sus espacios más amplios, con efectos de luz y sonido. Accederás al interior de la cueva El Soplao a bordo de un tren minero. Después hay una pasarela para hacer cómodamente el recorrido a pie. También puedes escoger la excursión que transcurre por las antiguas galerías mineras. De hecho, la cueva fue descubierta accidentalmente en 1908 por los operarios de las minas de La Florida. La cueva está a unos 60 kilómetros de Torrelavega y a unos ochenta de Santander.
Museo de las Campanas de Meruelo
Visita Meruelo, tierra de campaneros, escultores y canteros.
Un viaje al siglo XV.
¿Sabías que las centenarias campanas de las catedrales de Santiago, Pamplona y Toledo fueron hechas en Cantabria? ¿Y que muchas de las campanas que se llevaron a América del Sur en el siglo XV se importaron de estas tierras? Si quieres descubrir todos los secretos de la tradición campanera, visita uno de los museos más curiosos de toda la comarca. El Museo de la Campana se encuentra en Meruelo, a unos 40 kilómetros de Santander. Encontrarás una colección de campanas grandes y pequeñas, además de los instrumentos que se utilizan para confeccionar los moldes.
Museo Fluviarium de Liérganes
Un ecomuseo para conocer los peces de ríos, en una preciosa villa.
La riqueza de los ríos.
Esta es una de las excursiones más bonitas que puedes hacer cerca de Santander. Liérganes está a unos treinta kilómetros de la capital. Rodeado de montes, tiene varios tesoros arquitectónicos, como el puente romano. Y un atractivo muy especial: el Museo Fluviarium, con sus acuarios donde descubrir las principales especies de los ríos de la zona. Además, hay réplicas de distintos hábitats, como cuevas y turberas. Completa tu escapada con otro de los atractivos de esta villa: su exquisita cocina tradicional.
El Museo de las Villas Pasiegas en la Vega de Pas
Descubre todo el encanto pasiego en una ermita del siglo XVIII.
En el corazón de la Vega del Pas.
Los pasiegos representan una de las culturas más fuertes e importantes para la identidad de Cantabria. Es famosa su repostería, con sus quesadas, sobaos y helados. Las construcciones típicas son cabañas centenarias. Para conocer las costumbres de región, nada mejor que visitar el Museo de las Tres Villas Pasiegas, Vega de Pas, San Roque de Riomiera y San Pedro del Romeral. Este museo etnográfico se encuentra en Vega de Pas, a poco más de cincuenta kilómetros de Santander. Está situado en la ermita de San Antonio, una edificación del siglo XVIII. Conocerás las claves de la vida cotidiana pasiega a través del tiempo
La casona de Tudanca
Grandes figuras de la literatura pasaron por esta antigua casona.
Residencia de Cossío.
La casona de Tudanca fue la residencia en Cantabria del escritor vallisoletano José María de Cossío. Aquí escribió obras sobre la comarca y acogió a amigos y escritores, como Giner de los Ríos, Miguel de Unamuno, Miguel Hernández o Rafael Alberti. Puedes hacer una visita guiada a la casona y descubrir su extensa biblioteca. Entre sus más de 18.000 volúmenes, se pueden encontrar manuscritos y documentos de autores de la Generación del 27. La aldea de Tudanca está situada a unos cincuenta kilómetros de Santander, en el valle del río Nansa. Está declarada conjunto histórico-artístico.
Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Cantabria
Un must artístico: museo de gran valía que uno jamás pensaría encontrarse en una pequeña ciudad, ¡para no perdérselo!
¡Un Goya incluído!
Es sorprendente que una ciudad tan pequeña como Santander pueda tener un museo tan rico y completo como este. El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Cantabria, ubicado en la calle Rubio número 6, muestra la valía de la ciudad. La primera piedra de este museo fue puesta en 1918 por el propio rey Alfonso XIII quien sentía un ligazón especial por la villa marinera de Santander. Inaugurado en 1923, el museo aportó a la ciudad un lugar donde poder contemplar, por una lado, obras de pintura y escultura de autores de fama internacional y, por otro lado, una gran colección de autores de la región. Entre estos últimos destacan las obras de María Blanchard y Pancho Cossío. Posiblemente, una de las piezas más importantes sea el retrato de Fernando VII que pintó el maestro Francisco de Goya en 1814.
La cueva de Altamira
Descubre este patrimonio de la humanidad a tan solo un par de kilómetros de Santillana del Mar.
Obra maestra del arte rupestre.
Las pinturas, dibujos y grabados prehistóricos de la cueva de Altamira son uno de los primeros testimonios del arte humano universal. Fueron realizados entre hace 36.000 y 13.000 años. La cavidad, descubierta por un lugareño en 1868, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. Aunque para su conservación está cerrada al público, puedes visitar la neocueva, una réplica de la original. Además, podrás recorrer las salas de exposiciones del Museo de Altamira y conocer claves de la cueva y todos los detalles de su descubrimiento.
Museo Marítimo de Cantabria
Descubre la vida de las profundidades marinas y conoce la historia de la ciudad a través de su relación con el mar.
¡Cuidado con la ballena!
Como toda villa marinera, Santander tiene una estrecha vinculación con el mar. Por ello te resultará muy interesante visitar este museo. Está situado en la orilla de la bahía, entre el promontorio de San Martín y la playa de Los Peligros. Sus acuarios y exposiciones muestran la riqueza de la biología marina. Uno de los mayores atractivos es el esqueleto de una ballena de más de 24 metros que cuelga del techo. Además, el Museo Marítimo de Cantabria ofrece un panorama completo sobre la relación del hombre con el mar a través del tiempo: actividad pesquera, embarcaciones, zonas portuarias, expediciones…
Santo Toribio de Liébana
El monasterio custodia el fragmento más grande de la cruz de Jesús.
Monasterio y camino Lebaniego.
En el municipio de Camaleño, en la hermosa comarca de Liébana, encontrarás este monasterio. Santo Toribio de Liébana es uno de los lugares santos del cristianismo, junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz. El monasterio cobija uno de los trozos del madero de la cruz de Jesús de Nazaret. Es la mayor reliquia que se conserva, incluso si se tiene en cuenta la del Vaticano. Cada Año Jubilar Lebaniego, peregrinos de todo el mundo pasan por la Puerta del Perdón, uno de los requisitos para conseguir la absolución de los pecados según la religión católica. Además, hasta aquí llega el Camino Lebaniego que, al igual que el de Santiago, ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
La ermita de la Virgen del Mar
Atraviesa un puente peatonal y llega a la pequeña isla de la Virgen del Mar, muy cerca de la ciudad.
Vistas espectaculares.
La ermita de la patrona de la ciudad es una antigua edificación situada en un entorno inigualable: la isla de la Virgen del Mar. Está cerca de San Román de la Llanilla, a poniente de Santander. Está muy próxima a la costa, tanto que con bajamar queda unida a tierra firme mediante una flecha de arena. Puedes acceder a ella por una pasarela peatonal. Además de visitar la ermita, pasea por los prados y contempla el extraordinario paisaje que se despliega ante ti: playas, acantilados y mar abierto.
El Faro de Cabo Mayor
Conoce el faro por dentro y disfruta también con las extraordinarias vistas.
Un balcón al mar.
El Faro de Cabo Mayor preside la entrada a la bahía de Santander, en el extremo noreste de la ciudad. En Cabo Mayor se encuentra uno de los mejores miradores de la costa. Verás la sucasión de playas y acantilados hasta el Cabo Menor. El faro se construyó en 1839 y fue especial para el desarrollo de la actividad comercial y marítima de la zona. En la actualidad, la base de la torre del faro y los edificios aledaños albergan un interesante centro de arte. Descubre la colección de casi mil dibujos, acuarelas y grafitos de faros del pintor santanderino Eduardo Sanz. Este artista es conocido justamente por su pasión por las horas y los faros.
La Plaza Porticada
Una plaza llena de historia e identidad en el centro de Santander.
Punto de encuentro y cultura.
En Santander no encontrarás un casco antiguo como en la mayoría de las ciudades españolas. La razón es que, en 1941, un trágico incendio destruyó gran parte de la ciudad. Un fuerte viento del sur avivó las llamas que redujeron a cenizas las edificaciones de madera. Esta plaza se proyectó para reconstruir el centro histórico devorado por las llamas. Fue inaugurada casi diez años después y albergó durante décadas el Festival Internacional de Música y Danza. Hoy puedes asistir a conciertos y actividades culturales gratuitas. En el centro encontrarás el monumento en homenaje a Pedro Velarde, liberador cántabro famoso por los levantamientos de 1808. De hecho, la plaza lleva oficialmente su nombre.
Península de la Magdalena
En Santander, recorre la península de la Magdalena y descubre sus encantos.
Palacio, playa y mucho más.
Uno de los principales atractivos de la península es el Palacio de la Madgalena, antigua residencia de veraneo del rey Alfonso XIII. Hoy acoge los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y ofrece diversas actividades. Pero hay mucho más en la península. Es este extenso espacio verde poblado con distintas variedades de árboles, tienes un parque marino al aire libre, faros, monumentos, el paraninfo y las antiguas caballerizas y una zona de juegos infantiles. Además, puedes visitar la playa de los Bikinis, una de las más protegidas de oleaje de toda la bahía de Santander. Si vas con niños o no quieres caminar mucho, toma el trenecito turístico.
La grúa de piedra
Testigo del pasado portuario de Santander, hoy es todo un símbolo de la ciudad.
Recuerdos portuarios.
En el muelle de la Monja, donde arranca el paseo marítimo se conserva la gran Grúa de Piedra. Durante el siglo pasado prestó un gran servicio a los barcos mercantes: cargar y descargar los bultos de más de tres toneladas. Algo esencial para mantener la actividad del puerto. Se construyó en 1896 y tiene 14 metros de altura. Está situada a pocos metros del Palacete del Embarcadero. Es un punto de encuentro tradicional para comenzar un paseo por la ciudad
Los jardines del Paseo Pereda
Desde Correos hasta Puertochico, histórico y bonito, así es el paseo más característico de la ciudad ¡Disfrútalo!
Paseando por Santander.
Los Jardines de Pereda son uno de los lugares más característicos de la ciudad de Santander. Es un paseo que comienza en el edificio de Correos y llega hasta Puertochico, la zona en la que comienza el puerto de la ciudad. Es uno de los puntos más bonitos y también más históricos de Santander ya que fue de los pocos lugares que sobrevivió al gran incendio que desoló la ciudad en 1941. Por ello, es una recopilación de edificios que datan desde el siglo XVIII hasta el XX. Quizá el más icónico sea el edificio del Banco Santander con su arco que da entrada a la ciudad. Su arquitecto fue Javier González de Riancho pero sus famosas ornamentaciones sobre el arco fueron obra de Planes. Este parque honra la memoria del escritor santanderino Jose María de Pereda, quien vivió en este barrio. De hecho, cuenta la historia, que fue testigo del famoso incendio de Machichaco, frente a esta calle y que fue desde su mirador desde donde escribió su obra Machichaco mientras contemplaba el incendio.
Los Raqueros
Descubre la escultura de los cuatro niños frente al mar.
Personajes típicos santanderinos.
Se llamaba raqueros a los chavales que recorrían el puerto intentando sobrevivir con alguna limosna o pequeños hurtos, a finales del siglo XIX y principios del XX. Eran personajes habituales de la ciudad de Santander. Hoy te los encuentras inmortalizados en una escultura José Cobo Calderón: cuatro niños apostados frente al mar, uno de ellos justo en el momento de zambullirse. Si lees la placa, encontrarás la triste clave de la escena: los niños buceaban las aguas para recoger las monedas que los curiosos les lanzaban. Te impactará el realismo del conjunto. La obra es de 1999 y está hecha en bronce. Está ubicada en el paseo marítimo, cerca del Real Club Marítimo de Santander.
Catedral Nuestra Señora de la Asunción
Austera por fuera y llena de tesoros arquitectónicos por dentro: así es la catedral de Santander.
Dos edificios superpuestos.
La catedral Nuestra Señora de la Asunción está situada al final de los Jardines de Pereda, junto al actual edificio de Correos y frente a la Plaza Porticada. En realidad se trata de dos construcciones. La iglesia baja, conocida como la cripta o parroquia del Cristo, comenzó a construirse en el siglo XII. Es un espacio amplio y abovedado pero de escasa altura. Sobre esta construcción se levantó la iglesia alta entre finales del siglo XIII y el XIV. Y, a continuación, el claustro. El conjunto arquitectónico ha sufrido varias remodelaciones. La iglesia alta tuvo que ser restaurada después del incendio de 1941 que arrasó el centro histórico de la ciudad.
El arco del Banco Santander
La puerta entre la ciudad y la bahía de Santander.
Un edificio icónico.
La sede del Banco Santander es una presencia imponente en la ciudad, con su fachada de cinco alturas y dos cuerpos unidos por un arco. En 1919, el banco adquirió la propiedad en la que funcionaba un hotel. Se llevaron a cabo reformas y se añadieron esculturas y pináculos. Más tarde, se compraron las casas adyacentes. Para respetar la calle existente, el arquitecto Javier González de Riancho proyectó el famoso arco. Actualmente se está planificando una profunda remodelación del conjunto.
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