Añade planes a tu guía de viaje de Milán
Pulsa sobre "añadir plan", para ampliar tus opciones de ocio en tu guía de viaje.
Guía turística: qué hacer y ver en Milán
Pasarelas, flashes y mucho más.
Desde la parte superior de la lengüeta de la bota (en referencia a la forma de la península itálica) nos encontramos con una de las ciudades más importantes del mundo en lo que a moda y cultura se refiere. Milán, o “Milano” para los italianos, es una ciudad que te abrirá los ojos, descubriéndote escaparates que nunca habrías imaginado, mostrándote la belleza de una de las catedrales más prestigiosas de toda Europa (Duomo, insignia de la ciudad), y fascinándote con uno de los mejores teatros de ópera de todo el mundo. ¿Estás preparado para sumergirte en sus tiendas y monumentos? Tanto si estás a la última como si no ¡prepárate!
Así lo ven otros viajeros
Comparte tu experiencia de viaje con #Milan, #InstantesIberia y @Iberia
- Monumentos
- Compras
- Ocio
- Gastronomía
- Aire libre
- Museos
- Monumentos
- Compras
- Ocio
- Gastronomía
- Aire libre
- Museos
Las discotecas para alargar la noche
Si tus elecciones son las correctas, tus veladas en Milán pueden llegar a ser francamente animadas, ¿por dónde empezamos?
Ambientazo milanés.
La noche de Milán no es de las más largas, sin embargo, goza de un ambiente espectacular y, si sabes elegir los sitios, tendrás una larga y animada velada. Para comenzar la noche los barrios de Navigli y Brera son las mejores opciones. Tanto si quieres picar algo como para tomar la primera copa, ambos sitios gozan de un gran ambiente. A partir de las 12 de la noche o 1 de la madrugada debes moverte hasta las discotecas de la ciudad. Te recomendamos dos locales muy divertidos y populares. El primero se llama Alcatraz Milano, situado en la calle Via Valtellina, 25 y para evitar sus colas de la entrada no acudas demasiado entrada la noche. El otro local se llama Hollywood y se encuentra en el número 15 de la calle Corso Como, en pleno centro. También goza de una gran popularidad y posee un gran ambiente. Ambos locales cierran a las 4 de la madrugada, hora de cierre de todos los locales de la ciudad.
El histórico Pub Blue Note de Milán
Música jazz en el barrio de Isola. Prestigioso local ideal para cenar o tomar una copa.
Música en directo.
En el corazón del barrio de Isola, junto a puerta Garibaldi se encuentra el pub Blue Note. Este restaurante abierto también en Nueva York, Tokyo y Nagoya abrió sus puertas en Milán hace décadas y, desde entonces, se ha convertido en una de las referencias de música en directo en la ciudad. Particularmente, en música jazz. Por su escenario han pasado estrellas del género de todo el mundo y, cada día, hay actuaciones de bandas locales o nacionales de mucho prestigio. Es un lugar encantador para cenar o para tomar una copa. El plan de cenar disfrutando de uno de estos conciertos tras una larga caminata por Milán es uno de los lujos que te brinda esta ciudad. A no ser que quieras asistir a algún concierto en particular, te recomendamos que lo visites entre semana pues hay menos gente aunque, los fines de semana goza también de un ambiente estupendo.
Il Gattopardo
Popular local abierto hasta las 4 am. Sus cócteles son los más famosos de la ciudad ¿Has apuntado su dirección?
Parece una iglesia, ¡pero no lo es!
Apunta su dirección. Este local está situado en la Via Piero Della Francesca. Es fácil reconocerlo, se trata de una iglesia. En mitad de la zona antigua de la ciudad se encuentra Il Gattopardo, que por supuesto, es uno de los locales más conocidos y populares de la ciudad. Hace años que esta iglesia fue desacralizada y, posteriormente, reconvertida en un local nocturno. Es cierto que el lugar no es barato pero merece la pena visitar su interior. La pistas de baile están situadas en la nave central y en sus alrededores. Su ambiente es muy divertido y abre hasta última hora de la noche (en Milán, esto significa las 4 de la mañana). Además, Il Gattopardo tiene fama de ser uno de los mejores locales de cóckteles de la Milán, así que es una buena idea pasar para probarlos y comprobarlo.
La zona de Ticinese-Navigli
Renovado y vanguardista barrio, protagonizado por calles llenas de arte e innovación. Interesante.
Zona de canales.
El barrio de Porta Ticinese es colindante con el conocido barrio de Navigli, ambos dos son las zonas de los canales de la ciudad. Sin embargo, este primero no goza de la misma popularidad. Su decadencia en tiempos pasados le hizo ganarse la reputación de barrio conflictivo de Milán y quedó apartado pese a ser limítrofe a Navigli. Sin embargo hace ya varias décadas que este barrio ha rejuvenecido y ahora tiene un ambiente y un aspecto totalmente diferente. En contraposición a su imagen de mediados del siglo XX ahora el barrio se ha situado como la zona vanguardista de la ciudad. Hasta aquí vienen artistas, diseñadores y fotógrafos para abrir sus tiendas. Por sus calles, encontrarás una mezcla de arte e innovación inaudita en Milán. También es muy recomendable por la noche. Si has cenado en el barrio de Navigli puedes acercarte para tomar la primera copa aquí.
Visita al barrio bohemio de Milán
Histórico y bonito recorrido. Házlo coincidir con el atardecer y el ambiente será aún más mágico y agradable.
´La bohemia de lujo`.
El barrio de Brera se ha ganado el título de barrio bohemio de Milán aunque también se le apoda la bohemia de lujo. Es una de las zonas históricas de la ciudad y su visita es de las más bonitas. Te recomendamos que, si estás visitando el centro de Milán, te dejes caer por aquí al caer la tarde. Las calles de alrededor, como son Solferino, Pontaccio, Corso Garibaldi y Corso Como, se convierten en una mezcla de preciosas tiendas de antigüedades de la zona (aunque muy bonitas, generalmente son bastante caras) y bares y terrazas que se preparan para dar de cenar y las primeras copas de la gente que se deje caer por allí. En las noches de verano, es muy recomendable elegir una de estas terrazas y acomodarse con una buena copa de vino italiano y degustar la comida milanes. El barrio gana magia por la noche y tiene un ambiente muy animado y especial.
Visita a La Última Cena
Ineludible paseo al convento de Santa María delle Grazie para admirar esta obra maestra ¡No te la puedes perder!
La cena más famosa del mundo.
La última cena de Leonardo da Vinci es una de las obras de arte más famosa del mundo. Y está en Milán. Se encuentra en el convento de Santa María delle Grazie (en la plaza con el mismo nombre). Y hasta aquí se desplazan, día a día, miles de turistas y ciudadanos que quieren contemplar esta obra de 1498. Alrededor de este lugar han nacido cantidad de leyendas, pues el convento prácticamente fue destruido durante los bombardeos de Napoleón y posteriormente, durante la II Guerra Mundial. A pesar de todo, la obra permaneció intacta. No es caro visitar la obra; la entrada cuesta alrededor de 10 euros, pero sí es imprescindible hacer la reserva con antelación. Debido a las medidas de conservación de la obra, su régimen de visitas está muy controlado. Sea como sea, aprovecha tu visita a Milán para contemplar la obra de Da Vinci.
Salir por la noche
¿Buscas ambiente nocturno? En el barrio de Navigli o en los alrededores de la Galería de Brera lo encontrarás.
¡De marcha hasta las 4 am!
En la ciudad de Milán existen dos zonas importantes que te están esperando cada noche del fin de semana (entre semana hay menos ambiente aunque los jueves también son un buen día para alternar). Se trata del barrio de Navigli y de los alrededores de la Galería de Brera. Aquí encontrarás una gran variedad de restaurantes, pubs y bares donde comenzar la noche. Bien cenar o bien tomar la primera copa, ambas son buenas opciones. En el barrio de Navigli encontrarás un ambiente más juvenil por aquello de estar en el barrio antiguo de la ciudad. Alrededor de la Galería de Brera encontrarás sitios más cool y numerosos locales con música en directo. En las calles de alrededor encontrarás discotecas y salas para alargar la noche. Has de saber que la marcha nocturna en Milán suele durar hasta las 4 de la mañana, horario de cierre de las discotecas.
Estadio de San Siro
¿AC Milán o Inter de Milán? ¡Rivalidad asegurada en San Siro ante los dos eternos equipos milaneses!
Meca del fútbol italiano.
Cada fin de semana, miles de personas caminan en dirección al oeste de la ciudad. Milán se queda un poco más vacía pero el estadio de San Siro se llena hasta la bandera de seguidores bien del AC Milán o bien del Inter de Milán. Y el día del año que se enfrentan estos dos clubes la ciudad se queda detenida. Visitar este estadio es visitar una de las mecas del mundo del fútbol, el campo, también conocido como el Giuseppe Meazza en honor al delantero italiano que falleció 1980, es un culto al deporte. Los trofeos y los galardones de ambos clubes se muestran en zonas diferentes del estadio, compitiendo año tras año. Como puedes imaginar, la rivalidad entre los paisanos es tremenda. Pero también los partidos que puedes ver sobre el césped. Si eres aficionado, no dejes pasar la oportunidad de asistir a un partido en este campo.
Ópera en el Teatro de la Scala
Todas las estrellas del mundo de la ópera han actuado aquí. Si puedes, ¡asiste a uno de sus impresionantes espectáculos!
Toda una experiencia.
Este edificio es uno de los teatros más importantes del mundo. Recoge su nombre de una iglesia anterior que ocupaba este lugar. Su construcción se llevó a cabo en 1778 en la calle Filodrammatici, número 2, bajo el nombre Nuovo Regio Ducal Teatro alla Scala ya que un incendio había destruido el teatro anterior. Desde su inauguración, su escenario ha acogido las actuaciones de las más importantes estrellas del mundo, Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y, curiosamente, incluso Marilyn Monroe actúo en este lugar. A pesar de que su exterior es bastante sobrio, su interior se convierte en uno de los lugares más bonitos y lujosos de Milán. Si tienes oportunidad, acude a uno de sus espectáculos. Puedes conseguir entradas alrededor de 25 euros y, además de contemplar un espectáculo inolvidable, visitarás un edificio fundamental en la historia de Milán.
El Barrio de Navigli
Barrio encantadoramente diferente gracias a sus antiguos canales y a sus infinitos mercadillos.
El barrio más viejo.
Es el barrio viejo de la ciudad. Y es famoso por tener un encanto diferente. Al llegar, lo reconocerás al ver los antiguos canales que aún se mantienen y aún se pueden navegar. Todo esta barrio antiguo posee cantidad de mercadillos (el más famoso se prepara los domingos por la mañana y es el más popular de Milán). Pero el barrio tiene un encanto especial al caer la noche. Se convierte en uno de los centros de reunión para los jóvenes. Un montón de bares, pubs y terrazas abren sus puertas y por todas las calles se comienza a reunir la gente. De hecho, en verano, son muchos los que se reúnen en este barrio, piden unos vinos y se sientan a conversar y beber en los muros de los canales. Ver caer el sol sobre la ciudad de Milán de esta forma es inigualable.
Porta Venezia
Turístico y fotografiado lugar. Todo un recuerdo histórico de la fuerza del Imperio en épocas de conquista.
Puerta de la ciudad.
Junto a Corso Buenos Aires, una de las principales arterias de la ciudad de Milán, se encuentra Porta Venezia, una de las puertas de la ciudad. Anteriormente conocida como Porta Orientale. Desde la época medieval, las ciudades del Imperio Romano se defendían de las invasiones amurallándose. Por ello, tenía que haber varias puertas al enclave, que son los vestigios que nos han quedado en el presente. En este caso, se llamaba Porta Orientale porque indicaba aquella dirección. En el siglo XIX se comenzó a llamar Porta Venezia porque indicaba el camino hacia esta ciudad. Ahora es un recuerdo histórico de la fuerza del Imperio en épocas de conquista. Este tipo de medidas hicieron que mantuvieran la hegemonía mundial durante siglos y siglos. En la actualidad, Porta Venezia es uno de los lugares más visitados por turistas, la foto es obligada. Y a continuación, tienes el Corso Buenos Aires por donde puedes continuar la visita a Milán.
Estación Central
Mussolini fue el culpable de que esta estación se tornara grande y poderosa. Aunque no la conozcas, te sonará...
Importante y monumental estación.
Esta Estación Central se levantó en 1931 para sustituir a la anterior gran estación de la ciudad. Pero este proyecto, llevado a cabo bajo la influencia del Art Nouveau y el Art Decó, pasó a convertirse en una de las estaciones más grandes y monumentales de toda Europa. Se dice que la idea del proyecto inicial era mucho más simple y pequeña pero que coincidió con la llegada al poder del dictador Mussolini y que el propio dictador ordenó construir una estación mucho mayor como demostración de fuerza y poder. Más allá de los motivos que la originaron, actualmente es uno de los edificios más importantes de la ciudad. De hecho, en su interior se han rodado una gran cantidad de películas, anuncios y fotografías. Está situada en la Plaza Luigi di Savoia, número 24 aunque puedes llegar a ella en tren o autobús y bajarte en la propia estación.
Lago de Garda
Impresionante lago rodeado de pueblos pesqueros como Sirmione: su castillo medieval y su villa romana lo convierten en protagonista absoluto.
A una hora de Milán.
Si dispones de tiempo y quieres conocer los alrededores de Milán, debes visitar el Lago de Garda. Se trata del lago más grande de Milán y está a una hora de la ciudad. El lugar es impresionante. Alrededor de este lago, se abren hueco un montón de pueblecitos pesqueros entre los que destacan Sirmione. Este pueblecito es una pequeña península que se adentra en el interior del lago y que posee un castillo medieval y una villa romana. Sí es cierto que este es uno de los principales destinos turísticos, sobre todo en la época estival, por lo que puedes encontrarlo masificado de gente. Si quieres una opción más tranquila y dispones de coche, te recomendamos que conduzcas hasta llegar a cualquiera de los otros pueblos. Elige uno que te guste y visítalo. Ya sea por su calas como por su comida, merece la pena parar en ellos.
Visita a Bergamo
Pequeña ciudadela dividida en dos: ciudad baja y ciudad alta. Comienza tu visita por la alta, mucho más interesante.
Otro tesoro lombardo.
La ciudad de Bergamo es otro de los tesoros que esconde la región de Lombardía. Este pequeña ciudadela se encuentra a 60 kilómetros al noroeste de Milán. Este antiguo enclave se encuentra dividido en dos: la ciudad alta y la ciudad baja. La primera es la parte antigua, rodeada por una antigua muralla y en su interior descansan todos los edificios históricos de la villa. La ciudad baja ha sido levantado prácticamente entera en el siglo XX. Ambas partes están comunicadas por un funicular. Ambas zonas tienen su encanto pero es la ciudad alta la parte más interesante por su historia. Sus empedradas calles te conducirán hasta la Plaza Vieja, lugar de donde parten todos los caminos. En el centro de la plaza se encuentra la Fuente de Contarini que nos recuerda que esta aldea fue, hace muchos años, dominada por Venecia.
Cementerio Monumental de Milán
Sé valiente y atrévete a visitar el monumento funerario más importante después de las pirámides de Egipto. Simplemente impactante.
Peculiar visita.
Aunque el destino sea un poco peculiar y pueda parecer un tanto inquietante, la visita al Cementerio Monumental de Milán te sorprenderá. Está considerado como en monumento funerario más importante después de las pirámides de Egipto. La decoración y las obras artísticas que recorren este lugar lo han convertido en un museo al aire libre que lejos queda del preconcebido aspecto de un cementerio. Hay varias zonas por las que debes pasar. En primer lugar, el famedio, situado en la entrada principal, es el lugar donde se entierran todas las celebridades italianas. El ossario, situado en la zona central, es el lugar reservado para las tumbas más antiguas. Desde esta terraza se puede contemplar todo el cementerio. Después, camina libremente y observa la decoración del lugar. Nunca habrás visto nada igual. Eso sí, debes mantener calma y silencio pues se sigue tratando de un cementerio.
Visita a la ciudad de Pavia
Pequeña y mágica ciudad situada a orillas del río Ticino. Si la visitas, disfrutarás de un agradable día.
De postal.
Como si de una postal se tratase, la ciudad de Pavia aparece a orillas del río Ticino como un paraíso en la tierra. Es una ciudad mágica que ha pasado de civilización en civilización desde la época del Imperio Romano. Al estar situado cerca del río tenía unas condiciones para el cultivo y la ganadería que lo hacían muy sugerentes. Por ello, ha habido tantas conquistas sobre este pueblo. En la actualidad, es un reducto de paz y tranquilidad a pocos kilómetros al norte de Milán. Una vez llegados hasta aquí, el pueblo es pequeño y su visita se puede hacer en un día. Toda la actividad gira alrededor de la Plaza de la Victoria, corazón de Pavia. A partir de aquí, comienza a caminar por el casco antiguo pero no dejes de bajar hasta el río. Y, si eres valiente, date un chapuzón en él.
Lago di Como
El tercer lago más grande de la región te espera con los brazos abiertos. Te encantará su agua cristalina.
En el corazón de la Lombardía.
A 45 kilómetros al norte de Milán. Inmerso en el corazón de La Lombardía. Aquí se ubica el Lago di Como que hereda su nombre del pueblo que lo asedia. Este pueblecito a las orillas del río se sigue manteniendo de actividades cercanas a la agricultura, la pesca y la artesanía. Pero también del turismo. Y es un encantador lugar para perderse durante todo el día. Su visita es más agradable aún en la época estival y, aunque quizás lo encuentres con más flujo de turistas, puedes bajar caminando hasta las numerosas, diferentes y solitarias calas que se forman en las paredes de roca y refrescarte con un buen baño en el lago. Seguro que te encantará. Se trata del tercer lago más grande de la región y sus aguas cristalinas te permitirán ver un fondo de piedras que parece que te está esperando.
Giardini di Villa Reale
Visita obligada: los jardines, de corte inglés, de la que fuera la residencia de Napoleón y Josefina.
Bonito lugar.
Este paraíso en la ciudad está ubicado en el número 16 de la Vía Palestro. Pero da igual, lo reconocerás en cuanto veas el gigantesco palacio que corona la zona y que fue la residencia del emperador Napoléon y su esposa Josefina. Hasta aquí trasladaron su hogar y levantaron los jardines alrededor. En la actualidad es uno de los lugares más bonitos de Milán y merece la pena escapar una tarde soleada para visitar con tiempo este palacio, recorrer con calma estos jardines y tumbarte en el suelo bajo algún árbol centenario a contemplar los alrededores. Los jardines (al igual que el parque Sempione) están levantados imitando los famosos jardines ingleses y el edificio es la mayor representación del neoclasicismo. En la época de verano se suelen hacer conciertos y óperas. Si estás en la ciudad, no dejes de asistir.
Plaza San Babila
Encantadora plaza, perfecta para una veraniega y tranquila cena al aire libre.
Remanso de paz.
La Plaza de San Babila recibe su nombre de la pequeña pero famosa iglesia de ladrillo rojo que la preside. A pesar de tener pocos datos sobre su historia, pues no se sabe cuando se construyó ni por quién, tan solo que se reconstruyó durante el siglo IX, es una de las iglesias más importantes de la ciudad. La plaza se encuentra junto a la Plaza del Duomo lo que le resta popularidad. Sin embargo, este reducto de paz en medio de la ciudad es uno de los lugares con más encanto de Milán. Al caer el sol, el flujo de gente va descendiendo, las terrazas van abriéndose hueco y el ruido de la fuente que marca el centro de la plaza es el sonido que te acompañará si te encuentras allí. Es un lugar estupendo para cenar al aire libre y en las noches en verano es habitual que los músicos callejeros te amenicen la velada.
Parco Sempione
Paraíso verde a las afueras de Milán, ideal para descansar tras una dura jornada de trabajo o, de turismo.
47 hectáreas verdes.
Junto al Castillo Sforzcesco, uno de los monumentos más importantes de Milán, aparece el parque Sempione. Este parque es el pulmón verde de la ciudad con más de 47 hectáreas. Se trata de un paraíso a las afueras de la ciudad. En su interior, inacabables parques guardan sitio para pequeños bosquecitos, instalaciones deportivas, campos de fútbol y un estupendo lago para refrescar el ambiente en los calurosos días de verano. El Parque Sempione se construyó en 1893 y, aunque gran parte de las zonas se levantaron como homenaje a Napoléon, como la Arena Cívica o el Arco della Pace, lo cierto es que es uno de los sitios preferidos por los milaneses para descansar después de un duro día de trabajo. Es habitual, también, ver actuaciones musicales improvisadas y obras de teatro callejero a lo largo de todo el parque.
Viale Fauch o el mercado de los zapatos
Aunque en este mercado encuentras de todo, es famoso por sus zapatos a precios ¡escandalosamente bajos!
¿Necesitas zapatos?
Te contamos uno de los secretos de Milán. Este pequeño mercado situado en la calle Viale Fauch encierra una gran variedad de productos de la mejor moda italiana a precios de mercadillo. Aquí puedes encontrar ropa y productos de las principales marcas pero por lo que es realmente conocido es por el calzado. Como sabes, los zapatos italianos son el calzado más prestigioso del mundo. Y también muy costoso. Pues bien, en este mercado puedes encontrar una gran variedad de zapatos a precios irrisorios. Solo es cuestión de buscar y de preguntar a los tenderos. De esta manera, cada sábado una mezcla de puestos de ropa, vendedores ambulantes y comida tradicional milanesa para llevar hacen de este barrio y de esta calle una visita obligada de la ciudad de Milán. Y más aún, si quieres llevarte algún recuerdo de la ciudad de la moda.
Mercado de Fiera di Sinigaglia
Parece mentira, ¡más no lo es! En Milán no solo existe lujo comercial, ¡también existen mercados!
El típico mercado.
Olvida todo lo que sabías sobre la moda y Milán. Olvida que es una ciudad de marcas exclusivas. Olvida que la moda de todo el mundo se inventa en los talleres de estas calles. Sábado tras sábado, cada mañana, en el muelle de la calle Viale d´Annunzio se levantan uno a uno todos los puestos que forman el Mercado de Fiera di Sinigaglia. Y este mercado es lo contrario al lujo y a la exclusividad por la que es conocida la ciudad. Aquí puedes encontrar todo tipo de cosas. Desde el propio calzado italiano (generalmente, de temporadas anteriores) hasta colecciones de discos, cafeteras o artesanía africana. Aquí todo es posible. Y todo es cuestión de buscar y buscar. Una cosa es segura, el ambiente que invade estas dársenas cada semana es digno de verse. Los vecinos de toda la ciudad se acercan a vender o a comprar cualquier clase de utensilio. Aquí, la tendencia se ha quedado fuera.
Spazio Armani en Via Manzoni, 31
Este espacio huele a Armani y sabe a Armani: moda, exposiciones y ¡hasta un exlusivo restaurante!
La excelencia de Armani.
Para los amantes de la moda, la ciudad de Milán es la capital del mundo del diseño. Las calles Montenapoleone, Via Monzani y todo el llamado cuadrilátero de la moda marcan la dirección de la pasarelas de todo el mundo. En estas avenidas se asientan las marcas más influyentes de todo el mundo, sus tiendas y los principales diseñadores. Pero no solo eso, también puedes descubrir lugares como el Spazio Armani, centro de exposiciones de la marca Emporio Armani. Aquí puedes encontrar todos los productos de las tres marcas, la principal Emporio Armani, Armani Casa y Armani Fiori. Para los curiosos también todo tipo de exposiciones de la historia de la marca así como líneas y productos curiosos y únicos. Y una exclusiva cafetería y restaurante. Los precios son bastante elevados aunque quizá quieras darte el capricho de cenar en este lugar.
Corso Buenos Aires
Bienvenido al paraíso de las ofertas y los outlets. Aunque la zona es poco espectacular, ¡sus precios merecen la pena!
¡Que vivan las rebajas!
Has llegado a la zona de las ofertas, las ocasiones y los outlets de las grandes marcas. La zona de Corso de Buenos Aires es una de las zonas para el shopping más alejadas de la ciudad. Comienza en la Plaza de Venecia y se va alejando del centro urbano. A pesar de que la zona no es tan espectacular como el resto del popularmente conocido como el cuadrilátero de la moda, que está en pleno centro, este Corso de Buenos Aires es una importante zona de tiendas donde puedes encontrar buenas ofertas, sobre todo en calzado y algunos otros productos típicos de Italia. Por ello, te recomendamos su visita. Quizá sea porque es la zona más alejada o quizá por no ser tan monumental como Via Torino pero aquí puedes ahorrar mucho dinero si dedicas tiempo a visitar sus tiendas.
Via Torino
Estilo casual y precios asequibles en otra de las calles más comerciales de la ciudad.
En la ruta de tiendas.
Via Torino es una de las calles más importantes en la ruta de tiendas. Conecta la Plaza del Duomo y Porta Ticinese. Además, es uno de los núcleos históricos de Milán así como una de las zonas más cuidadas. Toda esta calle goza siempre de un gran ambiente, especialmente jóvenes y es que las tiendas que llenan sus aceras son las más habituales por su estilo casual y sus precios más asequibles para este tipo de público. Tiendas como Zara, Diesel y otras abren sus puertas en esta calle por lo que se diferencia de la exclusividad y la sofisticación de las avenidas vecinas. Además, aquí encontrarás un ambiente de ajetreo llevadero para parar a tomar algo o a comer. Es el lugar idóneo de la ciudad para sentarte a descansar y contemplar la parte histórica de Milán en medio del vaivén de los milaneses.
Centro Comercial La Rinascente
Cuatro plantas de tiendas en un edificio restaurado con un genial mirador de la ciudad. ¿Te apuntas?
Esquina preferente.
La Plaza del Duomo es un lugar estratégico donde comenzar las rutas de tiendas. Se encuentra cerca de todos los puntos clave del llamado cuadrilátero de la moda. De hecho, en una de sus esquinas aparece el centro comercial La Rinascente. Uno de los edificios más significativos de la moda y el shopping en la ciudad. Este edificio restaurado guarda cuatro plantas llenas de tiendas y uno de los más estupendos miradores de la ciudad. Desde allí podrás contemplar la catedral y los alrededores bajo la iluminación natural de sus corredores. Este edificio se restauró e inauguró como centro comercial en 1887 siendo el primero de esta clase en Milán. En la planta baja encontrarás un montón de sitios para comer y descansar. Y el resto del edificio está dedicado a las marcas más lujosas y con más glamour del mundo de la moda.
Corso de Porta Ticinese
Estás en el boulevard preferido de los jóvenes, no solo por sus escaparates sino también por sus opciones gastronómicas.
El ala alternativa de Milán.
Una de las ventajas de salir de compras por Milán es que solamente el paseo merece la pena. Aunque solo quieras visitar los escaparates de ciertas tiendas de la capital de la moda, darte una vuelta por el barrio de las tiendas y recorrer el Corso de Porta Ticinase es también un paseo por la historia de la ciudad. Es una de las zonas con mayor ajetreo, muy transitada por jóvenes que llenan las cafeterías, las tiendas y el boulevard. De hecho, está llena de tiendas de ropa enfocadas a este sector. Ropa más informal, de deporte y calzado. Todo esto encontrarás en esta calle, apenas a dos de distancia de Via Torino. Precisamente por el tipo de tiendas y de público, a esta zona se la conoce como la zona alternativa de Milán. Aquí encontrarás un buen montón de tiendas que guardan poca relación con la moda al uso de la ciudad.
Corso Vittorio Emanuele II
No te pierdas en esta calle repleta de moda, su exclusivo y lujoso centro comercial Rinascente.
¡Bienvenido a la ciudad de la moda!
Es una de las cuatro principales y más importantes calles de tiendas en Milán. Comienza en la Plaza del Duomo y termina en la plaza de San Babila. Te recomendamos que la recorras en este sentido y que al principio, visites el popular Rinascente, uno de los centros comerciales más importantes de Milán. Se trata de un edificio histórico restaurado y convertido en uno de esos puntos donde la moda, el lujo y la exclusividad se dan la mano. En la planta baja encontrarás un montón de restaurantes y tiendas delicatessen con la mejor comida milanesa (por si quieres llevarte algún producto gastronómico). A partir de aquí y hasta llegar al final de la calle, encontrarás una mezcla de tiendas de lujo como Moreschi o Bruno Magli y Pollini y tiendas de marcas más populares y asequibles como Zara, H & M o Stradivarius. ¡Bienvenido a la ciudad de la moda!
Galleria Vittorio Emanuele II
Su gigantesca cristalera y su bóveda dorada definen al centro comercial más importante de la ciudad.
El Salón de Milán.
La Galleria Vittorio Emanuele II es, a su forma, el primer y más importante centro comercial de Milán. Se trata de uno de los edificios más populares e importantes de la ciudad. Construido en 1865 junto a la Plaza del Duomo, es reconocible por su enorme cristalera que se apoya sobre una gigantesca bóveda dorada. En su interior puedes visitar las principales tiendas de moda de la ciudad así como numerosos restaurantes. Todos los locales presentan una gran homogeneidad estética ya que, como condición para instalarse aquí, deben respetar los colores negros y dorados del edificio. Cada zona de esta galería está minuciosamente cuidada y medida y sentarte a comer en una de sus terrazas es un lujo para todos los sentidos. Su decoración, la historia del edificio y lo agradable del ambiente que se ha creado en su interior hacen que lo llamen el Salón de Milán.
El cuadrilátero de la moda
Seas o no un apasionado de la moda, merece la pena pasear palmito por la zona más cuidada de Milán.
Un cuadrilátero imaginario.
La ciudad de la moda tiene un cuadrilátero imaginario donde se encuentran las calles de tiendas más conocidas de la ciudad. Esta manzana está formada por las calles Via Montenapoleone, Via Alessandro Manzoni, Via della Spiga y Via Sant ´Andrea. Dentro de estas calles encontrarás uno de los barrios más influyentes en moda. Desde estos escaparates salen las piezas que visten las pasarelas más importantes del mundo. Todo el barrio tiene un aire distinto. Los principales diseñadores y marcas de moda tienen aquí su sede, desde Louis Vuitton a Dior o Valentino. Por estas arregladas calles es habitual encontrar personalidades públicas vinculadas al sector de la moda. Modelos, actores y deportistas son habituales haciendo cola en estas tiendas. Si eres aficionado al mundo de la moda, ya conocerás el apodado cuadrilátero de la moda. Si no es así, te recomendamos que des un paseo por estas calles, es una de las zonas más bonitas y cuidadas de la ciudad de Milán.
Pasión por el chocolate
Las gelaterías Choco Cult y Shockolat Maggi, presumen de tener los mejores helados de chocolate de la ciudad.
Cultura milanesa chocolatera.
Si te gusta el chocolate, la ciudad guarda algunos rincones para ti. Aunque no es su aspecto más famoso, Milán contiene una larga cultura chocolatera. Lo más conocido es, por supuesto, sus helados. Cualquier punto de Italia es bueno para probarlos, pero esta ciudad destaca entre las demás. Para probarlo, has de ir a la gelateria Choco Cult en la Vía Michelangelo Buonarroti. Posiblemente vuelvas más veces cuando lo pruebes. El mostrador de este local contiene una amplísima variedad de helados de chocolate, de modo que el decidirte puede llevar un buen rato. Más al noreste, junto al Parco Sempione, puedes ir a descansar tomando algo en el Shockolat Maggi, en la Vía Giovanni Boccaccio. Aquí encontrarás más helados especializados en chocolate, pero también una selección de pasteles famosa en toda la ciudad.
Panzerotti para llevar en Luini
Muy recomendables sus deliciosos panzerottis ¡No te vayas de la ciudad sin probarlos!
Tesoros gastronómicos.
Este lugar es uno de los secretos mejor escondidos de Milán. Lo encontrarás al caminar por la Vía Santa Radegonda, pocos pasos al norte del Duomo. El sitio es ideal para venir cuando estés paseando por la zona y no quieras perder demasiado tiempo en comer. Aquí vas a encontrar uno de los mayores tesoros de la gastronomía milanesa. Los panzerotti, que son una empanada de base de pizza parecida a los calzone, son conocidos casi únicamente por los milaneses. No obstante, no puedes dejar de venir a este local ya que aquí sirven los más populares de la ciudad. Cuando vengas, lo más normal será que encuentres una fila de gente esperando para pedir, pero la espera merece la pena. A parte de sus míticos panzerottis, el lugar también está surtido de otros tipos de empanadas y dulces.
La Cantina della Vetra
Exquisitos platos de antipasti y exquisita selección de vinos en un ambiente acogedoramente perfecto.
Inigualable ubicación.
Si no tienes claro a dónde ir, este restaurante es garantía para los milaneses en varios sentidos. Según llegues, sabrás que merece la pena simplemente por su emplazamiento. Desde el piso superior, tienes vistas a la Vía Pío IV donde se ubica, a unos pasos de la Basílica di San Lorenzo Maggiore. Dentro de este marco, perfecto para cualquier cena, puedes prepararte para disfrutar de los platos y del vino. El local te asegura además hacerlo en un ambiente perfecto. La fama de este lugar proviene de su decoración rústica y tradicional, así como del servicio de los empleados. A los pocos minutos de sentarte, comprobarás que todo esto se une para crear un ambiente relajado y acogedor. A la hora de pedir, ten en cuenta que el sitio es conocido por sus platos de antipasti y por su selecta carta de vinos.
Trattoria Giulio Pane e Ojo
Su clientela es cien por cien milanesa, será por ¿su amable trato, su gran calidad o sus buenos precios?
En una calle de adoquines.
Aquí no vienen los turistas sino los milaneses. Sean o no del barrio Porta Romana donde se ubica, comerás en una trattoria típica sumergido en el ambiente de la ciudad. Para llegar, coge la Vía Ludovico Muratori desde la boca de metro. Fíjate bien, pues puedes pasarte el pequeño cartel de la entrada en medio de la estrecha calle de adoquines. Cuando entres, notarás enseguida que has dejado atrás la zona turística. Tienes dos comedores para elegir dependiendo de lo que busques, uno grande con más tumulto y otro más pequeño e íntimo. Frente a otras trattorias típicas, la popularidad de este sitio está protagonizada por dos razones. Una es el trato cercano y divertido de los dueños. La otra, los asequibles precios de su comida, que cuenta con una calidad asegurada. Por esto, se trata de una opción idónea para introducirte en la vida de la ciudad.
Café en Milán
El café es un arte más en la ciudad milanesa, ¡te darás cuenta nada más llegar!
Respiros cafeteros.
Entre cualquier paseo por la ciudad, siempre hay tiempo para parar a tomar un café. Siendo como es parte de un país de larga tradición cafetera, esta ciudad tiene muchísimos sitios donde descansar mientras degustas un café. Es casi un arte. Caminando por cualquier zona, la apariencia de las cafeterías que encuentras ya hablan por sí mismas, de modo que siempre encontrarás una que te llame la atención. No obstante, si estás por la zona de Navigli a media mañana, debes sentarte en la Viarenna de la Piazza 24 Maggio para tomar un café con uno de sus croissants. Algo más al norte, en Corso Vittorio Emanuele II, te cruzas con el Caffè San Carlo, donde hacen auténticas obras de arte con la espuma del capuchino. Sea cuál sea la que elijas, merece la pena que pruebes los pasteles caseros que se acostumbran a servir.
Ir a una latteria
¿El queso te ´pirra`? Pues entonces Milán te volverá loco con sus infinitas latterias.
Uno de los paraísos del queso.
Las calles de la ciudad esconden pequeños paraísos para los amantes del queso. Se llaman latterias. Su origen se remonta a las granjas familiares del norte del país, donde hacían unos quesos especiales por su fabricación tradicional. Hoy, las latterias que encuentras al pasear por la ciudad son una garantía de restaurante tradicional. Al entrar a alguno, es casi obligatorio probar el queso, pero los que prefieran platos de carne u hortalizas también pueden acudir aquí. Todo ello, siempre, acompañado de un buen vino. Si paseas por la zona histórica puedes pasar por la Latteria de la Vía San Marco, una de las más populares de la ciudad. Caminando hacia el sur, bajo el Duomo tienes Vecchia Latteria Vegetariana, en la Vía Unione. No obstante, si encuentras un cartel de latteria al pasear y buscas tradición, sabes que ahí la puedes encontrar.
Tradición en Al Matarel Signora Elide
Restaurante modesto -¡qué no barato!- y popular en un ambiente relajado en el que solo cabe comida de calidad.
Cocina clásica y tradicional.
Aquí tienes un sitio donde comer significa sumergirte en la Milán clásica y tradicional. Su ubicación ayuda, ya que se encuentra pegado al este del Parco Sempione en la Vía Laura Solera Mantegazza. Este puede ser un buen sitio donde rematar una jornada de historia con una comida a la misma medida. Después, el parque es un lugar magnífico para caminar mientras haces la digestión. Cuando entres, verás que a pesar de su popularidad se trata de un restaurante modesto. Aún así hay que tener en cuenta que comer en esta ciudad no suele ser barato. La decoración clásica con motivos sobre la ciudad es ya un anuncio de la comida que se sirve y un buen marco para disfrutar en un ambiente relajado. Siguiendo este carácter, son los mismos dueños los que se encargan de atender y de la cocina. Si te cuesta decidirte por el menú, no olvides que aquí no hay opción mala.
Pizza en Da Maruzzella y I Capatosta
Las pizzas y las pastas del Maruzzella están de muerte, motivo suficiente para que cada noche el local se abarrote.
Deliciosas pizzas napolitanas.
La pizza es un plato casi obligatorio si visitas cualquier parte de Italia. Milán no es una excepción. Puedes comerla en muchos restaurantes, pero si quieres ir a lo seguro, uno de ellos es el Maruzzella. Para llegar, ve a la Piazza Guglielmo Oberdan. Si vas a cenar has de saber que suele llenarse de milaneses, de modo que quizás prefieras ir pronto. Aquí la especialidad es la pizza napolitana, pero también merece la pena probar su pasta. Si estás por la zona de Navigli, puedes acercarte al I Capatosta en la Vía Alzaia Naviglio Grande. Aquí también es un sitio al que acudir con tiempo, ya que suele llenarse rápidamente sobre todo en fin de semana. Este lugar se diferencia de otros por su calidad pero también por su variedad, ya que la carta es más extensa de lo habitual.
Il apperitivo, en Navigli
Una velada típicamente milanesa comienza en torno a las 8 p.m. con una copa de vino y un aperitivo, ¿gustas?
Aperitivo nocturno.
Si quieres conocer Milán, lo mejor es hacer vida milanesa. Entre otras cosas puede que te apetezca conocer el aperitivo. La zona predilecta para conocerlo es Navigli por su calidad, cantidad y ambiente. Aunque podrás probarlo en muchos bares o cafeterías por toda la ciudad como el L'elephant o el Skip Intro en la zona de Porta Venezia. Aprovecha para usarlo como cena después de un día de paseos, ya que no se toma antes de comer sino por la noche. Lo más común es pedir un cóctel o un vino, con lo que ofrecerán una tabla de raciones. Esta manera es una de las más recomendables para probar distintos platos, tradicionales y modernos, uniéndote al ambiente que da la noche en la ciudad. Eso sí, ten en cuenta que puede llegar a ser complicado encontrar sitios que no estén abarrotados a partir de las ocho y las cocinas suelen cerrar en torno a las diez y media.
Comida milanesa
Mantequilla, queso, arroz, cremas, manteca, ricota: elementos clave y diferenciadores de la cocina milanesa.
Templo del sabor.
Esta ciudad es un auténtico templo para el sabor. Diferenciándose del resto del país, la zona de Lombardía cocina de una manera propia y diferente. Notarás en seguida que los platos, aunque sean ya conocidos, tienen un gusto totalmente diferente. Seguramente se deba a que aquí se usa mantequilla en lugar de aceite. Al igual que en el resto de la zona Mediterránea, este es un lugar idóneo si te apasiona el queso. En esta zona se usa hasta para unirlo al pan y al huevo para hacer los rebozados. Junto con esto, has de saber que lo más típico para cocinar son el arroz, las cremas, la manteca y la ricota. Para probar los distintos platos tradicionales, no puedes dejar de ir a ciertos restaurantes del centro. Puedes encontrar la Trattoria Brasera Meneghina en Corso Magenta, o pasearte por las zonas de Navigli o Viale Piave donde abundan los restaurantes tradicionales.
Museo del Resurgimiento
Mucha historia para uno de los museos más importantes y educativos de Milán.
Mapa gráfico y cronológico.
Sólo apto para los amantes incondicionales de la historia. Este museo es fácil de encontrar en la Vía Borgonuovo y lo puedes enlazar casi con cualquier paseo que hagas por la zona histórica. Su interior resulta un auténtico mapa gráfico y cronológico de una de las etapas más importantes de la ciudad. A través de quince estancias, caminarás viendo evolucionar la vida y el arte de la ciudad desde la primera campaña napoleónica hasta la anexión de Roma. El museo forma parte de las Colecciones Cívicas, de modo que su carácter es totalmente educativo. Así, puede convertirse en uno de los más importantes de la ciudad si lo que buscas es historia. Al visitarlo, compruebas rápidamente que los elementos decorativos, pinturas, insignias o utensilios no sólo tienen una carga artística. Todos ellos explican la evolución de la vida en la ciudad de aquella época.
Museo y Teatro Scala
La ópera es la reina del Scala: los autores y cantantes más relevantes de la historia musical han estado aquí.
Mítico teatro.
Venir aquí te ofrece una visión al interior de la cultura de la ópera. Por aquí, en la Vía Manzoni al norte del Duomo, han pasado los autores más relevantes de la historia de la música. Si eres amante de las artes escénicas, sin duda conocerás este mítico teatro que también tiene visitas que te llevan a la época dorada de la ópera italiana. Durante éstas, puedes ver el interior del edificio y transportarte fácilmente al siglo XVIII. Atravesando el vestíbulo subes a los palcos del teatro y al recinto del auditorio. Luego, dentro del propio museo se exhiben pinturas, bustos, vestimentas y decoración auténtica del mundo de la ópera. Se ofrece una visión histórica de la música a través del legado de los mejores cantantes de ópera del mundo. Para cualquier amante ferviente, lo idóneo será realizar está visita y después acudir a una obra en este edificio predilecto para el arte.
Museo Cívico de Historia Natural
Data de 1838 y es uno de los más importantes de Europa en su género. ¡A los niños les encantará!
¡Apto para todos los públicos!
Como mínimo, este lugar te asegura un rato de entretenimiento para cualquier edad. Pero al margen de esto, los interesados en la materia tienen aquí una visita ineludible. Puedes aprovechar para ver el museo y pasear un rato por los Giardini Indro Montanelli donde se emplaza. El centro, inaugurado en 1838, es uno de los más importantes de toda Europa en su género. Al verlo, asombra aún sabiendo que una buena parte de la exposición se perdió con los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, sigue conteniendo incontables muestras de esqueletos y representaciones de las diferentes especies a lo largo de la historia y la prehistoria. Junto con el Museo de Ciencia y Tecnología, éste es el sitio idóneo para venir a ver si vas acompañado de niños pequeños. Aquí, ellos tienen un lugar de diversión asegurada.
Castillo Sforzesco
¡Tres en uno para Sforzesco!: Museo de Arte Antiguo, Museo Arqueológico y secciones de música, mobiliario y artes decorativas.
Histórico castillo.
Este es un lugar predilecto donde acudir para disfrutar del saber y de la historia. Posiblemente necesites venir más de una vez. Al pie del Parco Sempione no solo encuentras el histórico castillo, sino que dentro tienes el complejo de museos más importante de la ciudad. Por una parte, el castillo acoge el Museo de Arte Antiguo. En él se exhiben importantes pinturas, frescos y esculturas del Medievo y el Renacimiento. Entre otras muchas, destacan La Piedad Rondanini de Miguel Ángel o parte del Códice Trivulziano de Leonardo Da Vinci. Pero a esto se le une el Museo Arqueológico. En él se repasan las evoluciones de distintas culturas en la zona de Lombardía. Entre todas, no puedes dejar de pasar por la colección egipcia. Todo esto se complementa, además, con diferentes secciones de música, mobiliario o artes decorativas.
Museo de Ciencia y Tecnología Leonardo Da Vinci
Si el tiempo apremia, ¡tu objetivo debe ser la sección de Da Vinci!
Viajarás en el tiempo.
Los más curiosos encontraréis aquí un sitio del que os costará salir. El museo ocupa tres edificios entre la Vía San Vittore y la Olona, cerca de la Iglesia Santa Maria delle Grazie. De los tres, merece la pena ver en su exterior el que fue monasterio de San Vittore al Corpo. Pero es el interior del complejo lo que te va a hacer viajar en el tiempo. Sus salas se disponen para que, mientras caminas, vayas repasando varios siglos de avances tecnológicos. Desde los inicios de la astronomía, el cálculo, la óptica o la metalurgia hasta los transportes modernos. La exposición es tal, que te será difícil repasarla entera en una mañana. Si no vienes con mucho tiempo, seguramente te merezca la pena ir directamente a la sección de Leonardo Da Vinci. En ella, encontrarás algunos de los inventos más curiosos del famoso autor y científico italiano.
Galería de Arte Moderno
Si el tiempo acompaña… Recorre el museo, pasea por los jardines de Montanelli y visita la Villa Real.
Museo de arte vital.
Aprovecha para venir aquí cuando el tiempo sea bueno. Además de visitar un museo de arte vital, es una excusa perfecta para pasear por los jardines de Indro Montanelli y visitar la Villa Real. Esta residencia predilecta donde se ubica ya tiene un gran valor por sí misma. No obstante, es a principios del siglo XX cuando acoge a la Galería de Arte Moderno. Hoy, caminar por sus salas es ineludible si te interesa la evolución del arte en los últimos siglos. Se divide principalmente en dos aspectos. Una parte acoge obras pictóricas y esculturas de los artistas milaneses más relevantes entre los siglos XVIII y XIX. Farufini Frederick, Francesco Hayez, o Marchesi Pompeo son algunos de los autores que acoge. A esto se añaden algunos nombres internacionales del siglo XX como Picasso o Van Gogh, repartidos entre la propia Galería y el cercano edificio del Pabellón de Arte Contemporáneo.
Museo Poldi Pezzoli
Interesante colección de obras renacentistas e interesante disposición de salas, ambientación y decoración: ¡no te lo pierdas!
Aristócrata colección.
Ven aquí cuando quieras sumergirte en otra época. Las obras vitales que se exponen aquí las tendrás que ver con los ojos del siglo XIX. Pocos pasos al norte del Duomo, en la Vía Gerolamo Morone, te encuentras con la antigua residencia del aristócrata Gian Giacomo Poldi Pezzoli. Al morir en 1879, éste legó su amplia colección de arte a la Academia de Brera. Hoy, este museo es uno de los más interesantes de la ciudad. La primera razón es la disposición de sus salas. La decoración original de la propia residencia y la ambientación de cada sala conforme a lo que alberga da un carácter especial a esta visita. Además, a las obras del Renacimiento italiano se unen salas como la Armería, exposiciones de tapices, relojes o porcelanas. De esta forma, el museo va más allá del arte mostrando toda una imagen de distintas épocas en Italia.
Pinacoteca Ambrosiana
Caravaggio, Botticelli, Da Vinci… Salas de pintura, de escultura y una biblioteca de lujo imprescindibles en tu visita milanesa.
Con luz propia.
Entre la amplísima oferta artística e histórica de la ciudad, este lugar brilla con luz propia. Se fundó a principios del siglo XVII. Federico Borromeo decidió instalar su pinacoteca junto al palacio de la Biblioteca Ambrosiana con un carácter formativo para los artistas e intelectuales. Aquí acuden desde entonces los estudiantes de arte para poder tomar referencias de los grandes autores del medioevo. Encontrarás el edificio rodeado por la Vía dell'Ambrosiana, a pocos pasos del Duomo. Dentro, la visita te puede llevar un tiempo. Caravaggio, Botticelli o Barocci, entre otros, descansan en este lugar. Pero a las veinticuatro salas de pintura y escultura se les une la biblioteca. Si eres admirador de Leonardo Da Vinci, en ella encontrarás una visita obligada. Entre otros miles de volúmenes y manuscritos de diferentes autores, aquí se guarda una buena parte de su Códex Atlánticus.
Palazzo dell'Arengario
Luces de neón para este museo de arte, fundamentalmente italiano, centrado en el impresionismo y el futurismo.
El museo más joven de la ciudad.
Aquí vas a sentir puro contraste. Este museo de arte del siglo XX se ubica en el Palazzo dell'Arengario de la plaza del Duomo, el centro histórico de la ciudad. Lo reconocerás al instante si vienes por la noche, ya que se encienden sus luces de neón en el piso superior dando un toque especial a la plaza. El centro, además de dedicarse exclusivamente al novecento también supone el museo más joven de la ciudad. Fue inaugurado en 2010 con el propósito de ampliar la oferta artística más allá del medioevo. Al venir podrás ver obras de grandes nombres internacionales como Picasso, Laurens o Braque. No obstante, las exposiciones están muy orientadas a mostrar el arte propiamente italiano en el último siglo. Frente a la presencia general de arte de la Edad Media, este es el lugar al que acudir para echar un vistazo al impresionismo y al futurismo.
Palazzo di Brera
Treinta y una salas que esconden un importante ramillete de pinturas italianas clásicas. Merece la pena.
Sinfín de tesoros.
Tan sólo entrar para ver el edificio ya vale la pena. Lo encontrarás situado al pie de la Vía Brera, en la zona histórica. Nada más acceder a su patio interior, quizás eches de menos la presencia de bancos. Este lugar es un sitio que invita a quedarte un rato entre las columnas y estatuas a cielo abierto. No obstante, es mejor continuar caminando para conocer los tesoros que guarda el edificio. El palacio ha sido un centro cultural desde sus inicios en el siglo XVI. Fue gestionado en un principio por los jesuitas y ligado a la Escuela de Bellas Artes. Hacia 1882, se desvinculó de ésta para convertirse en una pinacoteca autónoma. Hoy, puedes entrar en sus treinta y una salas para observar muchas de las obras italianas pictóricas clásicas más importantes. El Greco, Tintoretto, Tiziano o Rembrandt son sólo algunos de los autores que contiene.
Arena Cívica
Aires circenses para esta moderna construcción en la que vale la pena presenciar alguno de sus múltiples espectáculos.
¿Circo de Roma?
Lejano en el tiempo al famoso Circo de Roma, y a pesar de ser un ejemplo de construcción moderna (data del siglo XIX) esta construcción remite a él inevitablemente. Es uno de los sitios por los que debes pasar al caminar por el interior del Parque Sampione. Se levantó para albergar todo tipo de espectáculos y actividades, desde deportes hasta conciertos. De todas, la más llamativa fue la batalla naval que se representó aquí. Para ello, el lugar se tuvo que llenar completamente de agua. Cuando te acerques, has de tener en cuenta que no siempre es posible visitarlo a cualquier hora para los turistas. Tiene un horario que va variando según la época del año y los actos que se desarrollen en su interior. Si puedes, vale la pena acudir a cualquiera de los espectáculos que acoja en ese momento.
Piazza Mercanti
Solitaria y sosegada plaza que te trasladará a la época medieval.
Estupendo descanso.
Cuando entres en esta plaza, te transportarás inmediatamente a otra época. Merece la pena acudir a este lugar para descansar un rato cuando visites la zona histórica. Desde el Duomo, supone desviarte un poco hacia el oeste. Ve por la Vía de Mercanti para encontrar la entrada, ya que esta plaza está rodeada de varios edificios medievales. La reconocerás según entres, ya que te parecerá que has viajado a otro lugar. Posiblemente la encuentres solitaria y el tráfico sea un ruido ahogado en el exterior. Si es así, podrás descansar un rato del ajetreo de la ciudad observando sus edificios. Aquí están el Palazzo della Ragione que fue levantado como Palacio de Justicia en el siglo XIII, la Scuole Palatina fue en otro tiempo la facultad más importante de la ciudad, o la Casa di Panigarola donde se redactaron varios decretos ducales. En este lugar, la historia parece permanecer quieta todavía.
Torre Branca
Vistas privilegiadas de la ciudad desde uno de los símbolos arquitectónicos del siglo XX.
La Torre Eiffel de Milán.
Puedes venir aquí para observar la ciudad desde un lugar privilegiado. La torre es uno de los emblemas modernos de Milán, ya que data de 1933 y es considerada una de las grandes obras arquitectónicas del siglo XX. Popularmente es conocida como la Torre Eiffel de Milán, ya que igualmente fue levantada para la una exposición internacional de arte. Aunque su altura es mucho menor, puedes subir a lo alto de sus ciento ocho metros para acceder a un mirador. Para los que no sufran de vértigo, la visita no defrauda, ya que desde arriba tienes una visión de trescientos sesenta grados de toda la ciudad. El precio de la visita no es elevado, pero sólo se puede disfrutar de cinco a diez minutos. Has de saber también que si el mal tiempo amenaza, la torre se cierra. No obstante, merece la pena acercarse aquí aprovechando un paseo por el Parque Sempione donde se levanta.
Villa Real
¿Quiéres perderte por un rato? Sus jardines ingleses son perfectos para hacerlo, ¡acércate y verás!
Icono neoclásico milanés.
Acércate aquí para pasear y para conocer. Por un lado, el edificio es uno de los principales iconos del neoclasicismo en la ciudad. Por otro, sus jardines ingleses son el sitio ideal para perderse durante largo rato. La villa se encuentra en la Vía Palestro, bajo los Giardini Indro Montanelli. Aquí han vivido figuras históricas como Napoleón o el General Radetzky desde que se levantó a finales del siglo XVIII. Si eres amante de la arquitectura, pasearás alrededor del edificio para contemplar su fachada. Si no lo eres, en cambio, disfrutarás igual sentándote frente a él, ya que los jardines son un lugar agradable para descansar viendo la Villa. Para los interesados en la época, aquí hay un auténtico tesoro. Su interior se puede visitar cualquier día del año. Dentro te espera una gran carga histórica en decoración y la Galería de Arte Moderno.
Iglesia de San Lorenzo Maggiore
Aunque exenta de florituras su presencia, antigua y bizantina, es igual de imponente.
Sencillamente modesta.
Venir aquí es observar los orígenes de la ciudad desde un punto de vista más modesto. Frente a las demás construcciones de gran carga estética, verás que esta iglesia prima por su sencillez. No obstante, justo por eso, supone un sitio perfecto para descansar durante un rato al ser uno de los sitios más tranquilos del centro histórico. Puedes llegar aquí desde el Duomo por la Vía Torino enlazando con la calle Torso de Porta Ticinese. Al llegar, primero obsérvala desde fuera. La construcción bizantina es de las más antiguas de la ciudad, ya que se levantó a finales del siglo IV. Verás que aunque no está cargada de adornos, su presencia es imponente. Puedes entrar en el interior para recorrerla con tranquilidad, ya lo más probable es que no encuentres a nadie. Lo que no puedes perderte es visitar el parque que esconde en la parte trasera.
Iglesia Santa María delle Grazie
Su peculiar fachada la delata. Y La última cena de Da Vinci te impactará. Debes ir: ¡sí o sí!
Gótica y renacentita.
Este lugar ineludible tiene distintos motivos por el que visitarle. Para hacerlo, puedes coger la calle Corso Magenta bajo el Parque Sempione y caminar hacia el oeste. En seguida te encontrarás con la pequeña plaza donde se encuentra la iglesia. La reconocerás al momento, ya que su fachada es de las más peculiares de la ciudad. Su construcción comenzó en el gótico y terminó en el renacimiento. No obstante, una vez allí no dudes en entrar a su interior. Caminando entre sus arcos y sus claustros puedes sentir la antigüedad del edificio, pero el mayor tesoro que guarda se encuentra en el refectorio Cenacolo Viniciano. Acércate hasta ahí para observar el famoso fresco de Leonardo Da Vinci, La última cena. Esta obra capital del autor italiano fue comenzada a finales del siglo XV y aunque ha necesitado alguna restauración, hoy se puede contemplar en este lugar.
El Duomo
Si eres aficionado al arte tu tiempo de visita al Duomo puede llegar a alargarse durante toda una jornada.
Impresionante catedral.
Da lo mismo cuántas cosas se hayan visto, esta catedral es una de las vistas más impresionantes que existen. Observar los detalles tanto de su exterior como de su interior puede llevar muchas horas. El sitio es un auténtico museo para cualquier aficionado al arte. En su interior se alojan multitud de obras y monumentos de gran importancia artística. Por su fachada han pasado quinientos años de construcción desde que empezó en el siglo XIV hasta que Napoleón la finalizó en el XIX. No obstante, aún hoy se siguen finalizando algunos detalles. Al llegar aquí, visitarla puede suponer todo un día dependiendo de tu afición. No obstante, no puedes dejar de sacar un rato para subir al tejado. Desde allí arriba verás, por un lado, los increíbles detalles arquitectónicos y por otro, las inigualables vistas de la ciudad.
Palazzo Reale
Fachada neoclásica herencia de los Habsburgo para una de tus citas obligadas en la ciudad.
Increíble patio interior.
Venir al Duomo a pasar por la ciudad es obligatorio por varias razones. Una de ellas es el Palacio Real. Entre la rica herencia histórica que guarda Milán, el Palazzo Reale es un ejemplo de renovación y de activismo. Su fachada neoclásica se debe al reinado de los Habsburgo, aunque su origen se remonta tiempo atrás. Ya en el siglo XII, se erigía allí el Viejo Ayuntamiento. Desde entonces ha sido hogar de los regentes y sede del gobierno de la ciudad. En la actualidad, el edificio funciona como sitio para exposiciones y muestras. Aunque la mayoría de los motivos neoclásicos del interior se han perdido por los bombardeos de la II Guerra Mundial, vale la pena entrar para visitarlo. Puede que te interese aprovechar para mirar la programación. Una vez dentro, no dejes de pasar por su patio interior. Verás que a pesar de las remodelaciones, el lugar te hace viajar en el tiempo.
Arco della Pace
Imponente construcción en un entorno tranquilo que puede presumir de atardeceres francamente mágicos.
Napoleónica idea.
Aprovecha para venir aquí cuando quieras dar un paseo en calma. Al situarse en el interior del Parque Sempione, querrás perderte por sus pequeños caminos. Si puedes, ven cuando todavía haya luz y quédate hasta la caída del sol. Lo divisarás ya desde lejos, al caminar, pero conforme te vayas acercando comprobarás que se va haciendo más imponente. Situado frente a él, resulta impactante. Así, al menos, lo pretendía Napoleón cuando lo mandó levantar en honor a sus victorias. No obstante, quedó inconcluso al ser vencido antes de su finalización. Fue Francesco I de Austria quién lo terminó con motivo de la Paz Europea. Hoy, los motivos del mármol pueden entretenerte largo rato aunque no seas un fanático de la historia o del arte. El arco además ofrece una fotografía impresionante al ir ocultándose el sol.
Castillo de Sforza
Su antiquísima construcción hoy alberga los museos más importantes de Milán. Todo un lujo.
Custodiando el Parque Sempione.
En este lugar se esconden varios de los tesoros más valiosos de la ciudad. Lo encontrarás custodiando el Parque Sempione y para llegar puedes coger un metro hasta Cairoli Castello. A pocos pasos tienes el Duomo, de manera que es perfecto para enlazar ambas visitas aunque aquí puedes llegar a invertir bastante tiempo. Esta construcción es de las más antiguas y más emblemáticas de Milán. Desde el siglo XIV, el castillo ha servido como cuartel militar, Palacio Ducal o como defensa para la ciudad. Pero hoy sirve de hogar para los museos más importantes de ésta ciudad. Al dirigirte hacia él, ve por la vía Dante y camina tranquilamente. Enseguida verás alzarse la Torre de Filarete tras el monumento a Garibaldi. La vista merece la pena, sobre todo de noche. Es entonces cuando podemos ver iluminadas la fachada y la fuente que precede a la entrada.
Encuentra tu viaje a Milán
Documentación para viajes de turismo a Milán
Comprueba qué requisitos de documentación necesitas para tu viaje.