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Guía turística: qué hacer y ver en San José de Costa Rica
Costa Rica: Pura Vida
Hay lugares en el planeta en los que "vivir" cobra un sentido muy especial. Al igual que la palabra naturaleza. Un país tan diverso como Costa Rica hace que playa, montaña, flora y fauna se conviertan en los acompañantes perfectos de un viaje de ensueño. No querrás regresar a tu rutina, querrás vivir para siempre envuelto de estos paisajes que se acercan a la irrealidad.
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La Casona
El comerciante callejero costarricense destaca por la libertad que le concede al turista. Visitando La Casona lo comprobarás.
A tus anchas.
Que los comerciantes callejeros costarricenses no son tan agobiantes como los de muchos otros países latinoamericanos queda contrastado tras darse una vuelta por La Casona. Este espacio es, en realidad, una especie de mercadillo que aglutina varias decenas de pequeños comercios especializados en la venta de artesanía procedente de todos los países de Centroamérica. Se trata de un lugar muy agradable para pasear y curiosear, y su oferta está formada por numerosas piezas de bisutería, cajas de madera y productos textiles. Por ejemplo, es posible adquirir mochilas y colchas guatemaltecas, al igual que hamacas de El Salvador, molas de los indios panameños o cerámica tradicional nicaragüense. Eso sí, conviene tener en cuenta que tanto la calidad como los precios varían mucho de unos puestos a otros, por lo que podrás encontrarte prácticamente de todo. Abre todos los días de 9:00 a 19:00 horas.
Galería Namu
Si quieres ahondar en la cultura indígena y su artesanía, este es el sitio para hacerlo.
Ampliando horizontes.
Quienes tengan interés por ampliar sus conocimientos en la artesanía y la cultura indígena costarricense habrán de dirigirse a esta interesante galería, situada en la avenida 7, entre las calles 5 y 7. El establecimiento es la sede oficial del Festival Internacional de las Artes que se celebra cada año en San José. En su interior es posible observar todo tipo de obras de arte y objetos elaborados por las diferentes tribus indígenas del país, a las que Aisling French, regente del establecimiento, visita con cierta regularidad. Los objetos más interesantes son las máscaras ceremoniales de los borucas, las piraguas de los bribris, las muñecas de los guaymíes, las cerámicas de los chorotegas, las tallas de los huetares y las mantas de los guatusos. También hay espacio para las obras de los jóvenes artistas urbanos, algunos de ellos sacados de la calle gracias a un programa de ayuda.
Artesanía Biesanz
Las piezas en madera son las que más destacan. Además, son piezas únicas que no encontrarás en ningún otro lugar.
Artesanías únicas.
El barrio de Escazú se encuentra al oeste del casco histórico de la ciudad, a poco más de 8 kilómetros. Uno de los principales atractivos de esta zona es el salón de exposición y ventas de Artesanía Biesanz (www.biesanz.com), donde pueden contemplarse (y adquirirse) numerosos objetos de artesanía. Destacan los productos elaborados con madera, cuyo precio depende de su forma y, sobre todo, de su tamaño. Se trata de piezas únicas, entre las que destacan los cuencos y recipientes de decoración, aunque con unos precios bastante elevados. Además de hacerte con algún que otro souvenir, tendrás la oportunidad de visitar el taller, donde te explicarán el proceso seguido por los artesanos para seleccionar, curar y preparar la madera antes de pasar a su tallado, que suele realizarse varios años más tarde. Por si esto fuera poco, el complejo está rodeado de un lago, un vivero de maderas locales y un jardín botánico.
Otros mercadillos de fruta
¡Mira, mira! Como toda gran ciudad que se precie, cuenta con una provechosa variedad de mercadillos.
El Central no es el único.
El Mercado Central no es el único espacio abierto al que uno puede dirigirse para adquirir la amplia variedad de frutas y verduras costarricenses: otro destino especializado en la venta de estos productos es el Mercado del antiguo Registro Civil, en pleno centro de la ciudad. Allí, los puestos hortofrutícolas comparten espacio con las tiendas de bisutería, y cuenta también con numerosos merenderos en los que degustar los bienes recién adquiridos. También es muy conocido el Mercado Borbón, en la calle y entre las avenidas 3 y 5, con una excelsa variedad de fruta tropical: marañón, zapote, carambola, pejivaye, maracuyá, guayaba, mango, papaya, guanábana, aguacate o carambola, entre otras variedades. Finalmente, conviene hacer mención al Mercado Paso de la Vaca, ubicado en la avenida 7 y calle 2, cuyas instalaciones de venta de frutas y verduras han sido recientemente renovadas.
Librerías
Muchas son las librerías que salpican la ciudad. Las de San Pedro son las más concurridas.
Amantes de la lectura.
Los amantes de la literatura tienen en la avenida Central de San José el punto idóneo para hacerse con todo tipo de títulos nacionales e internacionales. Se trata de una zona peatonal en la que se encuentran algunas de las librerías más populares de la capital. Suelen estar especialmente concurridas las de la cadena San Pedro, que cuenta con sucursales tanto en esta avenida como en la zona del campus universitario. Otra alternativa es la librería Universal, situada en la avenida Central con las calles Central y 1. Este establecimiento dedica prácticamente una planta entera a los libros dedicados a Costa Rica, incluyendo guías turísticas, cartografía y muchas otras temáticas. Por su parte, los aficionados a las novelas y los cómics deberán dirigirse al centro comercial Omni, en la avenida 1 y las calles 3 a 5, donde podrá ojear la interesante oferta de Mora Books.
La Feria del Agricultor
Punto de encuentro de la población josefina en medio de coloridas frutas y verduras.
Alegre mercadillo agrícola.
A unos cinco kilómetros al noreste del centro de San José se encuentra el suburbio de Guadalupe, famoso por el mercadillo agrícola que acoge cada sábado por la mañana. Para llegar hasta allí basta con tomar un taxi o el autobús con destino Moravia, cuya parada se encuentra en el cruce de la calle 3 con la avenida 3. En este gran mercado de frutas y verduras, los agricultores de la zona venden directamente sus productos a la población josefina en medio de un ambiente alegre y muy colorido. Al no intervenir intermediario alguno, los precios son aquí mucho más asequibles que en cualquier otra tienda frutícola de la capital y con una calidad muy superior. Si tienes tiempo y ganas, tal vez te interese acercarte después hasta la barriada de Moravia, donde podrás adquirir diferentes productos de artesanía como pieles y objetos de madera.
El Pueblo
Su situación y su oferta son el gancho perfecto para el turista de a pie.
Invasión turística.
Es el centro comercial más famoso de San José Costa Rica y alberga en su interior un importante número de tiendas, restaurantes, bares y discotecas. Si se quiere, uno puede pasar allí el día entero perfectamente, sobre todo, si antes se da una vuelta por el zoológico, situado prácticamente al lado. Por todo ello, se trata de uno de los lugares más concurridos por los turistas que visitan la capital costarricense, aunque también es un lugar muy transitado por la población local, que acude allí a comprar, comer, beber y bailar. Su peculiar arquitectura incluye numerosas construcciones estilo adobe, así como fachadas pintadas de blanco y unas grandes escaleras de madera oscura similares a las que se utilizaban durante la época colonial. En su interior pueden encontrarse todo tipo de comercios, incluidos algunos de productos de artesanía. Eso sí, bastante más caros que en otros puntos de la ciudad.
Artesanía costarricense
La variedad artesanal de San José es increíble, eso sí, hay que rascarse el bolsillo, ¿estás dispuesto a hacerlo?
Bueno y bonito, ¡pero no barato!
San José puede ser es uno de los destinos ideales para comprar productos de artesanía costarricense, siempre y cuando a uno no le importe rascarse demasiado el bolsillo. Y es que la capital alberga un gran número de tiendas de recuerdos, pero sus precios son muy elevados si se comparan con los de otras partes del país. Los productos habituales de este tipo de comercios son réplicas de la bisutería de oro precolombina, licores costarricenses, prendas de vestir con imágenes de animales y escenas de la selva, productos de cuero, bastones, hamacas y, en general, todo tipo de tallados de madera, desde serpientes hasta bastones, pasando por miniaturas de escenas rurales. Tal vez el mejor lugar al que dirigirse para hacerse con estos objetos sea el Mercado Callejero de Artesanía, situado en la Plaza de la Democracia. Allí encontrarás productos típicos costarricenses, pero también de otros países latinoamericanos, como los populares jerseys ecuatorianos.
El Mercado Central
Un mercado sin desperdicio, esencial y tradicional, lleno de colores y olores costarricenses.
Mirando al norte.
Este extenso mercado se encuentra situado al noroeste del Parque Central, muy cerca de la avenida 1 y las calles 6 y 8. Se trata de un auténtico laberinto de calles y puestos, aunque menos caótico que los grandes mercados de otras capitales latinoamericanas. Aquí los productos estrella son las frutas, las verduras, la carne y el pescado, todos ellos expuestos de una manera muy artesanal y pintoresca. A medida que avanza el día se va llenando de viandantes, mientras los olores de los productos en exposición se van mezclando dando lugar a un ambiente especialmente cargado. Quienes no teman a las aglomeraciones podrán comer en cualquiera de los establecimientos que ofrecen la comida lista para su consumo, con los precios más asequibles de toda la ciudad. Al igual que sucede en otros mercados de este tipo, junto a los puestos oficiales proliferan numerosos vendedores ambulantes, así como algún que otro carterista.
Museo Homenaje Joaquín García Monge
¿Has oído hablar de García Monge? Si visitas este museo te aprenderás su vida de "pe" a "pa".
Vidas interesantes.
Joaquín García Monge fue un artista, intelectual, editor y activista político, entre otras muchas cosas, que llegó a dirigir tanto el Ministerio de Cultura de Costa Rica como la Biblioteca Nacional. Tal fue su actividad cultural y artística que la Asamblea Legislativa costarricense decidió nombrarle Benemérito de la Patria en 1958, unos pocos días antes de su muerte. Otro de los homenajes le llegó en 1989, cuando tuvo lugar la inauguración de este museo, situado en uno de los costados del Parque de los Desamparados. Se trata de una vieja casona restaurada para la instalación del museo, construida en el siglo XIX a base de caña brava y adobe y que luce unas enormes ventanas de estilo colonial. En su interior se pueden contemplar numerosos cuadros, fotografías y otros objetos, así como una interesante recreación de la oficina de trabajo de García Monge, con su mesa, su máquina de escribir e inclusos sus pañuelos y cartas.
Museo Rafael Obregón Loría
El recorrido de este museo es pequeño pero intenso. Repasarás historia y política europea como nunca.
Masones y liberales al poder.
Este pequeño recinto alberga en su interior un exhaustivo repaso de corrientes históricas y políticas nacidas en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, pero que se instauraron con una gran fuerza en Latinoamérica durante la segunda. Nos referimos a la masonería y el liberalismo. De hecho, el museo recibe su nombre del profesor Rafael Obregón Loría, fundador del mismo y organizador de numerosos estudios sobre la historia de Costa Rica, además de Gran Maestro de la Logia Masónica del país. Entre otros objetos, en el museo (situado en la calle 19 de la avenida 1) se exponen documentos relacionados con las sociedades secretas liberales y el importante papel que jugaron a partir de 1870, cuando se inició en Costa Rica una profunda reestructuración del Estado. También conviene fijarse en el óleo que representa la figura de un miembro del obispado costarricense, con numerosos signos masónicos.
Museo de Arte Costarricense (MAC)
En el 86 lo declararon bien patromonial de valor histórico y arquitectónico. ¡Y qué bien merecido se lo tenía!
Sencillamente espectacular.
Es uno de los museos más importantes del país en el campo de las artes plásticas. Situado en el Parque Metropolitano La Sabana, junto a la estatua de León Cortés, alberga en su interior más de 6.000 obras de pintura, escultura y fotografía de autores nacionales e internacionales que han desarrollado su labor artística desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días. Entre sus principales atractivos figura también el propio edificio en el que está situado, un inmueble de estilo neocolonial de 1940 que funcionó como el primer aeropuerto internacional de Costa Rica hasta 1955. Dos décadas más tarde se puso en marcha una exhaustiva restauración que ha dado lugar a un espectacular complejo declarado bien patrimonial de valor histórico y arquitectónico en 1986. Conviene no perderse el espectacular mural que preside el Salón Dorado y el Jardín de las Esculturas, inaugurado en 2003 para exponer las obras de los escultores costarricenses.
Museo de Numismática Jaime Solera Bennett
¿Coleccionas monedas? Si te gusta ese mundillo no dejes de pasarte por aquí. Te gustará.
Money, money, money!
Situado en el mismo recinto que el Museo de Oro Precolombino (en los bajos de la Plaza de la Cultura, en la calle 5 y entre las avenidas 1 y 2), este espacio fundado en 1990 alberga todas esas cosas que nos encantan a los aficionados al dinero: billetes nacionales y extranjeros, monedas y, en general, todo aquello que alguna vez ha servido para comprar algo en Costa Rica. Obviamente, el espacio más importante está dedicado a las monedas nacionales, comenzando por el Real, en 1502, y concluyendo por el actual Colón. Pero también se habla del trueque, de las monedas metálicas introducidas por los conquistadores españoles, del nacimiento de los primeros bancos y de la utilización del café y de algún que otro producto más como medio de pago en diferentes etapas de la historia costarricense. En total se exponen más de 5.000 objetos que constituyen una de las mejores colecciones numismáticas de Centroamérica.
Museo de Oro Precolombino
Visitando este museo comprenderemos el valor que el oro tenía antaño, y, ¡menuda diferencia con el valor actual!
Oro espiritual.
Para los pueblos indígenas, el oro no era un símbolo de poder y dominación, sino un elemento de gran valor espiritual. Durante siglos, los antiguos pobladores de Costa Rica trabajaron exhaustivamente este mineral, que utilizaban para decorar sus cuerpos y también los de los animales. Rescatar algunos de estos objetos y repasar esta estrecha vinculación entre la cultura precolombina y el oro es el objetivo de este museo, situado en las instalaciones de la Fundación Museos del Banco Central de Costa Rica, en los bajos de la Plaza de la Cultura, en la calle 5 y entre las avenidas 1 y 2. Alberga una vasta colección formada por más de 1.600 piezas que abarcan desde el siglo VI hasta el XVI. Las piezas de oro son las principales protagonistas, pero también hay espacio para la tecnología utilizada por los pueblos indígenas para moldear el oro, y que dio lugar al nacimiento del sector metalúrgico costarricense.
Museo de Ciencias Naturales La Salle
En pleno Parque de la Sabana encontramos este genial batiburrillo de especies: animales, minerales, paleontológicas, arqueológicas.
Raíces españolas.
Situado en el Parque La Sabana, este museo cuenta con unas marcadas raíces españolas. Su fundador y actual director es Eduardo Fernández Bárcena, un religioso burgalés que, allá por 1960, decidió aglutinar y exhibir los trabajos de Ciencias Naturales elaborados por los alumnos de Secundaria del Colegio La Salle. Años más tarde, el museo comenzó a recibir aves exóticas procedentes de todos los rincones del mundo en forma de donaciones, lo que obligó a ir ampliando sucesivamente las instalaciones hasta los más de 2.400 metros cuadrados actuales. En la actualidad, este enorme espacio da cobijo a más de 65.000 especies animales, paleontológicas, arqueológicas y minerales, incluyendo una interesante muestra de mariposas e incluso el esqueleto de un gigantesco dinosaurio. Podrás visitarlo de lunes a sábados, desde las 7:30 a las 16:00 horas, y los domingos, de 9:00 a 17:00 horas.
Museo Nacional de Costa Rica
Te adentrarás en las profundidades históricas del país. Saldrás convertido en un experto costarricense.
Costa Rica por dentro.
Este espacio constituye una visita obligada para quienes desean conocer a fondo la historia de Costa Rica. Situado en el antiguo Cuartel Bellavista, entre las avenidas 1 y 2, sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando el Gobierno costarricense decidió levantar un edificio en el que aglutinar la vasta producción natural y artística del país centroamericano. Durante sus más de 100 años de historia, ha pasado por varias ubicaciones hasta situarse en su emplazamiento actual en 1950. Sus colecciones permanentes incluyen obras y objetos de las épocas precolombina y colonial, incluyendo la recreación de una vivienda típica del periodo de dominación española o una sala que recuerda la vida de los pueblos indígenas que trabajaban el oro. También dedica un amplio espacio a la flora y la fauna costarricenses, con multitud de fósiles y minerales.
Museo Filatélico de Costa Rica
Conocerás la historia de las cartas y los sellos y podrás jugar a ser cartero.
Tienes una carta.
Los amantes de los sellos y las cartas tienen una visita obligada en este museo, situado en el interior del Edificio Central de Correos de Costa Rica (calle 2, entre las avenidas 1 y 2). Allí se repasa la evolución de los sistemas de correo existentes a lo largo de la historia, desde las primitivas piedras hasta los actuales e-mails. Obviamente, el espacio más destacado está reservado para la evolución de la administración General de Correos costarricense, fundada en 1849. También se exhiben numerosos sellos y estampillas, así como antiguos teléfonos de magneto, casilleros de apartados postales o equipos telegráficos. Se trata de un espacio visitado habitualmente por turistas y colegios, razón por la que también es posible jugar a ser cartero, dibujar sellos o montar puzzles de estampillas.
Galería Nacional
Antaño cárcel, sus celdas a modo de salas de exhibición desvelan el secreto.
"La Peni" para los amigos.
Este espacio de exposiciones está situado, al igual que el Museo de los Niños, en el Centro Costarricense de Ciencia y Cultura (calle 4 de la avenida 9). El edificio fue durante décadas una antigua cárcel, razón por la que se le conoce popularmente como ‘la Peni’ (de penitenciaría). En la actualidad, sus celdas hacen las veces de salas de exhibición de la Galería Nacional, cuya inauguración tuvo lugar en 1994. Se trata de un gran espacio destinado a la exhibición de las artes visuales, con 14 salas en las que se celebran cinco exhibiciones mensuales, aunque también se ofrecen programas individuales y colectivos sobre pintura, escultura, fotografía o arte digital. Incluye obras de artistas nacionales e internacionales y es sede de certámenes tan destacados como las bienales de Artes Visuales de Costa Rica (Bienarte) o de Diseño del Objeto de Centroamérica y el Caribe.
Museo del Jade
Te lo aseguro. Nunca antes habías visto una colección de jade americano tan impresionante.
¡Y que viva el jade!
Es, probablemente, el mejor museo de la capital costarricense. Está ubicado en la planta baja de las oficinas centrales del Instituto Nacional de Seguros (INS), sito en las calles 9 y 11 de las avenidas 7 y 9. En la planta superior del edificio podrás disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad. La inauguración del museo data de 1977, bajo el nombre original de Colección Arqueológica del Instituto Nacional de Seguros. Entre sus objetivos figuran el fomento del estudio de la arqueología, la conservación del patrimonio cultural y artístico del país y el impulso de las artes plásticas. Cuenta con la más extensa colección de jade americano de todo el mundo, con cientos de piezas arqueológicas, artísticas, etnográficas y numismáticas. También alberga varias salas de exposiciones temporales en las que se exhiben obras relacionadas con la historia, la ciencia o la tecnología. Las instalaciones fueron remodeladas en 2003.
Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC)
Complejo de 1200 metros cuadrados muy bien aprovechados, interesantes y variados.
Con mucha historia.
Este museo está situado en la calle 15 de la avenida 3 de San José de Costa Rica, en el interior del Centro Nacional de la Cultura (Cenac). Se trata del histórico edificio que albergó desde 1856 hasta 1994 la sede de la Fábrica Nacional de Licores, en cuyo costado oeste se erige la Biblioteca Nacional. En la actualidad, este enorme complejo alberga un teatro y varias esculturas al aire libre, siendo una de las visitas obligadas de la capital costarricense. El museo exhibe un importante número de obras de arte contemporáneo de artistas nacionales e internacionales. Sus cerca de 1.200 metros cuadrados incluyen también un centro de documentación, una videoteca, una tienda y un gran espacio exterior en el que se celebran todo tipo de eventos culturales y artísticos. El horario de visitas es de lunes a sábado, de 9:30 a 17:00 horas.
Barrios de Los Yoses y La California
Tanto Los Yoses como La California presumen de edificaciones y viviendas muy bien parecidas.
Enjambre arquitectónico.
A ambos lados de la avenida Central de San José de Costa Rica se extienden los barrios de Los Yoses y La California, que constituyen una visita obligada para quienes gusten de disfrutar de las construcciones arquitectónicas. Los Yoses alberga numerosos edificios residenciales, así como embajadas extranjeras y algún que otro hotel. Se trata, en la mayor parte de los casos, de edificaciones correspondientes a mediados del siglo XX de un estilo marcadamente internacional, con claras influencias de Estados Unidos. Buen ejemplo de ello es la casa diseñada en 1953 por el artista local Enrique Maroto, que destaca por su perfecta integración con la naturaleza, o la más reciente Embajada de Chile. No menos atractivas son las viviendas que pueden contemplarse en La California, una zona eminentemente residencial que tiene su continuación en los barrios de Escalante y Dent, con los que prácticamente se confunde. Además, esta zona goza de una animada vida nocturna.
Barrios de Amón y Otoya
Los protagonistas de estos barrios son sus innumerables edificios históricos y sus lujosas mansiones.
Colina arriba, colina abajo.
Tras los Parques de España y Morazán se extienden, colina arriba, estos dos barrios de la capital de Costa Rica. Ambos albergan una gran cantidad de edificios de carácter histórico, constituyendo una suerte de museos al aire libre. Básicamente, se trata de largas calles en las que se suceden las lujosas mansiones que en su día pertenecieron a familias de oligarcas y otros miembros de la vieja aristocracia costarricense. Cuando su época de esplendor quedó atrás, casi todos estos edificios cayeron en un preocupante estado de abandono, pero durante los últimos tiempos están siendo rehabilitados por empresarios de los sectores hotelero y hostelero. Son especialmente recomendables las construcciones de estilo neovictoriano (pequeñas viviendas de madera, rodeadas de galerías y verjas metálicas), con ejemplos como la Alianza Francesa, el Castillo del Obispo o la Casa Verde, todos ellos en Amón.
Parque Morazán
Encantadora mezcolanza de modernidad y tradición. Todo un must en la ciudad.
En la 3 con la 7.
Se trata de uno de los lugares más atractivos de la capital costarricense. Hasta el siglo XIX, en esta parte de la ciudad no había otra cosa que un gran pantano. Fue entonces cuando las autoridades locales decidieron desecarlo y cimentarlo, aprobando en 1887 un ambicioso proyecto arquitectónico que derivó en la construcción de este gran espacio verde. Está situado prácticamente al lado del Parque de España, en la esquina de la avenida 3 con la calle 7. Entre sus principales atractivos figuran el archiconocido Templo de la Música, así como el moderno edificio que alberga el Hotel Aurola Holiday Inn y la histórica y coqueta construcción que en la actualidad ocupa el Diana’s Inn. Por todo ello, el conjunto constituye una interesante mezcla de tradición y modernidad que se completa con una gran fuente.
Parque Central
Taxis, autobuses y millones de costarricenses. Así es una de las plazas con más vida de la ciudad.
Punto neurálgico.
Uno de los puntos neurálgicos de la ciudad de San José de Costa Rica es el Parque Central, lugar habitual para coger un taxi o un autobús rumbo a cualquier otro punto de la capital. Situado en las avenidas 2 y 4, entre las calles 1 y 2, está rodeado por la Catedral Metropolitana y el Teatro Popular Melico Salazar. Hasta los primeros años del siglo XX estuvo acotado por una enorme verja que rodeaba la fuente instalada en su interior y que había sido traída expresamente desde Reino Unido en 1868. En la actualidad, se trata de un espacio totalmente abierto y muy concurrido por el que los costarricenses suelen transitar varias veces a lo largo del día. Alberga numerosas casas de cambio, así como alguna que otra oficina bancaria, un modesto monumento en el centro y unas largas palmeras que dan sombra a los viandantes.
Parque de España
Gracias a sus inmensos bambúes te creerás en la selva tropical… ¡Pero con música en directo incluida!
Con banda sonora original.
Esta agradable zona verde está situada entre las avenidas 3 y 7 y las calles 9 y 11, justo al lado del Instituto Nacional de Seguros (INS), el Centro Nacional de la Cultura (Cenac) y el Edificio Metálico. Es habitual encontrarse en esta parte de la capital con improvisados artistas que amenizan la visita con música en directo. Además, el parque alberga una gran cantidad de árboles de unas impresionantes dimensiones que comparten espacio con los bambúes más altos que pueden encontrarse en San José. Por todo ello, pasear por aquí es como hacerlo, salvando las distancias, por la selva tropical costarricense. De hecho, la tranquilidad sólo se rompe por las tardes, cuando se llena de ruidosos pájaros. Completan el conjunto una fuente situada junto a la entrada y una estatua en honor al conquistador español Juan Vázquez de Coronado.
Plaza de la Democracia
Arte y buenas vistas. Esta fusión no podía traer más que cosas buenas. Esta plaza es buen ejemplo de ello.
Bienvenidos al este.
Al este del centro, entre las calles 13 y 15 de las avenidas 1 y 2, se erige este interesante espacio abierto, reinaugurado en 2009 tras ser objeto de una profunda remodelación. El origen de esta plaza se remonta a 1989, cuando se convirtió en uno de los lugares más interesantes del casco histórico para disfrutar de unas espectaculares vistas sobre las montañas que rodean la capital costarricense. Tras el proceso de ‘embellecimiento’ del que ha sido objeto en estos últimos tiempos, se ha convertido en un lugar especialmente vinculado al arte. Fundamentalmente, porque uno de los objetivos de las obras ha consistido en unirlo a través de rampas al Museo Nacional, situado en el contiguo cuartel militar de Bellavista. Además, los artistas que exponen sus obras en este edificio tienen la posibilidad de realizar diferentes actividades en la plaza con el objetivo de atraer a un mayor número de visitantes.
Parque Nacional
Símbolo de San José. Sus árboles son testigo de miles de amorosas confidencias.
Palmeras para enamorados.
Uno de los principales símbolos del centro de San José de Costa Rica es este sombreado espacio verde, situado entre las calles 15 y 19 de las avenidas 1 y 3. Destacan en su interior las largas hileras de palmeras, que comparten espacio con otras enormes especies arbóreas bajo las que las parejas de enamorados intercambian gestos cariñosos, mientras los adultos divagan sobre lo divino y lo humano. Durante años, se consideró un punto bastante peligroso por la abundancia de robos, pero esta situación cambió tras la instalación de numerosos puntos de luz. Hoy es un lugar muy transitado por el día, entre otras cosas porque alberga el Monumento Nacional y está rodeado de algunos de los edificios más representativos de la capital costarricense, como la Biblioteca Nacional, el Centro Nacional de la Cultura (Cenac) o la Asamblea Legislativa.
Plaza de la Cultura
Céntrica e interesante. No es raro pues que sea una de las plazas más concurridas de la ciudad.
Gran importancia lúdica y cultural.
Situada entre las calles 3 y 5 de las avenidas 1 y 2, es una de las plazas más concurridas del centro de la ciudad. Esto es debido a que alberga en sus bajos tanto el Museo de Oro Precolombino como el Numismático Jaime Solera Bennett, además de una gran colección de arte, el Teatro Nacional y la oficina del Instituto Costarricense de Turismo (ICT). Su construcción data de 1973, poco después de que el Teatro Nacional recibiese la consideración de Monumento Nacional y la zona aledaña se declarase de interés público. De su diseño se encargaron los arquitectos nacionales Jorge Bertheau, Jorge Borbón y Edgar Vargas, que idearon un lugar de gran importancia lúdica y cultural. Décadas más tarde, entre 1996 y 1997, fue remodelado por Ibo Bonilla, que sustituyó el gris original por colores más propios de un país tropical como Costa Rica.
Parque Metropolitano La Sabana
Bienvenidos a las infinitas 72 hectáreas de verde más importantes de San José.
Enorme vergel.
Hay muchos motivos por los que, casi con total seguridad, visitarás varias veces este enorme espacio verde durante tu estancia en San José de Costa Rica. En primer lugar, porque alberga tanto el Museo de Arte Costarricense como el Estadio Nacional. Y además, porque constituye un extenso vergel de más de 72 hectáreas, situado en el extremo oeste del Paseo Colón, donde es posible contemplar una gran variedad de árboles, como eucaliptos, cipreses y pinos. Por todo ello, está considerado el parque más importante de la capital y se estima que alrededor de 40.000 personas pasan por allí a lo largo de la semana. Muchos costarricenses se acercan hasta el parque para huir del centro y hacer algo de ejercicio en sus instalaciones deportivas, mientras que otros se decantan por pasear junto a la enorme laguna situada en su interior o por disfrutar de un día de picnic.
Jardín de Mariposas Spirogyra
Aquí pasearás, te relajarás y disfrutarás de este bonito insecto en su salsa.
Mariposas de colores.
Costa Rica constituye un auténtico paraíso natural que incluye un buen número de atractivos vegetales y animales. Entre estos últimos destacan las mariposas, muy abundantes en las selvas tropicales costarricenses, pero también en esta parte de la capital. Este jardín es, en realidad, una pequeña parcela repleta de plantas, situada justo enfrente del centro comercial El Pueblo, a unos veinte minutos caminando desde el casco histórico. Se trata de un lugar ideal para pasear tranquilamente, relajarse y disfrutar de las mariposas en su hábitat natural. Además, este lugar da trabajo a muchas familias campesinas que, en diferentes aldeas del país, se encargan de cultivar las plantas de las que más tarde se alimentan estos coloridos insectos. La visita se puede completar tomando un café en el pequeño establecimiento situado en el parque, cuyo horario de visitas se extiende desde las 8:00 hasta las 16:00 horas.
‘Sodas’, para presupuestos ajustados
¿Qué ofrece una soda costarricense?: platos económicos cien por cien tradicionales.
Nuestro menú del día.
En Costa Rica, los restaurantes más populares (equivalentes a lo que serían los restaurantes españoles con raciones y menú del día) se conocen con el nombre de ‘sodas’. Los encontrarás por cualquier rincón de San José y casi todos tienen un par de cosas en común. En primer lugar, que son bastante económicos, ya que se puede comer en ellos por menos de 5 euros. Se trata de locales especializados fundamentalmente en la comida popular costarricense, como el arroz, frijoles, alguna que otra carne, tortillas de maíz y poquita cosa más. Además, todos estos platos suelen acompañarse con bebidas frescas, entre las que destacan los batidos de frutas naturales rebajados con agua. Entre las ‘sodas’ más famosas de la capital figura La Embajada, situada entre la calle 1 y la avenida 1. Una de sus especialidades es el arroz con pollo, acompañado principalmente de cerveza.
Restaurantes tradicionales
Las tabernas de San José saciarán tus antojos gastronómicos con airosidad y a precios bien asequibles.
Buenos, bonitos y baratos.
Aunque lo mejor para degustar la gastronomía tradicional costarricense es acudir a cualquiera de las cantinas y restaurantes ubicados en las zonas rurales, en San José también hay un buen número de establecimientos hosteleros que te permitirán hacerte una idea bastante aproximada del sabor de los platos más típicos del país. Se trata, en general, de restaurantes y tabernas bastante asequibles desde el punto de vista económico. Uno de los más populares es La Botija, situado en la calle 3, muy cerquita de la iglesia de San Sebastián. En este colorido y coqueto local podrás degustar todo tipo de especialidades tradicionales costarricenses, como la olla de carne, la sopa negra, los tamales, los chicharrones o la sopa de mondongo. Otras alternativas no menos recomendables son Las Candilejas, en la avenida 4, o el restaurante Poás, en la avenida 7 y entre las calles 3 y 5.
A nadie le amarga un dulce
Hojaldres, empanadas, quequitos, chorreadas… la lista de dulces típicos es tan inmensa como sabrosa.
Un país muy dulce.
La dulzura de los habitantes de Costa Rica tiene su fiel reflejo en la gastronomía del país, en la que abundan los productos de bollería y repostería: hojaldres, ‘quequitos’, ‘chorreadas’, empanadas, pan con queso, saladitas con queso o pan dulce, entre otros manjares. Es posible degustar todos estos productos en la mayoría de cafeterías de la capital, así como en numerosos establecimientos especializados. Una de las confiterías con más solera es La Española, situada a pocos metros del Teatro Popular Melico Salazar. Allí encontrarás especialidades tan sorprendentes como las trenzas de canela o el pan de amor. Además, su interior esconde un amplio salón repleto de fotografías antiguas, convirtiéndose en una excelente opción para desayunar o merendar. Otra cadena de bollerías muy popular entre la población de la capital costarricense es Trigo Miel (www.trigomiel.com), famosa por sus espectaculares y coloridas tartas.
Un café único en el mundo
El café costarricense es único en su especie. Por eso es un souvenir perfecto.
Te invito a un café.
La historia costarricense se encuentra estrechamente ligada al cultivo de café, hasta el punto de que se trata de un lugar en el que podrás degustar uno de los cafés más finos del mundo. La razón radica en su proceso de elaboración, que comienza con el tostado de los granos con azúcar, dando como resultado un café más oscuro y espeso y, sobre todo, menos amargo. Si tienes la intención de sorprender a tus familiares y amigos al término de tu viaje, una buena opción es adquirir un paquete de este café en cualquier tienda de San José, ya que además no se trata de un producto caro. Durante tu estancia, existen numerosos locales en los que degustarlo, siendo uno de los más interesantes el Café Expresivo, situado muy cerca de la iglesia de Santa Teresita, donde además podrás disfrutar de veladas de cuentacuentos y representaciones teatrales y musicales.
Un poco de comida rápida
La comida rápida triunfa allá donde va. Costa Rica no es la excepción a esta regla de oro.
¡Marchando una hamburguesa completa!
A pesar de la riqueza y variedad de la gastronomía costarricense, durante los últimos años vienen proliferando en San José numerosas cadenas y franquicias de comida rápida, la mayoría de ellas procedentes de Estados Unidos. Son lugares especialmente concurridos durante los fines de semana, cuando las familias josefinas acuden masivamente a degustar sus pizzas, patatas y hamburguesas. Entre los locales más conocidos figuran nombres tan internacionales como Burger King, McDonald’s, Kentucky Fried Chicken, Pizza Pizza o Pizza Hut. No obstante, también hay establecimientos de ‘fast food’ en los que podrás encontrar otro tipo de platos, como Taco Bell, situado tras el Teatro Nacional (en la calle 5, entre las avenidas 0 y 2), o Spoon, una firma especializada en todo tipo de postres, pastas y productos de repostería situada en la avenida 1 con las calles 5 y 7.
De ‘bocas’ por las cantinas
Os presentamos las "bocas". Son como las "tapas" españolas: sabrosos y suculentos aperitivos gratuitos.
La "tapa" costarricense.
En Costa Rica la cerveza y el ron no suelen consumirse a palo seco, sino acompañados de ‘bocas’, que son una suerte de aperitivos gratuitos de unas dimensiones considerables, hasta el punto de que hay a quien le bastan estas tapas para almorzar o cenar. Obviamente, su tamaño y calidad depende del establecimiento al que acudamos, siendo los pequeños bares y las cantinas tradicionales los sitios más recomendables para degustarlas. Entre las más conocidas de San José figuran las de la Cantina Morazán, situada en el cruce de la avenida 3 con la calle 9, justo en frente del Edificio Metálico. Otra alternativa muy interesante es La Vasconia, un establecimiento ubicado entre las calles 3 y 5 y la avenida 1 en el que se ofrecen una excelsa carta de vinos chilenos y unas magníficas ‘bocas’, incluida una muy peculiar elaborada con huevos de tortuga.
Frutas tropicales
Si te gusta la fruta tropical, Costa Rica será tu paraíso particular.
¿Quién quiere papaya?
En un país tan exótico como Costa Rica no es de extrañar que la oferta de frutas tropicales sea especialmente abundante y variada. Por todo ello, hacerse con un buen número de piezas de fruta es tan sencillo como ponerse a pasear por cualquier mercado de San José, donde observaremos una excelsa oferta frutícola. Entre las variedades más habituales figuran el banano, el aguacate, la naranja, el níspero, la piña, la papaya, la sandía o el mango. En general, los costarricenses utilizan estos productos para aliñar sus exóticas ensaladas, como acompañamiento de diferentes platos (sobre todo el plátano) y, obviamente, como protagonistas principales de la mayor parte de sus postres. En este sentido, algunos de los más exquisitos aúnan frutas y diferentes dulces, dando como resultado unas recetas realmente irresistibles. Buenos ejemplos de ello son los flanes, pudines y ‘cajetas’ de coco.
Locos por el pollo
El costarricense ama el pollo. De ahí la infinita variedad de platos y restaurantes dedicados a este producto.
Pollo versionado.
El pollo es para los costarricenses lo que el cerdo para los españoles: un animal que puede comerse de cualquier forma y acompañado de casi todo. Entre sus variantes preferidas destacan el pollo a la leña o el arroz con pollo, aunque hay muchas otras. Por todo ello, en toda Costa Rica podrás encontrar numerosos restaurantes dedicados exclusivamente a los platos de pollo, con nombres tan pintorescos a oídos de los españoles como El Pollazo o El Pollo Rico Ricón. En San José, una de las cadenas con más solera es Pío Pío, que cuenta numerosos establecimientos por el centro (entre ellos, uno en la calle 0, avenidas 4 y 6; y otro en la calle 16, frente al Ministerio de Hacienda). No menos concurridos son los locales de la firma Rostipollos, que podrás encontrar en el Parque de Desamparados o Escazú, entre otros muchos sitios.
Platos típicos
Si comes, pídete un "casado". Si cenas, pídete una "sustentadora". Te chuparás los dedos.
¡Qué bien suenan!
Hay unos cuantos términos con los que conviene familiarizarse si uno tiene intención de comer en restaurantes de comida típica costarricense durante su estancia en San José. Por ejemplo, te convendrá saber que lo más habitual a la hora del almuerzo es degustar un buen ‘casado’, es decir, un plato combinado de arroz, frijoles, carne, verduras, yuca y patacones. Si, por el contrario, te decantas por alguna receta a base de carne o pescado, debes saber que el acompañante habitual aquí no son las patatas o la ensalada, sino las rodajas de plátano frito. Por la noche, lo más típico es cenar una sopa que los costarricenses denominan ‘sustentadora’. Otras especialidades muy interesantes son la carne asada al carbón, denominada ‘churrasco’, las puntas de lomito a la jalapeña o diferentes tipos de mariscos, con especial atención a la langosta, especialmente la del Pacífico.
Ingredientes básicos
Para preparar comida costarricense no han de faltar en tu despensa frijoles, maíz, picadillo, crema ácida… Entre algunas otras cosas.
Llegó la hora de comer.
La gastronomía costarricense está muy influenciada por las cocinas mexicana y centroamericana. La base de la mayor parte de sus platos son las tortillas (tortas de harina de maíz), que hacen las veces del pan y que suelen acompañarse de frijoles (alubias pintas), arroz, pollo y carne de ternera, pescado o marisco, fundamentalmente langosta y camarones. El maíz también se utiliza para elaborar los ‘tamales’ (emparedados típicos de éste y otros países de la zona) y otras especialidades locales a base de carne, como la olla, el mondongo o los chicharrones. Otro condimento fundamental es el ‘picadillo’, que no es otra cosa que un revuelto de plátano y verduras, o el ‘gallopinto’, un desayuno tradicional que combina arroz y frijoles fritos. Dependiendo de los gustos, hay quien también prepara el ‘picadillo’ con huevos al gusto, tortillas o crema ácida (denominada ‘natilla’).
Parque Diversiones
Su historia asombra y sus atracciones enamoran a los más pequeños.
Cincuentón pero divertido.
Situado en La Uruca, a unos dos kilómetros al oeste del Hospital México, este enorme parque de atracciones tiene su origen en la década de los 50. Fue entonces cuando una epidemia de poliomielitis acabó con la vida de centenares de niños costarricenses y dejó maltrechos a otros muchos. A consecuencia de todo ello se creó la Asociación Pro-Hospital Nacional de Niños, que en 1964 consiguió su objetivo inicial de poner a disposición de estos niños un centro en el que tratarse. Varios años más tarde, esa misma asociación pensó en levantar otro recinto, en este caso lúdico, con el que conseguir nuevos fondos para el citado hospital. Fue así como se inauguró en 1981 el Parque Diversiones, cuyos principales protagonistas son el Pueblo Antiguo, la montaña rusa, un precioso lago o un gigantesco tobogán por el que descienden las balsas. También cuenta con numerosos restaurantes a unos precios relativamente asequibles.
Teatro Popular Melico Salazar
Muy recomendable asistir a alguno de sus espectáculos: danza, ópera, zarzuela, ¡tú decides!
Arriba el telón.
Los paladares culturales más refinados tienen a su disposición este majestuoso edificio de cuatro plantas de altura, situado entre la calle 1 y la avenida 2 de San José. Su origen data de 1928, cuando el español José Raventós adquirió los terrenos para poner en pie un complejo en el que disfrutar de la ópera y la zarzuela. De la construcción del teatro se ocupó el arquitecto José Fabio Garniel Ugalde, aunque con el paso de los años se realizaron algunas modificaciones. Un incendio acabó con la sala en 1967 y hubo que esperar hasta 1981 para reinaugurarla, ya con el nombre actual, que rinde homenaje a un popular tenor costarricense. En la actualidad, cuenta con 1.500 localidades y es escenario habitual de conciertos musicales, danza y ópera. Si no te convence ninguno de los espectáculos en cartelera, también es posible visitarlo los domingos en los que no hay función.
De marcha por San José
Bares llenos de ambiente para terminar el día como te mereces. La Esmeralda es una buena opción.
Para cuando caiga el sol.
Como toda capital latinoamericana que se precie, San José también cuenta con una intensa vida nocturna, repleta de bares de copas y discotecas en los que bailar y tomar algo. Una de las opciones más populares es Brew Pub Cabeza Grande, situado en el Paseo Colón. Se trata del local idóneo para comenzar una noche de marcha, con numerosas marcas de cerveza a elegir (Stout, Amber, Sexy, Tropicana o Wheat) que pueden acompañarse con algo de comida y, las noches de los miércoles, de música en directo. Otra opción es La Esmeralda, un coqueto establecimiento situado entre las calles 5 y 7 de la avenida 2 que suele contar con la presencia de mariachis. Y para los que gusten de ambientes más modernos, Luna Roja Café (calle 3, con avenidas 9 y 11), es destino habitual de jóvenes góticos y de otras tribus urbanas.
Serpentarios
¿Te atreves a visitar reptiles? El Serpentario, en el edificio Radamida, es el más conocido.
¿Quién dijo miedo?
Las serpientes son, posiblemente, los animales más temidos de cuantos pueblan la geografía costarricense. Tanto es así que en San José podrás encontrar hasta dos instituciones dedicadas al estudio de estos reptiles. La más conocida es el Serpentario, situado entre las calles 9 y 11 de la avenida 1. En este recinto, ubicado en la segunda planta del edificio Radamida, se exponen diferentes especies de serpientes, pero también otros reptiles vivos y algunos anfibios. Deberías darte una vuelta por allí si piensas adentrarte en la selva costarricense, ya que te enseñarán a distinguir las serpientes venenosas de las que no lo son. Otra alternativa es dirigirse al Serpentario del Instituto Clodomiro Picado, situado en la localidad de Dulce Nombre de Coronado. Este organismo se dedica a investigar y producir sueros para tratar las picaduras de serpiente, pero los viernes por la tarde abre sus puertas al público permitiendo contemplar los reptiles.
Museo de los Insectos
¿Tienes fobia a las arañas? Entonces abstente y pasa por alto la visita a este museo.
¡Abejón a la vista!
Este recinto, situado en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, cumple una doble función lúdico-informativa. Por un lado, permite contemplar en vivo un importante número de insectos de diferentes formas, colores y procedencias. En este sentido, destacan sus colecciones de escarabajos y mariposas típicamente costarricenses, aunque también hay espacio para otros bichos más raros. Por ejemplo, arañas de unas increíbles dimensiones o abejones con deformados cascos puntiagudos. Se trata de un lugar muy recomendable para biólogos y estudiosos de los animales, pero también para niños, adolescentes y curiosos de los insectos. Desde luego, no para quienes padezcan de aracnofobia o patologías similares. En cuanto a su vertiente informativa, conviene acercarse por allí si luego tenemos intención de visitar la selva costarricense, ya que nos informarán de las enfermedades tropicales que pueden transmitirnos los insectos por esas zonas del país.
Museo de Formas, Espacios y Sonidos
Otra buena opción si tienes niños. Eso sí, recuerda que por las tardes está cerrado.
Para esos locos bajitos.
Este peculiar museo es otro de los lugares más recomendables para quienes aterricen en San José de Costa Rica acompañados de los más pequeños de la casa. Situado en la antigua estación de ferrocarril, entre las calles 17 y 23 de la avenida 3, abrió sus puertas en el año 2002 y constituye una de las excursiones habituales de la mayoría de colegios de la capital costarricense. Básicamente, porque se trata de un espacio interactivo en el que uno puede subirse en una vieja locomotora, recorrer tranquilamente todos sus vagones y hacerse las típicas fotos estilo Far West. Además, incluye varias exposiciones dedicadas a los sentidos de la vista, el oído y el tacto, con artilugios que se pueden tocar, piezas musicales y ejemplos de literatura y arquitectura. Puede visitarse de lunes a sábado de 9:00 a 14:00 horas.
Museo de los Niños
3.800 metros cuadrados especialmente pensados y diseñados para que los niños jueguen y aprendan al mismo tiempo.
Céntrico y didáctico.
Situado en el Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, en la calle 4 de la avenida 9, es el espacio ideal para quienes viajan a San José de Costa Rica con sus hijos. Al contrario de lo que sucede en los museos tradicionales, aquí las cosas no sólo se contemplan, sino que también pueden (y deben) tocarse. De hecho, uno de los objetivos principales de este espacio lúdico es fomentar el aprendizaje a través de la experimentación, el juego, la interacción, la curiosidad y la libertad de expresión. Sus más de 3.800 metros cuadrados albergan interesantes colecciones sobre el universo y la naturaleza, el ser humano, las comunicaciones, las ciencias físicas o las artes. También hay varios espacios destinados específicamente al juego, e incluso una sala en la que se muestran los productos más importantes para la economía costarricense, como el café o el plátano. Más información en www.museocr.org.
Museo de Criminología
Aquí disfrutarán sobre todo los amantes de los thrillers y de las pelis de miedo.
¡Arriba las manos!
Más que un museo, este peculiar recinto situado en el edificio del Organismo de Investigación Judicial (entre las calles 17 y 18 de las avenidas 6, 7 y 8) es un auténtico ‘thriller’ en directo. Se trata de un espacio ideado por las autoridades costarricenses con el objetivo de prevenir el crimen, especialmente, entre los más jóvenes. Es por ello que se exhiben todo tipo de instrumentos utilizados en asesinatos, como armas blancas y de fuego. Pero también incluye una parte muy sangrienta, que exhibe desde una mano cortada hasta imágenes de algunos de los crímenes más sonados de la historia de Costa Rica. Los aficionados al cine de terror y de acción tienen aquí una visita obligada, que puede realizarse de forma totalmente gratuita de lunes a viernes, en horario de 7:30 a 12:00 y de 13:00 a 16:00 horas.
Zoológico Nacional Simón Bolívar
¿Viajas con niños? Entonces esta visita es obligatoria durante tu visita a Costa Rica.
100 años muy bien llevados.
Costa Rica está repleta de lugares en los que es posible contemplar a los animales en total libertad, pero, si te falta tiempo para hacerlo o viajas con niños, tal vez te interese darte una vuelta por este zoológico, situado entre las calles 7 y 9 de la avenida 11. Se trata de un enorme espacio verde de casi 100 años de historia (fue fundado en 1921) que también incluye el Jardín Botánico Nacional y la Laguna del Parque Bolívar. Entre sus habitantes figuran numerosas especies exóticas, así como anfibios, reptiles, peces, aves y un buen número de mamíferos. Concretamente, hasta 17 especies. Por su parte, el Jardín Botánico realiza una intensa labor a favor de la extensión de la flora autóctona costarricense, mientras que la Laguna es uno de los escasos humedales protegidos que pueden encontrarse en todo San José. Más información en www.fundazoo.org/web/zoologico-simon-bolivar.
Galería Andrómeda
Arte nacional e internacional de todas las formas y colores. Si el asunto va contigo, escápate y verás.
Arte para especialistas.
No se trata de un museo al uso, pero puede ser uno de los destinos más interesantes para quienes disfrutan con el arte. Situada en uno de los extremos del barrio de Amón, en la esquina de la calle 9 y la avenida 9, esta pequeña sala de arte fue fundada en 1986 con el objetivo de ayudar a los artistas locales emergentes, dotándoles de un espacio en el que exponer sus trabajos. La mayor parte del espacio está destinado a las pinturas, predominando los estilos figurativo, no figurativo y abstracto. En la actualidad es posible contemplar allí, de forma totalmente gratuita, numerosas exposiciones de artistas nacionales e internacionales. Además, la galería cuenta con un taller de pintura, edita sus propios libros de arte e intercambia sus publicaciones con otras galerías y editoriales de diferentes partes del mundo. De igual modo, alberga una interesante selección de revistas literarias.
Museo Doctor Rafael Ángel Calderón Guardia
En pleno barrio de Escalante, merece la pena acercarse y conocer su historia.
Homenajes muy especiales.
Esta casa museo, que rinde homenaje a Rafael Calderón, presidente de Costa Rica de 1940 a 1944, está considerada como uno de los Monumentos Nacionales del país. Situada en el barrio de Escalante, sus vitrinas repasan la memoria de un presidente especialmente querido por el pueblo costarricense, entre otros motivos porque realizó numerosas reformas sociales que mejoraron sensiblemente el nivel de vida de la población. Entre los objetos más distinguidos que alberga destaca el acta constitucional en la que se le nombró presidente, así como numerosas pertenencias personales y documentos. Calderón fue el responsable del establecimiento de un salario mínimo en Costa Rica, además de legalizar el asociacionismo obrero, instaurar un sistema de Seguridad Social y ser capaz de aglutinar en torno a una sola corriente política opciones tan distintas como los cristianodemócratas y los comunistas. Puede visitarse de lunes a sábados, de 9:00 a 17:00 horas.
Biblioteca Nacional
Libros y más libros perfectamente organizados y clasificados en un edificio del siglo XIX.
Lectura a la sombra.
Se denomina oficialmente Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano en honor a una de las más importantes personalidades del mundo de la enseñanza costarricense, además de impulsor de la construcción de bibliotecas públicas por todo el país. La Biblioteca Nacional está situada entre las calles 15 y 17 de la avenida 3, justo en el lateral del Parque Nacional situado más al norte. Aunque el origen de la institución se remonta a finales del siglo XIX, la actual sede no fue inaugurada hasta 1971. Se trata de un enorme edificio de varias plantas con una enorme cantidad de materiales (libros, mapas, periódicos, revistas, fotografías...) muy bien conservados y perfectamente clasificados. Los de mediados del siglo XIX en adelante, incluso, están digitalizados. Al margen del archivo, sobresalen la sala de lectura, situada en la planta principal, y el espacio verde que rodea el edificio, ideal para leer bajo la sombra de los árboles.
La Asamblea Legislativa
El azul es el más interesante de todo el conjunto. Además, es Patrimonio Nacional.
¡Ese Castillo Azul!
En los alrededores del Parque Nacional se erige este enorme conjunto arquitectónico, cuya construcción se inició en 1937 con la intención de convertirse en la residencia oficial del presidente de la República de Costa Rica. Una década más tarde, el proyecto fue suspendido por el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la imposibilidad de seguir importando de Alemania y otros lugares del centro de Europa los materiales que se venían utilizando para la construcción del edificio. Tras la contienda se retomaron los trabajos, pero ya con la intención de instalar allí la sede de la Asamblea Legislativa, que abrió sus puertas en 1958. El más interesante de los cuatro edificios que forman el conjunto es el Castillo Azul, declarado Patrimonio Nacional en 1976. Esta enorme mansión de más de 1.000 metros cuadrados, cuya construcción se inició en 1912, había actuado hasta entonces como residencia de varios presidentes costarricenses e, incluso, como Embajada de Estados Unidos.
Iglesia de Coronado
Alucinarás con sus bóvedas de crucería, sus vidrieras y sus pilares.
Obra de Don Quico.
Situada en Coronado, uno de los cantones que conforman la Provincia de San José, es uno de los templos religiosos más importantes de Costa Rica. Allí se rinde culto a San Isidro Labrador desde 1935, cuando tomó el relevo de una vieja parroquia construida en 1880 que había resultado maltrecha a causa de un terremoto en 1910. De los trabajos para la construcción del templo se ocupó el arquitecto costarricense Teodorico Quirós, popularmente conocido como ‘Don Quico’, a quien corresponden también otras iglesias costarricenses, como las de Aserrí, San Rafael de Escazú o Ciudad Quesada. Quirós optó por un diseño de estilo neogótico que incluía un gigantesco armazón de metal que fabricó la compañía germana Krupp & Cia íntegramente en Alemania. Entre sus principales elementos destacan las enormes vidrieras, así como las bóvedas de crucería distribuidas por todo el techo y los pilares, algunos de ellos inspirados en las ramas del café.
Ciudad Universitaria Rodrigo Facio
Maravilloso poder estudiar aquí: los estudiantes parecen sumergirse en plena selva costarricense.
Formidable conjunto arquitectónico.
Este conjunto, de enorme belleza arquitectónica, toma su nombre de quien fue el primer rector de la Universidad de Costa Rica, Rodrigo Facio Brenes, entre 1952 y 1961. Entre las instalaciones más importantes destacan las facultades y bibliotecas especializadas, así como el Teatro de Bellas Artes, el Conservatorio de Música, la Radio Universidad, el Canal 15 de televisión, el Cine Universitario, el Laboratorio de Antropología y Arqueología, el Jardín Botánico y el Museo de los Insectos, entre otros muchos. Además, el complejo incluye unos enormes espacios verdes ideales para pasear, en los que crecen hasta 50 especies de árboles exóticos. Todo ello se completa con un sinfín de pájaros y coloridas flores que recrean el ambiente típico de la selva tropical costarricense. Si tienes la suerte de visitar la capital a finales de abril, también podrás disfrutar de la Semana Universitaria, que incluye un sinfín de actos culturales y fiestas musicales.
El Monumento Nacional
Cinco féminas representando las cinco repúblicas centroamericanas. ¡Digno de ver!
Un victorioso recuerdo.
Situado en pleno Parque Nacional, es uno de los grupos escultóricos más importantes de San José de Costa Rica. Su autor fue el pintor y escultor francés Louis-Robert Carrier-Belleuse, que desarrolló la mayor parte de su labor artística durante las últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX en diferentes países latinoamericanos, como Argentina o Guatemala. El monumento está formado por cinco mujeres que representan a las cinco repúblicas que forman Centroamérica: Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y Costa Rica. Concretamente, se recuerda la victoria de estos países sobre la banda de filibusteros liderados por el estadounidense William Walker, que aparece representado en su huida, tras su intento de hacerse con el control de Centroamérica entre 1855 y 1857. El conjunto también incluye cuatro bajorrelieves que muestran otros tantos episodios de aquel trascendental periodo histórico, incluidos los militares que obligaron a rendirse a Walker, o la famosa batalla de Rivas.
Casa de la Cancillería
Te gustarán su puerta principal, su dintel neobarroco y su Museo Marqués Manuel María Peralta.
Fachada amarilla.
También conocida como Casa Amarilla por el color de su fachada, está situada en uno de los extremos del Parque de España y puede visitarse de lunes a viernes, en horario de 8:00 a 14:00 horas. A pesar de lo que su nombre indica, no se trata de la sede del Presidente de la República de Costa Rica, sino del edificio que alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores y Culto. En sus orígenes, allá por 1916, acogió la Corte de Justicia de Centroamérica a iniciativa de Andrew Carnegie, un importante industrial y filántropo estadounidense que se ocupó de su financiación. Sin embargo, no pasaron muchos años hasta que el edificio pasó definitivamente a control del Estado costarricense. Destacan la ornamentación de su puerta principal y su dintel de estilo neobarroco, así como el Museo Marqués Manuel María Peralta situado en el interior del edificio, que toma su nombre de un destacado diplomático y coleccionista.
Templo de la Música
Su estética recuerda a la de Versalles, por lo que nadie pone en duda su calidad arquitectónica.
Neoclásico años 20.
Este edificio de corte neoclásico, construido en el año 1920, es el elemento más importante del Parque Morazán y constituye uno de los símbolos arquitectónicos de la capital de Costa Rica. El diseño del recinto corrió a cargo del costarricense José Francisco ‘Chisco’ Salazar, quien, según apuntan diferentes teorías, se inspiró para su construcción en el afamado Palacio de Versalles. Durante su primera década de vida, el Templo de la Música acogió las fiestas y espectáculos musicales con los que la población josefina despedía todos los años cada 31 de diciembre, hasta que estas celebraciones se trasladaron a la Plaza González Víquez. Aparte de acoger una ingente cantidad de actuaciones musicales a lo largo de su ya dilatada historia, el edificio ha jugado un papel muy destacado en la vida pública del país centroamericano y muchos dirigentes lo han utilizado como escenario para algunos de sus principales actos políticos.
Edificio Metálico
A muchos les sorprende su peculiar falsa piedra. No en vano es una construcción la mar de fotografiada.
Refleja el esplendor cultural de antaño.
Caminando por el Parque Morazán observarás una peculiar construcción que acapara la mayoría de las fotografías que los visitantes realizan en esta zona. Se trata del Edificio Metálico, también conocido como las Escuelas Metálicas, situado entre las calles 7 y 9. Al igual que otras edificaciones similares repartidas por medio mundo, su fabricación tuvo lugar en 1890 íntegramente en Bélgica, a iniciativa del Gobierno liberal de Costa Rica, que quería contar con un edificio representativo en el ámbito de la educación. Es, por así decirlo, todo un símbolo del esplendor cultural de aquella época. Se fabricó con piezas de hierro estampado que imitan perfectamente a la piedra, hasta el punto de que hay quien se apresura a tocarlo para comprender por qué se le denomina Metálico. Alberga dos escuelas que toman sus nombres de sendos personajes de la historia pedagógica costarricense: Buenaventura Corrales y Julia Lang.
Teatro Nacional
Su capacidad impone: un millar de espectadores. Sus jardines también: no dejes de visitarlos, ¡es gratis!
Importante grandiosidad.
Es uno de los principales símbolos, si no el más importante, de San José de Costa Rica. Situado entre las calles 3 y 5, fue declarado Monumento Nacional en 1965, y su grandiosidad hizo que durante muchos años se dijera en Europa que ‘Costa Rica era una aldea alrededor del Teatro Nacional’. Está rodeado de unos espectaculares jardines, que se pueden visitar de forma totalmente gratuita, y su interior tiene capacidad para un millar de espectadores. Su inauguración tuvo lugar en 1897, aunque los trabajos de decoración se prolongaron varios años más. De la financiación del megalómano proyecto se ocuparon los acaudalados empresarios de la industria cafetera costarricense, que querían contar con un lugar en el que disfrutar en directo de la ópera. Entre sus principales atractivos destacan las fotografías antiguas y las pinturas, así como una escalinata y varias esculturas elaboradas en mármol.
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