Guía turística: qué hacer y ver en Burdeos
Burdeos, riqueza patrimonial y modernidad
Conocida desde el siglo II como “La pequeña Roma”, descubre el arte, cultura e historia que inundan este lugar. Declarada patrimonio mundial de la UNESCO en 2007, Burdeos se ha convertido en una ciudad moderna manteniendo su riqueza y armonía patrimonial. Si eres un apasionado de la arquitectura, te enamorarás de su excepcional patrimonio arquitectónico del siglo XVIII. Además, no te pierdas el ambiente de sus barrios cosmopolitas. Planea una escapada a esta encantadora ciudad, ¡no te arrepentirás!
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Jardín Botánico
Plantas autóctonas y exóticas: todo un plantel natural que amenizará cualquiera de tus mañanas.
Al aire libre.
¿Qué mejor propuesta al aire libre que una mañana de paseo por el Jardín Botánico de Burdeos? El primer proyecto para crear un espacio de conservación natural así surgió en 1629, con la idea de facilitar plantas medicinales en un entorno seguro y controlado a los boticarios de la época. Sin embargo, llevó un siglo autorizar la formación de este Jardín Botánico, con plantas autóctonas y otras exóticas procedentes de las expediciones científicas y militares que regresaban a Burdeos con semillas y especies de otros países. Así encontrarás aquí la llamada 'palmera china' descubierta en 1856, y que se cree fue la originaria de la colonización de esta especie en Europa. Históricamente situado en el Jardín Público, desde 2007 se ha organizado su ampliación en hectáreas y servicios turísticos, con un punto de información que está en La Bastide, situada en la Explanada Linné.
Vinaterías Burdeos
Vinos o quesos, ambos productos pueden ser un buen recuerdo de tu viaje a Burdeos, ¡tú decides!
El mejor recuerdo bordelés.
Sería un delito dejar Burdeos sin llevarte productos típicos y buen vino autóctono a casa. Aunque antes de comprar botellas de vino conviene revisar si vuelas sólo con equipaje de mano porque no podrás introducir líquidos en el avión. ¿Sabías que en la región de Aquitania producen tres denominaciones de origen de quesos? Son el Issau-Irati, Rocamadour y Cabécou, además de otras especialidades como el queso azul o el queso de cabra ahumado. Si te consideras un buen gourmet, no puedes perder la oportunidad de mejorar tu despensa con los productos típicos de la región. Y si además te has dejado cautivar por la viticultura francesa, no puedes perderte la tienda Le Chai des Chartrons, situada en la Rue Minvielle, donde te pueden asesorar sobre qué vino comprar y encargarse de empaquetarlo y enviarlo para que llegue a destino sin problemas.
Rastro de Saint-Michel
Batiburrillo explosivo: objetos curiosos, antiguayas, libros descatalogados, ropa extravagante o de segunda mano…
Amplio abanico de cachivaches.
Con un ambiente bohemio y alternativo, el Rastro de Saint-Michel extiende sus puestos y mercancía cada domingo en la plaza de Saint-Michel, a los pies de la Basílica gótica. Aquí podrás encontrar todo tipo de cachivaches y objetos curiosos, desde catalejos de bronce a muebles para restaurar, candelabros, colecciones de cucharas y de candiles, libros descatalogados, sellos de coleccionista, grabados y pinturas, así como todo un bazar de ropa de segunda mano. Los 'modernos' de Burdeos que buscan las piezas de ropa más extravagantes acuden a este rastrillo cada fin de semana porque siempre aparece una nueva rareza entre los puestos. Los artistas emergentes consiguen chatarra y tiempo después la venden en el mismo mercado convertida en esculturas de hierro. El paseo de compras te puede llevar a callejear por los alrededores, donde encontrarás más exotismos multiculturales, desde tiendas de especias árabes a marroquinería artesanal.
Mercado de los Capuchinos
Mercado de abastos que podrás recorrer cualquier día de la semana, ¡salvo los lunes!
Grande, antiguo e interesante.
Abierto de martes a domingo, el Mercado de los Capuchinos es uno de los más grandes y antiguos mercados de abastos de Burdeos, epicentro de las compras del día a día donde puedes conseguir desde queso fresco a fruta que prácticamente acaban de recolectar. Se cree que la primera vez que hubo compra-venta en este solar fue en 1749 y que durante los siguientes años se consolidó la venta de ganado una vez a la semana, hasta que se hizo más frecuente y se amplió el género a vender: desde agricultores a artesanos, pasando por zapateros, herreros, o tejedores. En 1891 el mercado fue techado con cristal y plomo y afianzó este lugar como Mercado de los Capuchinos. Aunque ya no quedan vestigios de aquella arquitectura original, tras la mejora en las instalaciones en 1999, este mercado ha recuperado su importancia como símbolo de encuentro comercial.
Cours d'Intendance
Exclusivas boutiques inundan esta lujosa calle donde las tarjetas de crédito hacen su agosto.
Un día a lo Pretty Woman.
Si quieres darte un capricho o sencillamente fundir la tarjeta de crédito en Burdeos a lo 'Pretty Woman', no puedes perderte la calle del lujo por excelencia: la Cours d'Intendence, donde se concentran las tiendas y marcas más exclusivas. Esta calle forma parte del llamado Triángulo del Oro que cierran el Cours Clémenceau y la Allées de Tourny, cerca de la Plaza de la Comedia. Se dice que el trazado del Cours d'Intendence existe desde época romana, cuando precisamente el 'intendente' de la legión instaló su residencia en este lugar, por lo que mientras paseas por la calle peatonal puedes imaginar el mismo recorrido con suelas romanas. Zona noble por excelencia, las grandes mansiones de esta calle fueron sustituidas poco a poco por los opulentos escaparates donde puedes encontrar joyas, complementos, zapatos y moda.
Mercado Quai des Chartrons
Outlets y grandes marcas, acompañadas de provechosos puestos callejeros cualquier mañana de domingo.
Zona estratégica comercial y turística.
Ubicado cerca de la Place des Quinconces y a orillas del río Garona, el Mercado Quai des Chartrons es un punto neurálgico comercial y turístico, con tiendas outlets de grandes marcas que, a pesar de tener precios elevados, siempre serán más baratas que en las tiendas oficiales. La jornada de compras se puede hacer coincidir con un domingo por la mañana, cuando esta plaza se llena de puestos callejeros con vendedores de frutas, embutidos, quesos, panes artesanos y productos de mar recién pescado, acompañados de músicos callejeros y artistas que pueden dibujarte rápidamente una caricatura. Conviene llegar pronto al Mercado Quai des Chartrons antes de que se llene de gente y apriete el sol. Además, puedes integrarte en las costumbres locales desayunando un plato de ostras frescas acompañado de buen vino blanco a orillas del río: Francia en estado puro.
Galerie Bordelaise
Espectacular estructura de hierro y vidrio que te cobijará en cualquier tarde lluviosa de compras.
Original diseño diagonal.
Curiosamente, la Galerie Bordelaise -centro comercial que reúne las cuatro calles principales de Burdeos en torno a la Rue des Piliers de Tutelle- nació a principios del siglo XIX por iniciativa de cuatro ricos empresarios latinoamericanos que huían de la Revolución mexicana, capitaneados por el Marqués de la Torre. El original diseño diagonal de la Galerie Bordelaise corrió a cargo del arquitecto Gabriel Joseph Durand, fue inaugurada oficialmente en 1834 como 'Galerie de la Torre' y posteriormente reconocida como Monumento Histórico desde 1975. Este centro comercial construido en hierro y vidrio es perfecto para una tarde de lluvia. Podrás comprar desde calzado a ropa interior de grandes firmas, libros o artesanías, y hacer un descanso entre compra y compra en alguna de las románticas y bohemias cafeterías que se alternan en la Galerie Bordelaise.
Rue de Sainte Catherine
Todo un kilómetro peatonal que hará las delicias de los más caprichosos consumistas.
Consumismo puro y duro.
El sueño de todo consumista y caprichoso se encuentra en la Rue de Sainte Catherine: un kilómetro de paseo peatonal con tiendas y más tiendas donde pasar una tarde de compras sin medir el tiempo. Busques el artículo que busques, probablemente lo encontrarás aquí: desde productos exclusivos de diseñadores a postales y artículos de regalo baratos, pasando por perfumerías y tiendas de té y especias. Otro de los puntos fuertes de la misma calle es su gran ambiente nocturno, luminoso y cosmopolita, con excelentes restaurantes donde cenar y pubs donde tomar una copa, convirtiéndose así en un punto de referencia del turismo de Burdeos. La Rue de Sainte Catherine atraviesa el casco viejo de la ciudad de norte a sur, desde el Gran Teatro a la Plaza de la Victoria. Conviene visitarla entre semana si es posible, para evitar las aglomeraciones y posibles carteristas.
Museo de los Compañeros del Tour de Francia
Lejos de tener algo que ver con el ciclismo, este museo se centra en el arte de los oficios.
Curioso nombre.
A pesar de su nombre, el Museo de los Compañeros del Tour de Francia no tiene nada que ver con deporte ni competiciones de ciclismo. Se trata de una vetusta organización artesana que data de la época medieval y que propone un método de aprendizaje de los oficios a través de las estancias en las 'casas de la Compañía' repartidas por el país. Maestros torneros, alfareros, carpinteros, herreros y otras especialidades de la artesanía participan en la aventura del 'Tour de Francia' y viven en un régimen de hermandad que recuerda a los antiguos masones. En el Museo de los Compañeros del Tour de Francia -situado en la Avenida Jean Alfonsea, en Floriac- se puede contemplar una exposición formada por las mejores obras de arte creadas por los 'Compañeros' y sus aprendices, así como participar en mini talleres de artesanía para los más pequeños.
Museo del Caballo - Château Lanessan
En este idílico lugar se produce el vino Cabernet Sauvignon. Merece la pena perderse por la zona.
En plena campiña francesa.
Desde el siglo XVIII la familia de viticultores Bouteiller ha disfrutado de uno de los rincones de la campiña francesa con más encanto del país: el Château Lanessan, un palacete de estilo neoclásico-Tudor inglés rodeado por 80 hectáreas de viñedos y jardines. Se encuentra en el municipio de Cussac-Fort-Médoc, a 30 kilómetros de Burdeos. Hoy este bello entorno continúa con la producción de su extraordinario vino Cabernet Sauvignon y organiza visitas guiadas al interior del palacete así como su Museo del Caballo. En él encontrarás unos ultramodernos establos cuidados hasta el mínimo detalle, comederos de mármol incluidos, una colección de carruajes de la Belle Epoque perfectamente conservados y una sección de utilería que incluye antiguas sillas de montar y arneses elaborados con materiales nobles. También podrás perderte y pasear por el jardín diseñado siguiendo el paisajismo inglés del siglo XIX.
Museo de Arte Contemporáneo (CAPC)
Últimamente apuesta por las nuevas tendencias como el diseño gráfico, el cine o la música.
Colecciones europeas especializadas.
El hermano pequeño del gran Centro Geroges-Pompidou es el Museo de Arte Contemporáneo (CAPC) de Burdeos, que abrió sus puertas en los años setenta como núcleo de los movimientos emergentes artísticos y defensor del arte contemporáneo. Surgió a partir de la primera exposición de este tipo que se celebró en la ciudad, la 'Regarder ailleurs' ('Mirar hacia...'), y que por aquel entonces se ubicó en Entrepôt de la Place Lainé, un antiguo depósito de ultramarinos donde se ha consolidado. El Museo de Arte Contemporáneo se ha situado al frente de las colecciones europeas especializadas, sobre todo desde los años noventa, cuando organizó exposiciones temáticas sobre vanguardias como el Land Art, Antiform, el Minimalismo, el Arte povera o el Arte conceptual. En los últimos años, este museo ha apostado por nuevas tendencias y disciplinas como el diseño gráfico, la música o el cine.
Museo Nacional de Aduanas
Único en su especie, al menos en territorio francés, este museo no te dejará indiferente.
El museo más polémico.
Uniformes, maquetas, armas y documentos dejan testimonio del polémico arte de comerciar en Burdeos, recogidos en el Museo Nacional de Aduanas, que se encuentra en la Place de la Bourse y es el único de este tipo en Francia. Por aquí han pasado desde contrabandistas a comerciantes de bien, desde sobornos a tarifas oficiales que reflejan sus archivos desde el siglo XVII a la actualidad. Para comprender el funcionamiento de una Aduana, este museo explica también su repercusión en los tratados comerciales de las distintas épocas y en la economía francesa. Además, en los últimos años se ha trabajado para completar la exposición con proyecciones y actividades culturales. El objetivo de la colección -abierta al público en los años 80- no es sólo dejar constancia de los aranceles sobre las mercancías, sino que también pretende explicar la evolución de la sociedad y su comportamiento mercantil.
Museo de Artes Decorativas
Te gustarán su colección de objetos de los siglos XVIII y XIX, y su sala dedicada a los Borbones franceses.
Recreación de la vida burguesa decimonónica.
El caballero y Marqués de Castelmoron, Pierre Raymon de Lalande, adquirió a finales del siglo XVIII un terreno perteneciente a la Iglesia donde ordenó levantar un palacete ostentoso y rodeado de jardines que durante años fue conocido como el Hotel de Lalande. Poco duró su familia en esta mansión, a instancias de la guillotina de la época, por lo que pasó a ser propiedad del municipio de Burdeos. El palacio -ubicado en Rue Bouffard- alberga hoy el Museo de Artes Decorativas, que contiene objetos del siglo XVIII y XIX como cerámicas, muebles, esculturas, grabados, miniaturas e incluso cristalería y cubertería de los nobles, así como una sala dedicada a los Borbones franceses. A lo largo de tres pisos y las caballerizas, el Museo de Artes Decorativas recrea la vida burguesa decimonónica y también organiza exposiciones temporales del Art Decó de los años 20 hasta el siglo XXI.
Museo de Aquitania
Sus 5.000 metros cuadrados ofrecen un gran viaje al pasado, digno de experimentar.
Interesante oferta cultural.
La ciudad de Burdeos forma parte de la histórica región de Aquitania, con presencia de asentamientos y actividad agrícola desde la Prehistoria, testimonios de un pasado esclavista y grandes excavaciones arqueológicas que permiten un estudio exhaustivo de la sociedad y cultura en la región a lo largo de los siglos. El Museo de Aquitania -situado en el Cours Pasteur- destina sus 5.000 metros cuadrados a realizar un viaje al pasado. Su colección reúne el estudio etnográfico, arqueológico e histórico de la ciudad y el resto de Europa, conservando en su interior el 'Museo de la Civilización' o 'Museo del Patrimonio', que acoge una media de 150.000 visitantes al año. Además, en este museo encontrarás exposiciones temporales como las que ha organizado sobre 'Arte Africano' o 'Alma del vino', así como cursos para niños sobre mosaicos romanos, conferencias, conciertos y proyectos multimedia.
Museo del Vino y Negocio
Entre otras cosas, descubrirás una colección única con vestigios de la vendimia.
De interés enológico.
Si quieres descubrir las similitudes y diferencias entre el cultivo del vino francés y español, no puedes dejar pasar la visita enológica al Museo del Vino y Negocio, que abrió sus puertas en el año 2008 por iniciativa de la asociación Bordeaux Historia Vini. Situado en las cuevas subterráneas del edificio del Corredor Real de Louis XV, en la Rue Borie, este museo te sorprenderá con una colección única que reúne vestigios de la vendimia y el comercio del vino desde época medieval, documentación sobre las grandes familias bodegueras de los siglos XVIII y XIX, los nuevos comerciantes que acudieron a Burdeos en el siglo XX en busca de fortuna y los duros trabajos de los esclavos en las bodegas del puerto. El Museo del Vino y Negocio completa este recorrido por los entresijos de la exportación vinícola con una cata.
Museo y Galería de Bellas Artes
Burdeos presume de tener una extraordinaria colección artísitica repartida en estas dos sedes. Ambas, son un must.
Importantes obras de arte.
Los amantes del arte que quieran aprovechar su estancia en la ciudad tienen que saber que la galería francesa de arte más grande fuera de París es precisamente la Galería de Bellas Artes de Burdeos, abierta desde 1801. Nació a partir de la división de las obras de arte del Museo Central en 15 galerías repartidas por el país, a instancias de su fundador, el artista Pierre Lacour, que se encargó además de rehabilitar el primer edificio que albergó el Museo de Bellas Artes: el Palacio de Rohan. Hoy Burdeos cuenta con una extraordinaria colección repartida en dos sedes cercanas: el Museo de Bellas Artes y la Galería de Bellas Artes (situado en Place du Colonel Raynal) que reúnen obras desde el siglo XVI al XX, con firmas como Perugino, Brueghel el Viejo, Rubens, Delacroix, Van Dyck y Matisse, entre otros.
Centro Nacional Jean Moulin
Su archivo histórico te dejará perplejo. Ofrece además exposiciones temporales y conferencias bastante interesantes.
Museo sobre la Gran Guerra.
Nadie mejor que un joven general de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial (el más joven desde la época napoleónica) para sugerir que se abriera en Burdeos un museo sobre la Gran Guerra. Jacques Chaban-Delmas sabía que sólo se aprende del error con la memoria y así lo plasmó en su época de político. El Centro Nacional Jean Moulin abrió sus puertas en los años sesenta, ubicado en un edificio del siglo XIX de la Plaza Jean Moulin. Las tres plantas del edificio contienen un impresionante archivo histórico con documentación relativa a las Fuerzas Libres Francesas, la Resistencia y los deportados. Este Museo de la Segunda Guerra Mundial no se trata sólo de una revisión del pasado, en la que turistas e investigadores pueden bucear y revisar sus documentos, sino que también presenta una visión del futuro con exposiciones temporales y conferencias.
Fête des Bœufs gras
¿Quieres ver bueyes engalanados con guirnaldas de flores?, pues entonces no te pierdas esta fiesta.
Fiesta de los Bueyes.
Dicen las crónicas que la ancestral celebración conocida como la Fête des Bœufs gras de Bazas (o 'Fiesta de los Bueyes') se remonta al año 1283, cuando el por aquel entonces rey de Aquitania, Eduardo I de Inglaterra, ordenó a los ganaderos entregar un toro al clero cada año por San Juan. A cambio, se les permitía que sacaran las reses a las calles y organizaran una fiesta con el pueblo. Aunque esta tradición se repetía en casi todas las localidades de Francia, París incluido, hoy sólo se puede asistir a la multitudinaria 'Fête des Bœufs gras' que mantiene Bazas, pueblo a una hora de viaje desde Burdeos. En esta fiesta se engalanan los bueyes con guirnaldas de flores, se exhiben y pasean en un concurso de reses, y finalmente se culmina con un gran banquete público al aire libre. Exactamente igual que en el Medievo, pero con cámaras de fotos.
Mont-de-Marsan
Aquí te encontrarás con infinitas opciones para practicar deporte al aire libre. ¿Te gusta el plan?
Excursiones que merecen la pena.
Si tienes ocasión de alquilar un coche y hacer excursiones cerca de Burdeos, una de ellas puede llevarte hasta Mont-de-Marsan, a 140 kilómetros y con grandes propuestas para disfrutar de una jornada de deporte al aire libre. ¿Te gustaría aprender a manejar el kayak o hacer descenso del río Midouze en canoa? Ambas propuestas salen de la Base Náutica del Parc Jean Rameau, organizadas por el club deportivo Stade Montois que además ofrece clases de casi todos los deportes que puedas imaginar. Y ya de encontrarte en Mont-de-Marsan también puedes aprovechar el viaje para aprender a montar a caballo, con las rutas guiadas y los expertos monitores del club hípico L'etrier du Marsan, ubicado en una finca de 13 hectáreas junto al río donde se entrena desde niños de cuatro años a adultos sea cual sea su nivel y experiencia.
Ultraligero y Jardines de Marmande
Son muchos los atractivos de Marmande, así que, conduce y conócela, ¡a tan solo una hora de Burdeos!
En la capital del tomate.
La húmeda localidad de Marmande, capital del tomate, se encuentra a tan sólo una hora de Burdeos, con tantas propuestas de actividades y turismo que quizás merece la pena que busques alojamiento para pasar dos días aquí. Por una parte, los aventureros tienen la ocasión de vivir un 'bautismo de vuelo' en ultraligero con salida desde la base aérea UML de Fourques-sur-Garonne, a diez minutos de Marmande. Y por otra parte, los amantes del aire puro deben saber que esta localidad también ofrece extensos y verdes campos de golf donde practicar o aprender este deporte, además de los románticos Jardines de Beauchamp. Abiertos en 2004, estos Jardines privados (entradas a seis euros) ofrecen un paseo por varios paisajismos temáticos, como el jardín zen, el palmeral, la maleza o el jardín-cottage que se ven salpicados por riachuelos, cascadas y lagos artificiales.
Fête du fleuve
Con esta fiesta la ciudad inaugura el verano, eso sí, ojo al dato, que solo la festejan los años impares.
Fiesta del río.
Las dos orillas del río Garona y el Pont de Pierre son los escenarios protagonistas de la tradicional 'Fête du fleuve' ('Fiesta del río') que se celebra los años impares en Burdeos. En 2013 se pudo disfrutar de sus actividades culturales y de ocio al aire libre del 24 de mayo al 2 de junio, ya que esta fiesta es la inauguración oficial de la temporada de verano. En la Fête du fleuve te encontrarás 10 días de ambiente festivo con mercadillos artesanales, actividades lúdicas para los más pequeños, conciertos al aire libre en los escenarios repartidos por la ribera del río y el gran castillo de fuegos artificiales.
Bayona
Forma parte del Camino de Santiago francés: su impresionante catedral gótica tiene mucho que ver.
Fundada en el siglo X.
Si tienes posibilidad de alquilar un coche, el viaje por las carreteras francesas bordeadas por viñedos merece la pena hasta llegar al País Vasco francés y encontrarte con la pintoresca Bayona, a 192 kilómetros de Burdeos, casi en la frontera con España. Se trata de una ciudad fundada en el siglo X y pensada para conocer a pie, caminando por sus callejuelas en torno a la confluencia de los ríos Nive y Adur antes de desembocar en el Cantábrico. Como parte del Camino de Santiago, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1998, con la impresionante y gótica Catedral de Santa María como principal exponente, entre otros rincones pintorescos de casas solariegas e iglesias. La oficina de turismo te informará y gestionará reserva para visitar las llamadas 'caves', grutas subterráneas de los siglos XIV al XVI que sirvieron de bodegas.
Bergerac
¿Te suena el vino francés Pécharmant? Pues en este pueblo podrás ver donde se cultiva.
Las cepas más famosas.
Enmarcado en la famosa 'Ruta de los Vinos de Burdeos', el pueblo de Bergerac se encuentra en el valle de Dordoña y cultiva una de las cepas más célebres del vino francés Pécharmant, controlado por el Consejo Interprofesional de los Vinos de la Región de Bergerac. La excursión desde Burdeos te llevará poco más de una hora, y por el camino podrás visitar los 'château' o bodegas-fortaleza que se alzan entre los viñedos y abren sus puertas con catas y visitas guiadas. Así encontrarás el Château de Biron, el Château de Gageac o el impresionante castillo Château Monbazillac. Otra atracción interesante para los más aventureros es el Aeroclub que funciona en el pequeño aeropuerto de Bergerac desde 1930. Aquí podrías disfrutar de un paseo aéreo o 'bautismo de vuelo' con piloto profesional para contemplar el campo francés desde el aire.
Sarlat-la-Canéda
El entorno de esta mítica zona de la región de Dordoña ha sido escenario de varias películas.
Traslado al medievo.
Si quieres sentir por un día como si caminaras por un decorado cinematográfico, no tienes más que acercarte a la mítica Sarlat-la-Canéda, situada en la región de Dordoña y considerada una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa. Aquí se han rodado varias películas en el entorno de bosques y montañas que bordean un valle con grandes caseríos, palacetes y calles empedradas del Medievo. Sarlat es la cuna de los gourmets, donde encontrarás mercados al aire libre que exponen las delicatessen de su región, como el 'cabécou' (queso de cabra), foie gras, trufas, setas, entre otros caprichos. Está clasificada como Ville d’Art et d’Histoire, catalogada como una de las tres ciudades más bellas de Europa por la Guía Michelin, por lo que sus paisajes, gastronomía y actividades culturales en festivales callejeros son motivos suficientes para que no te la pierdas.
Faro de Cordouan
El faro más antiguo de Francia es un declarado Monumento Histórico desde 1862, ¡nadie debería perderse su visita!
Atisbando el río Gironda.
Una de las visitas más curiosas en los alrededores de Burdeos es el Faro de Cordouan, que se encuentra a 98 kilómetros de la ciudad, alzado sobre la entrada al estuario del río Gironda, en Le Verdon-sur-Mer. Se le considera el faro más antiguo de Francia y se tiene constancia del mismo desde la época medieval, cuando un ermitaño mantenía el fuego en lo alto de la plataforma. Con los siglos fue mejorado y declarado Monumento Histórico en 1862, sustituyendo la hoguera por lámparas y balizas hasta que llegó la luz eléctrica en 1948. Para visitar el faro -a siete kilómetros mar adentro- tienes que embarcar en un pintoresco bote-taxi llamado Vedette La Boheme que te ofrecerá una agradable excursión marinera hasta el faro. En su interior y después del ascenso de sus 311 escalones podrás contemplar una extraordinaria vista del estuario en 360 grados.
La Roque-Gageac
Pueblo de aires medievales y salvajes a 140 kilómetros de Burdeos: nunca habrás visto nada igual.
Un mundo aparte.
Como si el pueblo estuviera tallado a cincel en el acantilado, La Roque-Gageac te sorprenderá por su aspecto medieval y salvaje, entre montañas extremas y con el río Dordoña a sus pies, que da nombre a toda la región. Se encuentra a 140 kilómetros de Burdeos, pero merece la pena hacer el viaje para adentrarse en este pueblo-fortaleza con restos de épocas doradas y otras guerreras, que tuvo que construir sus muros defensivos y un castillo sobre el río para evitar la invasión de los vikingos y siglos después de los ingleses. Sencillamente la fortaleza de La Roque-Gageac es un mundo aparte cuyas puertas no se abren al enemigo. Este pintoresco lugar, mezcla de pueblo pesquero y de alta cuna, ostenta el tercer puesto en la clasificación de 'Los pueblos más bellos de Francia'. Sin duda el viaje hasta La Roque-Gageac no te decepcionará.
Dune du Pyla
La duna más alta de Europa te ofrece una de las vistas más espectaculares de la zona. Te quedarás boquiabierto.
Espacio natural protegido.
A poco más de 60 kilómetros de Burdeos encontrarás una de las formaciones arenosas más interesantes de Francia, protegida como espacio natural y en constante crecimiento: la Dune du Pyla. Esta gigantesca duna -la más alta de Europa, con 100 metros de altura salvados con escaleras- avanza cada año tierra adentro, restando espacio al bosque que la circunda. Desde lo alto podrás contemplar la impresionante vista del mar y la Bahía de Arcachon a un lado y el bosque del Parque Natural de las Landas de Gascuña al otro. Si tu visita a Burdeos coincide con época estival, quizás puedas aprovechar la excursión a la Dune du Pyla con la exhibición freestyle de parapente que se celebra cada año en el Wagas Festival o los conciertos nocturnos al aire libre y otras actividades culturales que se celebra en este lugar.
Saint-Emilion
Viñedos, bodegas, una iglesia monolítica y el Tren de los Grandes Viñedos: los imprescindibles de esta visita.
Pintoresco noreste de Burdeos.
A tan sólo 35 kilómetros al noreste de Burdeos se encuentra la pintoresca localidad de Saint-Emilion, considerada Patrimonio de la Humanidad y visita imprescindible. Los viñedos de estas tierras son herederos de las vides originales, plantadas por los romanos en el siglo II y que se convirtieron en los vinos de denominación de origen 'Saint-Emilion'. Entre los atractivos de esta localidad se encuentra la impresionante iglesia monolítica excavada en roca y bajo tierra, construida entre los siglos XII y XV. Los viñedos y las bodegas de esta región -destacados por la Unesco por su gran valor- abren sus puertas a las visitas del turismo enológico previa reserva. Una excursión campestre que no te puedes perder es el Tren de los Grandes Viñedos, que dura media hora y que puede incluir una visita y cata en la Château Rochebelle.
Le Chapon Fin
Visita obligada a este rincón gastronómico que pese a su estrella Michelin ofrece precios al alcance de todos.
La excelencia lo distingue.
Desde 1825 el restaurante Le Chapon Fin sigue dejando boquiabiertos a sus clientes y es uno de los rincones gastronómicos por excelencia -premiado con una estrella Michelin desde comienzos del siglo XX- que no te puedes perder en tu visita a Burdeos. Las creativas propuestas del chef Nicolas Frion son sencillamente imprescindibles. Ubicado en la Rue Montesquieu, Le Chapon Fin está diseñado para asombrar con su espectacular interiorismo diseñado por Alfred Duprat en 1901 y que simula una gigantesca gruta de piedra con caprichosas formas. También te sorprenderá su precio: existe un menú cerrado de mediodía por 30 euros que te permite probar alguna de sus delicatessen sin sufrir por el bolsillo. Este menú incluye un 'amuse bouche' (aperitivo), un plato a elegir ente sus pescados y carnes, más un 'café gourmet' y una copa de vino aparte, sugerida por el sumiller.
Le Saint James (Bouliac)
Maravilla gastronómica sazonada con viñedos franceses a tan solo 15 minutos de Burdeos.
Lujo y dos estrellas Michelin.
Los gourmets que quieran probar un auténtico restaurante con dos estrellas Michelin sólo tendrán que dirigirse al municipio de Bouliac, a 15 minutos de Burdeos, y adentrarse en el lujoso restaurante Le Saint James, que se encuentra en el hotel con el mismo nombre. En un incomparable entorno de viñedos franceses y campiña que se observan a través de sus ventanales, Le Saint James dispone su salón y terraza-jardín para presentar las obras culinarias del chef Nicolas Magie, que mezcla cocina creativa con productos de siempre. Entre sus platos destacan la 'langosta azul procedente de las costas de La Cotinière' a la parrilla sobre leña, 'caracol al ajo ahumado y perejil', caviar de Aquitania con salsa de manzana verde y agracejo, rodaballo salvaje sobre crema de algas o cerdo ibérico tostado sobre una cama de champiñones y cebolla caramelizada.
Le Pavillon des Boulevards
Local con aires de estrella Michelín. Sus platos son auténticas obras de arte. Recomendable su menú degustación.
Minimalista exclusividad.
Detrás de una elegante puerta que da acceso a un local de exquisito interiorismo digno de restaurante con una estrella Michelin, Le Pavillion des Boulevards (ubicado en la Rue St. Croix-de-Seguey) se guarda todavía otro as en la manga: una sombreada terraza donde degustar sus platos exclusivos y minimalistas de impecable factura. Ideal para citas románticas, pero siempre previa reserva. El chef se encarga de 'pintar' los platos como si fueran lienzos y entre sus obras de arte encontrarás rodaballo salado con aceites orientales perfumados, langosta frita, ravioli con salsa de manzana verde y yogur helado de frambuesa noruega a la albahaca. Si no sabes por dónde empezar a elegir, la mejor opción es el menú degustación, de 4 u 8 platos a precio fijo, que se puede completar con un exclusivo maridaje de los mejores vinos franceses.
El Asador
Si buscas cocina española o productos típicos ibéricos, has dado con el sitio ideal, ¡olé!
El rincón ibérico.
Si durante tu visita a Burdeos te has cansado de las exquisiteces francesas, y si echas de menos la cocina española o el ambiente flamenco, seguro que te sorprende el restaurante El Asador, rincón de recetas ibéricas situado en Quai de la Monnaie, en la zona de Quayside. Aquí te reencontrarás con el concepto 'arte del tapeo' y 'patio andaluz' en su espacio interior abierto con naranjos, jazmín y fuente, o la bodega de su bar 'El Asadorito'. Es el sitio perfecto también para comprar productos típicos españoles, como ofrece su carta de aceites de oliva procedente de varias provincias. En El Asador te divertirá escuchar con acento francés platos como 'paella de arroz negro con calamares', 'tortilla de patatas', 'tabla de ibéricos' o 'cordero lechal' acompañado todo ello de vinos de denominación de origen española.
Fufu
Asia en Burdeos, con una carta bien asequible y una sopa de fideos de chuparse los dedos.
Cocina japonesa.
¿Te imaginas un cambio de sabores y un viaje a oriente en pleno corazón de Burdeos? La cocina japonesa especializada en fideos y acompañada por una cerveza Sapporo se encuentra en el restaurante Fufu, en la rue St. Remi, cuya barra y mesas siempre están a rebosar por lugareños amantes de la cocina japonesa. Reconocerás este local por su fachada de madera verde y cartel que anuncia 'Japanese Noodle Bar', cuyo delicioso olor llega casi hasta la calle. La especialidad del Fufu son los 'ramen' o sopa de fideos típica que, al más puro estilo japonés, te saciará enseguida. No puedes perderte tampoco su 'yakisoba' (tallarines fritos), las empanadillas rellenas de carne y col 'gyoza' o el delicioso cerdo empanado 'tonkatsu'. Un motivo más para probar las delicias de este local es su precio: ningún plato pasa de los 10 euros.
Le Grain d'Folie
Experiencia nocturna que no olvidarás: cena a ritmo de espectáculos cabareteros típicamente franceses.
Restaurante y cabaret.
Si buscas una noche inolvidable y una experiencia distinta durante la cena no puedes perderte el espectáculo de Music Hall en Le Grain d'Folie: un restaurante-cabaret al más puro estilo francés, con baile de can-can incluido. Le Grain d'Folie -situado en la Rue du Mirail- ofrece precios cerrados de menú a partir de los 60 euros, amenizados con cuatro horas de sorpresas en el escenario: desde magos que cortan por la mitad a bailarinas, sketches cómicos, transformistas, cantantes y por supuesto el cuerpo de baile profesional con varios números, entre los que no falta el sonido del frufrú de las enaguas y un número casi flamenco con abanicos. El menú más barato incluye entrante de 'tarrina de mar sobre crema de limón y eneldo', 'jambonnete de pollo con salsa de champiñones y guarnición', 'ensalada de queso' y postre de 'bavarois de frutos rojos sobre crema inglesa'.
Le Croc-loup
A pesar de ofrecer auténticas delicatessen, sus platos son tan contundentes que aquí nadie pasa hambre.
Ravioli de sepia con cilantro.
La carta de presentación del restaurante gourmet Le Croc-Loup es de ésas que ocupan párrafos en vez de líneas, con la explicación detallada de la delicatessen que te vas a llevar a la boca. Situado en el corazón de Burdeos, en la Rue du Loup, este rincón íntimo y familiar ofrece platos contundentes y generosos para no pasar hambre y a precios asequibles, de 20 a 40 euros. El Menú Gastronómico -con dos o tres platos a elegir, tabla de quesos y postre- incluye recetas como 'ravioli de sepia con cilantro', 'ensalada italiana con jamón de Parma y queso parmesano sobre tomate confitado y granizado de albahaca', 'mi-cuit de foi gras natural y mermelada de vino Sauternes'. Y eso sólo es el principio. Conviene hacer reserva, dejarse aconsejar por su excelente servicio y dejar hueco para el postre: merecerá la pena.
Akashi
Fusión asiática-francesa de grandísima calidad. Una propuesta tan exótica como insólita.
Diferente.
Si durante tu visita a Burdeos ya te has cansado de los mismos platos y sabores, encontrarás una propuesta exótica y de calidad en el pequeño restaurante Akashi, situado en la plaza Martyrs de la Resistance. El dueño, de origen e influencias japonesas, se ha propuesto combinar las técnicas asiáticas con el toque de alta cocina francesa en la que se ha formado durante años. Este local de cocina-fusión de productos franceses 'a la japonesa' ofrece sabores y técnicas insólitos que seguro te sorprenderán durante la comida o la cena, pero no al pedir la cuenta porque ajustan los precios para que sea asequible. Entre los platos -de raciones modestas, pero excelente presentación- destacan los huevos escalfados con champiñones marinados, como entrantes del bacalao con costra de sal y crema de calabaza. Las frutas escarchadas componen la base de sus postres.
Aux Quatre Coins du Vin
En pleno casco viejo te toparás con esta incomparable vinatería apta para todos los gustos y bosillos ¡Recomendable!
La vinatería perfecta.
La propuesta perfecta para los amantes del buen vino se encuentra en la vinatería situada en el casco viejo de la ciudad, Aux Quatre Coins du Vin. Como no podría ser de otra forma, la experiencia culinaria se basa en la degustación -guiada por sus expertos camareros- de buen vino de distintos tipos y procedencias: no sólo Francia, sino también bodegas internacionales. Tú decides cuánto quieres gastar y con ello te dan una tarjeta para usar en sus máquinas dispensadoras de botellas desde 3 a 12 centilitros. Aux Quatre Coins du Vin ofrece también una tentadora carta de entrantes para acompañar el vino, desde tablas de quesos y embutidos, tostas de carne mechada o jamón, camembert rôti, tabla de verduritas a la parrilla e incluso selección de foies acompañados de distintos tipos de pan con olivas, nueces o pasas.
Jean Ramet
Cenas románticas y exquisitas. Sorprenderás a tu acompañante y ambos saldréis encantados de aquí.
Restaurante francés.
El corazón de Burdeos esconde un restaurante de exquisita cocina francesa: el Jean Ramet, situado entre la plaza de la Bourse y la plaza de Quinconces, ideal para sorprender a tu acompañante con una cena romántica. Su elaborada decoración pendiente del más mínimo detalle hace que la degustación se convierta en toda una experiencia gourmet, a manos del chef Mehdi Herrero, que apuesta por una sorprendente combinación de sabores. Aquí encontrarás menús cerrados desde 25 a 65 euros, todos ellos precedidos por los 'amouse bouche' o micro-delitcatessen como aperitivo. En el Jean Ramet ofrecen también y sólo los martes, miércoles y jueves un 'Menú Anticrisis' por 37 euros, que arranca con un tartar de atún con salsa de ostras, acompañado de espárragos a la vinagreta, pollo con verduras, salsa de almendras y anís, calamar a la Mediterránea y corazones de alcachofa, coronado por un delicioso postre.
Crucero por el Garona
Recorridos acuáticos por el Garona a lomos de barcos y taxi-botes. Vistas diferentes de la ciudad.
Paseos en barco.
Una forma diferente de contemplar Burdeos y pasar un rato entretenido de ocio es a bordo de los barcos y taxi-botes que discurren por el río Garona. Los muelles, zona portuaria, grandes obras arquitectónicas en la ribera del río y siete puentes que unen las orillas de la ciudad son suficientes motivos para que disfrutes de este recorrido acuático, que se puede reservar en la Oficina de Turismo de Burdeos y tiene un precio aproximado de 15 euros. La compañía Croisières Burdigala pone a disposición del turista barcos en los que relajarte y disfrutar del recorrido, que incluye una explicación guiada de lo que se ve. La misma propuesta se hace nocturna, con un romántico viaje por el río, perfecto para ocasiones especiales si viajas acompañado. También existe la posibilidad de alquilar los barcos con el capitán incluido para viajes en grupo.
Thalazur Royan
Déjate mimar en este centro de talasoterapia. Te olvidarás del mundo y saldrás como nuevo.
Un día relajante.
Piensa en un día de relax, con el culto al cuerpo como único objetivo y la posibilidad de darte un capricho. Pétalos y aromaterapia deslizándose por tu piel, masajes tonificantes y rehidratantes con envoltura de algas y lodos marinos o piedras de jade templadas, sesión de oxigenamiento e hidroterapia con su ruta de piscinas, géiser, jacuzzi y duchas a presión. Todo esto es posible en el centro de talasoterapia Thalazur Royan, situado en Hotel Cordouan del municipio de Royan, a poco más de una hora de Burdeos y con impresionantes vistas al mar. Aquí te recibirán con un cóctel de bienvenida y delicatessen de frutos de mar y la posibilidad de hacer un circuito-spa en un espacio zen con programas personalizados: para mamás primerizas que necesitan un día de relax, para ejecutivos estresados, para cuerpos contracturados. Tú solo tienes que dejarte cuidar.
Galerie Tryptique
Espacio sugerente y creativo donde te encontrarás con las tendencias artísticas más jovenes y emergentes.
Un must para los amantes del arte.
Los amantes del arte emergente y las nuevas tendencias no pueden dejar Burdeos sin visitar la Galerie Tryptique, situada en la Rue Paul Berthelot. Desde su apertura a instancias del Consejo General de Gironde como forma de promover a los jóvenes artistas de la región, se ha convertido en un espacio sugerente y creativo donde se respira arte en cada rincón. La sala deja el espacio abierto (y entrada libre) a los artistas, que durante el tiempo expositivo de dos semanas pueden proponer lo que quieran, ya sea pintura, escultura, audiovisuales o performance. Tienen carta blanca para lanzar su propuesta y medir con la reacción del público si el arte que sugieren puede tener algún futuro o no. Si quieres contribuir con tu opinión a consolidar este espacio de arte alternativo, la Galerie Tryptique es parada obligatoria.
Bienvenido a la granja
¿Te gustaría aprender a ordeñar una vaca? Pues voilà, ¡has encontrado el sitio para hacerlo!
Inmersión campestre.
Una de las propuestas más originales de ocio en toda la región de Aquitania es el programa 'Bienvenido a la granja', que integra a más de mil agricultores y granjeros que abren sus puertas a los turistas para estancias cortas de inmersión en la vida del campo. Si siempre quisiste aprender a ordeñar una vaca y no tuviste ocasión, o si viajas con niños y quieres enseñarles que los huevos no salen del supermercado, esta propuesta es para ti. El circuito de 'Bienvenidos a la granja' ofrece desde actividades sueltas de un día a pequeñas convivencias con alojamiento en casas rurales o campings. Existen granjas donde enseñan a montar a caballo o técnicas de apicultura y elaboración de miel, recolección de fruta para aprender a hacer mermelada artesanal y brandy de ciruelas, enseñanza de los principios de la vendimia y elaboración del vino, entre otras actividades.
Fiesta del Vino de Burdeos
Conoce Burdeos a través de sus vinos y sus productos típicos. Fiesta estival a orillas del Garona.
Gastronomía y fiesta.
Si tu viaje coincide con el inicio de la temporada estival, quizás tengas la suerte de vivir la gran Fiesta del Vino de Burdeos, que año tras año va consolidando su programa de actividades recreativas, gastronómicas, pirotécnicas y culturales a orillas del río Garona. Precisamente en su ribera se instala la 'Vía del vino', con stands que reúnen a los mejores viticultores y bodegueros del país. El paseo te llevará a través de un delicioso viaje gastronómico de degustación de productos típicos como los quesos y el foie gras, acompañados por buen vino francés. La Place des Quinconces se convierte en macro escenario para conciertos de rock y jazz al aire libre y la Place de la Bourse, con sus más de 3.000 metros de piedra, se transforma en una macro pantalla donde se proyectarán audiovisuales, juegos de luz y de agua. ¿Te lo vas a perder?
Bassin Aventures (Arcachon)
Paraíso para los más intrépidos y aventureros. Pura adrenalina a 72 kilómetros de Burdeos.
Bosque multiaventuras.
Los viajeros más intrépidos y con ganas de adrenalina tienen una cita ineludible a diez minutos de la Bahía Arcachon y 72 kilómetros de Burdeos, donde se encuentra el bosque multiaventura y empresa Bassin Aventures. Las actividades van por rango de dificultad desde niños a adultos, siempre vigilados por monitores y escaladores profesionales, con estrictos sistemas de seguridad para que disfrutes de los juegos a varios metros de altura sin riesgo. Los recorridos también se estructuran en diferentes grados de dificultad que te puedes plantear como reto: ¿te atreves a escalar un rocódromo o lanzarte en tirolina? ¿cruzar de un árbol a otro en bici sobre puente colgante de madera? En Bassin Aventures te proponen que aprendas a lidiar con el estrés de estar bloqueado en un paso a 18 metros de altura. Si se pone complicado, siempre te pueden bajar con el arnés.
Le Garage Moderne
Difícil descripción: incluye esta visita en tu lista de favoritos y descubre por ti mismo de qué se trata.
Inigualable.
Resulta complicado explicar en qué consiste la experiencia alternativa en el taller-galería Le Garage Moderne, situado en la Rue des Étrangers, por lo que será mejor que compruebes por ti mismo de qué se trata. Probablemente no habrás visto nada igual. Le Garage Moderne es un espacio asociativo compuesto por profesionales de distintos oficios que comparten tareas tan pintorescas como enseñar a los ciudadanos a arreglar por sí mismos su coche o bici -tutelados por los ingenieros mecánicos profesionales del taller-, o presentar exposiciones de arte y conciertos de grupos locales de la escena independiente. Entre esqueletos de autobuses antiguos restaurados y mesitas donde tomar un té, encontrarás artistas ensayando obras de teatro y al otro lado del mismo hangar mecánicos manchados de aceite con herramientas en las manos. Surrealismo en estado puro para pasar una tarde diferente en Burdeos.
Espejo del Agua
Plan ideal para un día de verano. Apto para mayores y niños. ¡No te lo pierdas!
Curiosa y fresca atracción.
Si quieres refrescarte, 'pisar' las nubes del cielo y contemplar por duplicado los imponentes edificios del siglo XVIII de Burdeos, no puedes perderte una de las atracciones más curiosas de la ciudad: el Espejo del Agua situado en la Plaza de la Bolsa. Inaugurado en el año 2006, se trata de un sistema de fuentes que emanan un centímetro de agua sobre la plaza y crea una película acuática en la que puedes ver el reflejo de la ciudad. Además, cada cierto tiempo vaporiza agua con sus aspersores, lo que convierte esta plaza en el lugar favorito de niños y mayores especialmente en los días de verano. El Espejo del Agua de Burdeos es el mayor del mundo, con 3.450 metros cuadrados, diseñado por el paisajista Michel Corajoud y convertido en realidad por el estudio del ingeniero hidráulico Jean-Max Llorca.
Parc de la Coccinelle
Dos en uno: Parque de atracciones y mini granja en la Bahía de Arcachon. A los más pequeños les encantará.
Un respiro para los peques.
Si viajas con niños de tres a doce años, puede que pronto se cansen de las visitas culturales de Burdeos. Quizás sea momento de hacer una excursión a la bahía de Arcachon, y desde allí dirigirse al municipio de Gujan-Mestras, donde se encuentra el parque de atracciones y mini-granja Parc de la Coccinelle. Este centro está especialmente diseñado para entretener a los más pequeños con juegos relacionados con la vida en una granja y actividades recreativas incluidas en el precio (de 10 a 12 euros). Una de las propuestas estrella para los niños es alimentar con biberones a los corderos y otras crías de animales domésticos, pasear entre pavos reales y jugar hasta caer agotados entre camas elásticas, toboganes, castillos hinchables, trenecitos, montañas rusas y juegos acuáticos, por lo que conviene llevar ropa de recambio y comida para el picnic.
Visiotour 12
Divisa la ciudad desde el segundo piso de estos míticos autobuses de dos pisos: 70 provechosos minutos de paseo.
Buses rojos.
Para los turistas que están de paso en Burdeos o tienen poco tiempo, la mejor forma de conocer la ciudad en un recorrido exprés es subirse a los autobuses rojos de Visiotour, que salen de la Place des Quinconces, todos los días a las 11h, 13.45, 15.30 y 17.15 horas. Estos pintorescos autobuses de dos plantas con la superior descubierta recorren la ciudad durante 70 minutos para que tengas las mejores vistas de sus monumentos, a cuatro metros de altura y en movimiento bordeando las dos orillas del río. Además, en temporada de verano (julio y agosto) se prepara el servicio especial de un autobús nocturno los viernes, para que te dejes impresionar por la extraordinaria iluminación cosmopolita de Burdeos.
Puerto de la Luna
La Unesco reconoce la extrema importancia de este paseo portuario: recórrelo y compruébalo con tus propios ojos.
Ese croissant francés.
El blasón de Burdeos tiene una luna enmarcada en el agua que hace referencia al estuario del río Garona, en forma de croissant francés o media luna que precisamente da nombre al turístico Puerto de la Luna. En tu visita a la ciudad no puedes perderte el relajante paseo por la zona portuaria, que ha sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 2007 por su conservación de la arquitectura y urbanismo de tendencia clásica y neoclásica del siglo XVIII en adelante. El auge de la Ilustración en Burdeos queda reflejado en los edificios que bordean el puerto, y la Unesco reconoce los esfuerzos de la ciudad para mantener el espíritu humanista y de intercambio comercial y cultural que destaca a su pueblo desde el Puerto de la Luna que abría sus fronteras al mar.
Monasterio de Sainte Croix
Nave de cruz latina, crucero con ábside y fachada románica para este Monumento Histórico.
Pequeña ermita.
Dicen las crónicas que el Monasterio de Saint Croix existe desde el siglo VI, cuando unos monjes benedictinos fundaron su pequeña ermita a extramuros de la ciudad. La sede sagrada no impuso mucho a los sarracenos, que saquearon la ermita sin piedad y fue necesaria una posterior reconstrucción por los carolingios. No duró mucho. En el siglo IX fue saqueado de nuevo y finalmente el conde franco-navarro Guillaume Sanche de Gascogne ordenó su reconstrucción y protección como núcleo de actividad religiosa y política de la época. La planta del Monasterio de Saint Croix consta de una nave en forma de cruz latina con cinco tramos, un crucero con ábside y fachada de influencias románicas. Considerado Monumento Histórico desde mediados del siglo XIX y tras diversos usos como iglesia y residencia para el cuidado de mayores, hoy el edificio destina su parte posterior a la Escuela de Bellas Artes.
Cripta de Saint Seurin
Su cripta subterránea, descubierta por mera casualidad, es, sin duda alguna, uno de sus mayores atractivos.
Vestigio cristiano.
La Basílica de Saint Seurin, situada en la Place des Martyrs de la Resistance, es uno de los vestigios cristianos más antiguos de la ciudad, construida en el siglo VI aunque la mayor parte de la arquitectura que se conserva data de las rehabilitaciones posteriores, entre los siglos XII y XIV. Dice la leyenda que aquí depositó Carlomagno el olifante (cuerno medieval de viento tallado en colmillo de elefante) de su sobrino Roland, muerto en Roncesvalles. Además del interés arquitectónico y escultórico de la vetusta Basílica de Saint Seurin, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, su principal atractivo es la cripta subterránea descubierta accidentalmente durante unas excavaciones. Hoy se puede visitar el interior de la cripta, donde se narra la historia de los primeros cristianos franceses y se descubren los ancestrales rituales de enterramiento, como los sarcófagos merovingios de mármol.
Plaza de Quinconces
Imponente y espectacular, así es la plaza más grande de Francia.
Paisajismo perfecto.
Si pudieras sobrevolar la Plaza de Quinconces seguramente te sorprendería tanto las dimensiones de esta plaza como su perfecta simetría transversal al río Garona, flanqueada por una alineación de árboles que continúa el paisajismo perfecto. Nada se deja al azar en esta imponente explanada, construida en el siglo XIX y considerada la plaza más grande de Francia y casi de Europa, con sus 12 hectáreas de piedra. Destacan aquí dos columnas rostrales (de 21 metros), diseñadas en 1829 por Pierre-Alexandre Poitevin con esculturas referentes al Comercio y la Navegación, alegorías de galeras y marineros, anclas y proas como símbolo del triunfo del hombre sobre el mar. En el centro de la Explanada de Quinconces destaca también la fuente-monumento a los Girondinos levantada en 1902, cuyas esculturas fueron posteriormente saqueadas por los nazis para fundir el metal y finalmente restauradas.
Puerta Cailhau
Adorna las orillas del río Garona y esconde una interesante exposición que merece una visita a conciencia.
Arco del triunfo.
Uno de los rincones más pintorescos de la ciudad es la apertura en la vieja muralla de la Puerta Cailhau, construida como arco del triunfo en homenaje al rey Carlos VIII por alcanzar el armisticio en la batalla italiana de Fornovo en 1495, que quedó inmortalizado en la estatua que corona la estructura. De impresionante estilo gótico-renacentista, la Puerta Cailhau se encuentra a orillas del río Garona, por lo que tuvo también una función de vigilancia y control de la entrada en la ciudad. El nombre 'Cailhau' procede de los sedimentos rocosos del río, que se emplearon para completar su construcción. Conviene consultar en su taquilla de entrada las fechas y horarios de visita permitida al interior de la Puerta, que alberga una interesante exposición sobre la historia de la ciudad, así como una impresionante vista del Garona.
Pont de Pierre
Fue mucho el sudor derramado en esta compleja obra que culminó tras 12 duros años de construcción. ¡Ideas de Bonaparte!
Caprichos napoleónicos.
Si el emperador Napoleón Bonaparte dice que quiere un puente sobre el río Garona para unir ambas orillas de Burdeos, se hace. Pero los ingenieros encargados del proyecto sudaron tinta para conseguirlo: tardaron 12 años en superar las fuertes corrientes del río y finalmente consolidar los 486 metros de piedra sobre 17 arcos que forman el Pont de Pierre, un arco por cada una de las letras del nombre Napoleón Bonaparte. Para ello fue necesario construir una 'campana de buceo', técnica inglesa para estabilizar los pilares en el río con buceadores que disponían de 30 minutos de oxígeno bajo el agua. Considerado 'Monumento Histórico' y abierto al público en 1822, el Pont de Pierre fue el único que existía en la ciudad hasta los años sesenta, cuando se construyó otro paso sobre el difícil río Garona.
Grand Théâtre
Simbología masónica, pórtico imponente y capacidad para miles de espectadores. Visita ineludible.
Obra del arquitecto Victor Louis.
Después de que un terrible incendio destruyera en 1775 el mayor teatro al estilo italiano de Burdeos, con capacidad para 1.500 espectadores, los habitantes esperaban como agua de mayo la construcción de un nuevo espacio de ocio. Y fue el duque Richelieu -famoso por su vida disipada, sus duelos y excesos- quien encargó al célebre arquitecto Victor Louis la construcción del Grand Theatre, hoy sede de la Orquesta Nacional. Se dice que fue financiado por los franc-masones y que la arquitectura esconde simbología masónica, aunque lo que realmente impresiona es su pórtico neoclásico con 12 columnas corintias y 12 estatuas mitológicas. En el estreno de 1780 con la tragedia 'Atalía', del dramaturgo francés Jean Racine, el público se aglomeró en los exteriores del teatro para contemplar la gran obra arquitectónica, superada en belleza por los ricos salones, lujosas escaleras y lámparas de araña en el interior.
Palacio Rohan
Este lujoso palacete empezó con mal pie: que se le pregunten a su primer dueño, ¡no lo pudo ni estrenar!
Sede del Ayuntamiento.
El príncipe cardenal Ferdinando Maximiliano Mériadec de Rohan fue nombrado Arzobispo de Burdeos en 1769 y poco después decidió que se había cansado de su viejo palacete medieval con humedades y ordenó la construcción de una nueva y lujosa residencia: el Palacio Rohan. No tuvo suerte el Arzobispo; para empezar despidió a su primer arquitecto porque no le gustó su propuesta y cuando el nuevo encargado de la obra terminó en 1784, el príncipe de Rohan ya estaba muerto y no llegó a vivir en el Palacio. Después de ser residencia episcopal e imperial (donde vivió Napoleón Bonaparte en 1808), tribunal revolucionario y Prefactura, hoy el Palacio Rohan es sede del Ayuntamiento que abre sus puertas a los turistas sólo algunos días al mes, por lo que conviene confirmar por teléfono. Detrás del Ayuntamiento encontrarás el Museo de Bellas Artes y los Jardines del Palacio.
Anfiteatro Gallien
Aunque ahora destacan sus jardines, aún quedan restos de aquel anfiteatro romano.
Astérix y Obélix.
Uno de los monumentos de Burdeos que más se acercaría a las historias de Astérix y Obélix, galos contra romanos, es el Anfiteatro o Palais Gallien, que encontrarás en la Rue du Docteur Albert Barraud. La ciudad se levanta sobre el asentamiento galo de Burdigala, posteriormente ocupado por las legiones romanas en torno al año 60 antes de Cristo que acudía en busca del hierro de los galos. El Palais Gallien, construido en el siglo III después de Cristo, tuvo una capacidad para 17.000 espectadores, lo que da una idea de la grandeza de la ciudad en esta época. Con el paso de los siglos, el anfiteatro romano que ofreció espectáculo de gladiadores y fieras fue sucesivamente saqueado, incendiado y abandonado, hasta llegar a su estado de conservación actual: con jardines que custodian los escasos arcos y paredes que quedan en pie.
Plaza de la Victoria
Interesante tanto a nivel arquitectónico como a nivel social. Date una vuelta y verás.
Punto de encuentro.
Ya no quedan vestigios de la campiña donde se celebraban ferias y torneos en la época medieval, pero la Plaza de la Victoria sigue siendo un punto de encuentro. La reurbanización de la ciudad en el siglo XVIII hizo que las arquitecturas medievales de la plaza fueran sustituidas por la Puerta de Aquitania, terminada en 1756 como un arco del triunfo con heráldica y simbología de la ciudad. La última modernización de Burdeos en el año 2005 ha añadido un Obelisco de mármol rosa y dos esculturas del artista checo Ivan Theimer en este espacio peatonal, epicentro del ambiente estudiantil, bohemio y artístico de la ciudad. Una forma relajada de pasar la tarde es contemplar los conciertos y teatrillos improvisados por artistas callejeros y el pintoresco paso del tranvía, mientras se toma un café en las terrazas que flanquean la plaza.
Catedral de Saint André
Patrimonio de la Humanidad, el campanario de esta basílica gótico-románica te ofrece vistas impactantes de la ciudad.
Tesoro monumental.
Si nos remontamos al Camino de Santiago francés nos encontraremos con una iglesia gótica de origen románico que forma parte del tesoro monumental de Burdeos: la Catedral de Saint André, Patrimonio de la Humanidad. Ya desde el inicio de su construcción en el siglo XI - sobre un inestable terreno de marismas- arrancó con dificultades, por lo que tuvieron que dejar sin hacer dos de las cuatro torres proyectadas debido a la falta de fondos. Incluso en el siglo XV fue necesario vender los vetustos órganos de la Catedral (considerados 'los más bellos de toda la Cristiandad') para financiar al ejército francés. La sufrida Basílica está custodiada por un campanario separado de la nave principal, la Torre Pey-Berland, construida en el siglo XV y abierta al público. La subida a lo alto de la torre -por cinco euros- te permite una visión panorámica con Burdeos a tus pies.
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